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A modo de análisis
Fuerte Resistencia al Imperio Yankee

Willy Vater , integrante del PTS-FT (Argentina)

26/03/03

Con las tropas de vanguardia a solo 80 km. de Bagdad la coalición imperialista está por sufrir los momentos más decisivos de su cruzada militar opresora. Con la derrota diplomática sufrida ante el imperialismo francés y alemán, apoyados por Rusia y China, el avance hegemónico estadounidense está centrado casi exclusivamente en lograr una aplastante victoria militar en Irak. Como dice Cardozo en una nota de Análisis en el Clarín de hoy, la estrategia norteamericana está subordinando cada vez más el frente político a la brutal ofensiva militar: la dura resistencia por parte del ejército y el pueblo Iraqui hacen peligrar todo el plan de batalla en curso con el consiguiente alargue de la misma, como mínimo, que avivaría aún más las movilizaciones antiguerra en todo el mundo, radicalizaría la existente en su propio país y podría desarrollar procesos de características revolucionarias que derriben a los importantísimos gobiernos aliados en Inglaterra y España. Al principio de la invasión, el énfasis de la "guerra relámpago" imperialista estuvo puesto en bombardeos quirúrgicos que golpeen la dirección política y sobre todo militar de Irak; la actitud de evitar combates sangrientos en las ciudades importantes como Basora, tanto para incentivar supuestos levantamientos anti-Saddam y rendiciones de comandantes iraquíes como para evitar fuertes baja propias que afecten el apoyo de las masas yankees a la guerra. Estos elementos del orden de batalla norteamericano daban a su "Blitzkrieg" (guerra relámpago) un inusual criterio donde la política acompañaba al mismo nivel los progresos militares en territorio iraqui. Si los informes de los medios de comunicación no americanos que la resistencia al invasor adquirió un carácter popular son ciertos, los 350.000 efectivos de Irak se verían poderosamente reforzados por centenares de miles de combatientes que harían de esta agresión un nuevo Vietnam para EE.UU. Incluso si, por diversos factores y luego de sufrir numerosas pérdidas, la coalición imperialista lograra la derrota del ejército regular iraqui y la conquista de Bagdad de modo inmediato, el odio antinorteamericano de las masas iraquíes tiene planteada la posibilidad de abrir las fauces del infierno bajo las botas de sus tropas.


Antes de poder cerciorarnos si este es el futuro después de la victoria aliada, habría que ver si ésta llega a sus objetivos y no es derrotada en el camino o en el asalto final. Esto sería lo peor que podría ocurrirle al imperialismo yankee. Para los revolucionarios, una victoria de la resistencia contra la invasión constituiría el mejor escenario, pero ésta a su vez depende del grado de intervención de las masas. Si predomina el honor de la victoria en las fuerzas leales a Saddam, probablemente su régimen se vería fortalecido en lo inmediato evitando en un primer momento acciones revolucionarias de las masas contra su régimen. En el caso contrario, existirían grandes posibilidades para que un grandioso proceso revolucionario emerja en suelo árabe.


