Estrategia Internacional
N° 7
Marzo/Abril - 1998
Democracia Cristiana,
Partido Socialista, PPD, PRSD
LOS "DEMOCRATAS" DE PINOCHET
El 11 de marzo el genocida
Pinochet asumió como senador vitalicio, un cargo que él mismo creó -junto a los
senadores designados -durante su dictadura y que fue aceptado por los partidos de la
Concertación como precio para recuperar la democracia.
La asunción del ex dictador despertó el repudio de gran parte del pueblo chileno, sobre
todo en los jóvenes y en los sectores obreros y populares. Desde la madrugada del martes,
las poblaciones (barrios pobres de la periferia de Santiago) se vieron
sacudidas por barricadas y enfrentamientos con los carabineros que reprimieron
salvajemente con gases, carros hidrantes, balas y en algunos lugares hasta con tanquetas.
El miércoles 11 las movilizaciones se extendieron a varias ciudades del país como
Concepción, Iquique y Antofagasta. En Valparaíso 3500 manifestantes, con gran
participación juvenil, se enfrentaron durante todo el día a la represión de los pacos,
al igual que en Santiago, donde más de 2000 manifestantes sostuvieron una batalla campal
con las fuerzas policiales frente a La Moneda (casa de gobierno), protagonizada en su gran
mayoría por estudiantes secundarios, universitarios y profesores.
Según la prensa, las protestas que se realizaron el 10 y 11 de marzo fueron uno de las más violentas de esta década. La durísima represión policial contra los manifestantes dejó un saldo de decenas de heridos, entre ellos a la secretaria general del Partido Comunista, Gladys Marín, y casi 300 detenidos.
En la misma tensa reunión del senado, fue electo presidente de la cámara el demócrata cristiano Andrés Zaldívar con los votos del partido derechista Renovación Nacional. Este pacto fue reconocido incluso por el presidente saliente que declaró que fue el último acuerdo pactado en esta etapa de la transición (La Hora, 11/3/98). Zaldívar, que días antes había admitido que en el caso de la senaduría vitalicia del general Pinochet -seamos francos- nosotros mismos, lo queramos o no, la hemos legitimado (El Mercurio, 8/3/98), una vez electo afirmó que se seguirá esforzando por la unidad nacional y la plena reconciliación del país (La Hora 11/3/98).
La polarización que provocó la llegada de Pinochet al senado también produjo una crisis en la gobernante Concertación: mientras que el presidente Frei y Andrés Zaldivar (ambos de la Democracia Cristiana) llamaron a aceptar la asunción de Pinochet porque está dentro de los marcos institucionales fijados por la reaccionaria Constitución del 80, un sector de diputados, senadores y la juventud demócrata cristiana, el Partido Socialista y los otros integrantes de la Concertación han repudiado a Pinochet en el mismo senado y ahora se disponen a llevar adelante una acusación constitucional contra el ex dictador. Esta oposición de los que durante todos estos años sostuvieron este régimen antidemocrático de la constitución del 80, es tan simbólica que incluso el juicio político que promueve contra Pinochet no incluye los años de la dictadura militar. Es decir, sólo quieren enjuiciarlo por corrupción y enriquecimiento ilícito y por afrentas a la democracia que habría cometido entre 1990 y 1997, y no por el genocidio perpetrado durante su dictadura.
Ante el conflictivo panorama político que abrió la asunción de Pinochet y las divisiones que está provocando dentro de la misma Concertación junto a las bravuconadas de la derecha pinochetista, el presidente Frei hizo un discurso el 5 de marzo, llamando a la unidad nacional y a no quedar presos de la historia, diciendo que valora más la democracia que hemos construido que sus limitaciones e imperfecciones. Una vez más los que ayer apoyaron el golpe genocida de Pinochet hoy garantizan su continuidad y presentan este régimen con los genocidas en el senado como una democracia sólida y con justicia social. De esta forma, y aunque ahora con divisiones internas, la Concertación sigue manteniendo la institucionalidad del régimen heredada del pinochetismo.
El Partido Comunista que coqueteó durante toda la transición con la Concertación, e incluso le dio apoyo electoral al ex presidente Patricio Aylwin -perteneciente a la vieja guardia golpista de la Democracia Cristiana en el 73- ha encabezado la campaña contra la asunción de Pinochet y se ha pronunciado a favor de convocar a un plebiscito, coincidiendo con algunos senadores de la Concertación. Aunque ahora denuncia al gobierno por salvar a Pinochet, crea expectativas de que es posible terminar con el régimen antidemocrático de la constitución del 80 de la mano de los mismos que por años lo han sostenido y han mantenido la continuidad del hambreador modelo chileno.
