Al
Richardson es el editor en jefe de la
revista Revolutionary History, que en
el curso de más de una década de trabajo
sostenido lleva publicados más de 20 volúmenes.
Ha realizado aportes muy valiosos al conocimiento
de la historia viviente del trotskismo
en el siglo XX.
Al Richardson
inició su estudio de la historia del
movimiento trotskista en los años '70,
y ha publicado diversos libros, entre
ellos, "War and the International",
sobre la actuación de los trotskistas
ingleses en la segunda guerra mundial
y "In defence of the Russian Revolution"
(En defensa de la revolución rusa),
compilación de escritos de los principales
dirigentes bolcheviques, entre otros. |
La historia de
la revolución rusa hasta Brest Litovsk*, de León
Trotsky, fue publicada en el verano de 19181,
y luego traducida a siete idiomas, incluyendo
el chino, turco y el yiddish. La versión inglesa
se editó por primera vez por Allen and Unwin,
para la venta general a mediados de agosto de
1919, e inmediatamente después, luego de un acuerdo
con el Socialist Labour League, se publicó una
versión más económica. Se reeditó sólo una vez,
en el año 1963 dentro del libro The essential
Trotsky (páginas 23-111), como parte de una serie
de trabajos de pensadores modernos que incluía
a Marx, Engels, Lenin, Schopenhauer y Vasari.
Denominado por Deutscher como uno de los
clásicos menores de Trotsky 2 y por Segal
como un relato incisivo de los hechos3,
la primera edición se agotó en sólo cuatro semanas4.
Incluso hasta los opositores en ese momento describieron
a este trabajo como escrito con una gran
destreza claro, fácil de leer, vívido
5 . Su lectura es esencial... para conocer
la posición actual de Europa del este6,
y elaborado con una destreza política y
mordaz y una obra maestra de la narrativa7.
Es difícil dar cuenta de la razón por la cual
dicho trabajo ha sido olvidado desde entonces.
Una razón quizás
sea que dicho trabajo pronto fue eclipsado en
alcance y extensión por la obra clásica de Trotsky
"Historia de la revolución rusa". Comparándolo
con éste último sólo parecería una breve
idea general de la historia soviética8.
Desde ya que se ve perjudicado si se lo compara
con la "Historia de la revolución rusa",
que es un trabajo más sólido, con más imaginación
y ritmo, que recrea los hechos en vez de limitarse
a relatarlos. Pero sería un error explicar
la superioridad de este libro más voluminoso solamente
por los beneficios que surgen de mirar hacia
atrás después que ocurrieron los hechos y por
el tiempo libre que le permitió el exilio forzoso9.
Suponer esto sería confundir los diferentes propósitos
que hay detrás de cada libro. "Historia de
la Revolución Rusa", es la historia de una
revolución completa, con todos sus entretelones,
orígenes, desarrollo y fuerzas motoras expuestas
de una manera clara; tenía el objetivo de explicarle
al movimiento obrero en todo el mundo cómo se
hacen las verdaderas revoluciones, en un momento
en el cual la memoria de la gente sobre este hecho
empezaba a borrarse debido a la neblina de la
propaganda estalinista. El primer libro no parece
estar destinado a ser una historia de la revolución
como un proceso general, sino que es un estudio
particular de la insurrección de 191710. El libro
fue dictado a un equipo de estenógrafos de la
ex-Duma durante los intervalos en las sesiones
de las negociaciones de Brest-Litovsk, en
un primer momento estaba pensado para los trabajadores
extranjeros debido a la necesidad
de explicarles lo que había pasado11. Sólo
cuando analizamos las circunstancias en las cuales
fue escrito queda claro cuál fue exactamente esa
necesidad primordial, que Trotsky
ya había discutido con Lenin antes de ir a la
conferencia de Brest.
Lenin y Trotsky
jamás creyeron en el socialismo en un solo
país. No tenían expectativas en que la revolución
sobreviviera si no se extendía a otros países,
y el libro termina con la esperanza de que el
cerco imperialista que nos está ahogando se rompa
por la acción de una revolución proletaria
(pag. 111). La verdad es siempre la primera víctima
en una guerra, y en el momento de Brest-Litovsk
la guerra mundial ya llevaba más de tres años.
