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El despertar del pueblo español
Hugo Echeverre
FT Cataluña - España
Barcelona, marzo del 2003.-

 

Tras varios años de reposo, el pueblo español parece comenzar a despertar. Las movilizaciones contra la guerra del pasado 15 de febrero tuvieron en las ciudades españolas una magnitud y extensión sin precedentes. La organización de la mayoría de éstas la realizaron colectivos autónomos; grupos de los movimientos sociales que en su momento construyeron la plataforma "Contra la Europa del Capital", que en Barcelona aglutinó a más de 300.000 personas en marzo del 2002.
La percepción es que el movimiento de masas en España comenzó a manifestar su malestar social y político es evidente. Podríamos marcar su inicio con la huelga general del 20 junio del año pasado contra las medidas flexibilizadoras y quitas de conquistas obreras del gobierno de Aznar. A ello deberíamos sumar la marcha antiglobalización realizada en Barcelona en marzo del 2002, con más de 500 mil manifestantes contra la Europa del Capital; las masivas acciones estudiantiles en noviembre-diciembre 2001 contra la LOU (ley privatista del PP) en las principales ciudades del Estado Español; y la continuidad del desarrollo del activismo de los colectivos anticapitalistas, ahora concentrados contra la guerra.


El pueblo español, tal vez a diferencia del resto de los pueblos de Europa, tiene un marcado sentimiento antinorteamericano (que así y todo, no llega todavía a la quema de la bandera de estrellas, un rasgo aún quizás demasiado latinoamericano). La sensibilidad contra el imperialismo puede deberse a factores políticos varios y algunas veces contradictorios: desde la derrota colonial sobre Cuba afines del siglo XIX, pasando por el aislamiento en la década del '50 al que los sometió el imperialismo yanki, llegando incluso a un sentimiento de solidaridad con los pueblos latinoamericanos contra el rol que jugaron y juegan en su patio trasero los distintos gobiernos de Washington.

 

Continuidad de una tradición
Otra de las particularidades que tiene el movimiento de masas en España es la dispersión político organizativa, su lógica de célula; sus marcados rasgos autonomistas y de autogestión, junto a los cuales se organizan y entran en acción.
Las bases objetivas datan de tiempos remotos, por ejemplo, en la dispersión y descentralización ejecutiva-política promulgada por la monarquía castellana-aragonesa para enfrentar las posiciones árabes, fomentando las villas libres y los hidalgos. El propio carácter del Estado español, al cual no se le puede extender la definición de nación española, es una conjunto de nacionalidades que arrastra disputas históricas y en el cual comienzan a producirse fricciones y disputas serias. (1)
Esta cualidad de descentralización, con sus grados de calidad, se descubre también en la resistencia a la invasión napoleónica (que nunca pudo encontrar un "centro" al cual atacar y desde donde controlar la península en su conjunto) y que corona quizás su máxima expresión política e ideológica en el anarquismo (aspecto sobre el cual Trotsky expresaba la disposición objetiva de esta tierra hacia esta teoría y práctica política), que marcó su impronta en la revolución española, extendiendo por toda la España revolucionaria milicias, comités y consejos, y que podría sintetizarse, en su definición de acción, en un término que el castellano convirtió en universal: guerrilla. (2)
En julio del '36, en regiones campesinas e industriales, como Cataluña, Asturias, Aragón, Levante... esta lógica y forma política motorizó una defensa heroica contra el golpe fascista y una contraofensiva obrera y campesina de toma de tierras y control de fábricas y empresas, llevando a cabo una de las experiencias más sobresalientes que nos han legado los obreros y campesinos ibéricos: las colectivizaciones agrarias y fabriles; el control y gestión obrera. Sus límites y alcances, en parte, se desprenden de la propia lógica descentralizadora, justamente; de lo contradictorio que resultó superar estas formas de organización y bagaje ideológico de la política anarquista para saltar sobre la toma del mando del poder central de la sociedad; la toma del poder del Estado y todas sus posiciones estratégicas, tanto económicas como políticas. (3)
Con todo, parece ser que la tradición conserva cierto valor por estas tierras. A pesar de las derrotas y traiciones que sufrió, de los fracasos y errores producidos, el pueblo español, lleva entre sus genes este tipo de organización política de manera muy arraigada. Por el momento, como forma defensiva y para entrar en combate y comenzar a despertar los músculos, este tipo de organización descentralizada, que mantiene un marcado nivel de independencia de los partidos burgueses clásicos, el PSOE y PP, asamblearia, por barrios y regiones, con participación de organizaciones obreras y partidos políticos, ofrece perspectivas muy alentadoras.
En cambio, en perspectiva, habría que reflexionar sobre los límites ofensivos y comenzar a sacar conclusiones sobre esta dinámica política y su aplicación en la revolución española del 31 al 39. La maduración de la lucha de clases y el tiempo dirá si el pueblo español es capaz de avanzar y superar uno de los límites claves que desviaron y llevaron a la revolución española al fracaso: la construcción de una centralización política para el combate ofensivo; el desarrollo de un partido revolucionario; que en la actual etapa histórica, no puede ser otro que un partido marxista-leninista-trotskista.

