"Ocupación no es liberación", "Fuera
la ocupación de EEUU de Irak", "No a la guerra del
Imperio", rezaban las banderas que encabezaron las marchas, contando
entre sus participantes a las coaliciones universitarias, profesores,
trabajadores, sindicatos y organizaciones negras y latinas.
A pesar de la fuerte tormenta, un gran operativo de prensa de los
medios norteamericanos, y violentas amenazas de Willie Brown (el intendente
de la ciudad), cerca de 10 mil personas tomaron las calles de San
Francisco para manifestarse en contra de las ambiciones coloniales
de EEUU sobre Irak. Esta manifestación acompaño a 30
mil en Washington y otros 10 mil en Los Angeles, como parte de un
día de acciones coordinadas en EEUU y el mundo.
Mientras las tropas anglo-norteamericanas intentan controlar la frágil
situación en Irak, y tratan de convencer al pueblo iraquí
que han venido a liberarlos, Sharon le dice a los palestinos "que
aprendan de Irak", lo que sugiere que los ataques de la Fuerza
de Defensa Israelí sólo empeorarán en los tiempos
venideros.
En otro lugar, más precisamente en el corazón del imperialismo
yanqui, el movimiento anti-guerra se debate en nuevos intentos de
acción directa, movilizaciones y la propaganda de los medios
y el gobierno que anuncia la muerte del movimiento.
Ayer mismo comenzó la campaña redoblada contra las
corporaciones norteamericanas que han hecho (y harán) grandes
negocios con esta guerra. La primera de estas acciones se llevó
a cabo ayer, 14 de abril, en la Chevron Texaco.
La petrolera yanqui está ansiosa por comenzar la explotación
de los pozos iraquíes, mientras explota a miles de trabajadores
en EEUU. Frente a la petrolera, desde las 5.30 de la mañana
varias decenas de manifestantes se dispusieron a bloquear sus entradas,
vigiladas de cerca por un gran operativo policial y de seguridad de
la empresa. Cerca de las 6 de la mañana cientos de manifestantes
rodeaban la entrada. En la primera acción resultaron detenidos
30 activistas, por bloquear las entradas y resistir la autoridad.
Sin embargo, esto no detuvo a la multitud que a medida que avanzaba
la mañana se amontonaba cerca de la planta. Un detalle curioso:
los activistas detenidos fueron llevados a una cancha de tenis, enfrente
de la Texaco, donde hasta ayer a la tarde se definía su situación
legal, ya que no estaban legalmente detenidos. Aparentemente esta
"cancha-cárcel" fue preparada especialmente a pedido
de la propia empresa, que vigilaba celosamente su seguridad. A las
10 de la mañana las entradas todavía seguían
bloqueadas, según los activistas. A diferencia de la protesta
en el puerto de Oakland, la policía fue un poco más
cuidadosa en no causar ninguna unidad espontánea entre manifestantes
y trabajadores, como ocurrió la semana pasada con el sindicato
de los trabajadores portuarios.
Así, contra los pronósticos de los periodistas de las
grandes cadenas corporativas, como la Fox, y la policía californiana,
la movilización en la costa oeste no flaquea, a pesar de la
fuerte campaña mediática, las intimidaciones a activistas,
en las universidades, colegios o en la calle. Es evidente que los
guerreristas se han puesto en campaña para desarticular el
joven movimiento anti-guerra que se resiste a retirar sus banderas,
mientras EEUU ocupa Irak.
La última semana varias acciones recorrieron los medios, con
mayor o menor repercusión, que ilustran medianamente la escena.
La semana pasada en la universidad de Yale, varios activistas fueron
golpeados, amenazados, sus habitaciones fueron invadidas por el simple
hecho de colgar banderas norteamericanas dadas vuelta, en señal
de protesta contra la guerra. En San Francisco, los activistas se
enfrentan diariamente a los medios locales y nacionales, que los han
hecho blanco de acusaciones, desde culparlos por la baja en el turismo
en la ciudad hasta el llamado a que los arresten por "terroristas",
campaña que ha sido impulsada por el periodista O'Riley de
la Fox News. Es entendible el odio inmenso de los manifestantes, que
han sumado a la cadena de noticias a los blancos de escarches y bloqueos.
Luego de la represión en el puerto de Oakland, donde varios
activistas y trabajadores portuarios resultaron heridos e internados
en el hospital, se ha revitalizado la movilización en demanda
del respeto de las libertades democráticas, que han sido duramente
atacadas por el Acta Patriótica, que coarta la supuesta libertad
de expresión y reunión en tiempos de guerra.
Hoy, mientas en Bagdad se hacen cada vez más cotidianas las
movilizaciones contra la ocupación imperialista, el movimiento
anti-guerra en Estados Unidos se esfuerza por mantener en pie acciones
que señalen quiénes se benefician con esta guerra y
quiénes serán los que pagan.
El próximo 22 de abril la movilización apunta contra
la Lockheed Martin, principal fabricante de aviones y misiles, y principal
proveedor del Pentágono, léase gran beneficiario del
abultado presupuesto militar que ha solicitado Bush al Congreso. Los
activistas planean bloquear la entrada de la planta, con una cadena
humana contra las corporaciones, como la Lockheed, que se benefician
de la muerte y el horror de la guerra. Las acciones comenzarán
a la madrugada del 22 y continuará durante todo el día,
a través de marchas, escarches y exigencias a la empresa.
Por el momento, los activistas han decidido no abandonar las calles.
Seguramente la movilización de los iraquíes en el ojo
de la tormenta será recibido con alegría y animará
a redoblar la acción de los que están lejos de Irak,
en el corazón del imperialismo.
Fuentes:
Indymedia San Francisco
Direct Action Against the War
International Answer
Daily Yale News
Act Against the War
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