La ocupación de Bagdad por las tropas
imperialistas de Estados Unidos (EUA), ha sorprendido al mundo entero,
incluido el mando militar de EUA, tanto por su velocidad, como por
la casi nula resistencia que encontraron. Todos los análisis
previos, también los que hicimos desde estas páginas,
en cuanto a que la guerra se extendería en el tiempo (algunos
decían que duraría varios meses), o en cuanto a que
los invasores imperialistas encontrarían una fuerte resistencia,
fueron contundentemente desmentidos por los hechos. Creemos que las
previsiones no respondían a una campaña propagandística
imperialista para justificar, por ejemplo, la multiplicación
de los "errores" que causaron la muerte de miles de civiles,
o el uso de bombas de racimo y uranio empobrecido, ante una guerra
de una extrema dureza. Tampoco respondió a un voluntarismo
izquierdista de algún tipo con una ilusoria confianza en la
resistencia popular. Se basó en hechos objetivos que se manifestaron
como elementos de guerra de liberación nacional, parciales
y dispersos, en estos 21 días que demoró la guerra hasta
la toma de Bagdad. Probablemente continúen algunas escaramuzas
militares. Al momento de escribir estas líneas, hay algunos
combates al Norte de Irak y un nuevo atacante suicida se hizo estallar
en Bagdad. Sin embargo, creemos que no cambiará el balance
estratégico de las fuerzas. Esta guerra había provocado
que se despertara un movimiento de masas que en las calles expresó
objetivamente su antiimperialismo, las masas árabes esperaban
ver derrotado a su más odiado enemigo, los pueblos del mundo
esperaban terminar encontrándose con la mayor potencia imperialista
debilitada y, en el mejor de los casos, derrotada. Esta esperanza
de muchos, esta lucha de muchos otros, fue súbitamente anulada.
Los elementos de guerra de liberación nacional que parcial
y dispersamente se manifestaron, que expresaba las potencialidades
latentes objetivas de la guerra en curso, fueron abortados. ¿Qué
fue lo que sucedió? Por el momento, son mayores las interrogantes
que las afirmaciones. Mientras tanto, los buitres de la carroña
que el imperialismo deja a su vera, están de fiesta.
La "flexibilidad" del mando militar estadounidense
Los planes originales del invasor imperialista habían previsto
una fuerte resistencia armada de las milicias y de todo el pueblo
de Bagdad, en el que aquellas se apoyarían, más la consideración
de que las ciudades del Sur de Irak no estaban aún bajo su
control y que miles de milicianos estaba distribuidos en aquella región
del país, manteniendo la situación de vulnerabilidad
de sus columnas de abastecimientos, también que aún
no habían logrado abrir un segundo frente Norte. Todo esto
había obligado a una definición más bien cautelosa
dentro de una serie de alternativas, aunque dentro de una ofensiva
permanente, donde la clave era tratar de evitar una guerra de guerrillas
urbana, aunque se estuvieran preparando para ello.
Sin embargo, evaluaron que las tres semanas de ataques aéreos
y terrestres y el rápido avance de las fuerzas terrestres,
hicieron bajar la guardia de la defensa de Bagdad. Concluyeron que
había fuertes fallas en el mando irakí que lo haría
incapaz para una defensa urbana. Y redefinieron un plan más
audaz. Encontraron la medida de todo esto en la débil resistencia
que encontraron en su entrada del día sábado.
Apenas tres días después, el martes, hacen una nueva
incursión en Bagdad. El miércoles, ya se tomaron el
centro, y es derribada la estatua de Saddam, incitados por las tropas
estadounidenses que desde los portavoces de sus blindados llamaban
a derribarla.
Los propagandistas imperialistas están regocijados. El diario
imperialista The New York Times (NYT) habla de la flexibilidad de
los mandos estadounidenses para cambiar de táctica de acuerdo
a las circunstancias. Y señalan 7 ocasiones, en tan sólo
21 días: 1) tuvieron que comenzar la guerra sin que se pudiera
abrir el Frente Norte, como estaba planeado. 2) tuvieron que comenzar
la guerra con menos tropas que las planeadas. 3) se vieron obligados
a adelantar la fecha de la invasión terrestre. 4) encontraron
resistencia que no esperaban en el Sur (viéndose obligados
a dejar de lado la decisión de sobrepasar las ciudades para
llegar a Bagdad, teniendo que contemplar combatir en ellas). Ya alrededor
de Bagdad, hubo nuevas modificaciones: 5) el plan original contemplaba
dos días preparatorios con ataque aéreos masivos y una
campaña psicológica de propaganda, 9 horas antes que
comenzara la campaña aérea, entraron a Bagdad. 6) Nuevamente
hubo un cambio, cuando Washington ordena bombardeos específicos
para matar a Saddam y su mando. No resultó exitoso, y temen
una contundente resistencia irakí. 7) Ante esto, adelantaron
el ataque terrestre (con 100 mil hombres), para ganar por sorpresa,
y en baso a las constataciones que más arriba señalamos.
