Brasil

Contra las medidas del gobierno Lula-Alencar

 

Autor: Alberto Aguirre

Fecha: 17/7/2003

Traductor: Daniela De Oliveira, para P.I.

Fuente: Palavra Operaria No.3


Los trabajadores empiezan a luchar

El descontento de sectores de las clases oprimidas del país comienza a manifestarse frente a la nueva situación generada por la orientación a la derecha del gobierno, y el no cumplimiento de los cambios esperados por el pueblo. Esto es lo que expresa la importante lucha que comienzan a entablar los trabajadores del sector público federal contra la Reforma Previsional, enfrentándose directamente con Lula; los conflictos que surgen acá y allá entre el gobierno y los funcionarios públicos, sumados a los conflictos entre la patronal y los trabajadores del sector privado, como por ejemplo las huelgas metalúrgicas que vienen ocurriendo desde el mes de abril; asi también deben ser vistas las ocupaciones de tierras y bloqueos de rutas realizadas por los campesinos sin tierras, que han aumentado en el último período. Todo esto es lo que está por detrás del actual conflicto entre el gobierno Lula y los diputados de las corrientes de izquierda del PT, asi como entre el gobierno y los intelectuales históricamente ligados al partido. Es que la política económica recesiva del gobierno ha generado un aumento del desempleo, agravado por el aumento del costo de vida. La miseria en el campo y en la ciudad continúa afectando a millones de trabajadores urbanos y agrícolas y campesinos sin tierra. En medio de este escenario, Lula aplica un brutal corte en la inversión del gobierno que serían dedicadas a las políticas sociales, al mismo tiempo que promueve una Reforma Previsional que ataca a la jubilación del conjunto de los trabajadores estatales. Todo para cumplir los acuerdos con el FMI.
La importante manifestación del 11 de junio, donde más de 25 mil trabajadores, en su inmensa mayoría trabajadores estatales, pero también con el apoyo de trabajadores de los sectores privados y de estudiantes, contra la Reforma Previsional, es un importante indicador de que los trabajadores no están dispuestos a soportar que la crisis sea descargada sobre sus espaldas, y ya anunciaron una huelga por tiempo indeterminado del sector para el dia 8 de julio. La manifestación de Brasília fue la primer acción que muestra la disposición de sectores de la clase trabajadora de enfrentarse con el gobierno para defender sus intereses. Sin embargo, este hecho político va más allá: esta fue la primera manifestación de amplitud nacional organizada por los sectores no mayoritarios de la CUT y realizada, en última instancia, en contra de su dirección, que a pesar de haberse colocado al frente de las negociaciones y de haber dado su apoyo formal, en verdad trabajó para boicotearla, como quedó expresado en el repudio de los manifestantes a la figura de Marinho, recientemente electo presidente de la central por indicación de Lula, y en los abucheos a los líderes del bloque del PT y del PCdoB en la Cámara de Diputados durante el acto, mientras los llamados diputados “radicales” del PT eran extremadamente aplaudidos.
Las huelgas de trabajadores estatales realizadas en el ámbito estadual y municipal, indican la misma disposición, como en el caso de sectores en a rama en Belo Horizonte, São Paulo y Rio de Janeiro. Incluso contra gobiernos del Pt como en el caso de Blumenau y Campinas (en esta última hasta llegando a enfrentarse con la policía y contrariando las orientaciones de la dirección del sindicato, controlado por el PcdoB). Se han sumado a estas las luchas protagonizadas por sectores ligados al transporte público, como en el caso de Belém y São Paulo.
Desde abril, sectores de los obreros metalúrgicos, tanto ligados a la CUT como a la Força Sindical, protagonizaron huelgas por la recuperación de los salarios desvalorizados por la inflación. Aunque la enorme mayoría de las luchas en los sectores privados hayan sido aplacadas por la concesión de bonos atorgados a los trabajadores y por la promesa de recomposición salarial en el segundo semestre, estos elementos muestran que el sector de los metaúrgicos puede venir a realizar importantes enfrentamientos con la patronal en el próximo período, principalmente si tenemos en cuenta que este es uno de los sectores más afectados por la crisis.
La situación en el campo no parece conducir a un escenario diferente. La oleada de ocupaciones de tierras y los bloqueos de rutas indican una disposición de sectores de los sin tierra de luchar por sus intereses, aunque para eso tengan que contrariar a sus direcciones nacionales que recomendaron algunos cargos en el gobierno. La dirección mayoritaria del MST sufre divisiones semejantes a las que sufre la CUT , entre sectores del sur y sudeste, más progobierno, y los de la región norte y nordeste. Este recrudecimiento de las luchas en el campo ha generado enfrentamiento cada vez mayores con los terratenientes, que organizan verdaderas milicias armadas que ya asesinaron más sin tierras en este año de que en todo el año pasado. El gobierno amenaza responder ofensivamente contra los sin tierra diciendo que la ley se va a cumplir si no paran la oleada de ocupaciones lo que no significa otra cosa que la represión.
El elemento que diferencia a estas luchas con relación a las luchas protagonizadas bajo el gobierno de Cardoso, es que estas son cualitativamente distintas en la medida en que, en muchos casos, están ocurriendo en contra de sus direcciones, que hoy están completamente alineadas con el gobierno. Todo esto es lo que se expresa superestructuralmente en la crisis con la llamada izquierda del PT que resiste en acompañar el brutal giro a la derecha del gobierno, crisis esta hoy de proporciones nacionales.
Todo esto significa que comienza a gestarse una nueva camada- -pequeña, pero que puede comenzar a dar pasos importantes- de trabajadores y de sectores populares en el país, que juegan un rol de primera lìnea contra las medidas del gobierno y la patronal. Esta camada es hoy conformada principalmente por trabajadores del sector estatal y de otras categorías de los sectores privados, por trabajadores que gravitan en torno a las corrientes de izquierda del PT, y sectores ligados al PSTU y a otras agrupaciones menores, que pueden preanunciar rupturas con el gobierno Lula. Son nuevos sectores de trabajadores que tienen como enorme obstáculo sus mismas direcciones políticas, además de las enormes ilusiones que la población todavía tiene en Lula.
En la medida en que el gobierno profundiza su alineamiento con el FMI y el imperialismo, expandiendo y acentuando las críticas de la burguesía nacional, se crean condiciones para que esa vanguardia se consolide, protagonize importantes luchas en el próximo período y gane las simpatías de sectores del movimiento de masas. En esto radica la importancia de como esta vanguardia se ligue al movimiento de masas, porque, actuando aisladamente, puede sufrir ataques más directos del gobierno. Por eso es importante estar concientes de que, en la medida en que el gobierno logre aplacar los cuestionamientos de los sectores burgueses que hoy comienzan a protestar y, en ela medida en que logre hacer concesiones, por menores que sean al movimiento de masas, eso podría resultar en un aislamiento mayor de estos sectores que hoy salen a luchar. Por eso, es clave dotarnos de una una política que a la vez que profundiza la independencia de esta vanguardia con relación al gobierno, siente las bases para que esta amplíe sus lazos con sectores más amplios del movimiento de masas, enfrentando la política del gobierno, en el camino de la lucha por la independencia política de los trabajadores.


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