Las tropas ocupantes británicas que controlan el sur de Irak tuvieron ayer seis bajas y ocho soldados heridos a causa de dos ataques en la localidad de al-Amarah. En Bagdad, cuatro iraquíes murieron y dos soldados de EE.UU. fueron heridos en otros dos incidentes.
Seis soldados británicos murieron y otros ocho resultaron heridos ayer al ser atacados en dos incidentes separados la localidad de al-Amarah, a unos 200 kilómetros al noroeste de Basora, al sur de Irak. Los soldados, pertenecientes al 1er Batallón de Paracaidistas, fueron sorprendidos en una emboscada por fuerzas partidarias de Saddam Hussein cuando patrullaban. Es la primera vez desde que acabó la guerra el pasado 9 de abril que las fuerzas británicas desplegadas en Basora tienen bajas en combate por fuego enemigo. También las fuerzas de ocupación, en este caso norteamericanas, tuvieron choques con iraquíes en Ramadi, a unos 140 kilómetros de Bagdad, y en al Daura, a unos 20 kilómetros al sur de la capital iraquí. En ellos, cuatro iraquíes murieron y un soldado estadounidense y dos civiles fueron heridos. Al tiempo que los incidentes armados entre la fuerza angloamericana y los grupos leales a Saddam se suceden, los supuestos “actos de sabotaje” contra oleoductos y gasoductos causaron un apagón en Bagdad que ha durado más de 30 horas.
La cifra de muertos convierte ayer en el peor vivido por la fuerza anglonorteamericana desde que cayó el régimen de Saddam. Concretamente no se habían producido tantas víctimas mortales en una misma jornada desde la muerte de siete marines en combate en Nasiriya el pasado 23 de marzo. En Basora, los británicos patrullaban desde hace semanas sin casco ni chalecos antibalas. Los incidentes de al-Amarah se produjeron al caer en una emboscada una patrulla británica. Seis soldados murieron, otro resultó herido y sus dos vehículos destrozados. Al poco tiempo, un helicóptero Chinook enviado para el rescate de las víctimas también fue atacado resultando heridos los siete miembros de su tripulación. Tres de ellos permanecían a última hora en estado grave.
En Ramadi y Al Doura se presentaron enfrentamientos con las fuerzas estadounidenses. En la primera población se produjo un intercambio de disparos en un puesto de control en el que perdieron la vida tres iraquíes. Un soldado y un civil iraquí fueron heridos. En la segunda, los partidarios de Saddam atacaron con un lanzagranadas una comisaría al paso de un vehículo de la Policía Militar de EE.UU. hiriendo a dos civiles iraquíes y otro murió. El efecto: se obstaculiza la tarea de reconstruir Irak, así como se fomenta la impaciencia y la inseguridad de la mayoría de los iraquíes, cada vez más hartos y decepcionados con la realidad de la posguerra. Bagdad estuvo desde el mediodía del lunes hasta el atardecer de ayer sin luz. El apagón devolvió a sus ciudadanos a los peores días de la primera posguerra con los alimentos pudriéndose en las heladeras, sin aire acondicionado y la vuelta de las colas de tres coches en fondo en las gasolineras. Todo ello bajo una temperatura que no desciende de los 45 grados incluso por la noche.
Nafie Abu Said, director general de la distribución eléctrica en la capital iraquí, reconoció ayer que los recientes ataques contra oleoductos y sobre todo gasoductos, “tienen una influencia directa en las unidades de producción de energía” y, por tanto, en el suministro de gas a las cuatros centrales eléctricas que abastecen a Bagdad. “La situación actual”, aseguró, “es peor que la de antes de la guerra. Habíamos recuperado el 60 por ciento de nuestra capacidad hace unas semanas, pero con los últimos acontecimientos cayó al 30 por ciento y anteayer a un porcentaje nulo”. Abas Al Ani, portavoz del Ministerio de Petróleo, también admitió que los cortes de luz “tenían relación con los sabotajes”, concretamente con el perpetrado el pasado sábado contra un gasoducto cerca de la localidad de Hit, al oeste de Bagdad. Ese gasoducto cruza Irak de norte a sur y es vital para el suministro de Bagdad. Un portavoz militar norteamericano dijo bajo anonimato que el apagón era producto de sabotajes. El Ejército estadounidense ha reforzado la vigilancia de los oleoductos y pasó la noche del lunes patrullando Bagdad sin que se registraran al parecer graves incidentes pese a la falta total de luz. En estas circunstancias no paran de crecer los rumores de que tras los ataques se esconde la mano negra de un nuevo partido llamado Al Awdah (el Regreso), creado por familias ricas suníes que defienden un “saddamismo sin Saddam” y que estarían pagando 1.000 dólares a cada nuevo combatiente dispuesto a matar soldados extranjeros y 3.000 a aquel miembro que convenza a otro para luchar contra las fuerzas de ocupación. A ellos habría que sumar a los antiguos miembros de los servicios de seguridad del ex dictador iraquí, a ex miembros del Partido Baaz y a los voluntarios árabes llegados a Bagdad en vísperas de la guerra.
Publicado por Pagina 12 (Argentina)
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