Estrategia Internacional N° 6
Invierno de 1996

DECLARACION DE INTENCIONES ENTRE LA FRACCION TROTSKISTA (ESTRATEGIA INTERNACIONAL) (FT) Y LA LIGA POR UNA INTERNACIONAL COMUNISTA REVOLUCIONARIA (LICR)

Como producto de discusiones iniciales y el estudio del programa y declaraciones de ambas tendencias y sobre todo el viaje de el camarada K.H. a la Argentina, ambas organizaciones constatamos que viene existiendo una convergencia de programa y de perspectivas durante los últimos años entre nosotros.

En base a esto damos a conocer a nuestra militancia y a la vanguardia obrera y popular de los países en donde desarrollamos nuestra actividad y a las distintas organizaciones que se reclaman del trotsquismo, la siguiente declaración de intenciones entre la FT (EI) y la LICR sobre las áreas de acuerdo, diferencias y profundización del conocimiento de las posiciones entre ambas corrientes, y los pasos a seguir para el desarrollo de una profundización de las relaciones entre las mismas.

Es responsabilidad de la dirección de ambas tendencias internacionales, acelerar las convergencias iniciales que tenemos, haciendo todos los esfuerzos para superar las presiones conservadoras y sectarias a las que estamos sometidos y buscar resolver las diferencias que permanecen. De no entrar en este proceso, ambas tendencias corremos el peligro de permitir que los distintos análisis de los hechos de la lucha de clases internacional de los próximos años, separe a ambos grupos, lo que impediría fortalecer un polo que luche contra las corrientes revisionistas que usurpan el nombre del trotsquismo.

Ambas corrientes, la FT (EI) y la LICR, surgieron de la lucha con organizaciones centristas que se reclaman del trotsquismo; la FT (EI) con la LIT, la LICR en sus orígenes rompió con Tony Cliff y Socialist International**. Tanto la FT (EI) como la LICR sostenemos que la IV Internacional adopta posiciones claramente centristas en el Tercer Congreso en 1951 y se transforma en un movimiento centrista en 1953. Ambas corrientes hemos llegado en forma independiente a la conclusión que ninguna de las corrientes en las que se fragmentó la IV Internacional en la posguerra (LIT, SU, CI, CIO, LCI, y otras) representa la continuidad revolucionaria de la IV Internacional fundada por León Trotsky en 1938.

Desde 1989, se sucedieron cambios fundamentales en el mundo de la posguerra, que pusieron frente a un test ácido a los programas y perspectivas de todas las corrientes importantes que se reclaman del trotsquismo. Todas ellas han fallado este test: unas adaptándose fatalmente a las corrientes nacionalistas y restauracionistas (llegando algunas, como en el caso de la LIT a sostener que había "triunfado una revolución democrática"); otras igualando el colapso de la burocracia estalinista con la liquidación de los estados obreros, revelando así su profunda adaptación al estalinismo.

 

AREAS DE ACUERDOS

Frente a esto tanto la FT (EI) como la LICR, hemos llegado a una evaluación común de:
• La crisis del estalinismo no empeora sino que sienta las bases en cuanto a la superación de la crisis de dirección revolucionaria del movimiento obrero.
• La caracterización de los procesos del año 1989-91 y una política común frente a los eventos centrales de este proceso. Ambos hemos levantado la política de "unificación socialista o revolucionaria" ante los acontecimientos alemanes de los años 89-90 enfrentando tanto a las corrientes que se transformaron en "defensistas" del muro de Berlín y la burocracia estalinista (como el espartaquismo, la mayoría del S.U., etc.), como a las que le capitularon a Kohl y al imperialismo Alemán con la consigna (aclasista) de "reunificación ya" (como el lambertismo y la LIT). Asimismo, ambas nos hemos opuesto al triunfo de los golpistas en la URSS en 1991, y nos hemos alineado con las fuerzas que luchaban contra el mismo, a la vez que luchábamos para evitar que Yeltsin se alzara con el poder con una política que pusiera a la clase trabajadora a la cabeza de la lucha por una revolución política.
• Una definición convergente sobre la caracterización actual de los estados del Este y la ex URSS, rechazando ambos las definiciones que dan como finalizado el proceso restauracionista en estos países y la constitución de estados capitalistas en los mismos.

Aparte de estas importantes áreas de acuerdo, también acordamos en:
• La caracterización después del ‘89 del aggiornamiento socialdemócrata de los PC, la derechización de la socialdemocracia, la bancarrota del nacionalismo burgués y el surgimiento de nuevas mediaciones de carácter reaccionario como el foro de San Pablo en Latinoamérica.
• La lucha contra el bloqueo imperialista y la defensa de las conquistas de la revolución cubana al mismo tiempo que luchamos contra la burocracia castrista y por la revolución política.
• Durante la guerra en Bosnia, la defensa del carácter multiétnico de ésta, y el derecho a su autodeterminación nacional, planteando ambos la necesidad de luchar por una Bosnia obrera y multiétnica, la lucha contra la intervención imperialista y la consigna de "armas para los bosnios".
• El surgimiento de nuevos fenómenos de lucha de las masas oprimidas, como los negros en EE.UU., los campesinos en Méjico, y sobre todo, la importancia de los acontecimientos franceses en la lucha contra la Europa de Maastricht, y la necesidad de una política independiente frente a los sectores de la burguesía francesa que se oponen a la unidad europea, la denuncia del papel traidor de las direcciones sindicales y la lucha por el desarrollo de organismos de autoorganización obrera.

