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Irak: Los planes de los Estados Unidos para instalar un dictador militar
Autor: Liga por una Internacional Comunista Revolucionaria (LRCI)
Fuente: Workers Power
Fecha: 18/03/2003

Título Original:

16/03/03. Durante un discurso George Bush señaló su visión de un Irak liberado luego de la victoria de los Estados Unidos. De acuerdo a esto Irak se convertiría en un modelo de democracia y riqueza para el Medio Oriente. Pero hay que olvidar sus palabras vacías y leer entre líneas para entender los objetivos del imperialismo norteamericano.
No se pueden entender los planes de Bush para un Irak post-Saddam Hussein sin entender su estrategia a largo plazo. La guerra no es por el petróleo solamente.
Por supuesto que Esso, Texaco y Halliburton, que financiaron la campaña electoral de Bush, quieren recibir una recompensa por ello y esperan contratos millonarios para explotar los territorios petroleros de Irak.
¡Es el dominio del mundo, estúpido! Pero mientras el control de las tierras petroleras de Irak será un logro bien recibido por el imperialismo estadounidense, Washington aspira a mucho más. El imperialismo norteamericano está determinado a extender su hegemonía y establecer su firme dominio en el mundo entero.
El imperialismo post-11 de septiembre debe consolidarse y extender sus esferas de influencia contra sus rivales en Europa y Asia. Si no lo hace el imperialismo de Europa occidental usará el tiempo para fortalecerse política y militarmente y eventualmente apoyar las posiciones norteamericanas.
Los operadores políticos de derecha como el Project for the New American Century (Proyecto para el nuevo siglo americano) – donde la mayoría de los miembros clave del actual gobierno desarrollaron sus plantes en los ‘90s – habla de reordenar todo el Medio Oriente con sus enormes recursos de petróleo y gas y su ubicación geoestratégica como un paso estratégico necesario havia tal dominio mundial.
A Bush le tiene sin cuidado disfrazar el hecho que luego de Irak Washington irá por un “cambio de régimen” en muchos países más. El enviado presidencial para Afganistán e Irak, Zalmay Khalilzad, dejó esto en claro: “Al transformar Irak, estaremos tomado un paso en la dirección de la necesidad a largo plazo de transformar esta región clave de conjunto.”
Los analistas burgueses – que no están atados por las reglas de la diplomacia – son mucho más abiertos a cerca de los objetivos imperialistas. George Friedman, de Stratfor, explicó lo que está en juego para sus amos: “La conquista de Irak no será un hecho menor en la historia: representará la introducción de un nuevo poder imperial en el Medio Oriente y una redefinición de la geopolítica regional basada en tal poder.”
A pesar de toda la diversidad en la región, hay un tema geopolítico común. Si la invasión de los Estados Unidos es exitosa, Washington tiene la intención de ocupar Irak militarmente, y oficialmente espera permanecer ahí por al menos 18 meses – o para ser más honestos lo hará indefinidamente. Los Estados Unidos construirán bases aéreas y desplazarán importantes fuerzas de tierra – y, más que permitir la desintegración de Irak, crearán un gobierno títere respaldado por el poderío norteamericano.
El día que la guerra termine, y si los Estados Unidos es victorioso, entonces toda la geopolítica de la región será redefinida. Cada uno de los países que limita con Irak no se encontrará con las débiles formaciones del ejército iraquí a lo largo de sus fronteras, sino con las tropas norteamericanas y británicas. Los Estados Unidos podrán llegar a cualquier país en la región con fuerzas cubiertas basadas en Irak, y Washington podrá amenazar intervenciones abiertas también.
No necesitará permiso de los anfitriones regionales para el uso de las facilidades, siempre y cuando Turquía o Kuwait le permitan el trasbordo a Irak. En otras palabras, una victoria de los EEUU cambiará el balance de fuerzas en la región, de una situación en la cual los Estados Unidos debe negociar su camino a la guerra, a una situación donde los Estados Unidos sea libre para poder actuar como le plazca.” El periódico francés Le Point señaló con certeza, el 21 de febrero:
“Aunque la cruzada contra Irak apunta a desarmar y remover a Saddam Hussein, su objetivo estratégico incluye Arabia Saudita ... detrás del desarme a Irak, detrás del potencial de petróleo en la Mesopotamia, está el futuro de Arabia Saudita, el centro fundamental de Arabia Oriental, eso es lo que está causando que los tambores de guerra redoblen en la Casa Blanca. Es en Riyadh donde se encuentran las claves financieras, petroleras y estratégicas para este nuevo Medio Oriente que los norteamericanos quieren redibujar. Para alcanzar esto, y tratar de reformar Arabia Saudita, necesitan una base trasera amistosa que sea secular y potencialmente poderosa: Irak.”
El reordenamiento de la región es considerado un imperativo luego del 11 de septiembre ya que la administración cree que no puede ir por Al-Qaida sin ocupar Irak. Esto no es porque Irak “refugia” Al-Qaida (son enemigos declarados) o porque las armas de destrucción masiva de Irak caerán en las manos de Bin Laden (Irak no tiene ninguna que sea de importancia y las pueden obtener fácilmente en Pakistán o en Rusia). Es porque, controlar a Irak, le permitirá a Bush reordenar toda la región en la cual se origina el motivo principal de apoyo para Al-Qaida.
Bush sabe que no importa cuánto dinero se vierte en la Oficina para la seguridad de la nación, cuantos “perfiles raciales” de los ciudadanos norteamericanos hagan, no pueden proteger a los Estados Unidos para que no sean atacados de nuevo como el 11 de septiembre. Un año después de ocupar Afganistán ni siquiera pueden encontrar a Bin Laden.
Entonces la ocupación de Irak es un paso preliminar pero necesario en el plan de un juego imperial a largo plazo. La Estrategia de Seguridad Nacional acordada por la Casa Blanca el último otoño lo dice muy claramente: la soberanía nacional de todos los otros países, todos los derechos democráticos de la gente están subordinados a este objetivo de los EEUU. Esto es lo que lo hace un proyecto imperialista reaccionaria.

 

 

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