Estrategia Internacional N° 9
Julio/Agosto - 1998
FRENTE ÚNICO ANTIMPERIALISTA O ESTRATEGIA SOVIÉTICA PARA LA DICTADURA DEL PROLETARIADO
Trotsky plantea en las Tesis de la Revolución Permanente que la resolución de las tareas democrático estructurales, como la cuestión de la tierra y la liberación del imperialismo, "sólo puede concebirse por medio de la dictadura del proletariado, empuñando este el poder como caudillo de la nación oprimida, y, ante todo de sus masas campesinas". El POR de Guillermo Lora1 plantea que el Frente Unico Antimperialista es el instrumento de esta unidad obrera, campesina y popular. Es más, nos dice que en dicho frente: "teóricamente no pueden excluirse los sectores industriales de la burguesía nacional2". Esta "audacia teórica" la justifica sosteniendo que lo que garantiza el carácter revolucionario del frente es su programa. Esta increible concepción de Lora implica creer que al Estado burgués armado hasta los dientes se lo doblega con un "frente" con las direcciones políticas (¿qué otra cosa si no es un frente?) reformistas y pequeñoburguesas. Es decir, que puede derrotarse a la burguesía sin que el proletariado y las masas pobres del campo y la ciudad construyan sus propias organizaciones de combate y de poder, como son los soviets armados de obreros, campesinos pobres y soldados, basados en las milicias obreras y dirigidos por el partido revolucionario. La concepción frentista de Lora reniega de la teoría marxista del estado, que sostiene que el monopolio de las armas está en manos de la burguesía y por ello no le opone la necesidad de un verdadero contrapoder como son las milicias, verdadero órgano de coerción de los explotados para sembrar el terror rojo en las filas de la burguesía, desorganizar a su ejército y ganar en las calles al campesinado pobre, que solamente podrá transformarse en aliado del proletariado si este ve en aquél un ejército de clase decidido a ir contra sus mismos enemigos, los terratenientes, sus bandas armadas y el estado burgués que los defiende. Sólo soviets armados bajo la dirección del partido revolucionario pueden garantizar esta tarea. Lo opuesto es sostener que esto puede sustituirse firmando "programas", por más rojos que sean, con los reformistas y las direcciones pequeñoburguesas y burguesas. Esta es la lección de la revolución rusa y de tantas revoluciones a lo largo del siglo. No será la primera vez que la burguesía cuanto más alejada de los soviets y de las milicias, como fue el caso de Torres luego de la derrota de la Asamblea Popular de 1971 y su participación en el Frente Revolucionario Antiimperialista reivindicado por Lora, se vista de rojo para mejor engañar y confundir a la vanguardia obrera y popular. Como dice Trotsky: ¿Exigimos que la burguesía haga públicamente una promesa? La burguesía hará lo que se quiera. Enviará incluso sus delegados a Moscú, se afiliará a la internacional campesina, se unirá como simpatizante a la internacional comunista, guiñará el ojo a la internacional sindical roja, en una palabra, prometerá todo aquello que le permita -con nuestra ayuda- engañar mejor, más fácilmente, y más completamente a los obreros y a los campesinos, echándoles polvo en los ojos".
El FUA de Lora, como opuesto a la estrategia soviética para la dictadura del proletariado, va de la mano de la fantochada de sostener que por ser Bolivia un estado semicolonial "excepcional", el ejército se dividirá verticalmente, incluida la oficialidad. En la lucha por el poder el proletariado necesita organizar sus propias milicias cuyo poder es el único capaz de dividir al ejército ganando a la mayor parte de la tropa y a sectores de la suboficialidad para la revolución. Salvo alguna excepción, la oficialidad no puede ser ganada para la lucha por la dictadura proletaria. Trotsky cuenta cómo en Rusia sólo con la consolidación del poder bolchevique, una vez comenzado a poner en pie el Ejército Rojo, (y aplicando el más duro terror rojo), fue posible que parte de los oficiales del antiguo ejército zarista se pusiesen bajo la disciplina del poder soviético.
Como vemos, el cuento de Lora, lejos de una "excepcionalidad boliviana" no es más que una versión izquierdista de la famosa "particularidad stalinista" de buscar a lo largo y a lo ancho de América Latina una oficialidad "progresista", que llevó al PC chileno a sostener, poco antes del golpe, que Pinochet era un militar patriota y al PC argentino que Videla era un general democrático. Esta política lejos de preparar al proletariado para transformarse en caudillo de la nación oprimida, tomando seriamente la insurrección como "arte", al decir de Lenin, lo desarma ante el enemigo de clase. Lora no aprendió nada de la trágica experiencia de la revolución boliviana del 52. Los mineros armados desarmaron al ejército y controlaron La Paz, siendo la COB un verdadero doble poder, pero la falta de un partido revolucionario que se planteara la toma del poder por el proletariado y preparara la "insurrección como arte" permitió la coexistencia del poder obrero con el parlamento y el gobierno burgués de Paz Estenssoro. Esto dio tiempo a la burguesía, con la ayuda del imperialismo norteamericano, para reorganizar al ejército con una centena de oficiales entrenados por los yanquis, mientras de la mano de la dirección de la COB lograba el desarme de las milicias obreras3.
La renuncia a la dictadura del proletariado, más allá de que ésta sea proclamada machaconamente, desnuda que el Frente Unico Antimperialista, lejos de ser un instrumento de la alianza obrera y popular, es un intrumento para...cubrir una estrategia frente populista. El mismo Lora lo dice cuando plantea "que no excluiria a la burguesia industrial", mostrando nuevamente una audacia teórica que otros promotores del FUA, como Lambert o Altamira, no se han atrevido todavia a formular. Como vemos, el abandono de Lora de la dictadura del proletariado, como se desprende de sus tesis del FUA "no excluye" sino que es una vuelta a la revolución por etapas de los stalinistas, combatida por Trotsky en la Revolución Permanente. Como vemos, el tan mentado Frente Unico Antiimperialista se dá de bruces con esta teoría, con la estrategia soviética de la dictadura del proletariado y con la teoría marxista del estado. Es decir es una ruptura con el ABC del marxismo.
NOTAS:
1 Dirigente histórico del trotskismo boliviano, redactor de las Tesis de Pulacayo en
1946. En la revolución boliviana de 1952 sostuvo el apoyo crítico al MNR de izquierda,
negándose a pelear porque la COB tome el poder.
2 Hacia la Dictadura del Proletariado. Pag 179. G.Lora.dem.
3 En España, luego de la insurrección de Barcelona ante el alzamiento de Franco, las
milicias fundamentalmente anarquistas tenían virtualmente el poder al punto que el
presidente Companys se puso a su disposición. En vez de tomar el poder, las milicias se
subordinaron al gobierno republicano que luego las desarmaría.