Los partidos de la derecha, la Unión Democrática Indpendiente (UDI) y Renovación Nacional (RN), que reivindican a muerte el golpe genocida del 73, hicieron declaraciones amenazantes desde los primeros cuestionamientos a la asunción de Pinochet como senador vitalicio, exigiendo a los partidos de la Concertación que respeten sus pactos con el pinochetismo. El senador ultraderechista J. Lagos declaró que: Cuando se tuvo que salir a la calle y levantar la voz en 1973, se hizo. Hoy estamos dispuestos a defender la Constitución de 1980 y veremos en el Senado hasta donde es posible sostener y aguantar tanta falta de respeto, tanta canallada contra la institucionalidad del país. (El Mercurio, 26/2/98)
Por su parte, las fuerzas armadas genocidas, que se mantienen intactas, tomaron la defensa de Pinochet como una cuestión de honor diciendo que cualquier ofensa contra el general es una ofensa a todo el ejército. No sólo despidieron con todos los honores a Pinochet que dejó la comandancia del ejército después de 25 años sino que en una acción verdaderamente desafiante y provocadora le han jurado lealtad de por vida nombrándolo Comandante en Jefe benemérito del Ejército, un cargo honorífico que ni siquiera ostenta el héroe de la independencia chilena, OHiggings.
La investidura de Pinochet como senador vitalicio, y de los ex-comandantes de las FFAA y de Carabineros como designados, junto al avance de la UDI a costa del pinochetismo liberal de RN en las últimas elecciones, representan el triunfo superestructural del pinochetismo, crea un nuevo escenario político que complica al gobierno concertacionista para garantizar la gobernabilidad en el Senado, por lo que será necesario establecer acuerdos, como lo señala el senador de la UDI H. Larraín, ahora con los mismísimos genocidas, cabezas de la Junta, en el parlamento: Pinochet y R. Stange. Ya vimos esto en la asunción de Zaldívar.
El actual régimen chileno, la supuesta democracia sólida que Frei dice defender, con Pinochet senador incluido, en realidad es hijo del pacto entre las fuerzas armadas genocidas y los partidos de la Concertación, apoyados por el Partido Comunista, que se basa en mantener la ultrarreaccionaria constitución del 80 aprobada durante la dictadura.
A pesar de las tibias reformas que se hicieron durante los 8 años que lleva la transición, se mantiene su andamiaje esencial, como su enorme aparato policial represivo, su antidemocrático sistema electoral binominal, que le ha permitido al pinochetismo tener un protagonismo político enorme, con un senado ultrarreaccionario con senadores designados y en el período que se inicia, con el mismo Pinochet como senador vitalicio. Esta institucionalidad diseñada por la dictadura con sus leyes antidemocráticas y antiobreras es la que le garantiza a la patronal y al gobierno de la Concertación la continuidad del modelo económico chileno que ha empobrecido a los trabajadores y al pueblo chileno, precarizando el trabajo y quitando conquistas tan elementales como la salud y la educación pública y gratuita. Esto es lo que defienden tanto la derecha pinochetista como los falsos demócratas de la Concertación. Por eso sólo una gran movilización obrera y popular podrá terminar con esta democracia custodiada donde un puñado de genocidas junto a los partidos patronales deciden los destinos del país al servicio de la gran patronal y el imperialismo.
EL PARTIDO COMUNISTA LLAMA A CONFIAR EN LOS DEMOCRATAS HAMBREADORES DE LA CONCERTACION
El Partido Comunista fue una de las principales fuerzas políticas convocantes a las últimas movilizaciones de repudio a la asunción de Pinochet. Con este objetivo creó el Frente Amplio por un Chile Democrático con la CUT (Central Unica de Trabajadores) y la CONFECH (Confederación de Estudiantes de Chile) como sus componentes más importantes, junto a organismos de Derechos Humanos.
