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Guerra - Día 6


El carácter actual de la guerra

 

Nicolás Miranda

Especial para Partes de Guerra

26/03/03

 

Los objetivos iniciales de las fuerzas de ocupación de Estados Unidos y sus aliados, eran avanzar rápidamente desde el Sur hacia Bagdad. Se basaron en una serie de supuestos que el curso de la guerra está demostrando errados. Su nueva doctrina de guerra, un combate secuencial y no simultáneo, basado en la combinación de ataques aéreos, bombas inteligentes y fuerzas especiales, abrumando con su incontrarrestable superioridad militar, que buscaba concretamente en esta invasión a Irak paralizar a su enemigo haciéndolo colapsar y aparecer como liberadores de un pueblo que se alzaría contra su régimen, se ha encontrado con una inesperada resistencia que ha llevado a cierta confusión, los ha sorprendido, y los ha obligado a un cambio de sus tácticas sobre la marcha, haciendo que Estados Unidos haya perdido momentáneamente la iniciativa táctica. ¿Qué es lo que produjo esta situación? ¿un simple error de cálculo, una falla de inteligencia, un poderío militar desconocido de las tropas iraquíes? Intentaremos en este artículo examinar algunos de los motivos que condujeron a esta situación.

 

Los objetivos iniciales de la guerra y el cambio de su táctica

 

Las batallas de esta guerra de ocupación, como es sabido, se están concentrando en el Sur de Irak, en las ciudades de Umm Qasr, Nasiriyah, Najaf, Basora, Safwan. En el centro (Tikrit, Bagdad) y en el Norte (Halabja, Mosul, Kirkuk) se limitan por el momento al bombardeo.
La campaña de propaganda da una serie de informaciones constantes confusas, en muchos casos directamente falsas, alrededor del número de bajas, de la toma o no de las ciudades, de levantamientos populares contra el régimen del Baath...
En estas batallas, los objetivos iniciales de las fuerzas imperialistas de ocupación, eran cercar las ciudades, no ocuparlas, esperando ser bien recibidos por sus habitantes, buscando aparecer como liberadores y no como conquistadores, y seguir avanzando hacia Bagdad y sus alrededores, que es donde se concentran el grueso de las fuerzas irakíes, para la batalla final. En este objetivo, lo central era evitar una guerra de guerrillas urbana (para eludir la mayor cantidad posible de bajas civiles, que se podrían volver en contra de EUA y sus aliados acosados por un movimiento de masas mundial contra la guerra), buscar paralizar a su enemigo y hacerlo colapsar, alentando que el pueblo irakí se sintiera liberado de un régimen opresor.
La durísima resistencia irakí, especialmente en las ciudades de Nasiriyah y Basora, obligó a cambiar de táctica. Actualmente, las fuerzas imperialistas de ocupación, se ven obligados a enfrentar las fuerzas que los resisten previamente a su llegada a Bagdad, ocupar las ciudades, viéndose obligados a tener que enfrentar una guerra de guerrillas urbana, para recién después poder avanzar hacia Bagdad.
Este obligado cambio táctico, ha sumido en una cierta confusión a las fuerzas de ocupación imperialistas, viéndose sorprendidos por una resistencia que no esperaban encontrar, y haciéndoles perder momentáneamente la iniciativa táctica.
Los objetivos iniciales, se basaron en, al menos, tres supuestos que se demostraron falsos: 1) que los irakíes no los combatirían (salvo las fuerzas leales a Saddam asentadas en Bagdad y sus alrededores); 2) que su superioridad en tecnología armamentista no podría encontrar resistencia efectiva; 3) que serían recibidos como liberadores por el pueblo irakí.

 

La resistencia irakí

 

