Estrategia Internacional N° 7
Marzo/Abril - 1998

POR EL MUNDO

Indonesia

El dictador Suharto ha asumido un nuevo mandato en medio del desarrollo de la crisis económica y del recrudecemiento de las protestas en su contra. A las revueltas con saqueos protagonizadas durante tres semanas por la población de varias regiones del archipiélago (Indonesia cuenta con 13.677 islas en las que habitan 200.000.000 de personas), se sumaron las movilizaciones de los estudiantes exigiendo reformas políticas. "En toda nuestra vida hemos conocido a un solo presidente", dijeron a los periodistas. Suharto lleva 32 años en el poder, desde que encabezó el golpe de estado que volteó a Sukarno y que produjera la muerte de más de 500.000 comunistas. Las protestas se extendieron a 20 "campus" universitarios, con centro en el Instituto de Tecnología de Bandung. Hasta ahora las fuerzas represivas mantuvieron una actitud expectante frente a las protestas, con tanques y grupos de vigilancia fuera de los campus, aunque señalaron que no tolerarían que los estudiantes salgan a las calles. Algunos estudiantes señalaron que "nuestro papel más importante es animar al indonesio medio que está desacostumbrado a participar en política y pedir un cambio". Aunque los estudiantes no se encuentran coordinados por ninguna organización nacional, ellos dijeron que se contactaron por Internet para coordinar sus protestas.

Palestina

"Con nuestra vidas y nuestras almas los vengaremos, mártires", fue el grito de millares de palestinos mientras enterraban en el cementerio de Dura, al sur de Jerusalén, a tres obreros palestinos muertos el 10 de marzo por las balas asesinas de soldados israelíes. Desde entonces han recrudecido las movilizaciones y los enfrentamientos entre palestinos y el ejército israelí, y también entre manifestantes y la policía palestina de Arafat, que fue repudiada al grito de "traidores". En Hebrón los enfrentamientos se dan a diario haciendo recordar los días de pleno auge de la Intifada, con piedras y "cócteles molotov" arrojados por los manifestantes. Varias docenas de palestinos han sido heridos durante estos enfrentamientos, incluso tres periodistas que fueron golpeados por los israelíes. Es una nueva muestra del fracaso rotundo en que se encuentran los reaccionarios acuerdos de Oslo, que fueron una verdadera traición de Arafat a la causa nacional palestina. Netanyahu ha dejado claro que ni siquiera está dispuesto a conceder las migajas de autonomía que se etablecieron en ellos con el fin de frenar la Intifada. Para cumplir las aspiraciones nacionales del pueblo palestino hay que retomar el camino de aquél levantamiento. No hay otra salida democrática consecuente para las masas de la región que sostener el derecho del pueblo palestino a un estado palestino, laico y no racista, con plenos derechos nacionales para árabes y judíos, sobre las ruinas del estado sionista.