La simpatía por la revolución que sentía la clase
obrera en el extranjero sólo podía ser aprovechada
corriendo la cortina de la propaganda de los tiempos
de guerra que rodeaban a la Unión Soviética, con
una clara explicación de sus causas y objetivos.
A menos que estos sean entendidos, no sería posible
para otros imitar el ejemplo ruso.
En gran parte la
oposición a la Primera Guerra Mundial de la clase
obrera a nivel internacional tenía una base pacifista
confusa, envuelta en vagos sentimientos democráticos.
La primera necesidad de Trotsky era explicar a
la clase obrera en el resto del mundo por qué
había sido necesario para los bolcheviques recurrir
a la revolución armada, y por lo tanto usar la
fuerza para disolver la Asamblea Constituyente.
Kautsky, casi inmediatamente denunció la disolución
de la Constituyente (p.94), y Kerensky estaba
por aparecer ante la Conferencia del Partido Laborista
en junio de 1918 para atacar el derrocamiento
del gobierno provisional12. Los comentaristas
de este país (se refiere a Gran Bretaña -NT) rápidamente
señalaron a Trotsky por su extensa apología
a favor de derribar la Asamblea Constituyente
a través de la fuerza13, e incluso W. N.
Ewer, quien poco tiempo después se hizo comunista,
admitió que la disolución de la Asamblea
Democrática era una afrenta a las instituciones
democráticas como occidente ya sabe.
Ya tuvimos la versión de Kerensky de un episodio
del otoño de 1917 en Rusia, señaló, Ahora
llega el relato de Trotsky de los hechos desde
la revolución de marzo al Tratado de Brest Litovsk.
Es más breve y mucho más fácil de leer que la
apología de Kerensky14. La prensa burguesa,
que apoyaba a Kolchak al mismo tiempo que atacaba
a los bolcheviques por ser antidemocráticos, resaltaba
naturalmente aquellas partes del libro donde Trotsky
explica la necesidad de la revolución armada y
la superioridad de los soviets sobre la democracia
burguesa. La publicación de este libro
sería muy útil en ciertas regiones de Inglaterra
donde se insiste en ver una conexión entre el
bolchevismo y la democracia, y se denuncia como
una amenaza contra la democracia cualquier intento
que irrite al gobierno bolchevique, escribió
quien hizo la reseña en The Morning Post: Es
mejor que esos caballeros lean lo que Trostky
tiene que decir sobre la democracia. La desprecia
por completo15. No tenemos que tomar muy
seriamente las pretensiones democráticas del The
Morning Post en este momento. Su reseña empezaba
con las palabras El judío Bronstein
y el tono antisemita usado cada vez que se hablaba
de los asuntos rusos era tan pronunciado que Lord
Rothschild, Gollancz y otros se vieron obligados
a escribir que recibimos con agrado la sugerencia
que los judíos británicos deberían separarse
de este curso que le está haciendo tanto daño
a los judíos en todas partes del mundo16.
La segunda necesidad
fue explicar por qué el gobierno ruso se había
visto obligado a retirarse de la guerra y negociar
solo una paz en términos tan perjudiciales con
la fuerza más reaccionaria en Europa, el gobierno
imperial alemán. Había muchos revolucionarios,
tanto en Rusia como en el exterior, que se oponían
tenazmente a la firma de la paz de Brest 17, además
del sentimiento de inquietud que despertó en los
círculos democráticos o la escandalosa hostilidad
de la propaganda de la Entente. La reseña de Ewer
se concentró por completo en el punto de que La
necesidad de Rusia era la paz, y la paz era literalmente
inevitable, porque el ejército era incapaz de
seguir peleando. Sólo los bolcheviques estaban
dispuestos a hacer la paz. Por eso llegaron al
poder18. William Paul, citando una observación
de Mr. Winston Churchill al Aldwych
Club (NT: un club de caballeros, estos centros
eran frecuentados por hombres de negocios y eran
lugares de tinte muy reaccionario), que decía
cada soldado británico y francés asesinado
el último año fue asesinado por Lenin y Trotsky,
no en una guerra justa, sino como el resultado
de la deserción traidora de un aliado sin ningún
paralelo en la historia del mundo, usó el
libro para contestar que toda persona inteligente
y honesta sabe que los aliados fueron invitados
a participar en la conferencia de paz entre Alemania
y Rusia. Cualquiera sea la duda que se pueda tener
sobre este asunto está completamente aclarada
nada menos que por el mismo Trotsky19. Hasta
este punto el libro es una extensión lógica de
la propaganda revolucionaria hecha por Trotsky
en Brest Litovsk, y tiene que ser entendido dentro
de ese contexto.