Creemos que más que una admirable flexibilidad para el mando,
que de todas maneras no negamos que la puedan tener, respondía
a que, como señalamos en otro artículo, no había
una definición estratégica de combate del mando militar
estadounidense frente a los elementos de guerra de guerrillas urbana
que esperaban encontrar y querían evitar. La mejor ayuda que
encontraron, fue el aborto de las potencialidades latentes objetivas
de desarrollar una guerra de liberación nacional antiimperialista
por parte del mando irakí.
Y todos se vieron sorprendidos. Otro diario imperialista, el International
Herald Tribune (IHT), señaló que "la mayor sorpresa
es lo que no pasó", y enumera: los pozos petroleros no
fueron incendiados, las represas y diques no fueron dinamitados, los
puentes no fueron saboteados, las armas químicas no fueron
usadas, el combate urbano callejero terminó más pronto
que lo esperado, las manifestaciones de masas de los países
árabes pudieron ser contenidas. Y del lado imperialista, que
las bajas estadounidenses fueron bajísimas, el segundo frente
Norte no pudo ser abierto, los trucos no entraron al Norte de Irak,
los miles de refugiados que esperaban no aparecieron. Y lo explican
por el rápido y potente ataque. Creemos que naturalmente fue
un factor importante, pero creemos que no el decisivo.
Todos estos elementos, tantas sorpresas y tantos cambios de tácticas,
no muestran tanto la capacidad, la flexibilidad del invasor imperialista,
como el aborto de lo único que podría haber derrotado
la guerra imperialista: su transformación en una guerra de
liberación nacional antiimperialista, abortada por la dirección
burguesa, laica y clerical.
De todas maneras, muchos buitres se alimentan de la carroña
que EUA deja a su paso. Y no hablamos de los monopolios imperialistas
que se beneficiarán directamente de la ocupación de
Irak, muchos con funcionarios y ex funcionarios del Estado yanqui.
Nos referimos a aquellos propagandistas, periodistas que se horrorizan
de las atrocidades imperialistas, pero lo ven como un amo invencible,
donde todo estaría maquiavélicamente calculado. Es el
caso del diario argentino Página 12, que en uno de sus artículos
dice que las 120 mil tropas de la 4º División del Ejército
invasor estadounidense que estaban en camino, no eran en realidad
para la guerra en curso que avistaban como difícil de vencer,
si no que estaba calculado para la posguerra, en la que necesitarán
una fuerte presencia militar por los riesgos que se avecinan, inherentes
a la ocupación de un país. Transforman las debilidades
imperialistas en fortalezas, convirtiéndolo en algo odiado
por supuesto, pero indestructible. Casi tanto como su servilismo.
El aborto de una guerra de liberación nacional antiimperialista
Los breves días de la guerra en curso, permitieron que se
manifestaran elementos de las potencialidades latentes objetivas de
la transformación de una guerra de invasión imperialista
en una guerra de liberación nacional antiimperialista, que
podría desplegarse como una insurrección de un pueblo
armado contra el régimen burgués del Baath. Entre estos
elementos objetivos, estuvieron el desarrollo de una guerra de guerrillas
urbana, que para realizarse necesariamente tenía que sostenerse
en un pueblo resistiendo al invasor; la resistencia de los pueblos
de varias ciudades, incluidos sus sectores chiítas (mostrando
que aún un pueblo divido en etnias diferentes podría
unificarse contra el invasor para después resolver aquellas
divisiones); la entrada de miles de combatientes árabes para
luchar contra el imperialismo; la entrada de miles de irakíes
exiliados opositores al Baath para combatir; los campos de refugiados
vacíos; el armamento de una parte importante de la población,
al menos de Bagdad, donde los periodistas dicen hoy mismo que cada
persona tiene un arma en su poder; los relatos de los soldados estadounidenses
que hablaban de la sorprendente ferocidad y fanatismo de los combatientes
irakíes, que aún sabiendo perdida la batalla combatían
hasta morir. Esta decisión de combatir hasta morir creemos
que es un elemento importante que mostraba la voluntad de una lucha
nacional contra el invasor imperialista.
Es un hecho que no sucedió. Pero creemos que es inadecuado
pretender demostrar por la prueba en contrario que nada de aquello
estaba planteado. Creemos que debemos tratar de explorar las causas
más profundas que determinaron este resultado. No se trata
de encontrar un consuelo, se trata de reafirmar las posibilidades
de los pueblos oprimidos de luchar contra el imperialismo y derrotarlo,
algo que hasta hace poco tiempo atrás no estaba en los análisis
de nadie, más que como rescates históricos de viejas
luchas de décadas anteriores (mucho se habló de Stalingrado
y Vietnam, por ejemplo).
