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El expansionismo norteamericano y su "seguridad nacional"


La guerra de rapiña 1846-48 de EEUU contra México

 

Mario Caballero, Integrante de la Liga de Trabajadores por el Socialismo - Contracorriente (Unificada) de México

Especial para Partes de Guerra

01/04/03

El intento del imperialismo norteamericano, mediante la guerra contra Irak, de imponerse como una potencia hegemónica incuestionable y establecer un nuevo orden mundial, no es nuevo. Es continuación de la política expansionista del capitalismo estadounidense de mediados del siglo XlX cuando llevó a fondo la Doctrina Monroe, el "Destino Manifiesto", y más tarde, la del "gran garrote" (big stick), con la que los Estados Unidos sentaban las bases ideológicas de su política imperialista (bajo esta política anexionista, América Latina fue considerada su "patio trasero").
Con esta lógica imperial, y aprovechando las tendencias separatistas que en Texas impulsaban los colonos norteamericanos (alentadas por sectores del gobierno norteamericano), el presidente James N. Polk y el Congreso, reconocieron la independencia de Texas en 1845 como parte de una estrategia para anexarla posteriormente a los EEUU. En 1846, al igual como hoy lo hace en el Golfo Pérsico inundándolo con sus portaaviones, los estadounidenses sitiaron con sus corbetas y fragatas los principales puertos del Golfo de México, bajo la supuesta "defensa" de sus intereses y la "seguridad nacional" que la cuestión texana les planteaba en su frontera Sur.
Es una política muy similar a la que se expresa hoy en torno a Irak y Medio Oriente; como la "cruzada" militar por la "democracia y la libertad" en una importante región productora de petróleo y de gran importancia estratégica en el espectro geopolítico internacional.
En aquel entonces, el pretexto de la declaración de guerra hecha por el gobierno mexicano para recuperar Texas le permitió al gobierno de los EEUU avanzar en sus planes anexionista, invadiendo con su ejército al país y ocupando la capital en septiembre de 1847, aprovechando su superioridad militar y económica.
Al imponerse sobre un país atrasado que apenas 25 años antes había logrado su independencia de la corona española (después de 300 años de sometimiento), las fuertes exigencias de EEUU pronto demostraron que estaba lejos defender su frontera ante la "amenaza" de sus intereses por la situación política que existía en México. La suya era una política colonialista por la anexión de Texas, Nuevo México, Utah, Nevada, y California, con lo que le arrebataban a México el petróleo de Texas, el oro de California, más los bosques y los ríos y tierras de siembra, lo que potenció la economía del "vecino" del Norte. Incluso, en las "pláticas de paz", los EE.UU le exigieron al gobierno mexicano, la concesión a perpetuidad del derecho de sus manufacturas a pasar por el Golfo de Tehuantepec (de costa a costa) libres de todo peaje o gravamen (amén de los sectores que proponían la anexión de todo el territorio mexicano para "extender la libertad" hacia el Sur). Esta era la esencia del "Destino Manifiesto" de los Estados Unidos que en América Latina, clamaba por "una república continental cuyos límites deben ser ambos océanos".
Así como en ese momento el presidente Polk no ocultó sus ambiciones intervencionistas y anexionistas en México, hoy George W Bush y su gabinete (y a la cola el primer ministro inglés Blair), tampoco ocultan sus intereses hegemónicos en Irak y Medio Oriente. Sólo que ahora los EE.UU., se apoyaron en la ONU, que bloqueó la compra de armas por Irak y supervisó su desarme (aunque no acordó con cambiar el régimen de Hussein), para debilitarlo ante la agresión yanqui.
¿Quién sabe como le hubiera ido a México si, en aquellos, años una hipócrita ONU le hubiera echado la mano a los yanquis? Y es que los ingleses y los franceses simplemente no se metieron, pese a que no les convenía la predominancia norteamericana.
Queda claro que la defensa de la "seguridad y los intereses nacionales" de los EEUU, son la máscara de una política imperialista de sometimiento total de los países semi-coloniales, en detrimento -aquí sí- de la seguridad nacional y los intereses de esos países.

 

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