Con las tropas de vanguardia a solo 80 km. de Bagdad la coalición
imperialista está por sufrir los momentos más decisivos
de su cruzada militar opresora. Con la derrota diplomática
sufrida ante el imperialismo francés y alemán, apoyados
por Rusia y China, el avance hegemónico estadounidense está
centrado casi exclusivamente en lograr una aplastante victoria militar
en Irak. Como dice Cardozo en una nota de Análisis en el
Clarín de hoy, la estrategia norteamericana está subordinando
cada vez más el frente político a la brutal ofensiva
militar: la dura resistencia por parte del ejército y el
pueblo Iraqui hacen peligrar todo el plan de batalla en curso con
el consiguiente alargue de la misma, como mínimo, que avivaría
aún más las movilizaciones antiguerra en todo el mundo,
radicalizaría la existente en su propio país y podría
desarrollar procesos de características revolucionarias que
derriben a los importantísimos gobiernos aliados en Inglaterra
y España. Al principio de la invasión, el énfasis
de la "guerra relámpago" imperialista estuvo puesto
en bombardeos quirúrgicos que golpeen la dirección
política y sobre todo militar de Irak; la actitud de evitar
combates sangrientos en las ciudades importantes como Basora, tanto
para incentivar supuestos levantamientos anti-Saddam y rendiciones
de comandantes iraquíes como para evitar fuertes baja propias
que afecten el apoyo de las masas yankees a la guerra. Estos elementos
del orden de batalla norteamericano daban a su "Blitzkrieg"
(guerra relámpago) un inusual criterio donde la política
acompañaba al mismo nivel los progresos militares en territorio
iraqui. Si los informes de los medios de comunicación no
americanos que la resistencia al invasor adquirió un carácter
popular son ciertos, los 350.000 efectivos de Irak se verían
poderosamente reforzados por centenares de miles de combatientes
que harían de esta agresión un nuevo Vietnam para
EE.UU. Incluso si, por diversos factores y luego de sufrir numerosas
pérdidas, la coalición imperialista lograra la derrota
del ejército regular iraqui y la conquista de Bagdad de modo
inmediato, el odio antinorteamericano de las masas iraquíes
tiene planteada la posibilidad de abrir las fauces del infierno
bajo las botas de sus tropas.
Antes de poder cerciorarnos si este es el futuro después
de la victoria aliada, habría que ver si ésta llega
a sus objetivos y no es derrotada en el camino o en el asalto final.
Esto sería lo peor que podría ocurrirle al imperialismo
yankee. Para los revolucionarios, una victoria de la resistencia
contra la invasión constituiría el mejor escenario,
pero ésta a su vez depende del grado de intervención
de las masas. Si predomina el honor de la victoria en las fuerzas
leales a Saddam, probablemente su régimen se vería
fortalecido en lo inmediato evitando en un primer momento acciones
revolucionarias de las masas contra su régimen. En el caso
contrario, existirían grandes posibilidades para que un grandioso
proceso revolucionario emerja en suelo árabe.
Por lo pronto la situación, estrictamente en el terreno militar,
ubica a la coalición con sus fuerzas a la ofensiva. El puerto
de Um Gasr fue conquistado y aparentemente limpiado de focos de
resistencia por parte de efectivos británicos, aunque hoy
había rumores sobre una reconquista por parte de tropas iraquíes.
Massiriyha también fue conquistada, pero no se han apagado
aún todos los focos de resistencia, por lo tanto aún
sigue disputada. Más al norte la avanzada imperialista que
lidera la 7° de caballería blindada y la 3° división
de infantería mecanizada comienzan la ruptura del anillo
defensivo en torno a Bagdad. Los medios hablan de un enfrentamiento
crucial con la brigada de la guardia republicana iraquí llamada
medina. Los carros de combate M1 Abrams deberán sostener
probablemente durísimos combates con tropas pertrechadas
con misiles antitanque y antiaéreos, y los cualitativos tanques
T-72 de la talla del citado M1 norteamericano, nada más que
su cañón es de 125 mm contra los 105 y 120 de su oponente.
