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El Movimiento de Solidaridad Internacional (MSI), una de las organizaciones que promueven la paz en los territorios autónomos palestinos, condenó las restricciones impuestas este viernes por Israel para el ingreso de extranjeros y civiles israelíes a la Franja de Gaza.
Entre los requisitos, los solicitantes de la nueva visa deberán eximir a las autoridades de cualquier responsabilidad en caso de resultar muertos o heridos en el área, además de declarar que no son activistas por la paz.
También, el Ejército israelí realizó una redada en las oficinas del MSI en Cisjordania, donde arrestó a una ciudadana estadounidense y otra australiana, acusadas de ingresar en zonas de exclusión militar, y confiscó varias computadoras.
Antes de este último hecho, la BBC entrevistó al coordinador de medios del MSI, que pidió identificarse sólo como "Tom".
¿Cuál es su posición sobre estas restricciones impuestas por Israel?
Lo que vemos es una escalada de lo que el ejército y el gobierno israelí han estado haciendo por mucho tiempo: no quieren extranjeros que atestiguen las atrocidades que están cometiendo en los territorios ocupados.
¿Qué es lo que ustedes hacen en la región?
Precisamente, estamos actuando como testigos, diciéndole al mundo sobre esto, y también estamos brindado cierto nivel de protección a aquellos palestinos que tratan de resistir esta ocupación.
En otras campañas también promovimos actividades como el envío de los niños a la escuela y otras similares.
Queremos llamar la atención sobre los terribles efectos de la guerra en la gente de la zona.
El ejército israelí sostiene que los últimos extranjeros muertos o heridos en el área del campamento de refugiados de Rafa, cerca de la frontera con Egipto, quedaron en medio de fuego cruzado. ¿Ustedes qué responden?
En ningún caso hubo fuego cruzado. Cuando Tom Hurndall (gravamente herido en la cabeza) fue alcanzado por un disparo israelí, una gran cantidad de testigos, incluyendo un fotógrafo de la agencia de noticias AP y otro de Sudáfrica, ambos completamente objetivos, presenciaron el hecho.
(Los israelíes) también dijeron que hubo fuego cruzado el otro día cuando mataron a un camarógrafo británico (James Miller), y ahora se difundió un video de lo ocurrido que demuestra claramente que no hubo fuego cruzado. Ellos están disparando a propósito contra esta gente.
La Cancillería británica pidió una investigación a fondo de lo ocurrido. ¿Usted cree que prosperará?
Ninguna investigación realizada ha llegado a nada, y no se ha tomado ninguna medida en contra de las personas implicadas en estos ataques.
Por ejemplo, el conductor del tanque que atropelló y mató a (la activista estadounidense) Rachel Corrie, ni siquiera fue suspendido.
En algunos informes de prensa se mencionó que los dos atacantes suicidas británicos que perpetraron un atentado en Tel Aviv, uno de los cuales se inmoló matando e hiriendo a varias personas y el otro permanece prófugo, habían tenido algún contacto con su organización. ¿Esto es así? ¿Es el motivo de la actitud de las autoridades hacia ustedes?
(Las autoridades) nunca hablaron con nosotros o nos interrogaron sobre ese tema. Tampoco nos han acusado de tener vínculos con esa gente. La presunta conexión fue un invento de la prensa.
Entonces ¿confirma que no hubo contactos entre los atacantes y ustedes?
No, no hubo contacto. Ellos asistieron a un acto que organizamos nosotros, pero aparte de eso nunca se registraron en el movimiento, nunca actuaron o pretendieron ser activistas por la paz. Lo único que hicieron fue aparecer en un acto y nada más.
Ahora que las autoridades israelíes restringieron el acceso a la Franja de Gaza y en particular quiere impedir el ingreso de activistas del MSI, ¿qué van a hacer?
Todavía no lo sabemos, tenemos que discutirlo.
Cuando el Ejército israelí actúa como actúa y el mundo se cruza de brazos y no hace nada, a quienes queremos hacer algo al respecto se nos hace más difícil la tarea.
Lo que nos preguntamos es por qué Israel tiene tanto miedo de unos pocos activistas por la paz, y por qué ha llegado a los extremos que ha llegado para sacarnos del medio, y encima de forma ilegal.
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