Intelectuales y Académicos

Bush tiene problemas en casa

 

Autor: Immanuel Wallerstein

Fecha: 15/9/2003

Traductor: David Lewin. Especial para P.I.

Fuente: Comentario Nª121


El presidente Bush ha tenido grandes problemas con el mundo desde hace un año, sino más. Pero ha retenido un poder sólido en los EE. UU, hasta hace aproximadamente tres meses. Ahora, se le está escapando, y muy rápidamente.
Comencemos con la prensa del establishment. Los republicanos gustan de referirse a su prensa como una “prensa liberal”, sugiriendo que ellos son lobos de izquierda disfrazados de corderos. Pero el hecho es que la prensa del establishment en los Estados Unidos es y siempre ha sido sólidamente centrista. Durante un año luego del 11 de Septiembre, hasta hace tres meses, esta prensa centrista parecía que sólo tomaba los comunicados de prensa de la Casa Blanca y los suscribía. Ahora, de repente, esto no es verdad ya más. Incluso, está lejos de la realidad. Uno sólo necesita echar un vistazo a los cuatro principales canales de TV (CBS, NBC, CBS Y CNN) o leer las principales revistas de noticias (Time, Newsweek, U.S. News y World Report) o los principales periódicos (N.Y. Times, Washington Post, L.A. Times, Boston Globe). Lo que uno ve es artículo tras artículo –noticias, editoriales, segmentos de opinión- bastante críticos para con la administración Bush –o sus políticas en Irak, o sus “fallas” en Irak, y su incapacidad para enfrentar la persistente y creciente recesión y el desempleo en el país. Incluso estos artículos son ahora tan críticos que comentan abierta y negativamente sobre lo que dice Bush.
La administración Bush llevó a los EE. UU a la guerra con argumentos atemorizantes sobre Irak –armas de destrucción masiva, lanza cohetes, aviones que podían dispersar armas biológicas; y, por supuesto, vínculos con Al-Qaeda. Uno por uno, estos argumentos han sido deshechos. No se encontraron armas, ni cohetes, ni aviones, ni vínculos con Al-Qaeda. Y más y más gente de inteligencia dice ahora que ellos le dijeron a la administración Bush todo esto hace mucho, mucho antes de la invasión. Esto es tan verdadero que la genere de Bush ya no defiende la invasión en cuanto a estos puntos hace unos dos meses. Encontraron otro argumento. Los EE. UU se libraron de Saddam Hussein, por lo que los iraquíes estarán eternamente agradecidos. Y los iraquíes construirán ahora un estado democrático ejemplar en el Medio Oriente. Pero los iraquíes parecen estar expresando su gratitud disparando a los soldados americanos con bastante regularidad. El país es un lío político y físico. Y si Ira k se ha convertido en un bastión de mundo democrático, yo estoy viviendo en otro planeta la caracterización más increíble, en cuanto a cómo estaba Estados Unidos hace tres meses atrás, es lo que está pasando con el Partido Demócrata –el meteórico ascenso de Howard Dean. Este era más bien un gobernador oscuro de un pequeño estado, centrista en sus opiniones políticas (al menos en el pasado) que empezó con sólo una cosa buena a su favor. Era un crítico abierto a la invasión en Irak. Hasta hace tres meses sólo había un manojo de demócratas que se oponían a la guerra –los senadores Byrd, Kennedy, Graham, Kucinich, y por sobre todo, Howard Dean). Esto era todo. Todos los demás se habían subido al tren patriótico de Bush, incluyendo a los cuatro mayores oponentes de Dean a la candidatura demócrata, Lieberman, Kerry, Edwards y Gephardt.
Dean declaraba, muy por lo bajo, su persistente oposición a la guerra en Irak, no sólo antes sino después de empezada la guerra; esto le ganó una audiencia nacional. Y su inteligente uso de la Internet le dio una base política alrededor de país y contribuciones financieras que desbastaron a sus oponentes demócratas. La prensa al principio lo trató con indiferencia, luego como interesante pero marginal, luego como interesante pero seguro de ser derrotado ante Bush, hasta llegar al día de hoy donde considera que no sólo puede ganar la nominación sino con buenas posibilidades de patear a Bush. Sus oponentes