Es cierto que más son las interrogantes que las posibles afirmaciones,
el diario IHT más arriba citado se preguntaba por todo lo que
no sucedió: por qué no se volaron los puentes, por qué
no hubo resistencia urbana, por qué no se quemaron los pozos
petrolíferos, etc.
Desde estas páginas planteamos que la transformación
de una guerra de invasión imperialista en guerra de liberación
nacional, requería una decisión política que
centralizara y orientara los elementos que objetivamente se manifestaban,
la voluntad de lucha y resistencia del pueblo irakí y los pueblos
árabes. Señalamos que los pasos que estaban dando las
direcciones burguesas, las laicas del Baath y las musulmanas de los
dirigentes religiosos como el ayatollah Al Sistani, debilitaban esa
voluntad de resistencia, efectividad de la dirección burguesa
acrecentada no sólo por años de opresión, represión
y desorganización del pueblo trabajador irakí, si no
también por el cerco imperialista a las ciudades, con sus secuelas
de hambre, falta de agua, de luz, de medicinas (y que fue tal vez
la más efectiva arma militar), que debilitan la voluntad de
resistencia de un pueblo, más aún en estas condiciones
políticas. Y planteamos que el tiempo sería decisivo
para ver si el pueblo irakí dispondría de él
para poder avanzar a organizarse para la resistencia, debilitando
a esas direcciones burguesas. No lo tuvo. Creemos que los mandos militares
imperialistas pudieron percibir la misma situación, desde el
terreno militar: no había que dar tiempo a que se organice
la resistencia, una vez comprobada, con su entrada el sábado,
que la resistencia fue menor.
Un oficial de la Guardia Republicana le expresó a su familia
el mismo martes que abandonaba el combate, alegando que: "no
había nadie que diera las órdenes y hace días
que estaban sin teléfono, electricidad ni agua", según
una crónica de La Tercera. Y ninguna resistencia popular podría
plantearse si las fuerzas armadas, regulares o irregulares, abandonaban
el combate. La guerra de liberación nacional antiimperialista,
que se planteó como una posibilidad latente objetiva, fue abortada
por la dirección del régimen burgués del Baath
y las direcciones burguesas clericales. La desaparición de
los mandos militares y políticos irakíes, los rumores
de negociaciones para el exilio, son una prueba contundente de esto.
Los trabajadores y los pueblos del mundo, deben sacar todas las conclusiones
de esta situación.
Más allá de escaramuzas parciales que pueda haber en
lo inmediato, ya EUA ganó estratégicamente la guerra.
Muchos dicen que es apenas el inicio de sus problemas.
¿Una nueva potencia colonial?
Creemos que es cierto. Aquí comienza una nueva fase donde
se plantearán nuevos problemas que ya vienen larvadamente manifestándose.
Entre ellos, las diferencias entre el Pentágono y el Departamento
de Estado, sobre cómo reconstruir Irak, quién se quedará
con el botín (si los monopolios ligados al Pentágono
o al Departamento de Estado); las diferencias entre los monopolios
europeos que quieren cobijarse en una administración ONU, y
los monopolios de EUA e Inglaterra que quieren una administración
directa y un futuro gobierno títere; las amenazas a los países
árabes vecinos que puedan desestabilizar la región.
Y un largo etcétera. Creemos que es cierto, sí. Pero
que en lo inmediato son contradicciones que se basan en un triunfo
militar, suave, pero triunfo militar al fin. Y que su más grande
triunfo, en lo inmediato, fue el impacto desmoralizador sobre las
masas árabes. ¿Abrirá una situación reaccionaria?
Creemos que no, aunque seguramente haya un primer momento en que se
dé vía libre a la reacción y sus efectos. Pero
es cierto que las contradicciones estratégicas no están
resueltas, el nuevo reparto del mundo que busca EUA en su beneficio,
alentado por una crisis económica de magnitud cada vez más
difícil de contener, no se soluciona con este triunfo militar.
En esto, ni la prensa burguesa disiente, más allá de
su insultante entusiasmo de fieles sirvientes.
Muchos opinan que EUA se está transformando en una nueva potencia
colonial, que dejará una administración y tropas, al
viejo estilo de las potencias coloniales inglesas o francesas. Y que
se preparan, por ejemplo, para ir por China, preparando un futuro
de dominio imperialista sostenido en sus armas, que sólo deja
lugar para la desesperanza. No lo creemos la perspectiva más
probable. El objetivo estratégico que es el de reafirmar la
hegemonía imperialista de EUA no está asegurado, y más
allá del encandilamiento aventurerista de una burguesía
imperialista en declive, de una potencia imperialista débil
estratégicamente, no opaca del todo la conciencia de esa debilidad
estratégica. Por otra parte, creemos que en estos días
se ha podido ver que el verdugo vuelve a estar en el umbral.
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