Izquierda Marxista

Brasil. Por una Reorientación de Izquierda

 

Autor: Joao Machado

Fecha: 1/11/2003

Traductor: Rossana Cortéz- especial para P.I.

Fuente: INPRECOR 485/486- sept/Oct 2003


[IMPRECOR es el organo internacional del Secretariado Unificado -bimensual- cuya principal seccion es la LCR de Francia.]
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POR UNA REORIENTACIÓN A IZQUIERDA, LUEGO DE NUEVE MESES DE GOBIERNO DE LULA

Después de nueve meses de existencia, el gobierno de Lula ha confirmado su carácter contradictorio y en muchos aspectos, incluso sorprendente. Entre las mayores sorpresas, subrayemos la de una política económica en perfecta continuidad con la del gobierno anterior que el PT había combatido y el montaje de una base de apoyo parlamentario y político que incorpora a casi todas las fuerzas de derecha existentes en el país (2). De hecho, en lo que concierne a la derecha, únicamente los partidos que habían formado el eje del gobierno de Fernando Henrique Cardoso (FHC), el Partido Socialdemócrata Brasileño (PSDB) y el Partido del Frente Liberal (PFL) constituyen formalmente la oposición; dicho esto, estos partidos han sido socios del gobierno en algunas de sus iniciativas más importantes, por ejemplo la reforma del sistema de jubilaciones. No se trata de una incoherencia del PSDB y del PFL: el proyecto de reforma de las jubilaciones presentado por el gobierno de Lula retoma las líneas generales de los proyectos precedentes de esos partidos, que no habían podido ser aprobados en su integridad, en gran parte, a causa de la oposición del PT. Sobre esta cuestión, el gobierno de Lula tuvo que enfrentar a sectores del movimiento social, y en el terreno parlamentario, principalmente a la izquierda del PT y de los sectores de otros partidos de izquierda.
Por otra parte, sin embargo, la política internacional, la de la reforma agraria y otras políticas sectoriales del gobierno de Lula han sido coherentes con el programa histórico del PT. En este terreno, se registran cambios significativos con la práctica del gobierno anterior, al tiempo que enfrenta grandes dificultades, teniendo en cuenta las opciones políticas y económicas más generales del gobierno afirmadas hasta el momento.

Un balance inicial del gobierno

Las grandes contradicciones mencionadas vuelven complejo el ejercicio tendiente a establecer un balance equilibrado de este proceso. Sin embargo, es necesario intentarlo.
Por el peso que tienen en la definición de las posibilidades del conjunto de la política gubernamental, conviene comenzar por el balance en lo que concierne a las opciones políticas generales así como por la política económica adoptada.
El núcleo dirigente eligió evitar un enfrentamiento global con las clases dominantes, nacionales e internacionales. Y más aún: intenta mantener un grado de acuerdo suficiente con ellas. El eje político del gobierno ha consistido en ampliar las alianzas con los adversarios políticos de PT, mientras le reclama paciencia al pueblo en general y a los movimientos sociales en particular.
Esto conduce a un alejamiento de lo que el documento aprobado por el Encuentro Nacional del PT de diciembre de 2001 definía como el "eje democrático" del programa del partido: apoyarse en las movilizaciones populares para viabilizar las medidas que enfrentan la resistencia de las clases dominantes y orientarse hacia la puesta en marcha de los mecanismos de democracia participativa. De hecho, aún cuando algunas iniciativas del gobierno y de los movimientos sociales pueden considerarse como etapas iniciales en dirección a la democracia participativa, tales como los procesos de consulta y de debate en diversos sectores y sobre diferentes temas, que mantienen abiertos algunos canales de diálogo con la sociedad, esto no es lo que predomina. En realidad, el gobierno no ha sometido sus elecciones centrales, en particular sobre política económica, a ninguna forma de debate con los movimientos sociales y con la sociedad.