A su vez, el llamado Movimiento por la Dignidad, impulsado por algunos parlamentarios de la Concertación, encabezados por el demócrata cristiano Jorge Lavandero que también participa junto al Partido Comunista en las movilizaciones tiene como política central juntar firmas para llamar a un plebiscito sobre algunas reformas en el régimen. Por si quedara alguna duda de que el objetivo de esta política es evitar que el repudio del pueblo a Pinochet se transforme en una gran movilización que termine con este regimen, Lavandero declaró en un reportaje aparecido en el diario argentino Página/12 del 15/3/98 que: El pueblo chileno ha abierto los ojos y ahora sale a la calle. No le queda otra alternativa que protestar. Nosotros, como somos demócratas, queremos encausar esta protesta ordenadamente a través de un plebiscito, sin que se desborde por la violencia y por las piedras.
El Partido Comunista quiere hacer creer que todo vale para echar a Pinochet, desde el plebiscito y la acusación constitucional que proponen algunos legisladores de la Concertación y la mayoría del Consejo Nacional de la Democracia Cristiana, hasta la querella judicial presentada por su secretaria general, Gladys Marín, ante los mismos jueces pinochetistas que mantienen la impunidad y sólo han condenado a algunos años de prisión a unos pocos genocidas como Contreras, el ex-jefe de la terrible policía política de Pinochet, la DINA (Dirección de Inteligencia Nacional), acusado del asesinato del ex-canciller socialista Orlando Letelier. Incluso llama a confiar en la comunidad internacional, es decir, los imperialistas de Estados Unidos, el Europarlamento, la Justicia española y los gobiernos cipayos de América Latina y sus jueces, que como la justicia argentina, dejaron libres a todos los genocidas de la dictadura.
Esta política del PC se expresa claramente en las escandalosas declaraciones del Consejero Nacional de la CUT, Adrián Fuentes, aparecidas en un reportaje en El Siglo, donde dice: Queremos unificar a todos aquellos demócratas de cualquier signo, incluso a quienes en la derecha pudieran en un momento concluir que este estado de cosas es insoportable y estén dispuestos a prestar su apoyo, aunque sea para resolver algunas de las iniciativas que permitan resolver el problema de fondo que es democratizar chile. (El Siglo 12 al 19/2/98).
En su intento por confluir con los sectores que hoy posan de opositores dentro de la Concertación, el Partido Comunista y el Frente Amplio por un Chile Democrático plantean una política muy similar a la de la izquierda de la Democracia Cristiana. Sola Sierra, dirigente de DD HH lo confirma: Nosotros participamos en el Frente Amplio, como también participamos en el Movimiento por la Dignidad de Chile, porque creemos que debemos estar en todos aquellos movimientos que se gestan para impedir que Pinochet llegue al Parlamento, pero también porque Chile sea verdaderamente una democracia.... Es de suma importancia generar la unidad de los más amplios sectores en torno a esos valores, no importan los nombres... (El Siglo, del 20 al 26 de febrero del 98. ¡Con esta misma política de que los nombres no importan y que hay que unir a todos los sectores, el PC apoyó al ex presidente Patricio Aylwin, uno de los principales golpistas de la Democracia Cristiana del 73!
Lo que oculta el PC es que todos estos demócratas como los secretarios generales del PPD y PS, que dicen que Pinochet debería ir a la cárcel y no al senado son parte de la Concertación, para la que la asunción de Pinochet es un triunfo de la transición. Son los mismos que se callaron la boca durante los largos ocho años de la transición dejando a Pinochet al frente del ejército, pese a los boinazos y enlaces (intentos de levantamientos militares). Y son parte de este gobierno hambreador y proimperialista que mantiene su modelo económico gracias a la explotación y a la represión contra los trabajadores y el pueblo.
Una vez más, el PC con su vieja trampa de los Frentes Amplios, busca subordinar la acción de los trabajadores y el pueblo a algún sector patronal, en este caso sectores de la Democracia Cristiana y el Partido Socialista; es decir, del mismo gobierno concertacionista. Su política es utilizar las movilizaciones para lograr, en el mejor de los casos, algunas reformas menores aunque dentro de los marcos del régimen de la transición pinochetista-concertacionista. Y aunque dice estar a favor de una Nueva Constitución, ésta propuesta no implica para el PC ningún cambio radical sino tan sólo eliminar los énclaves autoritarios que aún persisten. Es decir meros retoques de lo existente. Por ello no extraña que el PC no llame a pelear por una Asamblea Constituyente Libre y Soberana, sino sólo a juntar firmas por un plebiscito, llevando el repudio obrero y popular contra Pinochet tras la vía muerta de una salida institucional y antidemocrática. ¡Cómo si fueran firmas y plebiscitos los que van a terminar con la constitución del 80!
