Izquierda Marxista

Necesitamos un nuevo Partido que unifique a la Izquierda brasileña (Manifiesto)

 

Autor: PSTU

Fecha: 7/9/2003

Traductor: Isabel Infanta, especial para P.I.


En diversos estados brasileños, con la participación de muchos agrupamientos políticos y militantes de los movimientos sociales, se viene estableciendo la discusión sobre la necesidad de construcción de un nuevo partido socialista. Más que la voluntad de dirigentes de agrupamientos ya constituidos, es la decepción y la revuelta de miles de militantes con el PT en el gobierno lo que da el mayor impulso a ese proceso.

El presente documento pretende sumarse a la defensa de la necesidad de que el movimiento por la construcción del nuevo partido sea iniciado. No pretende, por lo tanto, agotar las discusiones acerca de ese nuevo partido, su programa, concepción y funcionamiento. Pretende fomentar la discusión, que se hace no solo necesaria sino también urgente.

Un Camino Sin Vuelta

Además de la Reforma de la previsión social que el gobierno hizo aprobar en la Cámara de Diputados, los intereses en la estratosfera; el aumento del superávit primario; la continuidad del pago de las deudas y de las negociaciones del ALCA, etc., expresa la opción del gobierno Lula por la defensa del “orden” capitalista/imperialista establecida en nuestro país y en el mundo. La LDO enviada por el gobierno al Congreso, y el documento “Política Económica y Reformas Estructurales”, del Ministerio de la Hacienda, establecen la continuidad hasta 2006 de esas políticas (plan “B”), que asimilan casi literalmente las directrices del FMI y del “Consenso de Washington II”. Es el costo, la consecuencia de la alianza con empresarios y banqueros que Lula y la cúpula del PT hicieron para ganar las elecciones y para gobernar.

En ese contexto, programas tipo “Hambre Cero” y “Analfabetismo Cero”, no pasan de políticas sociales compensatorias y enfocadas (dirigidas a los más miserables entre los miserables) a los moldes defendidos por el Banco Mundial. En vez de acabar con la pobreza y la miseria esas políticas, si se hacen efectivas (pues hasta acá aún no salieron del papel), buscan simplemente evitar explosiones sociales. Un gobierno que hace todo esto no está en disputa. Decidió gobernar con y para los banqueros y grandes empresarios, contra los trabajadores.

La lucha del Pueble va a Crecer y Radicalizarse: Necesita una Dirección Política

El saldo para los trabajadores es el mismo de siempre: la desocupación aumentó; el valor real de los salarios cayó más de 10% en un año; no hay recursos para la reforma agraria, para la vivienda, para la salud, para el reajuste del salario de los empleados públicos, y un largo etc.… Se profundiza la degradación de las condiciones de vida de los trabajadores con todas sus consecuencias, incluso el crecimiento de la violencia. Y esa situación tiende a agravarse, pues la crisis económica que se profundiza en el escenario externo e interno, lleva a las grandes corporaciones internacionales a aumentar aún más la explotación de los trabajadores y la rapiña de las riquezas de los países en desarrollo (para eso quieren el ALCA).

Ese escenario tiende a transformar las expectativas y esperanzas que la mayoría del pueblo aún deposita en ese gobierno en la misma decepción y revuelta que alcanza hoy a los empleados públicos, y puede potenciar y radicalizar las luchas sociales en nuestro país. Sabemos que la movilización social, a pesar de fundamental, por si sola no asegura una salida positiva para la crisis, una salida por izquierda. Va a depender de los desdoblamientos de la lucha de clases, de la disputa con la derecha y todo tipo de reformismo que también estarán actuando en ese proceso. Pero para que haya condiciones efectivas de luchar por una salida socialista es necesario que nuestra clase tenga un instrumento político, un partido que sea el polo consciente de esa lucha.

El PT, partido que dirige el gobierno Lula, es el principal responsable por sus políticas y métodos. Persiguen sus parlamentarios que mantienen la defensa de las banderas de los trabajadores y apoya la agresión, por la Policía Federal, de trabajadores en huelga y de la senadora Heloisa Helena. A despecho de los miles y valerosos activistas y dirigentes de las luchas sociales que son afiliados al PT, ese partido no podrá ser la dirección de las luchas que vendrán. Es el partido que hoy dirige la aplicación del programa del FMI en nuestro país y, como el gobierno, tampoco está en disputa. El PCdoB, llevado por su dirección apoya el gobierno Lula y acompaña la cúpula del PT, terminando por padecer de los mismos problemas que afectan ese partido.

El desafío de la izquierda socialista en este momento, por lo tanto, es construir una nueva dirección política capaz de preparar conscientemente ese proceso de movilización y de conducir esas luchas sociales con el objetivo de realizar una transformación socialista en nuestro país.

Un Partido Socialista, Contra el “Orden” del FMI y del Capital.