Orientación económica neoliberal

La política macro económica se ha ubicado en el marco de la continuidad y no existe ningún signo serio de búsqueda de una transición hacia otra política. El gobierno se concentró en la austeridad fiscal, acrecentando principalmente "el excedente fiscal primario" (3), en la política deflacionista conservadora (aumento de las tasas de interés) y en la búsqueda de confianza de los mercados financieros.
Esta orientación ha contribuido a detener la depreciación de la moneda brasileña, el real incluso tuvo una revalorización significativa, y también a reducir la inflación de manera significativa. Por lo tanto, el riesgo de una crisis de convertibilidad inmediata se ha descartado. Pero, contrariamente a lo que pretende el gobierno, esto no se debió esencialmente a un saneamiento que justificaría la "confianza" en la economía brasileña, sino más mediocremente, al flujo de capitales especulativos favorecido tanto por la tendencia internacional de estos últimos meses como por las altas tasas de interés brasileñas.
Entonces, estos resultados son muy precarios. En realidad, la dependencia externa de la economía brasileña no fue reducida para nada. Por el contrario, es importante destacar las graves consecuencias negativas de la política económica: una recesión profunda (en la hipótesis más optimista, a fines de 2003 se registrará un estancamiento), un alza brutal del desempleo (que ha alcanzado un récord histórico en agosto) y la caída de los ingresos reales de los trabajadores y de toda la sociedad (todos estos hechos están comprobados por las diversas estadísticas que se publican). Además, la combinación de un excedente fiscal primario con tasas de interés elevadas implica una inmensa transferencia de riquezas hacia los detentores de activos financieros, es decir hacia los sectores más ricos. Si bien el ingreso de conjunto de la población se ha reducido, al mismo tiempo se ha concentrado más aún. Finalmente, la austeridad fiscal impone restricciones a todas las políticas gubernamentales.
Las consecuencias negativas de esta política macro económica serán difíciles de superar. El mantenimiento de un excedente fiscal primario elevado está programado para todo el período del mandato presidencial de Lula, lo que compromete la capacidad de inversiones públicas. La baja de los ingresos de la sociedad inhibe las inversiones privadas. Así, aún en caso de una reducción de las tasas de interés (lo que, en vistas de la reducción de la inflación, forma parte de la lógica de la política monetarista en curso y entonces, no sería de ninguna manera un signo de su abandono) la reactivación económica tenderá a estar limitada y siempre será precaria, a causa de la vulnerabilidad externa de la economía brasileña.
Resultando fundamentalmente de la política económica adoptada, y en particular de la búsqueda desenfrenada de la "confianza" de los mercados, la reforma de las jubilaciones se salda con un balance particularmente negativo. El proyecto del gobierno ha golpeado directamente a los funcionarios y a la CUT, es decir, a las fuerzas sociales que jugaron un papel decisivo en la victoria de Lula. Dentro del PT, y en particular en su base militante activa, esto ha provocado un amplio descontento. Aún cuando todo esto ha conducido a modificaciones parciales del proyecto, que reducirían sus perjuicios, estas modificaciones fueron insuficientes para cambiar su carácter (4).

Una nueva política internacional.

Hasta el momento, la política internacional ha sido el aspecto más positivo de la orientación del gobierno. Además de la actitud adoptada contra la agresión de Estados Unidos en Irak, y pasos en dirección de la afirmación de una política exterior independiente, son los intentos de construcción de una unidad sudamericana así como los que tienden a hacer aparecer un frente de los países llamados "en desarrollo" los que pueden oponerse a los intereses de los centros imperialistas cuyos efectos fueron visibles en la conferencia de la OMC en Cancún y merecen ser destacados. Brasil también se ha opuesto a Estados Unidos en lo concerniente al ALCA. Aunque las negociaciones sobre este tema continúan, el gobierno ha buscado reducir su alcance, dando a entender que eventualmente podría aceptar una versión "light" del proyecto, del que estarían excluidos los terrenos que superan los límites comerciales (tales como la regulación de las adquisiciones gubernamentales y de las inversiones) y exigiendo concesiones importantes de Estados Unidos. Sin embargo, dadas la vulnerabilidad del país a las presiones externas y las divisiones dentro del gobierno, el resultado de este proceso sigue siendo incierto. Así, la propuesta de un referéndum, adelantada por la Campaña continental contra el ALCA para obtener la negativa integral al proyecto, sigue siendo de una candente actualidad.

En contrapunto a la política del Ministerio de Relaciones Exteriores aparecen así los aspectos de la política extranjera que dependen del Ministerio de Finanzas, como las relaciones con el FMI. Allí prevalece una posición conservadora. Recientemente, esto dio lugar a una situación paradójica: cuando el presidente argentino negociaba un acuerdo enfrentando (parcialmente) las presiones del FMI, obtuvo el apoyo de los jefes de estado latinoamericanos, e incluso de Estados Unidos, pero no el de Lula. La prensa sugirió que Kirchner se ha quejado del excesivo servilismo del gobierno brasileño en este plano, lo que parece plausible. Por su parte, Lula se opuso a las críticas que le reprochaban aceptar injerencias excesivas del FMI, con el dudoso argumento que las opciones más controvertidas, tales como el excedente fiscal primario de 4,25% del PIB fueron decididas por el gobierno brasileño independientemente de las presiones.

