Desde el inicio de la guerra no cesan las movilizaciones en todo
el mundo. En México han salido los estudiantes universitarios
y se han movilizado los trabajadores del SME y de la UNT, junto a
organizaciones populares y sociales. En las escuelas se empiezan a
formar comités contra la guerra y se dan pasos hacia una Coordinadora
interuniversitaria.
Pero aún no es suficiente. Debemos redoblar esfuerzos para
lograr una organización más amplia y una mayor movilización
que incorpore a los trabajadores y el pueblo.
Es necesario que los estudiantes que han tomado la iniciativa de salir
a luchar, sigan el ejemplo de los universitarios españoles,
que llaman a los sindicatos a una Huelga General contra los planes
belicistas del imperialismo.
Un Encuentro de organizaciones sindicales, de campesinos, sectores
populares y estudiantes, sería un paso importante en este sentido,
para votar un paro general y un plan de acción por la derrota
del imperialismo.
Los trabajadores mexicanos, sobre todo aquellos que se oponen a los
planes privatizadores, debemos ponernos a la cabeza de esta movilización,
con nuestros métodos de lucha, como la huelga. Son los trabajadores
de PEMEX los que pueden paralizar con su acción el envío
de petróleo para la guerra. La UNT y el SME tienen la responsabilidad
de convocar ya a un Paro Nacional.
La lucha de los trabajadores contra las privatizaciones, los salarios
de hambre y la contrarreforma laboral de Abascal-Fox, debe enfrentar
los planes de subordinación al imperialismo, como el TLCAN,
el ALCA o el PPP. Esta lucha pasa hoy por pelear contra esta guerra
imperialista, transformando el repudio a la guerra (mas de un 80%
de la población se opone) en movilización activa.
Si esta perspectiva de lucha no se logra, será responsabilidad
de las direcciones burocráticas, que mantienen su control sobre
los sindicatos y continúan entregando nuestras conquistas a
los expoliadores imperialistas.
Los trabajadores de los países oprimidos debemos tomar trinchera
y cerrar filas en favor de Irak y contra el enemigo de todos los pueblos:
el imperialismo. De esa forma podremos forjar la unidad internacionalista
con los trabajadores y los jóvenes de los países centrales.
De avanzar la organización de los trabajadores, estaremos en
mejores condiciones para rechazar la ofensiva imperialista en el país.
Impulsemos una gran movilización obrera, campesina, popular
y estudiantil para imponer:
¡Ni una gota de petróleo, ni un peso de la deuda externa
se siga entregando para los intereses imperialistas!
¡Por un paro nacional contra la guerra, a favor de Irak y por
la derrota de los bandidos imperialistas!
Como hemos venido señalando, las disputas en el seno del Consejo
de Seguridad de la ONU mostraban diferencias estratégicas entre
las potencias imperialistas y distintos realineamientos de los países
semicoloniales ante la política guerrerista yanqui. Explicábamos
también cómo esta situación expresa una mayor
inestabilidad y elementos de ruptura del equilibrio capitalista.
La guerra lanzada contra Irak ha significado un primer episodio de
ruptura del consenso que se expresa en la crisis de la ONU, como lo
muestra el que la "coalición" EE.UU.-Gran Bretaña,
seguida por España y Australia, decidió desatar la invasión
sin el aval del CS. O en las diferencias que se dan, por ejemplo,
alrededor de los planes para la reconstrucción de Irak y el
manejo de sus exportaciones petroleras después de la guerra.
Powell ya dijo que EE.UU. es quien tendrá el control absoluto
en estos rubros, lo que desató la reacción tanto de
la ONU como de Francia y Rusia, que controlaban las exportaciones
de crudo (en un 70%) anteriormente. El fuerte lenguaje diplomático
y las acusaciones mutuas, hacen que se tense más esta situación
y que se erosione el inestable equilibrio capitalista. El desarrollo
de la guerra misma, que ha resultado más difícil de
lo que pensaban (ver páginas centrales), irá marcando
y agudizando los roces y las diferencias entre los estados.