Estas armas provienen de la ex URSS, y si es cierta la denuncia
yankee contra Rusia por quebrar el embargo militar contra Irak,
tendrán seguramente repuestos y elementos que los hagan más
operables aún. La estrategia de combate iraquí está
complicando el progreso de las fuerzas de la coalición. El
orden de batalla de los primeros concentra sus fuerzas militares
en las ciudades buscando con ello transformarlas en réplicas
del Stalingrado soviético en la 2ª guerra mundial. En
esa decisiva batalla las fuerzas alemanas concentraron el conjunto
de sus divisiones en la conquista de dicha ciudad debilitando con
ello sus flancos laterales. La batalla en la ciudad inhibe inexorablemente
la maniobrabilidad y el poder de fuego de los tanques. Estos son
guiados por las calles hacia emboscadas con armas antitanque y la
infantería que seguía detrás es atacada en
forma separada. La batalla necesariamente debe transcurrir casa
por casa, transformándose en guerra de posiciones. Si la
ciudad es bien edificada, como era Stalingrado, la batalla puede
ser una verdadera carnicería, si persiste una fuerte actitud
combativa en ambas partes. La línea del frente entre los
ejércitos pasa por una calle, un patio, la terraza, etc.,
haciéndose borrosa su demarcación. Las tropas de primera
línea cuentan además concierta inmunidad a los ataques
aéreos masivos, lo que en Basora es muy beneficioso para
las tropas iraquíes. El decisivo triunfo del Ejército
Rojo en Stalingrado no provino de una contraofensiva desde la ciudad.
Los alemanes llegaron a tener en su poder 9/10 partes de la misma.
La estrategia soviética consistió en alargar el tiempo
de combate para organizar al otro lado del río Volga una
fuerza ofensiva de 1 millón de hombres y 1000 tanques. Apenas
llegado el invierno de 1942 las fuerzas rojas arrollaron al VIII
Ejército Italiano y al III Rumano mal armados, ubicados al
norte y sur de esa ciudad respectivamente. Las vanguardias blindadas
soviéticas divididas en 2 puntas de lanzas tomaron contacto
a más de 100 km. de la ciudad, creando una bolsa gigantesca
que transformó a los asediantes en asediados, luego prosiguieron
avanzando creando el pánico en la retaguardia de todo el
frente alemán. La "Blitzkrieg" se volvió
en contra de sus creadores. Los generales germanos criticaron duramente
a Hitler por no desarrollar una ofensiva definitiva hacia Moscú,
dejando para después objetivos secundarios. En el Golfo,
la coalición imperialista no pretende cometer el mismo error
y prosigue a toda marcha su avance a Bagdad. A diferencia del mando
soviético, es muy difícil que las fuerzas iraquíes
estén preparando una contraofensiva de tal magnitud en Basora.