Y parece realmente que una buena parte de las decisiones económicas más criticables tomadas por el gobierno no fueron a causa de las presiones del FMI. Por ejemplo, actualmente se desarrolla una discusión sobre la utilidad de un nuevo acuerdo con el FMI y numerosos sectores del gobierno han dicho que esto dependerá de la posibilidad de negociar condiciones más flexibles, en particular en lo que concierne al método de cálculo del excedente fiscal primario, de manera de permitir inversiones públicas más importantes y aumentar los gastos sociales (por ejemplo, pagando las tierras redistribuidas en el marco de la reforma agraria con títulos de la deuda agrícola, lo que, según el método vigente, sería contabilizado como un endeudamiento interno y debería deducirse del excedente fiscal primario). En este debate, Palocci, ministro de Finanzas, se ha opuesto a toda flexibilización significativa, aún cuando esto era aceptado por el FMI. Por lo tanto, se puede decir que el núcleo que determina hoy la política económica brasileña se muestra más ortodoxo - conservador que el mismo FMI.

La reforma agraria cerrada con candado.

El conservadurismo de la política económica ha sido un obstáculo importante para la reforma agraria. A partir de la formación del gobierno de Lula, el Ministerio de Desarrollo Agrario (5) ha establecido una relación constructiva con los movimientos sociales rurales y ha buscado un amplio diálogo con la sociedad. Así, ha nacido una nueva concepción de la reforma agraria y de la agricultura familiar y cooperativa, integrada a un proyecto de cambio de la economía y de la sociedad. En lo inmediato, se trata de intentar salvar el establecimiento de los campesinos sin tierra realizados por el gobierno anterior (y que no han recibido ningún medio para explotar las tierras acordadas) para asegurar los derechos de ciudadanía y superar la desorganización de la producción. El financiamiento de la cosecha de los pequeños productores y el desarrollo de alternativas económicas en vistas de viabilizar esos establecimientos son los primeros resultados concretos de este proceso. Por otra parte, el gobierno se ha comprometido a establecer con urgencia, todavía en 2003, a 60.000 familias sin tierra que viven en campamentos. Finalmente, el Ministerio ha dado muestras de determinación para enfrentar la resistencia armada criminal de los latifundistas, que organizan milicias privadas. Se pronuncia por una acción firme e inmediata que apunta a castigar a los responsables e impedirles constituir un "estado latifundista" en el campo.

Sin embargo, esta política se ve cuestionada por las restricciones presupuestarias impuestas por la política económica adoptada. Por ejemplo, por falta de medios para pagar a los latifundistas (6) las tierras que permiten establecer los beneficiarios de la reforma agraria, el compromiso de establecer a las 60.000 familias en 2003 no podrá realizarse (7) . Este ejemplo, entre otros, prueba si era necesario la contradicción entre el cambio social anunciado y el mantenimiento de los fundamentos del modelo económico heredado del gobierno de FHC.

Marcha atrás en los transgénicos

Otra cuestión controvertida opone la concepción que prevalece en el sector económico a los otros sectores del gobierno: la cuestión de los organismos genéticamente modificados o transgénicos. El sector más conservador del gobierno, con el Ministerio de Agricultura en primera línea, ligado al agro - bussines, ha luchado por la liberalización del empleo de transgénicos (contrariamente a la política defendida tradicionalmente por el PT de conjunto). El Ministerio de Medio Ambiente, el de Desarrollo Rural, el movimiento ambientalista, los movimientos sociales del campo (en especial, el MST), los sectores progresistas de la iglesia católica y la evangélica, la CUT y una gran mayoría del PT se oponían a semejante liberalización. El gobierno terminó promulgando una "medida provisoria" (MP) liberalizando el cultivo de semillas genéticamente modificadas de soja hasta 2004, repitiendo así un procedimiento ya empleado al inicio de su mandato, cuando autorizó la comercialización de la cosecha de soja genéticamente modificada plantada ilegalmente. Estas elecciones contribuyeron ampliamente a la usura del gobierno a los ojos de los movimientos sociales progresistas. Es posible que su voto en el Congreso sea una nueva ocasión para un importante enfrentamiento entre el gobierno y los sectores del PT.

Los primeros nueve meses de la política gubernamental revelan así una dinámica de conflicto, tanto en su seno como entre esta y las fuerzas sociales que han contribuido a su triunfo electoral. Estas contradicciones son cada vez más notorias. Si en algunos casos el gobierno de Lula pudo aparecer como un socio de los movimientos progresistas, como ocurrió en la Conferencia de la OMC en Cancún, también se ha opuesto frontalmente a estos movimientos en cuestiones importantes, como la reforma de las jubilaciones y el debate sobre los transgénicos. En otros terrenos, como en el de la reforma agraria, el gobierno no pudo cumplir sus compromisos por las restricciones presupuestarias y la concepción conservadora de la política económica, lo que condujo a los movimientos sociales rurales a demandar lo debido con más fuerza.