Banderas blancas en los balcones y antimperialismo en los colegios y universidades
El sentimiento popular contra la guerra, en ciudades como Barcelona con toda su tradición combativa y revolucionaria detrás, se refleja en cada uno de los balcones del Paseo de Gracia o la Gran Vía, que parecen haberse puesto de acuerdo en manifestar su "no a la guerra" al lado de miles de banderas blancas; o, en el metro (subte), a través del circuito cerrado de televisión de la empresa, donde un ciudadano iraquí, de nombre Karim, cuenta cómo sobrevivió a la primera guerra del Golfo y con su familia les cuenta a millones de catalanes todos los días sus deseos de ver crecer a sus hijos en un mundo sin guerra; o bien en la gente de a pie, que lleva pegadas a su ropa de abrigo camino al trabajo el particular cartelito de "no a la guerra"; o en las fachadas de las sedes de los principales sindicatos de Cataluña (UGT, CCOO, CGT y CNT), donde se manifiestan decenas de banderas contra el ataque yanki.
La inmensa mayoría, se siente en la calle y lugares de trabajo, están contra la guerra. En el autobús, un chofer, tiene pegado en el parabrisas su sentir contra la guerra y putea a los fachas del PP en plena charla espontánea con una señora catalana de clase media que pone cara de aprobación; en una obra de la construcción en Badalona, los obreros improvisaron su sentimiento pintando en cartones su no a al guerra; el 5 de marzo, más de 30.000 estudiantes secundarios y universitarios marcharon por las calles de Barcelona detrás de una bandera que denunciaba la guerra imperialista y llamaba a la huelga general. El paro en los institutos fue de 95% y en las universidades de un 80%.

 

Aturem la guerra... I ara qué? (4)
La movilización que llenó las calles de Barcelona con más de 1.500.000 de personas el 15/02 fue convocada por la plataforma autonomista, Aturem la guerra. En ella participan el resto de organizaciones políticas, obreras y sociales de Cataluña; aunque sus roles no supera el de meros acompañantes y las comisiones ejecutivas son controladas y dirigidas por la línea autonomista.
El jueves 06/03, se realizó la segunda asamblea en continuidad con la lucha contra la guerra. Como destacados, la asamblea contó con la participación de decenas de colectivos sociales de la región de Barcelona, agrupaciones sindicales de Cataluña y grupos antiglobalización. La concurrencia rondó las 150 personas. Se presentó el plan de movilización para el segundo día internacional contra la guerra, a realizarse el 15 de marzo a las 17 hs. en el centro de Barcelona, donde se hará una cadena humana de unos 3 a 4 km. que unirá la distancia entre el consulado norteamericano y la sede del PP, junto a una agrupación humana de unas 2000 personas que darán forma a la composición: "Guerra No".
El que escribe, es la segunda vez que participa en una de las asambleas convocadas por Aturem la guerra. La composición de la misma se podría generalizar en una clase media y jóvenes de un Estado imperialista de segundo orden, como lo es el de la burguesía española.
En las primeras reuniones, para los preparativos previos al 15/02, la inmensa mayoría de las intervenciones giraban en la resolución de problemas de organización; a qué distancia ponemos cada una de las pancartas, si a 20 ó 40 metros, en qué horarios, por cuál calle, hasta dónde, a qué hora y de quién debe hablar con las autoridades... Aunque luego, 1.500.000 de personas pasaron por encima de tanto ajuste organizativo.
En esta segunda asamblea, en cambio, la cosa varió un poco y las discusiones fueron más de fondo y la política y las diferencias aparecieron en escena. La piedra de toque, como es de preverse, fue a raíz de un problema organizativo, que llevó a que salieran a la luz cuestiones de método de aplicación de la democracia asamblearia, que nos parece muy educador políticamente para debatir con los compañeros autonomistas y la convocatoria de una huelga general.
La disyuntiva surgió si se ampliaba la cadena humana propuesta, a la cual un grupo consideraba un tanto pobre y opinaba que había que extenderla mucho más; y otro, más conservador, opinaba que se debía mantener la distancia previa. Al extenderse la cosa en casi dos horas y ante tanta discusión, pensábamos que lo mejor era que se votara y se diera un corte a la discusión. Pero los autonomistas catalanes no votan, definen por consenso. Sin duda, que somos muchos los que nos preguntamos, intentando comprender, qué método democrático es el consenso, sin mayorías ni minorías, etc, etc. Uno desea saber y tiene su cabeza abierta a aprender. Bien. Ayer, nos dieron una aproximación a cómo se define por consenso una diferencia política: se crea una comisión especial desde la mesa que centraliza las exposiciones. "Es decir, nos volvemos a juntar todos de nuevo mañana", preguntó un despistado... Silencio. Mañana ya nos comentaran qué fue lo que resolvió la "comisión de consenso".

