1 - La resistencia de las tropas iraquíes, mas la ausencia
de rebeliones internas pro-occidentales en Irak, deja ver que el
conflicto en Irak será largo. Aun en el caso de que los norteamericanos
y sus aliados se apoderen de Bagdad, continuará por un largo
período la resistencia interna, ya que la población
iraquí odia profundamente a los occidentales por los mas
de diez años de bloqueo y bombardeos constantes. Este panorama
abre la perspectiva que el movimiento anti guerra continúe
y se radicalice.
Este movimiento, que fue iniciado por los llamados "antiglobal
" hoy tiene amplitud de masas en toda Europa occidental. Las
ideas de la izquierda, que durante la década del 90 fueron
ridiculizadas por la caída del " socialismo real ",
hoy llenan las plazas de las principales ciudades de la " vieja
Europa ". Millones debaten en sus escuelas, trabajos o universidades
como se puede hacer para frenar la guerra. El activismo político
ve un resurgimiento sin precedentes desde los años 70. Los
estudiantes, que no tienen burocracias tan poderosas como las de
la clase obrera, se expresan masivamente. No hay facultad en Europa
occidental que no tenga un Comité antiguerra. Los estudiantes
secundarios se movilizan por miles. Los partidos que se reivindican
del trotskismo ven crecer su protagonismo (la LCR en Francia, el
SWP en Gran Bretaña, la CIO en Alemania, El Militante en
Barcelona, etc) y en varios casos también su militancia.
En Italia miles de jóvenes y de trabajadores portuarios y
ferroviarios intentaron valientemente bloquear los envíos
de armas para el Golfo Pérsico, pese a las maniobras de desorientación
de la burocracia sindical. Allí también se desataron
huelgas semi espontáneas con el inicio de los bombardeos
en todas las principales fábricas del norte industrializado
(incluyendo la FIAT). En España, Bélgica y Grecia
hubo enfrentamientos violentos. Los manifestantes en Madrid pidieron
la renuncia de Aznar. La palabra imperialismo se vuelve a escuchar
en los mismísimos centros imperiales. Una nueva generación
de militantes ha entrado a la vida política. Lo que se veía
venir con el llamado movimiento "antiglobal " se esta
transformando en una realidad. La complicidad de los gobiernos de
centroizquierda en las anteriores masacres imperialistas (Yugoslavia
o la primera Guerra del Golfo, por ejemplo) fortalece a los grupos
mas radicales que son vistos con mayor autoridad moral para criticar
a la " izquierda " gubernamental. En este contexto las
posiciones de los revolucionarios tienen un auditorio multiplicado
por mil comparado con un año atrás solamente.
2- Las direcciones sindicales oficiales que han permitido la aplicación
de los planes neoliberales durante la "ola socialdemócrata"
en la segunda mitad de los 90, y tolerado todos los ataques imperialistas,
hoy deben sumarse al movimiento para domesticarlo. Los índices
de rechazo a la guerra, que superan el 70% en casi todos los países
de Europa Occidental, hacen que las direcciones sindicales se muevan
en este sentido para evitar la perdida de su influencia. Sin embargo,
no hubo ninguna lucha seria de parte de ellos para parar los preparativos
de guerra, ni hoy para parar la guerra misma. En Italia, donde muchos
ferroviarios se negaron a transportar las armas yanquis, los sindicatos
no hicieron nada para bloquear la red ferroviaria y así impedir
su transporte. Lo mismo hicieron en el puerto de Livorno, donde
se hizo una huelga de 24 horas
y los yanquis cargaron las
armas otro día. En España, CCOO y la UGT no hicieron
nada en este sentido, lo mismo que los sindicatos británicos.
En Francia, que vive un periodo de conflictividad laboral entre
los empleados públicos y los trabajadores sufren despidos
en masa por los cierres de empresas, los sindicatos oficiales no
hacen nada para ligar estos conflictos con la guerra. Sin embargo,
hay dos gobiernos comprometidos con la guerra (España e Italia)
que tienen un nivel de popularidad bajísimo, y que si se
desatara un lucha seria por tirarlos abajo, tendría una gran
posibilidad de éxito. Esto provocaría una herida de
gravedad al frente guerrero y estimularía al movimiento de
masas también en los países " no beligerantes
" como Francia o Alemania. Aun dentro de estos países
que no envían tropas ni apoyan la intervención, hay
empresas que producen para el ejercito norteamericano o ingles (como
la EADS Groupe, la ex Thomson, en Francia) que podrían ser
bloqueadas desde adentro por sus trabajadores si contaran con el
apoyo de sus sindicatos. Hasta este momento, la clase obrera no
es parte de la lucha antiguerra como clase con sus organizaciones
de combate, y de esto es culpable la burocracia sindical, que la
diluye en el movimiento. La lucha por una nueva dirección
en la clase obrera es imprescindible para llevar a buen puerto la
lucha contra la guerra y los gobiernos guerreristas.