Los movimientos sociales frente a la complejidad

En esta situación, los movimientos sociales tuvieron que enfrentar a una modificación seria de su modo de actuar. La elección de Lula a la presidencia, identificada como una derrota electoral del neoliberalismo, ha representado una victoria del movimiento sindical y popular y ha renovado su capacidad de organización y de movilización. Pero, al mismo tiempo, las condiciones sociales y económicas desfavorables al movimiento se han agravado más, en primer lugar, el desempleo. Si bien las condiciones políticas han sido modificadas, el hecho que el gobierno de Lula ha tomado la defensa y ha puesto en práctica orientaciones contrarias a las aspiraciones de los movimientos sociales las ha ubicado en un nuevo marco, más complejo. Una fase de espera hacia el gobierno está por dar lugar a una nueva fase, que incluye una actitud crítica hacia diversos aspectos de su política y un proceso de reorganización, de unificación y de movilización de los movimientos sociales con el objetivo de hacer presión sobre el gobierno y de discutir sus elecciones.

El reciente emplazamiento de la Coordinadora de los movimientos sociales por iniciativa de la CUT, del MST, de la Marcha Mundial de las mujeres, de la Unión Nacional de Estudiantes y de otras estructuras constituye un gran paso en esta dirección. Ha sido creada a partir de la convicción que únicamente una movilización popular lo suficientemente fuerte y unitaria podrá garantizar las conquistas de la clase trabajadora. La mayoría de estos movimientos participantes ya tienen experiencia de una actividad común en el campo contra el ALCA, lo que ha contribuido a que adopten de entrada una visión crítica de la política económica del gobierno de Lula. La Coordinadora elaboró inicialmente una campaña por el empleo, concebida como la principal acción común, a partir de la evaluación que esta lucha, en la actualidad, tiene el mayor potencial movilizador y que permite la más amplia unidad. Esta campaña se apoya en una amplia plataforma, que incluye, entre otras, la reforma agraria, la soberanía nacional y la puesta en el orden del día del rol social del estado.

Asistimos entonces a una importante politización de los movimientos sociales, cuyo eje central es la redefinición de su rol frente al gobierno. Contribuir al desarrollo de este proceso en el sentido de la afirmación de los movimientos sociales como sujeto fundamental del conflicto de orientación de la sociedad y del gobierno constituye la principal tarea de la izquierda brasileña hoy. La relación de fuerzas en el seno del gobierno, actualmente desfavorable para los trabajadores, no podrá ser modificada más que por fuertes movilizaciones sociales que defenderán una política alternativa de conjunto.

Una plataforma para cambiar el rumbo.

La elaboración de una plataforma amplia para enriquecer y orientar el debate programático en la sociedad reviste una importancia central en este momento. Tal plataforma podría construirse, entre otras, alrededor de los siguientes elementos:

1 - La comprensión que la participación popular en las decisiones políticas constituye un elemento decisivo para la afirmación de un gobierno de izquierda (la democracia participativa es uno de los ejes de las Directivas del programa de gobierno adoptadas por el XII Encuentro Nacional del PT, que tuvo lugar a fin de 2001 en Recife).

2 - Una política económica alternativa. A partir de comienzos del año, numerosos economistas ligados al PT o a la izquierda han criticado las orientaciones económicas del gobierno y han defendido una estrategia alternativa. Tal estrategia corresponde igualmente a las ideas presentadas tanto en el texto de las Directivas aprobadas en el Encuentro de 2001 como en el Programa de gobierno de 2002. Parcialmente se las encuentra también en la Orientación Estratégica del Plan Plurianual propuesto para la discusión en junio de 2003 por el Ministerio de Planificación, que está en conflicto con el Ministerio de Finanzas y el Banco Central (pero el Plan Plurianual no tiene el mismo peso real que las medidas de política económica concreta adoptadas por las finanzas y el Banco Central). Las ideas centrales de esta alternativa son:
a) La comprensión que el mayor problema de la economía brasileña reside en su vulnerabilidad externa, el aspecto más agudo de su dependencia económica. Este es el problema que hay que afrontar en primer lugar, lo que no puede hacerse buscando "ganar la credibilidad" por ajustes fiscales más grandes, lo que, al contrario, conduce a exacerbar la dependencia hacia los intereses y los humores de los mercados financieros. Esto implica, entre otras cosas, establecer un control sobre los movimientos de capitales. Además, la necesidad de enfrentar la deuda externa fue puesta en el centro del debate al menos por tres hechos recientes: una declaración, con fecha 1 de septiembre, de Celso Furtado, el economista brasileño más conocido, a favor de la proclamación de una moratoria para renegociar la deuda; el ejemplo dado por Argentina en la renegociación de su deuda; finalmente, la divulgación, a mediados de septiembre, de un estudio del propio FMI que reconoce que "los países que declaran la moratoria, como Argentina, tienen grandes chances de reducir el peso de su deuda en relación con su PIB y de volver a encontrar el crecimiento en un plazo relativamente corto" (8).
b) La reactivación del crecimiento económico por la reducción de las tasas de interés y el abandono de la concepción que privilegia "el excedente fiscal primario". Esto hará viable la aspiración de reducir el desempleo (que deberá reforzarse con políticas específicas) y a aumentar el ingreso de los trabajadores. Se trata entonces de una clave para la reducción de la miseria y de las desigualdades sociales. Esto debe combinarse con un mayor esfuerzo del desarrollo a partir de la expansión del mercado interno, lo que tradicionalmente ha sido la propuesta del PT (por otra parte, reactivación en la Orientación Estratégica del Plan Plurianual 2004 - 2007). Dicho de otro modo: es necesario poner el acento sobre la búsqueda de un proyecto nacional del desarrollo, como siempre ha hecho el PT.
c) Un proyecto nacional de desarrollo no se opone a la ampliación de las relaciones con los países de América latina y con otros países que se encuentran en condiciones similares a las de Brasil. Este aspecto de la política internacional del gobierno de Lula es importante y debe ser reforzada. Por el contrario, todo proyecto de desarrollo se opone al del ALCA.