Es un hecho que estos supuestos eran falsos. Veámoslos un poco más detenidamente. Los irakíes están combatiendo a las fuerzas de ocupación imperialistas. Según se informa, la resistencia militar descansa esencialmente en las llamadas fuerzas paramilitares, o milicias, identificando hasta el momento 5 grupos: fedayeen de Saddam (que significa "aquellos dispuestos a morir por Saddam"), Al Quds, el ala militar del Baath, la Organización del Servicio Especial de Seguridad de Saddam, calculando que todos estos grupos suman unos 40 mil hombres, y la Guardia Republicana (que estaría compuesta de 6 divisiones (en Bagdad la Medina, la Hamurabi y la Al Nida), compuestas de 100 mil hombres). Se los describe, con preocupación, como motivados, dispuestos a causar daño, y astutos (por ejemplo, cambiaron la señalización de las ciudades atacadas para hacer perder al enemigo imperialista). Sus tácticas son las de la guerrilla urbana, con francotiradores, confundiéndose entre la población civil, transportándose en vehículos no militares, etc.
Militarmente, el mando irakí, logró identificar el talón de Aquiles de las fuerzas imperialistas de ocupación: su retaguardia, encargada del esencial abastecimiento para asegurar el avance de sus tropas hacia Bagdad. Así es que autonomizó sus unidades, dividió al país en 4 zonas militares, y alentó el hostigamiento de las tropas de Estados Unidos (EUA) y sus aliados.
¿Pero es suficiente motivo esta habilidad táctica del mando militar irakí, para haber producido esta cierta confusión, esta sorpresa, esta pérdida momentánea de la iniciativa, ante una fuerza militar tan abrumadoramente superior?
Creemos que sobre esta brecha que supieron identificar en el terreno militar, se introducen otros elementos más decisivos aún. Uno de ellos, en relación al segundo supuesto que señalamos, es que la superioridad en tecnología militar se ha visto enfrentada a una fuerza inesperada: una tecnología militar inferior con capacidad de producirle bajas que, si bien no afectan la superioridad militar de conjunto, sí afecta las decisiones tácticas al servicio de lo que están esas tecnologías superiores, tornándola relativamente ineficaces. Es así, que helicópteros ultramodernos han sido derribados, según algunos por campesinos, según otros esto es imposible, pero aunque así no fuera, fue definitivamente con armas convencionales, cortas y hasta quizá obsoletas. Y esto se vería aún más agravado, para las fuerzas imperialistas de ocupación, en una lucha urbana.
Pero hay un tercer factor aún más importante todavía.

 

El odio popular contra la invasión

 

El tercer supuesto falso, es que serían recibidos como liberadores. Lo cierto es que, según informa el diario imperialista New York Times (NYT), los soldados se cuestionan que "uno trata de limitar los daños colaterales (eufemismo para decir las bajas civiles) , pero ellos quieren luchar". O como describe otro militar, según El Mercurio, una de las tantas batallas de estos días, "en ningún momento fue una batalla equilibrada, no sé por qué ellos no se rindieron". El supuesto central, que no se combatiría al invasor, no sólo ha sido desmentido, sino que incluso algunas unidades irakíes se lanzan a la ofensiva, como se informa en las horas en que se escribe este artículo. Y hasta el momento, ninguna ciudad ha sido totalmente ocupada (resultando al menos paradójico que la ocupación de un país se realizara sin ocupar ni una sola ciudad, salvo Bagdad, aún bajo los supuestos señalados). El punto es que, creemos, el elemento decisivo reside en que hay una mayoría de irakíes dispuestos a resistir al invasor. Ninguna fuerza militar puede mostrar la decisión y voluntad de combatir mostrada hasta el momento (inclusive en forma ofensiva, no tan sólo defensiva), si no se sostiene en el pueblo invadido. Es probablemente cierto que la mayoría chiíta, oprimida por la minoría sunnita a la que pertenece Saddam Hussein, no quiera lanzarse apresuradamente a una aventura que pueda costarle miles de muertos como en la Guerra del Golfo de 1991 (en la que se levantaron contra el régimen opresor del Baath confiados en su derrota por EUA y que al no sucederse fueron masacrados). Pero esto a lo sumo es indicador de una latente guerra civil que podría terminar estallando, entre una guerra de invasión que se extienda en el tiempo debilitando en el curso a las tropas de EUA, y un régimen debilitado en su resistencia. Es cierto que el pueblo irakí está oprimido por el régimen de la burguesía estatal, comercial y petrolera del régimen del Baath, atemorizado ante un posible castigo de sus fuerzas de represión. Pero no es menos cierto que se trata de un pueblo doblemente oprimido, duramente por el imperialismo de Estados Unidos y sus aliados, que los pueblos árabes identifican como su peor enemigo, y que en el curso de una lucha de liberación nacional antiimperialista se podrá avanzar en arrasar con sus propios regímenes burgueses, déspotas, opresores y explotadores.
De hecho, la gran pregunta del imperialismo es por qué, si se trataba de una guerra de liberación (¡imperialista!) de un régimen opresor como el del Baath, que traería la democracia, se encuentran con tanta resistencia. En palabras del NYT, "la dificultad, siendo una guerra de liberación, es determinar quién y por qué resiste". De hecho, una de las grandes batallas en el terreno de la propaganda, es identificar si los que están resistiendo son las fuerzas regulares o el pueblo irakí.
Lo cierto es que el obligado cambio de táctica de las fuerzas imperialistas de ocupación, están empujando a aumentar el odio del pueblo irakí contra el invasor imperialista. Aumentó claramente tras la sangrienta batalla de Nasiriyah, que continúa. Y aumentó más aún tras el reciente bombardeo de un mercado en Bagdad, oyéndose gritos de "¡abajo Bush, larga vida a Saddam!". Junto con esto, miles de exiliados irakíes en Jordania, están traspasando las fronteras de vuelta a su país para combatir al invasor, aún siendo opositores del régimen del Baath. Más aún, según ciertas informaciones recientes y de meses previos a la guerra, Saddam Hussein habría distribuido armas entre la población. Este elemento, que atraviesa como una línea roja esta guerra de invasión imperialista, ayuda a indicar las potencialidades latentes planteadas en las guerras imperialistas en este período actual del orden imperialista mundial.