demócratas han respondido al fenómeno Dean acercándose a su posición tanto como podían, dados sus compromisos pasados. Los cuatro oponentes mayores están diciendo ahora que la invasión pudo haber sido correcta, pero lo que vino después fue muy mal planeado. Aunque esto no convence a nadie. Los votantes demócratas no parecen querer una versión light de Bush, pero tampoco una versión light de Dean. Aun más interesantes han sido las reacciones de los republicanos. Originalmente ellos pensaban que Dean sería el demócrata más fácil de derrotar. Ahora admiten que sería el más difícil de derrotar. Después de todo hay ya republicanos en la organización de Dean.
Por último, están los votantes comunes, aquellos que son encuestados regularmente. Los números de Bush han estado cayendo sostenidamente. Hoy, como mucho, hay una escasa mayoría que piensa que está haciendo bien las cosas. Pero lo más interesante es la última encuesta que muestra que el 64% de la población americana cree que la invasión a Irak ha aumentado las probabilidades de un ataque terrorista. El 77% cree que las actitudes negativas hacia Estados Unidos en el mundo islámico incrementarán el reclutamiento de terroristas. Y el 81% piensa que las verdaderas lecciones del 11 de septiembre son que Estados Unidos debe ser más multilateral. La administración Bush está midiendo su camino de vuelta para parecer más multilateral. Están buscando una resolución de la O.N.U., y están más o menos negociando con otros países para mandar tropas y dinero. Pero los EE. UU aun no quieren desechar la primacía política y militar en Irak, lo que es sin duda el precio que tienen que pagar para obtener apoyo. Los EE. UU deben obtener su resolución de la O.N.U., o al menos una versión diluida de ella. Pero aun así, después del último discurso del presidente Bush, Rumania prometió otros 50 soldados. Pero eso es tan ridículo que ni la administración Bush se dio cuenta.
La primer voz norteamericana por una retirada completa de los EE. UU de Irak han empezado a ser escuchadas. Sus números crecerán y gritará bastante alto en los próximos meses, si las víctimas continúan incrementándose, la situación palestino-israelí continúa deteriorándose más, y el desempleo continúa creciendo en los EE.UU. Los neoconservadores son conscientes de ello. Han empezado a decir que la comparación no es con Vietnam, sino con Somalia, donde los EE. UU cayeron en desgracia y fueron derrotados. Están advirtiendo que, si los Estados Unidos no se mantienen firmes, perderán todo. De alguna forma, tienen razón.
Este es un dilema insoluble para G. Bush. Si se mantiene firme, pero no resuelve nada con respecto a Irak, sus expectativas de reelección disminuirán muy rápidamente. Si, de todos modos, no se mantiene firme, será ridiculizado como alguien que habló mucho pero que no pudo “contener el incendio en la cocina”. Su peligro principal no es perder el centro, sino perder sus propios mecenas de derecha. Muchos de ellos están ya disconformes con que la administración haya sido una de las más derrochadoras en la historia del país a pesar de su retórica. El déficit de EE. UU se acerca rápidamente al medio trillón de dólares. Probablemente la única salida de Bush sea decirles a los norteamericanos: los EE. UU necesitan permanecer en Irak por 5 años más como mínimo. Y para eso, necesitamos sacrificios. Voy a sacarnos del pantano, y voy a pedir mayores aumentos en los impuestos para pagar esta política imperialista. Esto es lo que, de hecho, alguien como el senador McCain haría. Podría funcionar incluso, al menos en términos de un retroceso en la política americana. Pero George Bush no tiene las agallas para hacer esto, y la gente de su entorno tiene muchas otras agendas.
Conque, adiós George Bush. En diez años, miraremos atrás y estaremos de acuerdo en que ningún presidente en la historia de los EE. UU hizo más para debilitar el poder en el mundo y el prestigio de los Estados Unidos. George W. Bush tendrá el record.


     

 

   
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