3 - La defensa de la reforma agraria y un proyecto de nuevo modelo agrícola son las condiciones de un proyecto democrático y popular de desarrollo. La cuestión agraria es una cuestión contemporánea, no resuelta nunca desde el punto de vista de los intereses populares. Los problemas sociales, económicos y ambientales, que se agravan en el campo, revelan la necesidad de un nuevo modelo agrícola, que debe pasar por una profunda modificación de la estructura agraria y de los programas de ayuda a la producción y a la comercialización de la agricultura familiar y los establecimientos de reforma agraria. El Plan cosecha de la agricultura familiar, presentado recientemente por el gobierno federal, representa una medida importante, una apuesta al reforzamiento de un sector que podrá jugar un rol aún más central en la agricultura brasileña. Resolver la cuestión agraria, integrarla en un proyecto de desarrollo sostenido por el mercado interno pasa sin embargo por la puesta en marcha de una reforma agraria ampliada y fundada sobre nuevas bases: la promoción de la democratización del acceso a la tierra, al poder y al ingreso de una parte importante de la población que vive y trabaja en el mundo rural brasileño, de una ocupación más equilibrada del territorio, de la preservación del medio ambiente. Esta es la condición necesaria para realizar la soberanía alimentaria y dinamizar la economía regional. La defensa de la reforma agraria se inserta también en el combate contra la herencia neoliberal y contra los sectores más conservadores de la sociedad brasileña. La contrarreforma agraria conducida por FHC apuntaba a privar de legitimidad y a criminalizar a los movimientos, a descalificar las instalaciones de los sin tierra localizándolos en sectores aislados y privándolos del sostén de políticas de ayuda a la producción y a la comercialización. El compromiso activo con la reforma agraria implica una amplia solidaridad militante con los movimientos como el MST, la CONTAG y otros que cumplen un rol democrático y civilizador, de manera de reforzar la presión social para enfrentar la reacción de los latifundistas y sus milicias símbolos del arcaísmo e instigadores de la violencia. Entre las tareas necesarias en vistas de desarrollar un nuevo modelo de reforma agraria, es necesario llevar adelante la expropiación de las tierras que disponen ya de una infraestructura, la concentración de los establecimientos y su transformación en espacios que garantizen la calidad de vida y de la producción. Este modelo también debe integrar la agricultura familiar y cooperativa a las estructuras de comercialización y a las de transformación agro - industrial. Este es el único medio para construir un nuevo modelo de agricultura, a la vez económicamente eficaz, socialmente justo y sostenible desde el punto de vista ecológico.

4 - Un nuevo internacionalismo. La elección de Lula en 2002 formó parte del rechazo creciente al neoliberalismo a través del mundo. Pero las principales medidas de política económica tomadas en el curso de los primeros meses por el gobierno están en conflicto con las expectativas y los ardientes deseos del más amplio militantismo planetario contra la mundialización neoliberal, que se expresa en las diversas movilizaciones contra las instituciones multilaterales, en el Foro Social Mundial, en el seno de la Marcha Mundial de las Mujeres (que se ha constituido como una fuerte organización en Brasil), de la red internacional de los movimientos sociales, de la campaña continental contra el ALCA, de la Alianza Social Continental, de la Via Campesina, de la Coordinadora de Centrales Sindicales del Cono Sur.
El refuerzo de estas iniciativas internacionales, al enriquecer las luchas en el plano nacional por su dimensión mundial y al unir las experiencias nacionales de combate con las campañas regionales y mundiales, constituye el germen de un nuevo internacionalismo, que podrá impulsar las luchas en el mundo entero y reforzar las iniciativas populares de la izquierda brasileña. Así, las posiciones más progresistas adoptadas por el gobierno de Lula en el plano internacional también podrán ser reforzadas.

Las perspectivas del PT y de la política de la izquierda.

