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Hussein: una vida de poder
Autor: Rick Montgomery
Fuente: The Miami Herald
Fecha: 05/03/2003

Título Original:

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Miami. Saddam Hussein respira y transpira miedo; lo vive, lo maneja. Durante décadas, el dictador iraquí ha ordenado el asesinato de gente que representa una amenaza para su dominio. Sus víctimas incluyen viejos amigos, un ministro de Salud a quien personalmente asesinó a balazos en una reunión y, en 1996, a su propio yerno.

Abundan las historias de horror que reflejan la dimensión de su vileza; la mayoría son imposibles de verificar. Según un testimonio publicado, él mismo arrojó a un disidente chiíta a un depósito de ácido y observó cómo se disolvía.

Admira a Stalin y a Churchill, hombres de acero con poder verdadero. Esto podría explicar también la admiración que, según informes, siente por las películas de “El Padrino” .

Hay algo más sobre Saddam que Khidhir Hamza, que escribió un libro sobre lo que significa ser el "Fabricante de Bombas de Saddam" en los 70 y 80, piensa que se debe saber.



"No está loco", afirma Hamza, quien vive en Virginia. "Pero si es acorralado, hará cualquier cosa".

¿Qué hará, en caso de ser atacado por tropas británicas y estadounidenses, un hombre con 30 años en el poder, cuyas estatuas, murales y retratos adornan todas las calles de su país?

Nacido en la pobreza, Saddam fue abandonado por su padre poco después de haber nacido. Por un tiempo, vivió con un padrastro abusivo, pero su mentor y mayor influencia fue el hermano de su madre, Khairallah Tulfah, un nacionalista árabe simpatizante de los nazis.

Muchos creen que su tío inculcó a Hussein una profunda desconfianza de los extranjeros, que persiste hasta estos días.

Hussein se ganó la fama de peleador callejero en una región del mundo donde el honor familiar y la lealtad tribal lo eran todo. Su pasión nacionalista lo llevó a unirse al partido insurgente Baath cuando tenía 20 años. Hussein no perdió el tiempo y se dedicó a demostrarle al partido que podía hacer el trabajo sucio. Se dice que, menos de un año después de afiliarse al partido, ya había matado a un miembro del partido Comunista.

Una vez instalado en el poder, que esperó pacientemente tras el golpe de Estado de su partido, en 1968, Hussein empezó a soñar con convertir a Irak en el más desarrollado y temido de los países árabes, lo que a su vez lo transformaría en el más temido de los líderes árabes.

Y tenía la capacidad para lograrlo. "No sólo era capaz de ganarse el respeto de los criminales, sino que además era una persona instruida y de mente aparentemente abierta. Era un líder nacional que podía dirigir a Irak hacia una nueva era", señaló el periodista Mark Bowden, de The Atlantic Monthly .

Se sabe que no le importan gran cosa ni la ideología política ni el Islam. Ni siquiera las riquezas. Según Bowden, "la raíz del ansia de poder parece ser simplemente su vanidad".

En 1979, unas semanas después de asumir la presidencia, Saddam realizó, en una sola reunión, una purga en su partido: la tercera parte de los miembros del Consejo del Comando Revolucionario fueron ejecutados. Saddam ordenó que el encuentro fuera grabado en video, para que todos pudieran ver lo que les pasaba a los conspiradores y espías.

Uno a uno, los nombres de decenas de líderes de partido fueron leídos en voz alta por un supuesto conspirador que acababa de salir de las cámaras de tortura de Hussein.

Cuando uno de los nombrados gritó su inocencia, el presidente gritó: "¡Fuera, Fuera!".

Al concluir la reunión, los sobrevivientes de su gobierno cantaban: "¡Viva Saddam!", quien tenía más poder que nunca.

En esa época, Saddam contaba con cierto apoyo popular por haber modernizado el país. Como vicepresidente, había impulsado la nacionalización del petróleo y firmó un pacto comercial con Rusia. En 1980 ordenó el ingreso de sus tropas a Irán, y en 1991 vino la guerra del Pérsico.

Hoy, los iraquíes ven cada noche videos musicales que exaltan a su líder. "¿Alguna vez el mundo ha visto a alguien como nuestro padre?, dice una canción. "Reparte su amor con todos nosotros. Con él en casa, el miedo no existe".

Sin embargo, es el miedo lo que define la vida en Irak, especialmente la vida de su líder.

"Tiene miedo todo el tiempo", indicó a Los Angeles Times un ex teniente coronel de las fuerzas de seguridad de Hussein. "Le gusta escapar. Le gusta esconderse. Le gusta estar bajo tierra, en refugios antiaéreos".

Algunos informes de Bagdad señalan que Hussein se muestra cada vez más indeciso, que divaga mucho y que sus discursos son cada vez más incoherentes.

Mientras tanto, sus excentricidades van en aumento. La nueva mezquita "Madre de Todas las Batallas", construida en honor de su fallida incursión en Kuwait, exhibe imágenes en vidrio de 605 páginas del Corán, escritas con una mezcla de tinta, conservadores y con la propia sangre de Hussein.

No sólo vive con miedo, sino que desconfía de todo.

Sus guardaespaldas más cercanos son familiares allegados.

Antes de que pruebe alimento, éste es sometido a rayos X y probado por alguien más. Se dice que en todos los palacios de Irak diario se le prepara la comida, para que nadie sepa dónde está ni hacia dónde se dirige.

Lo peor es que la fama de sus hijos, sus sucesores potenciales. El mayor de ellos, Uday, de 38 años, es conocido por tener un carácter más agresivo que el de su padre, y por ser sumamente vengativo.

"En Irak, las historias sobre Uday son peores que las de Saddam", dijo Entifadh Qanbar, del Congreso Nacional Iraquí, con sede en Washington, y que se opone al régimen de Hussein. Según él, de Uday se dice que es "asesino, ladrón, violador".

También dijo que "tengo familiares allá; por ejemplo, a una hermosa chica que va a la escuela. Cuando su padre oyó rumores de que a Uday le gustaba la joven, que la vigilaba, decidió que ella no volviera a la escuela".

Por su parte, el hermano de Uday, Qusay, es un devoto de Hussein y se encarga de las operaciones de seguridad y de la inteligencia.

Hussein lleva 45 años casado con una mujer llamada Sajida, que hace algún tiempo acostumbraba salir de compras no a Irak, sino a Europa Occidental. Esos son los métodos de un dictador, uno con sangre de campesino y alma de sobreviviente. Y quizá su próximo paso en la vida será el más memorable de todos.

 

 

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