EEUU

La Presidencia de Bush podría ser el último gran daño de la gerra

 

Autor: Mark Z. Barabak

Fecha: 8/4/2004

Traductor: Celeste Murillo, especial para P.I.

Fuente: Los Angeles Times


Incluso los partidarios de Bush dicen que si continúa la confusión en Iraq , una economía en crecimiento quizás no sea suficiente.

Mientras aumenta el caos en Irak, el presidente Bush enfrenta una realidad política que alguna vez pareció inverosímil, en la que los reveses en defensa y el frente de política exterior excluyen las buenas noticias económicas en casa.

Las imágenes y los sonidos que llegan de Irak los últimos días comenzaron a sonar como aquellos de la era Vietnam, mientras la cantidad de muertos crece y los generales hablan de la necesidad de enviar más tropas de EEUU a luchar una guerra de guerrillas cada vez más violenta.

Es demasiado pronto para decir qué consecuencia tenga esto en la carrera presidencial. Es improbable que las elecciones de noviembre sean definidas por acontecimientos que suceden en abril. Y el país está muy polarizado, que no es probable que algunos días de malas noticias cambien mucho los cálculos.

Pero si la cantidad de muertos aumenta e Irak está totalmente fuera de control, incluso los partidarios de Bush conceden que sus perspectivas de reeleción podrían estar seriamente en riesgo, sin importar cuán bien esté la economía este otoño.

"Irak es el campo de batalla central en la política exterior norteamericana en este momento", dijo William Kristol, editor del Weekly Standar y de una de las voces más influyentes de Washington sobre la guerra con Irak.

Bush "tiene que ganar la batalla...por el bien del país y ciertamente por el propio bien de la administración Bush".

La invasión -o liberación- de Irak se suponía que subrayara la resolución post-11/9, que transformó su presidencia y lllevó sus ratings de aprobación a niveles imprevistas. El éxito allí también se suponía que compensara la dramática pérdida de empleos norteamericanos desde que Bush asumió el gobierno hace casi 3 años y medio.

Pero los actuals acontecimientos demuestran cuán volátil se ha vuelto esta larga temporada electoral.

Hace apenas unos días Bush viajaba por el país, publicitando la creación de 300,000 puestos de trabajo el mes pasado, como una señal esperada hace mucho tiempo, de que la sequía de empleos de la nación finalmente había terminado.

Los demócratas habían comparado a Bush con Herbert Hoover, el último presidente en haber estado al frente de una pérdida neta de puestos de trabajo durante su administración. Los números de marzo frenaron en parte esos ataques y también dieron a Bush un bienvenido alivio de las horrorosas escenas transmitidas desde Fallouja -pero sólo durante algún tiempo.

El miércoles, el Secretario de Defensa Donald H. Rumsfeld se vio obligado a compartir la pantalla con imágenes de soldados norteamericanos calcinados por combatientes rebeldes en Irak y un mapa con flechas que señalan los lugares donde las fuerzas dirigidas por EEUU están abajo sitio, durante una conferencia de prensa en el Pentágono.

"Algunas cosas van bien, y algunas cosas obviamente no van bien", dijo Rumsfeld cuando le preguntaron sobre el desafío de convencer a los norteamericanos de que la situación está bajo control. "Habrá momentos buenos, y momentos menos buenos".

Claramente, el miércoles fue uno de esos momentos menos buenos.

Pero los analistas ven un patrón común hacia atrás, incluso hasta la captura de Saddam Hussein en diciembre.

"Existe una sensación de que las cosas se han puesto peor y no mejoraron", dijo Andrew Kohut, el director del Centro de Investigación Pew para la Gente y la Prensa.

"Desde enero, ha habido una serie progresiva de noticias sobre cómo las cosas no se han establecido".

Una encuesta de Pew publicada a principios de esta semana mostró que la aprobación de Bush sobre el manejo de Irak cayó nuevamente, al 40%, y su nivel de aprobación general sobre el empleo cayó hasta el 43%, la peor actuación de su presidencia. Otros estudios han observado un movimiento semejante, aunque las encuestas muestran al rival demócrata de Bush, el senador John F. Kerry, recogiendo poco apoyo como resultado. Los dos están esencialmente parejos en la mayoría de las encuestas de opinión.

Los últimos acontecimientos en Irak han forzado un ajuste de parte de Kerry también.

Esperaba pasar la semana hablando de asuntos de presupuesto como parte de su esfuerzo de mostrar su historial a los votantes. Pero aunque Kerry dio un discuro, señalado como el más importante sobre política exterior, en la Universidad de Georgetown el miércoles, pasó gran parte del tiempo respondiendo sobre circunstancias en Irak.

Habló de la situación como "uno de los fracasos más grandes de la diplomacia y juicio que he visto durante toda mi vida pública".