El Partido Comunista -que en el 73 llamó a las masas obreras y populares a confiar en los militares patrióticos o constitucionalistas y que llevó a las movilizaciones democráticas de los 80 a la trampa de la Concertación y la transición pactada- hoy vocifera contra Pinochet pero en lugar de poner todo su peso, como dirección de la CONFECH y de gran parte de la CUT para llamar a una gran movilización extraparlamentaria obrera y popular y a la huelga general para tirar abajo la Constitución del 80 y que sobre sus ruinas se convoque a una Asamblea Constituyente Libre y Soberana, sólo se pone a la cabeza de las movilizaciones para contenerlas y mantenerlas dentro de las instituciones, actuando como cobertura de izquierda de la Concertación y con ella del régimen de conjunto.
ABAJO LA CONSTITUCIÓN DEL 80 Y EL REGIMEN PINOCHETISTA-CONCERTACIONISTA
Los trotskistas de la LOT luchamos por una República Obrera (dictadura del proletariado), que es cien veces más democrática que la más democrática república burguesa, porque es el dominio de la inmensa mayoría trabajadora. Pero mientras la mayoría de los trabajadores y el pueblo oprimido no compartan esta salida, estamos dispuestos a luchar junto a ellos para terminar con este régimen antidemocrático sostenido por la Constitución pinochetista del 80 imponiendo una Asamblea Constituyente Libre y Soberana. Para terminar con los pactos entre las fuerzas armadas genocidas con sus senadores vitalicios y los partidos de la Concertación. Para tirar abajo este régimen antidemocrático y antiobrero y que sean los trabajadores que resisten la explotación y el hambre del modelo chileno, los jóvenes y el pueblo oprimido los que decidan los destinos del país, y no los acuerdos entre los golpistas de ayer y los hambreadores de hoy.
Una Asamblea Constituyente Libre y Soberana que delibere y decida, con representantes elegidos tomando el país como distrito único, sobre todos los problemas más acuciantes de las masas y el pueblo. Que disuelva el ultrarreaccionario Senado, termine con la institución presidencial, instaure una cámara única ejecutiva y legislativa, con 1 representantes elegidos cada 10 mil habitantes, mayores de 16 años, y revocables en cualquier momento por sus electores, que no ganen un salario mayor al de un obrero medio. En ella la LOT luchará por anular la ley de amnistía del 78 en la que se amparan los genocidas y torturadores, por el juicio y castigo a todos los genocidas, empezando por Pinochet, los ex miembros de la Junta Militar, R. Stange, G. Leigh y todos los demás genocidas y torturadores, tanto militares como civiles, mediante tribunales obreros y populares y de los organismos de derechos humanos, por la disolución de la casta de oficiales genocidas de las fuerzas armadas y carabineros, por la anulación de todas las leyes antiobreras, por el derecho a la educación y a la salud pública y gratuita y por la ruptura del país con el imperialismo.
Creemos que hay que organizar y
preparar grandes movilizaciones en las calles de los trabajadores, estudiantes y demás
sectores populares y oprimidos, porque sólo una lucha puede permitir que Pinochet vaya a
la cárcel y terminar con la impunidad, anulando la ley de amnistía del 78 e imponiendo
el juicio y castigo a Pinochet, Stange (que fue elegido Senador), G. Leigh, que son ex
miembros de la junta militar asesina, y a todos los demás genocidas y torturadores
militares y civiles, que se encuentran sueltos por las calles.
Si verdaderamente los dirigentes de la CUT, la Confech y de los Derechos Humanos, están
por luchar verdaderamente contra este régimen, deben demostrarlo impulsando grandes
movilizaciones que planteen como salida una Asamblea Constituyente libre y soberana, junto
al resto de los reclamos populares y de la clase obrera.
Aunque Pinochet y los senadores designados ya hayan asumido, la lucha por terminar con
esta democracia custodiada por los golpistas del 73 y por el
juicio y castigo a los que cometieron el peor genocidio contra el pueblo chileno, sigue
más vigente que nunca. El sector opositor de la Concertación con la ayuda de
la dirección del Partido Comunista, intentarán desviarla con trampas como plebiscitos y
acusaciones constitucionales. A esto deben oponerse los miles de jóvenes que se han
movilizado enfrentando con gran combatividad la represión de los carabineros, los
oprimidos de las poblaciones y los que espontáneamente salieron a manifestar
su bronca con barricadas y apagones.