 

El carácter de la guerra

 

La actual guerra de EUA y sus aliados es una guerra imperialista de ocupación, cuya primera batalla es Bagdad, y su objetivo estratégico el Oriente Medio de conjunto, que esperaría dominar políticamente sobre las ruinas de Irak.
Pero las potencialidades latentes objetivas de la guerra en curso, según intentamos mostrar, es la posibilidad de una contraofensiva que la transformara en una guerra de liberación nacional antiimperialista.
Como podemos ver, la sola superioridad militar del imperialismo no es condición suficiente, aunque sea de una trágica y sangrienta importancia, para asegurar la conquista imperialista de un país. Y la habilidad táctica para dañar la superioridad militar imperialista reside en última instancia en la lucha de una nación oprimida y su pueblo, aún estando dividido con la latente posibilidad del estallido de una guerra civil en su desarrollo. Por esto mismo, estas potencialidades latentes objetivas precisan de una decisión política de transformar la guerra imperialista de ocupación, en una guerra de liberación nacional antiimperialista. Precisaría, por ejemplo, del efectivo armamento del pueblo irakí, organizado en milicias armadas controladas por ellos mismos, independientes políticamente de un régimen opresor, de proclamar la independencia de las nacionalidades oprimidas como los kurdos, del desarrollo del movimiento contra la guerra en el mundo, especialmente de la entrada decisiva en escena que comienza a plantearse en algunos países de la clase trabajadora, debilitando a los países imperialistas, de la lucha por una República Socialista de Irak que liquide a un régimen burgués como el del Baath, siempre dispuesto a aliarse con algún sector del imperialismo (como con EUA en su guerra contra Irán) y proclame la necesidad de expulsar al imperialismo de Irak y Medio Oriente. Nada de esto se plantea un régimen como el del Baath, ni seguramente vaya a hacerlo, la pregunta es si de desarrollarse estos elementos que emergen en esta guerra de ocupación imperialista, podrían comenzar a planteárselo sectores del pueblo trabajador irakí al calor de sus acciones, aún iniciales e incluso más bien pasivas salvo en algunos sectores. Así es que el tiempo no es sólo importante para las fuerzas imperialistas de ocupación, sino también para el pueblo oprimido de Irak. ¿Pero a favor de quién está corriendo el tiempo?

 

Los efectos del cambio de táctica de EUA y sus aliados y de la resistencia irakí

 

Los elementos que indicamos son al menos una vacuna contra las visiones escépticas, obnubiladas por el poderío militar estadounidense, que lo plantearía como por siempre invencible. Es el caso de periodistas del diario argentino Página 12, que afirma que las bajas de EUA no prefiguran una derrota porque la superioridad de EUA es irreversible, y lo único que queda es calcular el costo (en vidas, y por lo tanto político) y ver hasta dónde lo quieren asumir.
Para el diario estadounidense NYT, el resultado está aún abierto, dependiendo de cómo el pueblo irakí los vea, si como liberadores o como conquistadores.
Sin embargo, para el curso actual de la guerra, y su resultado final, la superioridad militar de las fuerzas imperialistas de ocupación es decisiva. Para los militares yankys, la "resistencia focalizada" es problemática pero no altera el cuadro total, "donde los irakíes tendrán que elegir entre Saddam y EUA".
Lo que se señala, es que las tropas actuales son fuerzas de avanzada para debilitar las tropas irakíes. Por otro lado, se espera abrir un segundo frente al Norte, que se está abonando previamente el terreno con bombardeos, pero que puede tener desarrollos perjudiciales para la ofensiva de EUA y sus aliados en caso de que Turquía avance como viene amenazando. También se está previendo el despliegue de tropas más poderosas estacionadas en sus buques de guerra.

 

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