El pacifismo del régimen foxista
Una vez comenzada las hostilidades en Irak, Fox dio su mensaje a la
nación en la que se pronunció por el "multilateralismo"
y por "la vía diplomática" para resolver el
conflicto en el Golfo Pérsico. "Con EEUU compartimos valores
y proyectos pero hoy diferimos en los tiempos y en las formas",
había dicho. Fox resolvió así la disyuntiva en
la que se encontraba: tomando distancia de los EE.UU. para ganar cierto
margen de independencia dentro de la ONU. La retórica presidencial
se separó de la posición de Bush, quien a su vez se
dijo "decepcionado" del gobierno mexicano. Las repercusiones
de esto se mostraron en el enfriamiento de la relación entre
ambos, pasando de mi "amigou Fox" a cuatro días sin
contestarle una llamada telefónica. La causa más profunda
de este accionar del gobierno mexicano es que, como afirma un articulo,
"la política de Bush de están con nosotros o con
el terrorismo lejos de haber redundado a un mayor disciplinamiento
de la mayoría de las naciones a las ordenes de Washington ha
actuado como punto de inflexión de un realineamiento internacional"
(¿Ventaja estratégica?, www.pts.org.ar/ft), y es en
ese contexto que, como planteamos en EO 31, "el gobierno de México
busca cierto equilibrio entre las distintas posturas sobre la guerra",
lo que también esta provocado, en el plano interno, por el
desgaste de la administración foxista a los ojos de las masas.
Esta "búsqueda del equilibrio" se ve en que Fox,
que se salvó de no tener que votar en contra de EE.UU. en el
CS, a pesar de su mensaje "pacifista", ha instruido a su
representante en la ONU, Aguilar Zinser, y al canciller Derbez, para
que impulsen resoluciones condenatorias contra Irak, repitiendo los
argumentos estadounidenses de que es necesario desarmar al régimen
de Hussein. En la última reunión de la comisión
de Derechos Humanos de la ONU en Europa, se negaron a votar a favor
de que se abriera la discusión sobre la situación de
la guerra y la población irakí, algo que podría
irritar a los yanquis. México, por medio de Aguilar Zinser,
asumió la presidencia del CS, y aunque ya ha dicho que no impulsará
resoluciones que condenen la guerra, afirmó ''No buscamos un
lugar en el consejo para contemplar la tragedia que vive el mundo,
sino para impulsar soluciones constructivas a los conflictos''. Veremos
si Fox, en los próximos días, intenta reposicionarse
desde ahí con su línea "multilateralista",
para presionar en mejores condiciones en la relación con los
EE.UU.
La "tregua" entre los partidos
En el mensaje citado, el presidente llamó a cerrar filas a
todas las fuerzas políticas por medio de la "unidad nacional"
-como él mismo lo reconoció- ante los costos políticos
que traerá su posición frente a Washington. El llamado
tuvo respuesta inmediata: los presidentes de los principales partidos
del régimen se reunieron en Los Pinos para apoyar la posición
del gobierno. Se acordó una "tregua" política
de facto que fortalecería la estabilidad y la gobernabilidad
del régimen de la "alternancia", lo que acompaña
el intento de dar un "carpetazo" a los grandes escándalos
como el Pemexgate (que se conmutó por una multa del IFE hacia
el PRI), así como minimizar el financiamiento extranjero y
el lavado de dinero de los "amigos de Fox". Esta "tregua"
en las alturas la pagaran principalmente los trabajadores, pues a
los partidos del régimen les permite salir en unidad y mejor
reposicionados por su postura "antibélica", para
seguir descargando sobre las espaldas de las masas los planes de expoliación
y miseria, y ganar tiempo para avanzar en mayores acuerdos contra
los trabajadores y el pueblo.
El PRI y el PRD buscan, con su posicionamiento "antibélico"
y "multilateralista" reubicarse de cara a las elecciones,
mientras discuten con Fox como distribuir en los estados las divisas
petroleras incrementadas por la guerra imperialista y los intereses
norteamericanos ¡hipócritas descarados! ¡Ahora
el Senado planea realizar una gran movilización nacional por
la paz, mientras avalan en los hechos y se reparten beneficios de
la invasión a Irak!
Y es que la posición del gobierno y los partidos del régimen,
a pesar del llamado a la "paz" y al "multilateralismo",
no intenta oponerse a la política de Washington ni mucho menos.
Se trata de guardar distancia ante una guerra repudiada por todo el
mundo, en el marco de un acuerdo estratégico con el imperialismo
yanqui para preservar la dependencia del régimen semicolonial,
expresada con el TLC, el ALCA, la deuda externa, la legislación
laboral antiobrera y las privatizaciones para agradar al capital extranjero.
Por eso Fox y los partidos patronales tratan de acordar para seguir
pasando los planes (como los reformones estructurales) que les dictan
sus amos del Norte.
Frente a esta tregua que busca evitar que el descontento se exprese
en las calles (como fue en los meses previos la movilización
campesina) y avance a enfrentar la guerra imperialista, es necesario
impulsar una gran movilización de los trabajadores, los campesinos,
el pueblo oprimido y los estudiantes. Como planteamos en la portada
de este periódico, debemos todos luchar por un gran Paro Nacional
contra la guerra y el imperialismo, y contra los planes mandatados
por el FMI y el Banco Mundial, que aplica Fox con el aval de las instituciones
del régimen y los partidos patronales.
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