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La conflictiva postguerra


La cuestión kurda: una de las tantas contradicciones latentes en Medio Oriente

Andrea D’Atri - Especial para Partes de Guerra

17/04/03

Entre las múltiples contradicciones que se abren con la actual intervención imperialista en Irak, se encuentra la del establecimiento de un próximo gobierno iraquí.

Según Stratfor “aunque el control estadounidense sea aceptado, establecer un gobierno iraquí que sea aceptable para los diferentes grupos de poder dentro del país probablemente requerirá una negociación, incluyendo a los sunni, los árabes chiítas y a los kurdos”.[1] Estos últimos representan quizás el pueblo más grande sin territorio entre las nacionalidades oprimidas (más de 30 millones). Algunos sectores, organizados principalmente en los partidos kurdos iraquíes, colaboraron recientemente con las tropas de la coalición en el norte del país donde se encuentra –entre otras- la ciudad de Kirkuk. Esta ciudad es clave porque está rodeada por los campos petrolíferos más ricos de la región y está conectada con oleoductos a puertos del mar Mediterráneo. La región también cuenta con una importante cuenca hídrica y con la reserva más importante de gas natural.

Pero, como bien señalaba un informe de la BBC, “los líderes políticos de la zona kurda en el norte de Irak desean que, tras la guerra, Kirkuk se convierta en la capital de una entidad kurda autónoma dentro de una federación con el resto de Irak”. Un propósito que, sin embargo, chocaría con los intereses de Turquía ya que también cuenta con una comunidad kurda y, por lo tanto, “se teme que cualquier indicio de que las milicias kurdas se han apoderado de los campos de petróleo podría hacer que el gobierno de Turquía envíe sus soldados a la zona.”

Aunque según las últimas informaciones, los combatientes kurdos (pashmergas) han aceptado retirarse de la zona –condición que solicitó Turquía a la coalición para no intervenir con sus propias tropas en la región-, el conflicto de la nación kurda –que se remonta a siglos de opresión y genocidios sistemáticos- es uno de los tantos que siguen latentes y que puede abrir importantes contradicciones para las tropas aliadas asentadas en la región y su interés en constituir un nuevo gobierno para Irak.

 

Características del pueblo kurdo y antecedentes históricos

Los orígenes de las tribus kurdas se remontan al 5000 a.n.e. En el siglo VII fueron convertidos por la fuerza al islamismo, aunque su religión se origina en el mazdeísmo[2]; incluso su lengua es indoeuropea y no guarda relación con el árabe ni con el turco.

Su organización social –que aún prevalece ampliamente- es feudal, con terratenientes (aghas) y caudillos militares que dirigen a los guerrilleros (pashmergas), alrededor de quienes se forman las familias que constituyen las tribus que, a su vez, se unen en confederaciones.

El territorio que habitan y reclaman comprende 500.000 km² que se extienden desde el Cáucaso al norte, hasta el valle mesopotámico al sur y desde la cordillera del Tauro Oriental al oeste hasta los Montes Zagros al este. Este extenso territorio es superior al de Irak o Siria.

Actualmente, la diáspora kurda se expande no sólo por los países de Medio Oriente, sino también por Europa y la ex -URSS. Para ver la importancia que tiene este problema nacional, consignamos los datos de los países de Medio Oriente con las minorías kurdas más grandes y la cantidad de habitantes kurdos de algunos países imperialistas (ver cuadro).

 

PAIS HABITANTES KURDOS
Turquía 14.500.000 (25% de la población total de Turquía)
Irak 5.000.000 (26% de la población total de Irak)
Irán 6.700.000 (12% de la población total de Irán)
Siria 1.400.000 (11% de la población de Siria)
Alemania 900.000
Francia 100.000
E.E.U.U. 80.000
Gran Bretaña 25.000


A la salida de la Iº Guerra Mundial, mediante el Tratado de Sévres (1920) se establecieron las fronteras del Medio Oriente, reconociendo la independencia de Armenia y estableciendo una república kurda. Sin embargo, la experiencia fue muy breve. Además de los intereses de Francia e Inglaterra en la región, terciaba el proyecto nacionalista del general turco Kemal Attaturk quien en 1923 lideró un golpe de estado que, entre otras cosas, acabó con la independencia de Armenia mediante el genocidio y persiguió a los kurdos prohibiendo su lengua y toda manifestación cultural.

Mientras tanto Francia e Inglaterra dominaban Siria e Irak respectivamente, llegando en 1926 (pacto de Mosul) a hacer un acuerdo con Turquía para el reparto de los beneficios del petróleo de la región kurda.[3] Los sublevaciones kurdas que siguieron en 1922, 1925 y 1938 fueron reprimidas tanto por los turcos como por los británicos.

A principios de los ’70, surge en los sectores más radicalizados de la izquierda universitaria de Ankara (Turquía) el PKK (Partido de los Trabajadores del Kurdistán), cuyo líder Abdullah Ocalan se encuentra, actualmente, preso del estado turco. Este partido ha formado milicias que entraron en combate contra la represión turca en 1984.