Sobre aspectos más generales en cuanto a cuestiones de estrategia y de la construcción del partido, ambas corrientes tenemos:
• Una coincidencia general en la política planteada sobre los sindicatos, sobre la táctica de gobierno obrero y campesino y sobre la estrategia soviética presentada tanto en el Manifiesto Trotsquista de la LICR y en la Estrategia Internacional Nº 4 y 5 de la FT (EI), materiales que, en líneas generales, ambas corrientes coincidimos en que tienen un carácter principista.
• La importancia del trabajo sobre la juventud y la necesidad de una organización juvenil independiente.

 

ÁREAS DE DIFERENCIAS

Una distinta evaluación sobre el carácter de las revoluciones en China, Yugoslavia, Cuba y Vietnam. Para la FT (EI) la clave de la explicación teórica de las mismas se encuentra en la hipótesis teórica del programa de transición señalada por Trotsky en la que sostiene que "bajo la influencia de una combinación muy especial de circunstancias (guerra, derrota, crack financiero, ofensiva revolucionaria de las masas, etc) los partidos pequeñoburgueses, sin exceptuar a los estalinianos, puedan llegar mas lejos de lo que ellos quisieran en el camino de una ruptura con la burguesía". La LICR no coincide con esta explicación y sostiene que sólo los partidos estalinistas, y una vez liquidada la movilización revolucionaria de las masas, han expropiado al capitalismo.
• Estas diferencias sobre el carácter de las revoluciones apuntadas más arriba, abre una distinta interpretación de la teoría de la revolución permanente en la posguerra. Sin embargo, ya que ninguna de las dos corrientes considera que el estalinismo es una fuerza centrista o progresiva, las distintas interpretaciones no traen aparejadas diferencias programáticas.
• La LICR no coincide con la consigna de "república negra" que la FT (EI) ha utilizado como parte de su programa en Sudáfrica.
• El área de mayor diferencia es con respecto a la cuestión de la reconstrucción o refundación de la IV Internacional sobre bases principistas. La FT (EI) considera que es necesario dar una pelea a muerte por derrotar al revisionismo que usurpa el nombre del trotsquismo y que esta pelea se sintetiza en la necesidad de reconstruir la IV Internacional. Esto se basa en que pese a las capitulaciones y traiciones cometidas por las corrientes "trotsquistas" en la posguerra, que le cedieron una y otra vez a los aparatos contrarrevolucionarios (estalinismo, socialdemocracia y nacionalismo burgués), las banderas de la IV Internacional siguen constituyendo el "espectro" de la revolución social, ya que encarnan una tradición revolucionaria constituida en la lucha contra el imperialismo, el fascismo y sus agentes en el seno del movimiento obrero; en particular la IV Internacional es la única corriente que enfrentó, en un sentido revolucionario e incluso desde los campos de concentración como el de Vorkuta, al estalinismo desde sus orígenes. Sólo la IV Internacional puede presentar estas banderas revolucionarias en el seno del marxismo, a diferencia de la prostitución que han hecho del mismo otras corrientes que hablaron en su nombre como el Maoísmo o el Castrismo. Por tanto la FT (EI) considera que es totalmente injustificado regalar estas banderas revolucionarias a las organizaciones centristas que hablan en nombre del trotsquismo.
La LICR considera que la consigna por "una nueva Internacional leninista trotsquista" expresa mejor el hecho de que la IV Internacional dejó de existir como una internacional unificada o revolucionaria en los años 1951-53. Críticas parciales de varias de las fracciones de los varios fragmentos de la misma han fallado en regenerarla a ésta política u organizativamente. La LICR considera que la cuestión del número tiene menos importancia que la cuestión de que la misma sea trotsquista en ideología y en programa.
• Sobre la historia de la IV Internacional en la posguerra, la FT (EI), como ya señalamos, considera que la IV se transformó en un movimiento centrista desde el período 1951-53 y que ninguna de las corrientes en que se fragmentó la misma, mantuvo la continuidad con la estrategia y el programa de la IV fundada por Trotsky; sin embargo, definir esto no excluye sostener que durante la posguerra existieron distintas corrientes que episódicamente levantaron posiciones revolucionarias ante distintos acontecimientos de la lucha de clases. Estas posiciones, la FT (EI) las considera parte del acerbo teórico-político del trotskismo principista y constituyen importantes jalones para la reconstrucción de un programa y una estrategia revolucionarios. La FT (EI) afirma que esas luchas parciales permitieron mantener en forma dispersa y desperdigada hilos de continuidad con la estrategia revolucionaria y por ello no acuerda con la definición de "centrismo petrificado" hecha por la LICR.