La mayor parte del ejército está concentrado en torno
a Bagdad. La resistencia hasta la última bala en Basora tiene
el beneficio inmediato complicar el frente político interno
y externo de los yankees, a la vez que desmoraliza a sus tropas
que esperaban una fácil victoria y en contrapartida muestra
al mundo una espectacular resistencia iraquí, que sobre todo
debería arengar a los pueblos árabes para que presionen
a sus gobiernos a favor de Saddam. Esto explica la importancia de
conquistar Basora por parte de las fuerzas de la coalición
angloamericana. Aunque la sociedad norteamericana apoye, en su mayoría,
la invasión, es muy difícil que tenga el espíritu
guerrero que tenían las naciones en la 2° guerra mundial,
cuestión que permitía a los estados llevar ofensivas
que conlleven suculentas pérdidas sin por ello enfrentarse
a la opinión pública. Este decisivo elemento político
puede trastocar la guerra relámpago norteamericana si la
resistencia en Basora se prolonga sin conquistar aún Bagdad
por otra parte. Tal como indica la técnica de la "Blitzkrieg",
las tropas que cercan las ciudades de Basora y Massiriyah serán
reemplazadas por unidades de infantería que con apoyo de
tanques y helicópteros junto a masivos bombardeos de aviación
y artillería intentaran conquistarlas. De esta forma la mayor
parte de los tanques y vehículos blindados pueden retomar
la ofensiva y reforzar así la punta de lanza liderada por
la 3° de infantería mecanizada que sufrió ya furiosos
contraataques en la zona de Karbala y Majaf. El Pentágono
informó además que el 7° regimiento de caballería
blindada "perdió parte de sus unidades" ante un
contraataque efectuado por "fedayines" y unidades de la
guardia republicana mientras se cubrían la tormenta de arena
que se abate por la zona. Parece que el "general tormenta de
arena" es primo hermano del "general invierno" que
acompañaba cada contraataque soviético dirigido a
los nazis. Esta punta de lanza de la coalición que avanza
al compás del río Eufrates tiene la necesidad de ser
inmediatamente reforzada a riesgo de sufrir un masivo ataque por
sus flancos que la obliguen a retroceder si no quiere ser aniquilada.
Una operación de este tipo debería ser una opción
para el ejército Iraquí. El ejército de Irak
cuenta con 2000 carros de combate frente a los 800 de la coalición.
Usando a las brigadas de la Guardia Republicana, armada con los
tanques T-72, apoyados por milicias populares y fedayines podría
realizar esta maniobra. Las 150 aeronaves de combate iraquíes
podrían ser sacrificadas en esta importante operación
con el fin de dar cobertura aérea contra los cazas enemigos
y asediar las fuerzas de la coalición cercadas. Tarde o temprano
las tropas iraquíes deberán retirarse inmediatamente
una vez cumplida la maniobra, si es que no son destruidas en el
intento, golpeadas duramente por la superioridad anglo - estadounidense.
Pero una de las mejores unidades yankees habría sido destruida.
Sería quizás un acto suicida pero las cuantiosas bajas
aliadas podrían cambiar el curso de la guerra, específicamente
al profundizar los movimientos anti - guerra en las masas yankees
e inglesas. Claro está que esto habría que aplicarse
cuanto antes porque si la vanguardia yankee es reforzada, es prácticamente
imposible.
Pero aún no sabemos si el mando Iraquí estaría
dispuesto a desarrollar tal contraofensiva local. Por lo pronto
el peligro subsiste para el anillo defensivo que protege Bagdad,
si la coalición logra reforzar su vanguardia y mantener vitales
sus líneas de abastecimiento. Las dificultades en la retaguardia
conspiran justamente contra esto, sobre todo por la fuerte actividad
de grupos autónomos que con tácticas de guerrilla
atacan convoyes aislados, retirándose luego rápidamente
del combate.
Ante la superioridad aérea y tecnológica de la coalición
imperialista, Irak esta contraponiendo la superioridad numérica
en infantería y blindados. El general Barry McCaffrey plantea
en este sentido que se debería haber enviado una división
de infantería y un regimiento de carros de combate adicionales,
dada la fuerte resistencia iraquí. Salvo excepciones muy
raras, en toda guerra las fuerzas de atacante deben ser superiores
en número a las atacadas, mas aún si la estrategia
se apoya en la guerra relámpago o de movimiento. La estrategia
Iraquí debió necesariamente combinar por un lado cierta
posición defensiva que plantea una guerra de posiciones urbana
con sus tropas más importantes, y por el otro una guerra
móvil de características guerrilleras. Esto ocurre
en un grado inicial, pero luego, si la resistencia obtiene logros
de magnitud, deberá recurrir a una contraofensiva generalizada
para conjurar en forma definitiva la amenaza de ocupación
total. No tiene sentido resistir eternamente hasta caer por el peso
asfixiante de un asedio con un enemigo muy poderoso en medios que
le permitirían sostenerlo.
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