"¿Dónde está la gente arrojando flores en las calles, dando la bienvenida a los liberadores norteamericanos, de la manera que [el vicepresidente] Dick Cheney dijo que harían?" dijo Kerry, antiguo miembro del Comité de Relaciones Exteriores del Senado, en una entrevista con American Urban Radio Networks.

Sin embargo, el tema sigue siendo complicado para Kerry. Él votó en el Congreso apoyar la invasión. Y fue claro esta semana que no tenía un plan alternativo para pacificar Irak, más allá de una vaga noción de que otras naciones deben ayudar.

Cuando se le preguntó el miércoles si era apropiado atacar a la administración cuando aumentaban los ataque a los norteamericanos, Kerry pareció por un momento ser tomado por sorpresa.

"Repito simplemente lo que he dicho muchas veces", dijo a los periodistas en Washington. "Como dije repetidas veces, todos nosotros estamos unidos por nuestras tropas".

La campaña de Bush rápidamente acusó al senador de hacer política con Irak. Pero no son sólo los demócratas los que expresan dudas.En su programa de radio esta semana, el comentarista Fox News, O'Reilly, sugirió que la situación en Irak era como "el sur de Vietnam" y predijo que "si se pone peor, no hay posibilidades de que (Bush) gane".

"Los norteamericanos no van a tolerar esta clase de caos durante varios años", dijo Reilly, que ha apoyado a Bush en la guerra. "Conozco a este país, me conozco a mí mismo. Si veo 10 cuerpos el úlitmo fin de semana de octubre, eso influirá mi voto".

Michael Harrison, editor de la revista especializada Talkers, dijo que otros anfitriones de radio conservadores se volverían en contra del presidente, después de servir como partidarios leales.

Muchos estaban a favor de la guerra "por su respeto a la presidencia", dijo Harrison. "El hecho es que es una posición muy incómoda estar en conflicto con los hechos".

Pocos dudan que Bush, mucho más que Kerry, será juzgado por lo que suceda en Irak. En realidad, puede ser el único tema que le importe a los votantes en noviembre si la economía mejora lo suficiente, como para sacar de escena el problema del empleo.

Eso hace que las comparaciones con Vietnam, la última guerra llevada a cabo durante una elección, sean instructivas.

Hay diferencias importantes. La participación de EEUU en Vietnam duró más de una década y murieron más de 58,000 norteamericanos. En contraste, los EEUU invadieron Irak hace poco más de un año, y ha habido menos de 700 soldados norteamericanos muertos hasta ahora.

Llevó años que surgiera la oposición popular a la guerra de Vietnam, provocada en gran parte por una medida que envió a muchos hijos de la clase media a luchar a las selvas del Sudeste Asiático. Los soldados de EEUU en Irak, en comparación, forman parte de un ejército voluntario. Aún así, hubo una fuerte oposición a la guerra desde el comienzo.

Quizás lo más significativo sea que las escenas de lucha son mucho más inmediatas y gráficas en las grande pantallas de los televisores actuales, de lo que eran las noticias de Vietnam, mostradas en tres programas semanales, generalmente después de ser editadas y con
una demora de por lo menos 24 horas.

"Lo que usted veía era mucho más abstracto", dijo Melvin Small, un historiador de la Universidad Estatal de Wayne y autor de un libro sobre el movimiento de protesta de Vietnam. "Usted nunca habría visto esos cuerpos colgando del puente en Fallouja".

Las guerras en el exterior raramente definen por sí mismas las campañas presidenciales. Incluso en 1968, en ese momento del conflicto de Vietnam, los derechos civiles y "la ley y el orden" eran al menos igual de importantes para elegir al republicano Richard Nixon sobre el demócrata Hubert H. Humphrey. (Ambos prometieron un fin rápido de las hostilidades, que acabaron por arrastrar cuatro años más.)

En lugar de eso, los votantes tienden a juzgar el desempeño del presidente como comandante en jefe como parte de una evaluación general del trabajo.

En ese caso, "el público hace un juicio acerca de si se debe seguir el curso actual o hacer un cambio", dijo Kohut del Centro Pew.

"No es cuidadosamente calculado como, 'el 42% de mi juicio es económico y el 58% es Irak.' Es sólo un juicio general".

Para la administración Bush, la buena noticia durante una semana cruel es que los votantes todavía están a más de seis meses de tener que decidir.


    Inglés  

 

   
  La Fracción Trotskista está conformada por el PTS (Partido de Trabajadores por el Socialismo) de Argentina, la LTS (Liga de Trabajadores por el Socialismo) de México, la LOR-CI (Liga Obrera Revolucionaria por la Cuarta Internacional) de Bolivia, LER-QI (Liga Estrategia Revolucionaria) de Brasil, Clase contra Clase de Chile y FT Europa. Para contactarse con nosotros, hágalo al siguiente e-mail: ft@ft.org.ar