 

ÁREAS A PROFUNDIZAR

•La FT (EI) plantea profundizar el estudio de los materiales de la LICR sobre la posguerra, como el "Manifiesto Trotskista", en el cual ésta sostiene que hubo un desarrollo de las fuerzas productivas, tratando de especificar el sentido de esta afirmación y las implicaciones de la misma con respecto al carácter de la época como de guerras, crisis y revoluciones. La LICR sostiene que su afirmación no implica una etapa neo-capitalista, tal como planteaba Mandel, ni un cambio en el carácter de la época.
• El carácter exacto de la naturaleza de la situación abierta post 89-91.
• Las tácticas electorales y sus consideraciones en lo que respecta al voto crítico a los partidos obrero-burgueses o reformistas y a las organizaciones centristas que se reclaman del trotsquismo.
• La naturaleza del frente único antimperialista (en particular qué programa levantar en Haití frente a la invasión norteamericana).
• La naturaleza de la opresión social bajo el capitalismo (género, juventud, orientación sexual y racial), y el programa necesario y formas de organización necesarias para superarla.
• La naturaleza de la construcción del partido: las formas de organización y tareas apropiadas para los diferentes estadios en el crecimiento del partido, dada su influencia en la lucha de clases.
• La naturaleza del centralismo democrático en una tendencia internacional. Ambas corrientes rechazan la tradición del "partido madre" y el federalismo basado en relaciones diplomáticas. Sin embargo, en las discusiones iniciales han surgido diferencias sobre el grado de centralismo y de democracia que tendría que haber en un reagrupamiento internacional en las condiciones actuales de desarrollo de nuestras organizaciones, aunque coincidimos que al estadio actual de las relaciones entre ambas corrientes debemos priorizar al principio la clarificación de las diferencias en lo que atañe a los aspectos de teoría, estrategia y programa, que hemos enunciado más arriba.

Dándole importancia, como ya dijimos, a la clarificación estratégica y programática y a los aspectos de índole teórica e histórica, creemos que la clave para poder profundizar la relación entre ambas corrientes será poder llegar a posiciones comunes y principistas ante los principales hechos de la lucha de clases mundial. En los próximos meses esto significa que la LICR y la FT (EI) intentarán dar una respuesta común frente a:

a) Los acontecimientos franceses.
b) El resurgimiento de la "cuestión negra" en los Estados Unidos.
c) El fenómeno del zapatismo en México.
d) El surgimiento del neostalinismo en Rusia.
e) Las reubicaciones de las corrientes reformistas y centristas, como el llamado de Scargill a la constitución de un nuevo partido "laborista-socialista" en Gran Bretaña o la convergencia entre el PCF y la LCR (SU) y el llamado a la conformación de un "Partido de Trabajadores" que impulsan corrientes como la LIT y la UIT en Francia, para destacar los más importantes.
f) El programa concreto para el desarrollo de la revolución política en Cuba.

 

ETAPAS PARA LA PROFUNDIZACIÓN DE LAS RELACIONES
ENTRE AMBAS CORRIENTES

•Una primera etapa de estudio intensivo e intercambio de materiales, de traducciones de los materiales centrales de ambas corrientes, que permitan un mayor conocimiento para el conjunto de los militantes y las direcciones de todos los grupos de ambas corrientes internacionales.
• Una segunda etapa que evalúe si existen las bases suficientes para constituir un comité de enlace entre nuestras organizaciones, que en el trabajo y la discusión común estudie si existen las bases para avanzar en una relación superior, como la fusión de ambas corrientes en una tendencia internacional trotsquista común. Para esto, convocar una reunión a mediados de Abril, a realizarse en Londres o Buenos Aires.
• Por último, una delegación de la FT (EI) asistirá a la reunión del CEI de la LICR en julio donde se evaluarán los avances dados y cómo continuar la relación.

Esta declaración de intenciones fue elaborada por un comité de redacción formado por M.C. de la LTS de México -FT (EI)-, J.CH. del PTS Argentina -FT (EI)-, y K.H. por la LICR, y propuesto para su aprobación a todos los órganos de dirección de las distintas organizaciones nacionales e internacionales.

Los firmantes consideramos que esta Declaración de Intenciones es un importante paso adelante para lograr un reagrupamiento revolucionario del trotskismo principista y lo consideramos parte de la lucha por derrotar al revisionismo centrista que ocupa el nombre del trotskismo. Esperamos que el carácter principista de esta declaración pueda influenciar a otras corrientes que se reivindican del trotskismo revolucionarios y a sectores de revolucionarios honestos que se encuentran dentro de las organizaciones centristas y pueda ser el comienzo para la formación de un polo superior en un reagrupamiento internacional revolucionario.