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Las huelgas globales pueden detener la guerra
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Autor: Liga por una Internacional Comunista Revolucionaria (LRCI) |
Fuente: Workers Power Global #134 |
Fecha: 09/03/2003 |
Título Original: Global strikes can stop the war
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#ingles |
En Australia, Grecia y España, los miembros de los sindicatos están discutiendo la huelga para bloquear la participación de sus gobiernos en la cruzada por el petróleo y el poder de Bush.
Tiene que salir de las coaliciones antiguerra, de los sindicatos, de los partidos de la clase obrera y de los movimiento sociales en todo el mundo un llamado claro: Huelga general global contra la guerra.
Esta es una exigencia a los actuales dirigentes sindicales y un llamado a la acción desde abajo. En Gran Bretaña los dirigentes sindicales del TUC han adoptado una declaración contra la guerra que es muy larga en palabras pero muy pobre en acciones.
Los socialistas debemos exigir que los dirigentes sindicales transformen sus palabras en acción y en llamado a la huelga masiva contra la guerra. Si lo hacen, tendrán un importante apoyo sus miembros. Y no deberíamos esperar que los burócratas sindicales actúen, debemos pelear por la huelga sin su apoyo si es necesario.
Organismos internacionales –como los Foros Sociales y la coordinadora internacional antiguerra que se reunió el 1 de marzo en Londres- tendrían que tomar este llamado. Así como la marcha del 15 de febrero fue el resultado de un llamado que comenzó con el Foro Social Europeo, así nosotros tenemos que usar cada vía que podamos para plantear el llamado a la huelga general global ahora.
¿Por qué? Porque si los trabajadores se niegan a mover las tropas y los recursos, si se niegan a construir las armas de destrucción masiva norteamericanas o a transmitir las mentiras de Estados Unidos, Bush no puede hacer la guerra.
¿Qué pasa con los cientos de millones que no trabajan? Las acciones de la juventud y los desocupados en Argentina el año pasado y en Bolivia el mes pasado muestran el camino. ¡Bloquear las calles! Unos pocos cientos de activistas pueden ser capaces de manifestarse en las bases aéreas, pero mucho más importante es lograr que los millones que odian esta guerra aíslen las grandes ciudades.
Tenemos que bloquear los principales caminos y autopistas dentro y fuera de las ciudades, detener el tráfico y el funcionamiento normal. Junto con las huelgas de masas esto obligaría a los boiernos a levantarse y tomar nota de la bronca de la mayoría. Blair nos trató con desdén cuando tomamos las calles en 15 de febrero, menospreció la revuelta masiva de sus propios parlamentarios. Pero podemos tirarlo si tomamos las calles y abandonamos los trabajos.
Como el llamado a la huelga general, esta es una demanda muy radical. Pero como mostró el 15 de febrero, es posible. Si pensamos a la grande, podemos ganar.
Tercero, tenemos que hacer en todos partes asambleas populares. El llamado a una gran reunión de delegados en Westminster Hall en 12 de marzo es un comienzo. Necesitamos asegurar que la reunión no es sólo otro acto o un lugar para decir discursos, sino un centro democrático para la acción organizada. Los socialistas tenemos que impulsar asambleas populares para reunir a representantes no sólo de los grupos locales de Stop the War, sino de los lugares de trabajo, los colegios, las escuelas y los barrios.
Cada sindicato y partido obrero también tendrían que tener representantes. Debemos exigir que sea realmente democrática y que las propuestas para la huelga general y el bloqueo de calles puedan ser realmente discutidas y votadas. Tenemos que pelear para que la asamblea sea un nuevo comienzo de la autoorganización democrática de masas en Gran Bretaña –por asambleas populares en todas las ciudades.
Sobre todo, los socialistas revolucionarios tenemos que pelear para que las asambleas se transformen en centros alternativos de poder en la sociedad. Comenzando con decenas de millones que se oponen a la guerra, también pueden representar nuestras otras luchas y unirlas. Al ser regularmente elegidas y revocables desde abajo pueden ser mucho más democráticas que cualquier parlamento capitalistas elegido sólo cada cinco años. Pueden ser las bases para un nuevo tipo de poder –un estado basado en la democracia directa de la mayoría de la clase obrera.