3- Hasta ahora no hubo, ni en las manifestaciones de Francia ni
en Alemania, reacciones patrióticas anti americanas (es decir,
en defensa de sus propios imperialismos). La política de
Chirac, que une a casi toda la burguesía francesa, no se
impuso en el movimiento de masas, que si bien no se puede decir
que sea anti imperialista, es profundamente pacifista, internacionalista
y enemiga de esta guerra. Inclusive en la marcha del sábado
22 ya se vieron consignas contra la intervención francesa
en Costa de Marfil sin provocar rechazo. La ola pacifista hoy pone
límites a cualquier tentativa de parte de Francia de intervenir
militarmente en el exterior. El reciente golpe de estado en la República
Centroafricana (el presidente derrocado era un fiel sirviente de
Francia) no pudo ser respondido con tropas como hizo Francia en
Costa de Marfil desde octubre a enero. La resistencia de Chirac
a un protectorado americano en Irak (propone que sea gobernado por
la decadente ONU) no llega al extremo de apoyar abierta o encubiertamente
la resistencia iraquí. Un triunfo de una semicolonia frente
a un imperialismo sería algo terrible también para
el imperialismo francés. Ellos esperan que la coalición
angloyanqui triunfe dificultosamente para que pidan la ayuda de
Francia para gestionar el país. Pero los norteamericanos
pusieron el dinero, los muertos y su prestigio internacional en
Irak y no dejaran jamás que el eje franco-alemán se
abuse de ellos. A partir de allí nuevos y mas duros conflictos
interimperialistas se sobrevendrán. La reunión anual
del G8, que se tendría que llevar a cabo en Evian, Francia,
corre el riesgo de no hacerse. Alguien imagina a Bush de viaje justamente
en Francia? Hasta ahora fue imposible llevar a cabo una cumbre Chirac-Blair,
mas difícil aun será hacerla con Bush. También
es destacable la crisis de Berlusconi, que no fue invitado a las
Azores y que es repudiado por el eje franco-alemán, al mismo
tiempo que se multiplican las movilizaciones de masas y el rechazo
a la guerra de parte de importantes sectores burgueses en Italia
encabezados por el poderoso Vaticano. Este nuevo desorden mundial
pone en posición de decidir a muchos países sobre
la Unión Europea : o se esta con Francia y Alemania, o se
rompe la Unión. La extensión al este hoy esta cuestionada
por el apoyo de los países del ex bloque soviético
a la política norteamericana. Particularmente difícil
va a ser la posición de Polonia que envío tropas al
Golfo. Aunque ganen en forma aplastante la guerra (cosa que ya hoy
parece muy difícil) es imposible que Italia, Inglaterra y
España puedan disciplinar a Francia y Alemania para hacer
una Unión Europea pro norteamericana. Si se rompe la Unión
Europea, se destaría una crisis devastante (en primer lugar
económica) que las revoluciones podrían volver a la
orden del día en el Viejo Continente.
4- Los partidos mas grandes que se reivindican de extrema izquierda
(particularmente, los que se reivindican trotskistas y Refundación
Comunista) hoy tienen el auditorio mas grande de su historia. Pero
ninguno de ellos es antiimperialista. No hay uno de ellos que este
a favor del triunfo de Irak. La LCR francesa pedía el veto
de Chirac, que quería mas inspectores para recolonizar Irak.
Lutte Ouvriere dice en su revista Lutte de Classe de febrero que
" no podemos hacer nada ". El SWP ingles esta por el retiro
de las tropas imperialistas, pero no por el triunfo de Irak, al
igual que la mayoría de Refundación Comunista. Sin
embargo, la palabra imperialismo comienza a volver entre la vanguardia
que mira con buenos ojos a estos grupos. Es posible que al calor
de esta crisis sin precedentes y por presión de las bases
se decanten alas izquierdas de estos grupos que converjan hacia
posiciones revolucionarias. Si la crisis de la OMC en Seattle fue
partera de una nueva generación de militantes de vanguardia,
la guerra en Irak esta creando un activismo de masas. Los trotskistas
nos encontramos de frente a una oportunidad histórica.
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