Decir esto no significa
que el libro tiene sólo un valor puramente histórico
y efímero. El mismo incluye síntesis teóricas
increíblemente concentradas de temas tales como
la superioridad del poder soviético sobre la democracia
burguesa (pag. 46-77, 93), por qué la conciencia
de la clase obrera se desarrolla tan rápidamente
en situaciones de crisis (pág. 47), la necesidad
de la insurrección armada para derrocar el viejo
orden (pag. 51-20), y cómo un partido revolucionario
gana a la mayoría para esta insurrección planteando
a los líderes reformistas la consigna del poder
para la clase obrera (pág. 31, 34, 51, 52). Estos
temas son los que le dan al libro un valor permanente.
Y no debería de sorprendernos encontrar tales
joyas en un libro tan corto. Muchas de las grandes
exposiciones marxistas, incluyendo El XVIII Brumario
de Luis Bonaparate y El estado y la revolución
fueron escritos rápidamente en momentos precisos
y con objetivos particulares. Extraer lo general
de lo particular es una de las disciplinas esenciales
del marxismo.
Al mismo tiempo
su estilo lacónico y las circunstancias en las
que el libro fue escrito requieren con frecuencia
aclaraciones posteriores. A este fin nos ayuda
el hecho de que también en el equipo de la delegación
rusa a Brest Litovsk estaba Karl Radek20, sometido
al mismo período de inactividad forzosa y trabajando
en el mismo tipo de proyectos escritos, quien
debe de haber debatido muchos de los puntos en
discusión con Trotsky. Por ejemplo, Trotsky se
refiere, sin identificarlos, a los teóricos
de nuestro partido que formularon la teoría
de la revolución permanente, pronosticando que
inevitablemente pondría el poder del estado
en las manos del proletariado, apoyado por las
amplias masas del campesinado más pobre
(pag. 25). El hecho que diga que esto era así,
incluso antes de la revolución de 1905
muestra que no sólo pensaba en él, y una comparación
con el texto de Radek Paths of the Russian Revolution
demuestran que esta observación iba dirigida a
Plejanov 21. El análisis de Trotsky de cómo el
campesinado, una clase normalmente difusa y desorganizada,
se transformó en compacta y políticamente activa
a causa de la guerra (pag. 25-6) es luego desarrollado
con mucho más detalle en el trabajo de Radek The
driving Forces of the Russian Revolution22 . Del
mismo modo, Trotsky no hace ningún intento posterior
de explicar que si los mencheviques y los Socialistas
Revolucionarios, que juntos eran mayoría en los
soviets antes de noviembre de 1917, hubieran roto
su coalición con el gobierno provisional la
lucha del proletariado por el poder se hubiera
trasladado naturalmente hacia la base de las organizaciones
soviéticas, y se hubiese desarrollado de una manera
más fácil (pag. 36). La evidencia de esto
está en los escritos de Lenin, que se encuentran
resumidos muy bien por Victor Serge23. El
alférez B que desarmó los cadetes en las
academias militares de Pavlovskoye y Vladimirskoye
en noviembre de 1917 (pag. 78) puede ahora ser
identificado como el hermano menor de Raskolnikov,
A.F. Illyin-Zhenevsky (1894-1941)24. La razón
por la cual Trotsky se negó a identificarlo es
probablemente porque en el momento de las negociaciones
de Brest Litovsk estaba jugando un rol central
en la construcción de Ejército Rojo, y en la primavera
de 1918 hubiera quedado expuesto a represalias.
Pero la mejor guía para entender lo que Trotsky
en realidad quiere decir es generalmente el mismo
Trotsky, en su posterior historia completa. Su
extraña observación de que la revolución en
realidad empezó en 1912, por ejemplo (pag.