La clase dominante clama por “orden” y represión a los movimientos sociales. El gobierno y el PT se apuran en responder que no tolerarán ataques al “Estado Democrático de Derecho”. Pero, el actual “Estado de Derecho” (que de democrático no tiene nada) es el “orden” del latifundio, de la propiedad capitalista, de los “contratos” con el FMI y el imperialismo. El “orden” que decreta la prisión de José Rainha, tolera las milicias del latifundio, permite el robo y envío de US$30 mil millones para afuera vía Banestado. El “orden” en el que gobernantes se eligen prometiendo cambio para gobernar con continuismo. Ese “orden” garantiza a 500 años la expoliación de la mayoría a favor de la riqueza del 1% de la población. Sin romper con ese “orden” no habrá cambio para los trabajadores.

Las libertades democráticas y los derechos sociales son conquistas de la clase trabajadora arrancadas al capitalismo con mucha lucha y sacrificio. Y necesitamos mucha lucha para mantener y ampliar esos derechos. Pero la “democracia liberal”, entendida como simple acceso al voto y a un proceso electoral transformado en espectáculo por el poder económico del marketing político, es un obstáculo, no un camino, para el verdadero gobierno de los trabajadores. La concepción de “ciudadanía” limitada a derechos y deberes o la reducción del ciudadano/trabajador, a consumidor, de mercancías o del “espectáculo” de la política, está lejos de colocar los mecanismos de decisión más cerca y bajo el control de la mayoría que vive de su propio trabajo. Apartada de cualquier control sobre la propiedad y la producción - origen primero del poder en una sociedad capitalista - la clase trabajadora no conseguirá encontrar el camino del cambio simplemente por la participación electoral y ocupación de espacios en al aparato de Estado.

Solo habrá transformación social si rompemos con esa “democracia” del capital, para instituir un orden verdaderamente democrático, de la clase trabajadora, comprendida como todos los que dependen solamente de su trabajo para sobrevivir, lo que incluye hoy al conjunto de los asalariados, pero también los millones de precarizados y desocupados.

El nuevo Partido que queremos construir debe privilegiar la lucha y la acción directa de los trabajadores y no las elecciones, aunque no deba despreciar la disputa política en todos los espacios. Se debe vacunar contra los errores que permitieron la degeneración del PT, rechazando alianzas con la clase dominante para tener como estrategia un gobierno de los trabajadores, sin terratenientes, grandes empresarios y banqueros. Debe, por otro lado, primar por una verdadera democracia interna, con organismos e instancias donde la base militante pueda debatir la política del partido y tener control sobre la dirección y dirigentes públicos.

Unir a la Izquierda Socialista para Construir ese Nuevo Partido

Está en curso un fenómeno de ruptura con el PT, de miles de militantes que no aceptan los cambios vividos por ese partido. Es necesario dar un sentido positivo a esas rupturas, evitando la capitalización de ese proceso por derecha, y aunque la decepción lleve a la desmoralización y al abandono de la lucha. Urge entonces presentar una alternativa socialista, que ocupe ese espacio, unifique y mantenga en la lucha socialista esos miles de militantes.

La anunciada expulsión de los “radicales” del PT es parte de esa situación, que abrió objetivamente un proceso de recomposición política. Proceso que se va a alargar en el tiempo, en la medida que hay sectores que no romperán con el gobierno ahora, pero podrán hacerlo en el futuro, y también en la medida en que se profundice el desenmascaramiento del gobierno y del PT. El PSTU que agrupa otra parte de la izquierda socialista brasileña, viene defendiendo la necesidad de construir un nuevo partido que unifique a toda la izquierda brasileña. En otros partidos de izquierda y en diversos movimientos sociales crece la inquietud con lo que ocurre con el PT y sus aliados en el gobierno, apuntando a la necesidad de un nuevo instrumento político.

Estamos, por lo tanto, frente a una oportunidad histórica, que es la de hacer que la recomposición en curso resulte en la unidad de la izquierda socialista, construyendo una alternativa política superior a todas las existentes hoy. No se trata de la voluntad de ese o de aquél sector. Se trata de enfrentar los desafíos de la lucha de clases en el cuadro político que se avecina en el país. Ninguno de los sectores de la izquierda socialista brasileña hoy está en condiciones de dar cuenta solo de esos desafíos. La dispersión de los socialistas en este momento, tendría consecuencias trágicas. La unidad se impone como necesidad de nuestra clase, y cobra responsabilidad de todos nosotros.

Necesitamos sumar nuestras fuerzas para lanzar en el plazo de tiempo más corto posible, un Movimiento por la Construcción de un Nuevo Partido, que se constituya como alternativa para agrupar toda la militancia de izquierda, y sea un espacio para unificar e impulsar nuestras luchas y las discusiones que nos permitan definir democráticamente cuál será la concepción, el programa y el funcionamiento del partido que queremos construir. Los que firmen este Manifiesto quieren tomar esa iniciativa junto a todos los sectores que asuman también ese desafío, sin ninguna preocupación con paternidad de la ideo o de monopolio de la iniciativa.

· José Domingues Godoy Filho (profesor de geología Universidad Federal Mato Grosso, vicepresidente del ANDES, representante del ANDES en la Coordinación nacional de las entidades empleados públicos federales).·
· Marcelo Badaró - profesor de historia Universidad Federal Fluminense
· Cristina Miranda Silva - tercera secretaria ANDES
· José Maria de Almeida - secretario general Federación Nacional de los Metalúrgicos de la CUT, miembro de la dirección nacional do PSTU.
· James Petras, sociólogo de izquierda norteamericano.


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