La muerte de Nicholas Berg
Fecha:
14/5/2004
Traductor:
Estefania para P.I.
Fuente:
New York Times
Es fácil decir que el no debería haber estado en Irak, pero Nicholas Berg estuvo familiarizado con todas las zonas peligrosas: un aventurero e ingenuo joven que fue quizás astuto para hacer un poco de negocios, pero más mordaz aún para probarse a sí mismo; demasiado viejo para entender el peligro, pero demasiado joven para desafiarlo. Es imposible no sentir pena, y horror, en su terrible final.
El reclamo de los asesinos de este joven americano es que ellos estuvieron vengando por el maltrato a los prisioneros iraquíes en Al Qaeda, es un truco cruel. Ellos lo mataron con la misma locura que manejó a sus compañeros en Al Qaeda para masacrar a miles el 11 de septiembre de 2001. Pero este intento manipulativo para establecer una equivalencia moral entre la horrible ejecución del Sr. Berg y la tortura a los prisioneros iraquíes está siendo ahora imitada por un grupo “pesado” de defensores de la guerra norteamericana en Irak. Ellos están cínicamente intentando usar las imágenes del Sr. Berg para limpiar las imágenes de Abu Ghraib, llevando la aborrecía por los asesinos a una excusa para demonizar a los árabes y a los musulmanes, o para sancionar su tortura.
Los padres del Sr. Berg tienen preguntas legítimas para el gobierno de los Estados Unidos sobre cómo él pasó a estar en custodia policial iraquí inmediatamente antes de su secuestro, lo que le sucedió a él ahí y qué conocimiento tenían los funcionarios americanos sobre su situación. La autoridad de la ocupación necesita parar con el pasarle estas preguntas a la fuerza policial iraquí, la que no existe más que como agente del poder norteamericano. La familia Berg merece respuestas para que ellos puedan penar por la muerte de su hijo en paz.
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