 

I ara qué... Vaga general? (5)
Tras estas pinceladas y trazos autonomistas sobre el consenso contra la democracia directa, se abrió la discusión sobre las reunión realizada en Londres (información más detallada que podrán encontrar en este boletín), y la convocatoria a la huelga general que se esbozó en la capital inglesa. El informe que hicieron llegar fue el llamado a un paro de 15 minutos para el 14 de marzo en los lugares de trabajo, aunque parece ser que luego la CES (Central Europea Sindical) había intervenido al otro día trasladándola, con exactitud horaria, al día 21 de marzo. Más allá de agujas y relojes, la cuestión de la huelga general, método histórico y revolucionario del movimiento obrero en la lucha contra el capital, se instaló en Aturem la guerra y en el movimiento antiglobalización. No podemos asegurar su continuidad, pero la discusión ha sido abierta.
Ante tal avance político los representantes sindicales de CC.OO. se comenzaron a mirar. Se abrió el debate en torno a cómo llevar adelante el llamado a la huelga general. "¿Podemos llevar nosotros semejante convocatoria?", se comenzó a preguntar. Los muchachos de CC.OO., ya estaban encendiendo el teléfono celular.
"Debemos hacer un comunicado expreso a los sindicatos y hacerles una propuesta de convocatoria unitaria, llamando a la huelga general"... "Es muy importante que pare el transporte público y las comunicaciones...", se continuó expresando. "Nosotros proponemos -planteó un compañero de un colectivo de Nou Barris, barrio periférico de Barcelona- que Aturem la guerra llamé a los sindicatos y les proponga llevar adelante la huelga general..."
A esta altura, CC.OO., tomó la palabra: "Sobre la huelga general, yo quiero comentarles algo, y hablo desde abajo, ¡eh!... La base, los trabajadores, nos piden que vayamos despacio, son ellos los que no quieren ir de prisa; poco a poco... Y no debemos olvidarnos, que tenemos que convocar también a las organizaciones de pequeños empresarios..."
"Por el momento -expresó otro de CC.OO., mientras colgaba su teléfono celular, con las instrucciones ya redactadas-, debemos tomar el paro de los 15 minutos; no es sencillo sino que lleva tiempo organizar una huelga general... Debemos ir despacio."
En su ayuda, apareció un miembro de la CTA (Central de Trabajadores Argentinos), que se presentó como miembro de un supuesto grupo social barrial: "A mi me parece -dijo-, que quizás en vez de parar 15 se podría convocar a parar 30 minutos..."
A pesar de la distancias geográficas, ambas burocracias sindicales, coincidían en tiempo y contenido. Un miembro de un grupo social contestó a los problemas que planteaba CC.OO., sobre el "poco a poco" y la lejanía del sentir del movimiento obrero contra la guerra, de forma bastante precisa y lógica: "Pareciera, ante lo que dicen los sindicatos -dijo-, que entre los millones de manifestantes que participaron en las movilizaciones no hubiera habido trabajadores..."
Al final, Aturem la guerra, resolvió proponerle a los sindicatos un llamado a convocar a una huelga preventiva contra la guerra. La plataforma Aturem la guerra llama, apoya y propone la huelga general. La pelota la cruzaron hacia los sindicatos. Este giro hacia la convocatoria de huelga general contra la guerra imperialista es profundamente filoso ya que puede disparar la entrada en escena del movimiento obrero español de forma directa en una lucha política antimperialista, en un marco político y económico de crisis, cruzado con un ataque en ascenso de la burguesía española contra las conquistas y derechos obreros.
Asimismo, muestra por la positiva, un paso muy interesante de los movimientos sociales y la necesidad objetiva de tener que contar con el movimiento obrero y sus métodos clásicos de combate contra el capital, a la vez de comenzar a otorgarle niveles de magnitud al valor que contienen las manos obreras y su organización para la lucha, como un sujeto social fundamental y de peso desequilibrante.
Los marxistas revolucionarios de la FT, jamás hemos dudado de la fuerza clave del movimiento obrero, y venimos sosteniendo una lucha ideológica y política contra los descubridores de nuevos sujetos desde hace tiempo, y estos pequeños pasos los saludamos con entusiasmo, y resultan gratificantes y alentadores.
La unidad de los movimientos sociales antiguerrra y anticapitalistas con el movimiento obrero en acción y alianza en sus formulaciones políticas, puede ser un gran aporte de los compañeros autonomistas que se reivindican anticapitalistas y se oponen a la guerra y quieren acabar con la injusticia y explotación del régimen capitalista. Una unidad tal, es capaz de dar un impulso a los trabajadores a que entren al combate, arrastrando tras de si a sus direcciones sindicales y abriendo la perspectiva de nuevos caminos y reconquistas de las instituciones obreras, potenciando los grados de resistencia y la fuerza social de las masas contra la guerra imperialista. (6)