Mientras tanto, el gobierno de Bagdad oficializaba el idioma kurdo y le concedía cierta autonomía a la región. Los partidos kurdos mayoritarios de Irak fueron el PDK (Partido Democrático del Kurdistán) y la UPK (Unión Patriótica del Kurdistán), cuyas fuerzas se dividen centralmente por cuestiones territoriales. Sus líderes pertenecen a tribus con intereses antagónicos en relación al dominio de ciudades importantes del norte por los pasos fronterizos que permiten el contrabando y las rutas del petróleo.

Con la llegada de Hussein al poder, se intensificó la persecución al pueblo kurdo, llegando en 1988 a cometerse un genocidio en Halabja (donde murieron 5.000 civiles kurdos en un solo día por el ataque con armas químicas).

Después de la guerra del Golfo de 1991, cuando las direcciones kurdas iraquíes colaboraron con las tropas norteamericanas, la ONU reconoció a las direcciones de Barzani (PDK) y Talabani (UPK) en una región que comprende tres provincias iraquíes y que goza de cierta autonomía, pero EE.UU. abandonó a su suerte al pueblo kurdo que nuevamente fue masacrado por el régimen husseinista al finalizar la guerra.

Sin embargo, los partidos tradicionales siguieron colaborando con el imperialismo, permitiendo el establecimiento de campos de entrenamiento en los que agentes de la CIA y oficiales de las fuerzas especiales estadounidenses entrenaron a los pashmergas, familiarizándolos con las sofisticadas armas norteamericanas. Estos fueron los que, finalmente, colaboraron en la “liberación” de las ciudades del norte de Irak.

 

La opresión del pueblo kurdo, las direcciones nacionalistas y el imperialismo

Manifestaciones mayoritariamente chiítas se están sucediendo en la ciudad de Nasiriya donde Jay Garner se encuentra reunido con líderes de la oposición iraquí –incluyendo los partidos kurdos oficiales- para establecer las bases de un gobierno para Irak. Asesinatos de líderes chiítas pro-imperialistas y pro-husseinistas, probablemente instigados por líderes fundamentalistas iraníes, empiezan a verse como una seria advertencia. Mientras tanto, en Mosul –de mayoría kurda-, una protesta contra la ocupación norteamericana fue reprimida salvajemente por los marines (todavía no hay más noticias sobre este acontecimiento).

Evidentemente, la división que existe entre las poblaciones oprimidas y sus direcciones es cada vez mayor. Mientras las tropas norteamericanas recibieron el apoyo de las milicias kurdas, la población de las ciudades con mayoría kurda demuestra ser hostil al invasor imperialista

Es probable que, finalmente, un acuerdo entre las fuerzas invasoras del imperialismo y el gobierno de Turquía obligue a desarmar a los combatientes kurdos y terminen reprimiendo a su población como ha sucedido en ocasiones anteriores. De hecho, ya han debido retirarse de las zonas conquistadas por pedido expreso del gobierno turco que amenazaba con intervenir si los kurdos seguían avanzando sobre las ciudades del norte.

La intención de los EE.UU. será la de respetar la integridad territorial de Irak, lo que más tarde o más temprano lo enfrentará a los intereses y las necesidades del pueblo kurdo y éste también enfrentará a sus direcciones nacionalistas aliadas con el invasor.

Un Kurdistán independiente es imposible junto a la existencia del estado terrorista de Israel, aliado al imperialismo anglonorteamericano. El levantamiento de los iraquíes contra la invasión de las fuerzas aliadas y el levantamiento de los kurdos por la conquista de su propia nación actuarían como un acicate gigantesco para la lucha de liberación nacional palestina y desarrollaría la lucha de las masas contra las direcciones nacionalistas y los regímenes que ya hoy se encuentran bastante desprestigiadas por el papel que tuvieron en la guerra imperialista contra Irak.

Una política revolucionaria tendría que partir de diferenciar entre la lucha y las aspiraciones progresivas de las masas kurdas a su derecho a la independencia y sus direcciones.

Para los revolucionarios es menester enfrentar la política proimperialista de la dirección kurda, hoy subordinada a la guerra declarada por los EE.UU. y pelear por una política independiente de la clase obrera kurda y de las masas de Medio Oriente contra la invasión que levante el derecho de los kurdos a una nación independiente del Kurdistán.

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[1] Stratfor, Beneficio y poder en la posguerra de Irak, 07/04/03

[2] Religión de los antiguos persas que surgió de la síntesis entre la filosofía de Zaratustra y las creencias populares de los iranios. Cuando los árabes introducen el islamismo en el siglo VII, los mazdeístas fueron perseguidos y, hasta la actualidad, son considerados infieles.

[3] Se crea la Irak Petroleum Company de capitales británicos, franceses y norteamericanos.

 

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