Por supuesto, figuras clave en la izquierda del Labour y los sindicatos intentarán limitar a las asambleas a palabrerío. Intentarán evitar que surja una alternativa obrera. Pero exactamente por esto los socialistas tenemos que pelear por un curso diferente –por centros alternativos del poder obrero y popular y por un enfrentamiento revolucionario al capitalismo.
Vivimos tiempos extraordinarios. Saquemos ventaja de esto. Los imperialistas están divididos, son impopulares y están perdiendo el apoyo de los pueblos. Todo el mundo arde de odio contra Bush. Hagamos todo lo que podamos para transformar la crisis de la guerra global en una revolución global contra los belicistas. Tomemos el llamado: Huelga general global, bloqueo de calles, asambleas populares. De esa forma no sólo podremos parar la guerra – podemos abrir un enfrentamiento global al sistema que causa las guerras.
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Global strikes can stop the war
Liga por una Internacional Comunista Revolucionaria (LRCI)
Workers Power Global #134
09/03/03
In Australia, Greece and Spain, trade unionists are debating strike action
to block the participation of their governments in Bush's oil and power
crusade.
A clear call need to go out from antiwar coalitions, unions, working class
parties and social movements all over the world: Global General Strike
against the war.
This is both a demand on the existing trade union leaders and a call to
action from below. In Britain the union leaders and TUC have adopted a
statement against the war which is long on words and very, very short on
action.
Socialists should demand that the union leaders turn words into action and
call for a mass walkout against the war. They will get huge support from
their members if they do. And we shouldn't wait for the union bureaucrats to
act, but should fight for strikes without their backing if necessary.
International bodies - like the Social Forums and the International
Antiwar Co-ordination meeting on 1 March in London - should also take up the
call. Just as the march on 15 February was a result of a call that began
with the European Social Forum, so we have to use every avenue we can to
raise the call for the global general strike now.
Why? Because if workers refuse to move the troops and supplies, if they
refuse to build America's weapons of mass destruction or broadcast US lies,
Bush can't wage war.
What about the hundreds of millions who don't work? The actions of the
youth and unemployed in Argentina last year and Bolivia last month show the
way. Blockade the Streets! A few hundred activists might be able to
demonstrate at airbases, but far, far more important is getting the millions
who hate this war to cut off the big cities.
We should block the main roads and motorways into and out of the cities,
bring traffic to a standstill and normal business to a halt. Alongside mass
strikes this would force the government to sit up and take notice of the
anger of the majority. Blair patronised us when we took to the streets on 15
February; he scorned the mass revolt of his own MPs in parliament. But we
could pull him down if we took over the streets and walked off the job.
Like the call for a general strike, this a very radical demand. But as 15
February showed, it is possible. If we think big, we can win.
Third, we need to Hold People's Assemblies everywhere. The call for a big
delegate meeting in Westminster Hall on 12 March is a start. We need to make
sure that the meeting is not just a rally or a talking shop, but a
democratic centre for organising action. Socialists should push for the
People's Assembly to draw together representatives not only from local Stop
the War groups, but from workplaces, colleges, schools and estates.
Every union and working class party should have representatives too. We
must demand that it is really democratic and that proposals for a general
strike and street blockades can be really discussed out and voted on. We
should fight for the Assembly to be a new beginning for mass democratic
self-organisation in Britain - for People's Assemblies in towns and cities
everywhere.
Above all, revolutionary socialists should fight for the Assemblies to
become alternative centres of power in society. Starting from the tens of
millions who oppose the war, they can also represent our other struggles and
bring them together. By being regularly re-elected and recalled from below
they can be far more democratic than any capitalist parliament elected only
every five years. They could be the basis for a new type of power - a state
based on the direct democracy of the working class majority.
Of course, key figures in the Labour Left and the unions will try to limit
Assemblies to talking shops. They will try to prevent an alternative working class democracy from coming into being. But that's exactly why socialists should fight for a different course - for alternative centres of working class and popular power and for a revolutionary challenge to capitalism.
We live in extraordinary times. Let's take advantage of them. The
imperialists are divided, unpopular, losing the support of the people. The
whole world burns with hatred for Bush. Let's do all we can to turn the
global war crisis into a global revolution against the warmongers. Take up the call: Global General Strike, Blockade the Streets, Hold People's
Assemblies. That way we can not only stop the war - we can open a global challenge to the system that causes war.
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