 

La guerra y la paz
León Trotsky, ante el acercamiento de la guerra imperialista de rapiña en Europa, en su texto "Por la victoria de la revolución española" (7), del 19 de febrero de 1937, pone en el sitio justo y precisa por dónde pasa la clave para las condiciones de paz y cuales son los sujetos fundamentales y capaces de frenar la guerra. Nos pareció oportuno citar uno de sus párrafos, intentando acercar a los compañeros de los movimientos sociales (como nuevo factor social combativo y de enorme importancia contra los regímenes capitalistas), una pequeña reflexión del pensamiento marxista revolucionario sobre la lucha por la paz un par de años antes de la 2da. Guerra Mundial.
"(...) La victoria de los obreros y campesinos españoles machacaría los regímenes de Hitler y Mussolini. Debido a su carácter herméticamente cerrado y totalitario, los regímenes fascistas dan la sensación de una firmeza inalterable, pero en realidad, a la primera prueba seria, serán víctimas de explosiones internas.
La victoria de la revolución rusa minó el régimen de los Hohenzollern. La revolución española victoriosa minará los regímenes de Hitler y Mussolini.
No será sino a través de esta forma como la victoria de los obreros y los campesinos españoles se revelará como un poderoso factor de la paz. La tarea de los auténticos revolucionarios españoles, consiste en que, a la vez que fortalecen y refuerzan el frente, ha de acabar con la tutela política de la burocracia soviética, han de dar a las masas un programa social atrevido, han de descubrir los inimaginables recursos de entusiasmo que poseen las masas, asegurando así la victoria de la revolución y, por medio de ésta, defender la causa de la paz en Europa.
La salud de Europa tiene este precio."

 


Notas:
(1) En estos momentos el gobierno del PP y Aznar se encuentran en una ofensiva semi bonapartista contra el pueblo vasco, cerrando radios, periódicos, locales y golpeando a través del juez Garzón a instituciones vascas.

(2) Existen otros varios factores históricos interesantes de analizar que han ido formando estas bases políticas y sociales autónomas y de autogestión popular, aunque sería muy largo abordar acá, como por ejemplo la táctica de los Reyes Católicos utilizada para sostener la conquista y guerra contra los árabes otorgando "independencia" de acción a las posiciones de avanzada católicas; la descentralización que tuvo en su momento la monarquía, con las cortes y juntas; y posteriormente el Estado burgués, con sus municipalidades y ayuntamientos.

(3) En los grupos anarquistas de Cataluña se cuenta una anécdota que resulta muy gráfica al respecto: cuentan que en los inicios de la Revolución Española, ante el problema de abastecimiento de armamentos para las milicias que tenía la dirección anarquista, la CNT se puso en contacto con unos contrabandistas de armas que le ofrecieron todo lo que necesitarán a cambio que el pago se realizará en oro. Los anarquistas les comentaron que ese era un problema, que ellos pensaban si se podía manejar a través de otro tipo de moneda o bien pagar en plazos, ya que uno de las dificultades que tenían era la falta de dinero. Los traficantes, les contestaron simplemente: pero, ¿por qué no van al Banco de España y toman el oro que les hace falta?

(4) "Paremos la guerra... ¿Y ahora qué?", en catalán.

(5) "Y ahora qué... ¿huelga general?", en catalán.

(6) Dada las raíces anticapitalistas y antiglobalización de los sectores que están desarrollando las acciones contra la guerra podríamos trazar una hipótesis en el sentido de que al calor de las bombas yanquis surja en la vieja Europa una combinación política que unifique las protestas y el enfrentamiento a las operaciones imperialistas norteamericanas con un anticapitalismo antiyanqui de complejo alcance. Ello, sumado a la dinámica de la crisis económica y necesidad objetiva de las burguesías imperialistas de descargar sobre el proletariado reformas estructurales que hacen a la ley de la productividad de trabajo para intentar recomponer parte de sus tasas de beneficios, podrían delinear la apertura de luchas de resistencia (del tipo reformistas) del movimiento obrero europeo ante las cuales las masas antiguerra y anticapitalistas se verán atraídas irremediablemente. Esta unidad de acción puede plasmarse en un avance muy serio en la lucha de clases en el viejo continente, dando a luz a una "nueva Europa".

(7) Del libro, Volumen II, "La revolución española", de León Trotsky, con las recopilaciones realizadas por Pierre Broué.

 

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