Es vital que la clase obrera intervenga con sus propios métodos de lucha, levantando
ésta salida entre sus demandas junto a la pelea contra la esclavitud, la desocupación,
la entrega del país , levantando esta salida entre sus demandas, porque es la única
clase que puede con sus acciones independientes de los partidos patronales y sus agentes
los partidos reformistas con sus pactos con los genocidas, llevar hasta el final los
legítimos reclamos de las masas oprimidas y explotadas.
GLOSARIO DE PARTIDOS POLITICOS:
CONCERTACION POR LA DEMOCRACIA: Coalición que asumió el gobierno en 1990, al fin de la
dictadura, y que ganó luego las últimas elecciones presidenciales. Está integrada por
el Partido Demócrata Cristiano (PDC), el Partido Socialista (PS), el Partido por la
Democracia (PPD) y el Partido Radical Social Demócrata (PRSD)
Unión Demócrata Independiente (UDI): Partido de la extrema derecha pinochetista al que
pertenece la mayoría de los empresarios.
Renovación Nacional (RN): Partido de la derecha pinochetista moderada.
Partido Comunista (PC)
Movimiento de Izquierda Revolucionaria (MIR): corriente guevarista que en los 70 fue
la principal organización a la izquierda del PC, hoy muy en crisis.
LA CRISIS ECONOMICA GOLPEA AL "MODELO CHILENO" Sobre la base de la derrota de la clase obrera y el pueblo chileno
a manos de la sangrienta dictadura de Pinochet y la permanencia de fuertes rasgos
bonapartistas en el régimen de la transición que siguió a la dictadura, la
patronal chilena pudo construir su modelo económico. QUIEREN QUE LOS TRABAJADORES PAGUEMOS LA CRISIS Una vez más los gobiernos cipayos de la
región buscarán descargar todo el peso de la crisis sobre los trabajadores y sectores
populares, como hicieron el gobierno y la patronal el año pasado con el cierre de las
principales minas en Lota. Ya las centrales sindicales mineras están denunciando el
despido de alrededor de 20.000 mineros por la caída del precio de los minerales y la
suspensión de proyectos y obras y han anunciado que de seguir así comenzarían a
movilizarse en marzo. |
EL PARTIDO COMUNISTA Y SU NEFASTA POLITICA DE COLABORACION DE CLASES El PC chileno ha seguido al pie de la letra el proceso de reciclamiento
del neo-stalinismo mundial. Sus reclamos y lamentos sólo por democracia en
todo, o profundización de la democracia (burguesa por
supuesto), sus constantes llamados, a hacer frentes para luchar contra el
neo-liberalismo -y no contra el sistema capitalista en su conjunto- y para humanizar
al capitalismo -y no para derribarlo- son la expresión del proceso de
socialdemocratización del stalinismo chileno. |
DURANTE 1996 Y 1997 LOS TRABAJADORES ENFRENTARON LA OFENSIVA PATRONAL Desde hace 2 años que se viene generando un continuo proceso de
resistencia de los trabajadores, contra los planes hambreadores, y esclavistas de los
patrones y el FMI. Resistencia que empezaron a profundizar los mineros de Lota, con su
huelga de 67 días, contra el cierre de la principal mina de carbón y que continuaron los
profesores, trabajadores de la salud, empleados estatales y municipales, etc., hasta la
última gran pelea de un sector privado como las AFPs. (Administradoras de Fondos de
Pensión) durante más de 60 días. |
PACTOS DE IMPUNIDAD Sesudos políticos, politólogos, periodistas y analistas
varios, autodenominados demócratas, han alabado una y otra vez los pactos
entre la Concertación y Pinochet como un ejemplo de madurez política que habría evitado
la guerra civil en Chile, como señaló por ejemplo el conocido periodista
argentino Horacio Verbitzky en el diario Página 12. Los arquitectos de la
Alianza argentina han hecho claras afirmaciones en el mismo sentido a la vez que han
alabado las virtudes económicas del modelo chileno. Estos mismos
demócratas son los que dicen que es irresponsable volver atrás
en la impunidad de los genocidas de la dictadura en Argentina y alaban al general Balza
del Ejército Argentino como símbolo del ejército democrático. Vale
señalar que Balza estuvo presente en el traspaso de mando de Pinochet, donde se juntaron
los asesinos de los trabajadores a uno y otro lado de la frontera. |