La conquista del gobierno federal por el PT ha abierto una nueva etapa en la trayectoria del partido. Su capacidad de concretar las esperanzas construidas en las luchas y a través de la conquista de la Presidencia de la República está en juego, como también está en juego la capacidad del PT de seguir siendo fiel a su programa de transformación de la sociedad brasileña en dirección hacia el socialismo. El período inicial del gobierno puso en cuestionamiento esta capacidad.

La concepción que ha prevalecido en el gobierno implica una relación conflictiva con la base social fundamental del PT. Las alianzas realizadas están en contradicción con el programa de gobierno defendido en el curso de la campaña electoral; el proceso de democratización de la gestión pública, de carácter popular, no ha comenzado. Pero por otra parte, en lo que concierne a la política externa, la de la reforma agraria y otras políticas sectoriales del gobierno, las medidas ya tomadas corresponden a las posiciones históricas del PT. Todo esto conduce al desarrollo de un proceso conflictivo y al cuestionamiento en el seno del Partido, entre sus electos y en su base social. Los posicionamientos en defensa del programa histórico y de su funcionamiento como un partido democrático y activo ganan terreno.

Las Directivas aprobadas por el XII Encuentro Nacional, en diciembre de 2001, al igual que el Programa de gobierno adoptado en junio de 2002, constituyen una elaboración limitada, por cierto, pero muy importantes, porque constituyen el punto de vista oficial del partido. La izquierda del PT debe reivindicar esta elaboración como el punto de partida del debate sobre la orientación del gobierno; así es posible rebobinar el hilo de la trayectoria del PT y respetar la legitimidad de nuestros Encuentros.

El gobierno no puede ahogar las actividades del partido. Las raíces del movimiento que ha construido el PT desde hace 23 años se hunden en la clase trabajadora y el pueblo y se expanden. La historia de la construcción del PT es la historia de las luchas sociales, políticas y culturales en la sociedad brasileña, también es una historia de debates internos. Hay fuertes argumentos para que este proceso continúe:

a) La trayectoria del PT es la de las clases sociales y los sectores sociales que el PT busca representar y que se sienten representados por él;
b) La izquierda del PT tiene un gran peso en el seno del partido;
c) El pluralismo, la democracia interna y el derecho de tendencia constituyen la tradición del PT;
d) Las referencias programáticas del PT se construyeron a lo largo de su recorrido y están basadas en su experiencia.

No sería entonces correcto, sobre la base de la orientación gubernamental en el curso de nueve meses, concluir que el juego está terminado, como si las opciones elegidas expresaran de manera homogénea todo el movimiento y determinaran su futuro; como si no hubiera contradicciones ni fuerzas que se desplazan frente a ellas. El PT viene de pasar momentos de crisis y continúa desarrollando su suerte durante un período, del que no es posible hoy determinar su duración. Las confrontaciones fundamentales están frente a nosotros, ya se trate de cuestiones de gobierno o de cuestiones de actividad del partido (elecciones de 2004, renovación de la dirección del partido y los Encuentros en 2005).

La comprensión de la profundidad de la crisis actual no debe llevar a la conclusión de que no es posible superarla, apoyándose en el PT y en los múltiples conflictos que se desarrollan en la sociedad. Por el contrario, debe permitir una mirada crítica sobre las alternativas en gestación en esta situación. No es la salida precipitada de todos los pequeños fragmentos del PT que se reúnen en el PSTU (9) que podría constituir una alternativa, porque tal posibilidad no tiene nada en común con la significación histórica del PT desde su creación.

Lo puesto en juego actualmente, es agregar a las fuerzas de izquierda para intervenir en la misma dirección, sabiendo que un proceso conflictivo puede conducir a más de un desdoblamiento. La lucha por el PT como partido socialista y democrático no está terminada. A partir de esta evaluación, la Tendencia Democracia Socialista propone la construcción de una gran corriente de izquierda en el seno del PT, capaz de formular contribuciones programáticas, de intervenir en los conflictos centrales en curso, de dirigirse al conjunto del movimiento social alrededor del PT y de la experiencia gubernamental, discutiendo sus orientaciones estratégicas.

Una batalla contra la transformación del PT en correa de transmisión de las decisiones gubernamentales es necesaria. Es necesario combatir para restablecer un procedimiento partidario, basado en la democracia interna y en el programa del partido (este programa y las decisiones de los Encuentros deben constituir el fundamento de la unidad del partido). La oposición a las medidas disciplinarias tomadas o propuestas por la mayoría de la dirección del PT (10), y especialmente el combate contra las amenazas de exclusión de los parlamentarios (11), es un aspecto fundamental de esta lucha. Las sanciones contra los que han votado en base de las posiciones defendidas por larga data por el partido, incluso durante la campaña electoral, y que fueron modificadas por la mayoría del ejecutivo en ausencia de un amplio debate democrático, no pueden considerarse en ningún caso como legítimas.

