EEUU
Una Advertencia, ¿clara?
Autor:
Douglas Jehl
Fecha:
11/4/2004
Traductor:
Celeste Murillo, especial para P.I.
Fuente:
New York TimesNew York Times
En un documento de 17 renglones, el informe de inteligencia entregado al presidente Bush en agosto 2001 habla del quién, y señala el cómo y dónde de los atentados terroristas en New York y Washington que llegaron 36 días después.
Si esta revelación daña a la presidencia de Bush y sus perspectivas de reelección dependerá de si la Casa Blanca consigue persuadir a los norteamericanos de que, en conjunto, su significado no es más que la suma de esas partes.
En una refutación escrita, dos veces más larga que el documento mismo, la Casa Blanca buscó el sábado señalar un solo punto: que el informe "no advertía sobre el ataque del 11/9". La idea de que al-Qaeda quería atacar Estados Unidos ya era evidente, dijo un alto funcionario. También dijeron que mientras el documento citaba detalles nuevos para argumentar su caso, estos eran insuficientes para provocar cualquier acción.
Aún así, después de dos años en los que la Casa Blanca intentó evitar la revelación del documento, los críticos de Bush tienen quieren usar esos detalles como evidencia de que el presidente tenía algo que esconder. Mientras la Casa Blanca insiste en que el documento era en gran parte vago, los críticos ciertamente buscarán ahora presentarlo como algo histórico.
En un momento, durante el verano del 2001, cuando Bush y sus consejeros dijeron que la mayoría de la información de inteligencia señalaba el peligro de un atentado terrorista en el exterior, el informe del 6 de agosto puede ser leído como una advertencia bien definida de que Osama Bin Laden tenía en vista objetivos dentro de Estados Unidos y ya habían comenzado operaciones dentro de las fronteras del país. En base a continuas investigaciones del FBI y la CIA, el expediente mostró nuevas razones para preocuparse por ataques de al-Qaeda, muy probablemnte utilizando aviones y concebiblemente en New York o Washington.
Dependiendo de qué lado discuta el tema durante este rencoroso año electoral, "el patrón de actividades sospechosas" citado en el documento será presentado como otro signo de que las advertencias pre-11 de septiembre siempre fueron demasiado vagas para actuar, como dijo la Casa Blanca, o como una nueva evidencia de que Bush y sus consejeros fueron demasiado lentos para presentir el peligro que se acercaba.
Para reforzar su punto de vista, los funcionarios de la Casa Blanca que hablaron en la conferencia de prensa y publicaron un informe de tres páginas buscaron repetidamente disminuir el significado del documento.
"Ninguna información respecto a los "patrones de actividade sospechosas" pudo ser luego relacionado con los ataques del 11/9", decía el documento publicado por la Casa Blanca. La idea de que bin Laden y sus partidarios querían llevar a cabo ataques en Estados Unidos, dijo un alto funcionario, "era conocido públicamente", mientras los nuevos puntos resumidos en el documento -sobre la vigilancia de edificios federales en New York, y una llamada telefónica de advertencia a una Embajada norteamericana en el Golfo Pérsico- "fueron seguidos agresivamente por las agencias correspondientes".
Igualmente, la presentación de una evaluación muy diferente pudo ser oída la semana pasada, cuando miembros demócratas de la comisión independiente que investiga el 11 de septiembre confrontaron a Condoleezza Rica, consejera nacional de seguridad, con preguntas específicas sobre el informe.
El ex congresista Timothy J. Roemer quería saber en esa sesión por qué el Sr. Bush, que estaba de vacaciones en Texas, no había respondido a las advertencias, al menos convocando a los consejeros del gabinete a una reunión sobre terrorismo, algo que no había ocurrido en la administración.
"En el momento que nuestros expertos de inteligencia advertían de un posible golpe contra Estados Unidos, es claro que la administración no tomó la amenaza seriamente, para poner en marcha los recursos que posiblemente podrían haber frustrado el ataque", dijo el senador John D. Rockefeller IV de West Virginia, líder demócrata del Comité de Inteligencia.
Al decidir publicar una parte del documento, algo que la Casa Blanca no había hecho nunca, el Sr. Bush y sus consejeros se ajustaron claramente al potencial daño político causado cuando se conoció su contenido, luego del testimonio de Rice el jueves. Paso seguido, los funcionarios de la Casa Blanca parecieron determinados a evitar las protestas antes que los diarios de la mañana del domingo y los programas de televisión causaran nuevos daños.
Pero al tomar la iniciativa después de las 6 de la tarde el sábado, un día antes de Pascua, la Casa Blanca también procuró acortar el tiempo para que los críticos ofrezcan sus propias interpretaciones del documento.
Especialmente en semanas recientes, después de que el ex consejero sobre anti-terrorismo, Richard A. Clarke, acusara a la Casa Blanca de fracasar en tratar el terrorismo como una prioridad urgente en los meses previos al 11 de septiembre, los consejeros de Bush solicitaron que sus acciones sean vistas en el contexto apropiado.
En el verano del 2001, dijeron, la ola de advertencias acerca de posibles ataques alarmaba verdaderamente, pero casi siempre eran demasiado vagos para tomar alguna acción concreta. Aunque la inteligencia era generalmente creíble, dicen, raramente era específica.
Con la apertura del documento del 6 de agosto, sin embargo, la naturaleza específica y contemporánea de lo que contenía casi ciertamente confrontará a la Casa Blanca con más preguntas de "¿qué hubiera pasado si?". De la información específica, la más tentandora podría ser la advertencia del 15 de mayo a la Embajada norteamericana en los Emiratos Árabes Unidos, "que decía que un grupo de partidarios de bin Laden estaba en EEUU y planeaba ataques con explosivos".
Funcionarios de la Casa Blanca dijeron el sábado que "no tenían información" conectanda con los ataques del 11 de septiembre. Pero concedieron que no podrían excluir tal conexión.
"Nada señalaba a un ataque específico en una ubicación específica", dijo un alto funcionario de la Casa Blanca el sábado a la noche, tratando de disminuir el significado de la preocupación de la CIA sobre los "patrones de actividades sospechosas". Si esa falta de especificidad debería haber provocado un acción menor de parte de Bush y sus asistentes será debatido los próximos días, sobre todo quizás por la comisión que se prepara para juzgar el desempeño del Sr. Bush.
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