Por lo pronto la situación, estrictamente en el terreno militar, ubica a la coalición con sus fuerzas a la ofensiva. El puerto de Um Gasr fue conquistado y aparentemente limpiado de focos de resistencia por parte de efectivos británicos, aunque hoy había rumores sobre una reconquista por parte de tropas iraquíes. Massiriyha también fue conquistada, pero no se han apagado aún todos los focos de resistencia, por lo tanto aún sigue disputada. Más al norte la avanzada imperialista que lidera la 7° de caballería blindada y la 3° división de infantería mecanizada comienzan la ruptura del anillo defensivo en torno a Bagdad. Los medios hablan de un enfrentamiento crucial con la brigada de la guardia republicana iraquí llamada medina. Los carros de combate M1 Abrams deberán sostener probablemente durísimos combates con tropas pertrechadas con misiles antitanque y antiaéreos, y los cualitativos tanques T-72 de la talla del citado M1 norteamericano, nada más que su cañón es de 125 mm contra los 105 y 120 de su oponente. Estas armas provienen de la ex URSS, y si es cierta la denuncia yankee contra Rusia por quebrar el embargo militar contra Irak, tendrán seguramente repuestos y elementos que los hagan más operables aún. La estrategia de combate iraquí está complicando el progreso de las fuerzas de la coalición. El orden de batalla de los primeros concentra sus fuerzas militares en las ciudades buscando con ello transformarlas en réplicas del Stalingrado soviético en la 2ª guerra mundial. En esa decisiva batalla las fuerzas alemanas concentraron el conjunto de sus divisiones en la conquista de dicha ciudad debilitando con ello sus flancos laterales. La batalla en la ciudad inhibe inexorablemente la maniobrabilidad y el poder de fuego de los tanques. Estos son guiados por las calles hacia emboscadas con armas antitanque y la infantería que seguía detrás es atacada en forma separada. La batalla necesariamente debe transcurrir casa por casa, transformándose en guerra de posiciones. Si la ciudad es bien edificada, como era Stalingrado, la batalla puede ser una verdadera carnicería, si persiste una fuerte actitud combativa en ambas partes. La línea del frente entre los ejércitos pasa por una calle, un patio, la terraza, etc., haciéndose borrosa su demarcación. Las tropas de primera línea cuentan además concierta inmunidad a los ataques aéreos masivos, lo que en Basora es muy beneficioso para las tropas iraquíes. El decisivo triunfo del Ejército Rojo en Stalingrado no provino de una contraofensiva desde la ciudad. Los alemanes llegaron a tener en su poder 9/10 partes de la misma. La estrategia soviética consistió en alargar el tiempo de combate para organizar al otro lado del río Volga una fuerza ofensiva de 1 millón de hombres y 1000 tanques. Apenas llegado el invierno de 1942 las fuerzas rojas arrollaron al VIII Ejército Italiano y al III Rumano mal armados, ubicados al norte y sur de esa ciudad respectivamente. Las vanguardias blindadas soviéticas divididas en 2 puntas de lanzas tomaron contacto a más de 100 km. de la ciudad, creando una bolsa gigantesca que transformó a los asediantes en asediados, luego prosiguieron avanzando creando el pánico en la retaguardia de todo el frente alemán. La "Blitzkrieg" se volvió en contra de sus creadores. Los generales germanos criticaron duramente a Hitler por no desarrollar una ofensiva definitiva hacia Moscú, dejando para después objetivos secundarios. En el Golfo, la coalición imperialista no pretende cometer el mismo error y prosigue a toda marcha su avance a Bagdad. A diferencia del mando soviético, es muy difícil que las fuerzas iraquíes estén preparando una contraofensiva de tal magnitud en Basora. La mayor parte del ejército está concentrado en torno a Bagdad. La resistencia hasta la última bala en Basora tiene el beneficio inmediato complicar el frente político interno y externo de los yankees, a la vez que desmoraliza a sus tropas que esperaban una fácil victoria y en contrapartida muestra al mundo una espectacular resistencia iraquí, que sobre todo debería arengar a los pueblos árabes para que presionen a sus gobiernos a favor de Saddam. Esto explica la importancia de conquistar Basora por parte de las fuerzas de la coalición angloamericana. Aunque la sociedad norteamericana apoye, en su mayoría, la invasión, es muy difícil que tenga el espíritu guerrero que tenían las naciones en la 2° guerra mundial, cuestión que permitía a los estados llevar ofensivas que conlleven suculentas pérdidas sin por ello enfrentarse a la opinión pública. Este decisivo elemento político puede trastocar la guerra relámpago norteamericana si la resistencia en Basora se prolonga sin conquistar aún Bagdad por otra parte. Tal como indica la técnica de la "Blitzkrieg", las tropas que cercan las ciudades de Basora y Massiriyah serán reemplazadas por unidades de infantería que con apoyo de tanques y helicópteros junto a masivos bombardeos de aviación y artillería intentaran conquistarlas. De esta forma la mayor parte de los tanques y vehículos blindados pueden retomar la ofensiva y reforzar así la punta de lanza liderada por la 3° de infantería mecanizada que sufrió ya furiosos contraataques en la zona de Karbala y Majaf. El Pentágono informó además que el 7° regimiento de caballería blindada "perdió parte de sus unidades" ante un contraataque efectuado por "fedayines" y unidades de la guardia republicana mientras se cubrían la tormenta de arena que se abate por la zona. Parece que el "general tormenta de arena" es primo hermano del "general invierno" que acompañaba cada contraataque soviético dirigido a los nazis. Esta punta de lanza de la coalición que avanza al compás del río Eufrates tiene la necesidad de ser inmediatamente reforzada a riesgo de sufrir un masivo ataque por sus flancos que la obliguen a retroceder si no quiere ser aniquilada. Una operación de este tipo debería ser una opción para el ejército Iraquí. El ejército de Irak cuenta con 2000 carros de combate frente a los 800 de la coalición. Usando a las brigadas de la Guardia Republicana, armada con los tanques T-72, apoyados por milicias populares y fedayines podría realizar esta maniobra. Las 150 aeronaves de combate iraquíes podrían ser sacrificadas en esta importante operación con el fin de dar cobertura aérea contra los cazas enemigos y asediar las fuerzas de la coalición cercadas. Tarde o temprano las tropas iraquíes deberán retirarse inmediatamente una vez cumplida la maniobra, si es que no son destruidas en el intento, golpeadas duramente por la superioridad anglo - estadounidense. Pero una de las mejores unidades yankees habría sido destruida. Sería quizás un acto suicida pero las cuantiosas bajas aliadas podrían cambiar el curso de la guerra, específicamente al profundizar los movimientos anti - guerra en las masas yankees e inglesas. Claro está que esto habría que aplicarse cuanto antes porque si la vanguardia yankee es reforzada, es prácticamente imposible.


Pero aún no sabemos si el mando Iraquí estaría dispuesto a desarrollar tal contraofensiva local. Por lo pronto el peligro subsiste para el anillo defensivo que protege Bagdad, si la coalición logra reforzar su vanguardia y mantener vitales sus líneas de abastecimiento. Las dificultades en la retaguardia conspiran justamente contra esto, sobre todo por la fuerte actividad de grupos autónomos que con tácticas de guerrilla atacan convoyes aislados, retirándose luego rápidamente del combate.


Ante la superioridad aérea y tecnológica de la coalición imperialista, Irak esta contraponiendo la superioridad numérica en infantería y blindados. El general Barry McCaffrey plantea en este sentido que se debería haber enviado una división de infantería y un regimiento de carros de combate adicionales, dada la fuerte resistencia iraquí. Salvo excepciones muy raras, en toda guerra las fuerzas de atacante deben ser superiores en número a las atacadas, mas aún si la estrategia se apoya en la guerra relámpago o de movimiento. La estrategia Iraquí debió necesariamente combinar por un lado cierta posición defensiva que plantea una guerra de posiciones urbana con sus tropas más importantes, y por el otro una guerra móvil de características guerrilleras. Esto ocurre en un grado inicial, pero luego, si la resistencia obtiene logros de magnitud, deberá recurrir a una contraofensiva generalizada para conjurar en forma definitiva la amenaza de ocupación total. No tiene sentido resistir eternamente hasta caer por el peso asfixiante de un asedio con un enemigo muy poderoso en medios que le permitirían sostenerlo.

 

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