Por otra parte, es importante destacar que el debate sobre la orientación del PT no puede concebirse como limitándose a una discusión interna en el partido. Este debe ser un debate que atraviese el amplio movimiento político y social para el que el PT es una referencia. El PT en sentido amplio reúne, en efecto, lo más expresivo en la izquierda brasileña. Es este conjunto amplio, fruto de más de veinte años de luchas democráticas y sociales, para quienes el PT constituye la referencia esencial, que debata ya la orientación de nuestro movimiento. Es precisamente en su seno que hay que ser capaz de presentar soluciones que correspondan a los problemas a enfrentar, con una visión de conjunto alternativa a la orientación de la actual mayoría de la dirección del partido.

La participación gubernamental conduce a que las políticas de la mayoría del partido sean testeadas mucho más rápidamente, como es el caso en lo que concierne a la política económica. El proceso de confrontación de las orientaciones es acelerado enormemente y conduce a una dinámica de entrecruzamiento del espacio partidario y de las luchas sociales. Hay una politización más grande de los movimientos y de las amplias capas sociales que están mucho más informadas de estos debates. Entre estos últimos se ha desarrollado rápidamente una actitud crítica frente al gobierno.

Hay más de una posibilidad de evolución del tablero que se acaba de describir. La perspectiva que mejor orienta una intervención de la izquierda es la de combatir por una reconstrucción socialista del Partido de los Trabajadores. Esta es también la que corresponde mejor a la nueva situación política: marcada por el aumento de los conflictos y de las movilizaciones, la coyuntura no puede considerarse como a la defensiva.

La construcción del PT como partido socialista y democrático ha sido el elemento estratégico que ha permitido el crecimiento de la izquierda en Brasil. Por eso es necesario luchar para reconstruir este proyecto. Al hacer la elección contraria, el riesgo de una fragmentación de la izquierda se volvería dominante y estaría abierto el camino para otros retrocesos en la lucha política y social. La izquierda del PT está en condiciones de enfrentar el debate sobre la orientación del partido con la legitimidad de quien defiende su proyecto histórico y estratégico: el proyecto de un partido socialista y democrático. Esta perspectiva permite construir una amplia corriente de izquierda como polo de referencia socialista.

