Medio Oriente
Un polvorín político
Autor:
El Tablero
Fecha:
30/6/2005
Fuente:
El Tablero
La última semana, Medio Oriente ha vuelto a ocupar el centro de la escena en un tablero mundial cada vez más fluido y cambiante. Por un lado, la situación de inestabilidad en Irak comienza a tener fuertes repercusiones al interior de Estados Unidos.
La insurgencia ha forzado al imperialismo a reconsiderar sus objetivos en Irak. Los EEUU apuestan por un lado al reclutamiento de soldados y policías iraquíes pero por otro lado, los sectores más optimistas esperan que puedan prosperar las negociaciones con la dirección sunnita para ver si los pueden integrar al proceso constituyente y al gobierno, y de esa manera intentar quitarle sustento a la resistencia.
Después de pretender estabilizar la situación en el país, la administración Bush ahora declara que se conforma con entrenar al número suficiente de tropas fieles al gobierno pro-imperialista del presidente Talabani y el premier Jaafari. La insurgencia a dado muerte a miles de iraquíes, en su mayoría miembros de las fuerzas de seguridad del gobierno, y a más de 1.700 soldados americanos. Este hecho ha empujado a EEUU a lanzar operaciones de bombardeo sobre la provincia sunita de al-Anbar, en la frontera con Siria, para tratar de frenar el fortalecimiento de la insurgencia que controla parcialmente algunas ciudades de esa región.
El hecho es que la resistencia iraquí no se ha visto diezmada por el proceso político abierto luego de las elecciones de enero de este año que llevaron al gobierno a Talabani (kurdo) y a Jaafari (chiíta), sino todo lo contrario. Esto preocupa sobremanera a la Casa Blanca. Sin ir más lejos, el domingo, el Secretario de Defensa Donald Rumsfeld tuvo que confesar que la insurgencia podría durar de 5 a 12 años más.
Debemos estar atentos a la situación en Irak, ya que fue y sigue siendo la apuesta más fuerte de la administración Bush para detener la declinación histórica de EEUU y cualquier revés en esta aventura tendrá consecuencias enormes en todo el tablero de la política internacional.
El incipiente resurgir del malestar contra la guerra, sobre todo dentro de EEUU, podría rápidamente convertirse en un nuevo activismo que retome el camino de la acción directa para enfrentar la actual ocupación imperialista de Irak. Desde El Tablero, llamamos a todos nuestros oyentes y a los trabajadores y la juventud combativa a levantar bien alto la bandera por el retiro inmediato de todas las tropas imperialistas de Irak y Medio Oriente.
Otro punto caliente de Medio Oriente es el vecino país de Irán, donde el viernes se realizó el balotaje para las elecciones presidenciales. En lo que algunos analistas políticos definieron como un “tsunami político”, el ultra conservador Mahmud Ahmadinejad literalmente aplastó a su rival, el pragmático ex presidente Akbar Rafsanjani, obteniendo el 61,6% de los votos.
Sin bien ambos candidatos son del riñón de la casta clerical que dirige el país desde la revolución de 1979, Rafsanjani centró su campaña en la necesidad de recomponer las relaciones con EEUU mientras que Ahmadinejad llegó a la presidencia con un discurso de dura crítica a Occidente y de defensa de las empresas públicas. Habrá que ver hasta que punto Ahmadinejad lleva su discurso de enfrentamiento con EEUU y las petroleras europeas. Lo que es seguro es que la presión imperialista y el gran fracaso del partido reformista, dirigido por el actual presidente Jatami, que no llevó adelante ninguna de las reformas democráticas que demandan las masas, llevaron a sectores con sentimientos anti norteamericanos a votar al ala ultraconservadora del régimen islámico. Otra cosa segura es la continuidad de la opresión y la represión sobre amplias capas de la población, como las mujeres, la juventud y los partidos de izquierda.
EEUU intenta minar las bases del nuevo gobierno alentando un proceso similar a la “revolución del cedro”, acontecida a principios de año en El Líbano, donde movilizaciones de masas que cuestionaban a un gobierno “hostil” propiciaron el fortalecimiento de sectores pro imperialistas. Sin embargo, el partido reformista de Jatami y su debacle puede dejar una lección: la única forma de acabar con la opresión política que ejercen los ayatolás sin reemplazarla por un gobierno que simplemente represente los intereses yanquis como el de Jaafari en Irak, es desarrollar una política independiente de los clérigos demagogos, basada en la necesidad de expulsar de una vez por todas al imperialismo de toda la región, empezando por Irak, país en el que los propios clérigos de Teherán cumplen un papel de bomberos a favor de los yanquis.
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