25) se explica a través de su discusión sobre
las cifras de la oleada de huelgas demostrando
la recuperación en la combatividad de la clase
obrera luego de la derrota de la revolución de
1905 en su segundo libro25.
Paradójicamente,
las faltas que Carmichael y Segal ven en este
libro porque es breve y compacto, lo hacen una
publicación ideal en nuestros días. Gran parte
de los trabajos que han sido considerados como
teoría revolucionaria por una generación ahora
aparecen como francamente academicista, extenuantemente
largos e increíblemente complicados. Los jóvenes
que se acercan al movimiento revolucionario se
desconciertan ante el aparente acopio de datos
que ven delante de ellos, algo parecido a lo que
pasa en la historia del emperador y sus ropas
nuevas (NT: es un cuento para niños cuya moraleja
es que hay cosas que lucen mucho pero en el fondo
no valen nada). Pero aquí tenemos un libro que
demuestra cómo la teoría y la práctica se interrelacionan
mutuamente, que a su vez es fácil de leer para
los principiantes y está presentado con una narrativa
muy placentera. Trotsky da al mismo tiempo lecciones
básicas de teoría revolucionaria, política y organización,
junto con una educación básica en la historia
de la más grande conquista jamás lograda por la
clase obrera. Y cuando tantos que se reclaman
revolucionarios, desde hace mucho tiempo están
enterrando ansiosamente la revolución rusa y todo
lo que ésta significa, esta defensa hecha por
un exponente excepcional permanece tan clara y
convincente como en el día que fue escrita.
Notas:
* Este libro se
editó en Argentina con el título "¿Cómo hicimos
la revolución rusa?", Ediciones del Siglo,
1973. Como otras obras de Trotsky, la edición
está agotada. El CEIP "León Trotsky"
de Argentina planea reeditarlo en los próximos
meses.
1 El prefacio lleva
la fecha 29 de mayo de 1918.
2 Isaac Deutscher,
El profeta armado, Oxford 1976, p.378.
3 Ronal Segal,
La tragedia de León Trotsky, Londres, 1979, p.200.
4 Trotskys
Great Book, en The Socialist, Vol. xviii, nº 215,
24-9 de mayo 1919, p.222.
5 H.S., Trotskys
Apology , en The Manchester Guardian, 22 de abril
de 1919.
6 Who ruined
Russia? (¿Quién arruinó a Rusia?), en The
New Statemen, vol.xiii, nº326.
7 Trotskys
Apology, en The Morning Post, 17 de abril
de 1919, p.5. Aquellos que iban a la brevedad
a afiliarse al Partido Comunista, mostraban, por
supuesto, más entusiasmo. Frank Horrabin lo describe
como muy interesante y de un gran valor
(The Plebs, vol.xi, nº5, junio de 1919, pag.76),
y William Paul como una historia brillante
(Trotskys Reply to Churchill
(La respuesta de Trotsky a Churchill), en The
Socialist, nº 212, vol.xviii. 8 de mayo de 1919,
pag.197).
8 Joel Carmichael,
Trotsky: An Appreciation of his life, Londres,
1975, pag. 225
9 Segal, obra citada
en nota 3. El autor anónimo de la reseña de The
New Statemen, desilusionado por esperar una completa
narrativa de los hechos de manera expositiva,
también comentó sobre sus páginas algo finitas
(op. cit. En nota número 6 ). En un intento similar
de reducir la última historia de Trotsky a un
drama, c.f. Baruch Knei-Paz, The Social
and Political Thought of Leon Trotsky, Oxford,
1978. Pag. 497-513, plagiadas por Peter Beilharz,
en History Workshop , xx, 985, y Trotsky, el trotskismo
y la transición al socialismo, Londres, 1987,
pag. 41-48.
10 A pesar de esto,
Trotsky señala que por varios años este libro
le sirvió como un manual de historia,
fue traducido a una docena de idiomas y fue publicado
por la Comintern en ediciones innumerables. (Mi
vida, Nueva York, 1960, pag. 370; Historia de
la revolución rusa, Londres, 1965, pag. 1134)
11 L.D. Trotsky,
Mi vida, pag. 370, de acuerdo al editor de la
edición de 1963 se trata de una considerable
hazaña (proeza) de la memoria (pag. 22).