Notas al pie:
* Joao Machado, profesor de economía de la Universidad Católica de Sao Paulo, es miembro de la coordinación de la Tendencia Democracia Socialista (que agrupa a los militantes del Partido de los Trabajadores que se identifican con la IV Internacional). Miembro del PT desde su fundación, ha sido miembro del ejecutivo nacional del partido en el pasado. Este artículo se inspira en el anteproyecto de resolución presentado por la coordinación de la Tendencia Democracia Socialista con miras al debate de su próxima conferencia; en este artículo se utilizaron fragmentos de este anteproyecto.
2-Ver "Las dos almas del gobierno de Lula" Inprecor 478/479, enero - febrero de 2003.
3-Constituido por el total de la recaudación en todos los niveles del gobierno menos los gastos no financieros. Es decir, por los recursos presupuestarios destinados al pago de intereses de la deuda pública.
4- El proyecto puede ser modificado todavía a partir de la discusión en el Senado, pero no se esperan grandes cambios.
5-El Ministerio de Desarrollo Agrario, también llamado "Ministerio de la Reforma Agraria" está dirigido por Miguel Rosseto, ex vicegobernador del estado de Rio Grande do Sul y militante de la Tendencia Democracia Socialista del Partido de los Trabajadores. Este Ministerio es independiente del Ministerio de Agricultura, dirigido por su parte por un pro - latifundista. Destaquemos, por otra parte, que el gobierno brasileño, que no es responsable frente al Parlamento, no pone en práctica reuniones de un Consejo de ministros, estos últimos son directamente responsables frente al Presidente.
6-La ley brasileña heredada de los gobiernos anteriores prevé, en lo que concierne a la reforma agraria, la posibilidad de "expropiar" las tierras "improductivas" resarciendo a los propietarios (latifundistas) en dinero o con "títulos de la deuda agrícola". Estos últimos se negocian en el mercado por debajo de su monto nominal, por lo tanto, el resarcimiento en títulos es menos interesante para los latifundistas... El acuerdo con el FMI que estipula que el "excedente fiscal primario" no debe ser inferior a 4,25% del PIB y el modo de cálculo de este último que incluye a estos títulos en el débito de este "excedente" reduce la capacidad del Ministerio de Desarrollo Rural y protege de esta manera a los latifundistas.
7-También había allí un problema de gestión. Después del reemplazo, a comienzos de septiembre de 2003, del presidente del INCRA (Instituto Nacional de Colonización y Reforma Agraria, órgano del Ministerio encargado directamente de la reforma agraria) se observa una aceleración del proceso de los establecimientos de los beneficiarios de la reforma agraria. La cifra de 60.000 familias se podrá alcanzar probablemente a comienzos del año 2004. Esto no significa que el proceso de reforma agraria sea fácil. No es cierto que el Ministerio dispondrá de medios para establecer de nuevo a 60.000 familias en el año presupuestario 2004... e incluso esta cifra es modesta con respecto a las necesidades: varios centenares de miles de familias ocupan tierras a la espera de un establecimiento...
8-Citado en Folha de Sao Paulo del 12 de septiembre de 2003. Una anécdota que corre en los círculos de izquierda anuncia que el Ministro de Finanzas (Palocci) va a romper ahora con el FMI, porque el FMI está demasiado a la izquierda...
9-El Partido Socialista de los Trabajadores Unificados (PSTU) salió de la escisión del PT de la tendencia Convergencia Socialista (corriente trotskista identificada con el "morenismo") en 1992 después del primer congreso del PT, en el que se adoptó una reglamentación de las tendencias internas en el PT (que Convergencia Socialista no aceptó), y antes del VIII Encuentro Nacional (junio de 1993), en el curso de la cual la izquierda del PT obtuvo por primera vez más representantes que la corriente moderada (dirigida por Lula) en el seno de la dirección del partido. Poco después de esta escisión algunos militantes (que fueron los más fanáticos partidarios de la "salida" del PT) dejaron el PSTU y formaron la CST (Corriente Socialista de los Trabajadores, una pequeña tendencia, presente sobre todo en los estados de Rio Grande do Sul y de Pará) y volvieron al seno del PT. En el curso del año 2002, la CST se dividió, la parte basada en el estado de Rio Grande do Sul formó el MES (Movimiento de Izquierda Socialista) luego de la fusión con una corriente sindical local. El MES y la CST son conocidos esencialmente a través de las posiciones adoptadas por la diputada federal Luciana Genro (MES) y del diputado federal Joao Batista Babá (CST), amenazados de expulsión por la mayoría del PT. A partir de aquí, el MES y la CST comenzaron la construcción de un movimiento para formar otro partido (provisoriamente llamado PTS, Partido de los Trabajadores Socialistas), mientras que decidieron constituirlo solamente después de la expulsión prevista de Luciana y de Babá. A causa de su orientación que lo conducen a aislarse de la izquierda del PT, el MES sufrió una división en 2003. La cuestión de saber si el nuevo partido se formará en común con el PSTU aún no está clara: parecen existir divergencias en el seno del conjunto de los componentes potenciales. Destaquemos finalmente que este proceso concierne por el momento a algunos miles de miembros, mientras que el PT cuenta con más de cien mil.
10-El gobierno ha logrado que la mayoría de la fracción parlamentaria del PT vote a favor de la reforma de las jubilaciones en la Cámara solamente imponiendo el "voto bloqueado" y amenazando con sanciones a los diputados/as opuestos/as a este proyecto. Por esto, 24 de los diputados federales el PT que han votado a favor de la propuesta, han hecho pública una declaración de voto explicando que lo hacían únicamente para respetar la decisión del partido, 3 diputados votaron en contra y 8 se abstuvieron (lo que, desde el punto de vista de la regla para la aprobación de una enmienda constitucional, tiene el mismo resultado que el voto en contra). Después de la última votación, el procedimiento se repitió, con la diferencia que uno de los que se abstuvieron, votó en contra.
11-En este momento, existe la amenaza de exclusión de la senadora Heloísa Helena (militante de la Tendencia Democracia Socialista) y de tres diputados federales del PT (que han votado contra la reforma de las jubilaciones). Además, 8 diputados federales fueron suspendidos recientemente de la fracción parlamentaria del PT por 60 días (los 7 que se abstuvieron durante las dos votaciones, y el diputado que se abstuvo en la primer votación, y luego votó en contra en la segunda). Esta suspensión ha representado un retroceso de la mayoría del ejecutivo, que había anunciado antes de la votación, que aquellos que votaran en contra o que se abstuvieran se encaminarían hacia la exclusión del partido. Los suspendidos apelaron contra esta medida a la Dirección Nacional del PT, que se reunirá el 25 y 26 de octubre. Durante esta reunión las propuestas de expulsión serán sometidas a votación.


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  La Fracción Trotskista está conformada por el PTS (Partido de Trabajadores por el Socialismo) de Argentina, la LTS (Liga de Trabajadores por el Socialismo) de México, la LOR-CI (Liga Obrera Revolucionaria por la Cuarta Internacional) de Bolivia, LER-QI (Liga Estrategia Revolucionaria) de Brasil, Clase contra Clase de Chile y FT Europa. Para contactarse con nosotros, hágalo al siguiente e-mail: ft@ft.org.ar