12 Kerensky era,
por supuesto, totalmente desconocido en el exterior
antes de que los eventos de 1917 lo lanzaran a
la luz de manera tan inesperada, sus razones en
favor de un gobierno provisional eran, incluso,
mucho más débiles que las de la Asamblea Constituyente,
y él era de cualquier modo un teórico de poco
peso. (c.f. The Crucifixion of Liberty, Londres,
1934). Los argumentos de Kautsky como autoridad
mundial en marxismo, en contra de la disolución
de la Asamblea Constituyente eran mucho más serios.
Los publicó por primera vez a principios de 1918
en Demokratie and Diktatur (Leipziger
Volkszeitung, nº 8, 9-10, .I; Sozialistische Auslandspolitik
iv, nº 1-3.I), del que Trotsky debe de haber tenido
conocimiento cuando estaba escribiendo este libro.
Kautsky más tarde desarrolló sus tesis de manera
completa en La dictadura del proletariado (agosto
de 1918) y Terrorismo y Comunismo (junio de 1919)
, a los cuales Lenin respondió con La revolución
proletaria y el renegado Kautsky (Obras completas,
vol. xxxviii, Moscú 1965, pág. 227-325; también
páginas 105-113) y Trotsky respondió con Terrorismo
y Comunismo (Londres, 1975). La Historia de Trotsky
fue sucesivamente citada como parte de la polémica
en el trabajo de Leipziger Wolkszeitung del 18
de octubre de 1918.
13 Trotskys
Apology, en The Morning Post, 17 de abril
de 1919, pág. 5
14 W.N.Ewer, El
nacimiento de los soviets, en The Daily
Herald, 26 de abril de 1919, pag. 8. Ewer se encontró
entre los primeros en atacar a Trotsky cuando
Moscú dio la señal seis años más tarde, más tarde,
él mismo fue sometido al mismo tratamiento ignominioso.
15 Op. cit en nota
número 13. Ver también The Manchester Guardian
account, nota 5.
16 Bolshevism
and Jewry, en The Morning Post, 23 de abril
de 1919, pág. 6. Al día siguiente los lectores
se encontraron con otro artículo antisemita, esta
vez con el judaismo y Alemania. Es
sorprendente tener que recordar que Gollancz va
a ser más tarde el editor de la versión completa
de la historia de Trotsky, y luego continuó siendo
el editor del Left Book Club que pasó los años
anteriores a la guerra acusándolo de ser un agente
de Hitler.
17 La oposición
dentro del Partido Bolchevique, ver Tesis de los
comunistas de izquierda (1918), Critique 1977,
Robert V. Daniels, The Conscience of the Revolution,
Oxford 1960, pag. 70-91; Ronald L. Kowalski, The
Bolshevik Party in Conflict, Londres 1991. Algunos
comunistas de izquierda tales como los de la ICC
definen hasta el día de hoy la firma de la Paz
de Brest Litovsk como una traición.
18 Obra citada
en nota número 14.
19 William Paul,
Trotskys reply to Churchill,
en The Socialist, nº212, vol.xviii, 8 de mayo
de 1919, pág. 197.
20 Segal, obra
citada, en la nota 3 y Carmichael, en nota 8.
21 Plejanov se
vuelve un defencista durante la Primera Guerra
Mundial. El grupo de Plejanov al cual
Trotsky se refiere en la pág. 32 era el ala de
extrema derecha del menchevismo, agrupados alrededor
del periódico Yedinstvo. Radek también señala
las contribuciones de Kautsky, Parvus y Rosa Luxemburgo,
diciendo que aplican la teoría de la revolución
permanente de Marx a las condiciones de Rusia:
The paths of the Russian Revolution, In Defence
of the Russian Revolution, pag. 35-40.
22 Obra citada,
en nota 21, pag. 22-3
23 Lenin
in 1917, en Revolutionary History, vol.
v, nº3, otoño 1994, pag. 22.
24 F.F. Raskolnikov,
Kronstad and Petrograd in 1917, Londres, 1982,
pag. 309; A.F. Ilyin-Zhenevsky, The Bolsheviks
in Power, Londres, 1984, pag.x, 6-25.
25 La historia
de la revolución rusa, pag. 55-7. |