En
el reciente Fórum Social Mundial (FSM) realizado
en Porto Alegre, Brasil, fue presentado como gran panacea
contra la exclusión de los asuntos públicos
de los trabajadores y los sectores populares, lo que se
ha dado en llamar la Democracia Participativa,
cuyo cuerpo central lo constituye el Presupuesto Participativo.
Es lo que llaman de participación ciudadana
en los destinos de los recursos públicos.
Justamente la agradable ciudad de Porto Alegre de casi un
millón y medio de habitantes, se ha convertido desde
1989 en el laboratorio de esa política iniciada por
el ahora gobernador de Rio Grande do Sul, Olívio
Dutra, en aquel año su alcalde. Ellos dicen contraponer
la Democracia Participativa a la democracia
representativa propia del sistema del régimen
democrático burgués, incluso llegando a llamar
a su participación ciudadana una especie
de democracia directa donde el elector
ejerce su función de legislador simultáneamente.
Pero a 12 años después de su implementación,
cualquier persona informada de esta política, encontrará
algo extraño cuando llega a esta ciudad vitrina:
en poco y nada se diferencia del resto de las ciudades brasileñas
importantes, tanto en los niveles de vida, desempleo, salario
real, etc., a no ser por los aspectos culturales y regionales
(sociales y económicos también por el desarrollo
desigual) típicos de un país de grandes dimensiones.
En
el presente artículo desarrollaremos el contenido
de la política de la Democracia Participativa,
demostrando cómo no pasa de un proyecto político
reformista de intentar ampliar la democracia burguesa limitado
dentro de sus estrechos límites o de llenarla de
contenido social como afirman sus inspiradores.
Contra todo el alarde de la Democracia Participativa
contrapondremos la Democracia Directa como expresión
real de la actual necesidad de las masas para enfrentar
en su combate este sistema de explotación capitalista,
pero también, a través de la auto-organización,
es decir, con formas sovietistas, como forma de poder político
real de la clase trabajadora y las amplias masas explotadas.
LA
DEMOCRACIA PARTICIPATIVA EN LOS POSTULADOS DE
PORTO ALEGRE
Bajo
la consigna de nuevas formas de participación
popular, se inicia la política de Democracia
Participativa1 en Porto Alegre a partir del mandato
del sindicalista Olivio Dutra en su primer gobierno en 1989;
según sus inspiradores, el Frente Popular buscó
revertir, radicalmente las prioridades de acciones del poder
público a favor de los pobres y explotados del municipio.
El principal instrumento fue el Presupuesto Participativo,
forma concreta de estimular la formación de consejos
populares en los barrios y villas de la ciudad para que
sus ciudadanos, principalmente los trabajadores, los asalariados
de forma organizada- pudiesen decidir la aplicación
del dinero público en la forma de inversiones a ser
realizadas por la alcaldía en la ciudad.2
En otras publicaciones establecen que el poder local
permite esa riquísima experiencia de democracia participativa,
que tiene en el Presupuesto Participativo uno de sus elementos,
no el único. La democracia participativa debe de
ser para nosotros, no apenas la experiencia local, que da
resultado en el municipio: debe de ser traducida, desde
el punto de vista teórico y programático,
para el conjunto de las otras esferas de la sociedad.3
Discutiremos entonces a continuación, cómo
estas ideas no pasan de un programa cuyo objetivo es perfeccionar
la democracia formal. Un programa totalmente opuesto a la
democracia directa y a las legítimas aspiraciones
democráticas de las masas. Y esto, justamente cuando
asistimos a grandes luchas de masas en América Latina,
donde se observan tendencias de los trabajadores a tomar
en sus propias manos los problemas más acuciantes.
La
idea de Democracia Participativa: ni innovadora
ni novedosa
Dejando
para más adelante la discusión sobre la política
del Presupuesto Participativo, desmitifiquemos
primero tres falsas visiones.
La primera es que el Partido de Trabajadores (PT) desea
presentar esta idea como innovadora, pero en realidad no
es novedad en Brasil. Desde 1978 las alcaldías de
Lajes, en el Estado de Santa Catarina (SC), y Boa Esperança,
Estado de Espíritu Santo (ES), durante la época
de la dictadura militar, ambas comandadas por el burgués
PMDB, aplicaron esta iniciativa aunque no bajo el mismo
nombre, pero donde el contenido es exactamente el mismo.
Poco después aparecieron los casos de la ciudad de
Diadema, Estado de San Pablo (SP), en 1983, en manos del
PT, y Vila Velha (ES), en 1986. El hecho de vincular el
Presupuesto Participativo a la ciudad de Porto
Alegre se debe a que se trata del caso de mayor longevidad
en Brasil, adoptado ininterrumpidamente desde 1989 hasta
el presente, llegando en 1996 a recibir un premio de las
Naciones Unidas por ser una de las mejores prácticas
de gobierno.
La
segunda falsa visión es que esta política
actualmente es exclusiva del PT. En los diversos gobiernos
municipales que van desde 1997 hasta las recién pasadas
elecciones municipales (2000), el modelo de Presupuesto
Participativo fue adoptado por 140 municipios, de
ellos, 34 comandados por los derechistas y centroderechistas
PFL, PPB, PMDB y PSDB, además del PRP. Estudios recientes
muestran que la mayor parte de las municipalidades se encuentran
en las regiones más desarrolladas del sudeste y sur,
con 60 y 56, respectivamente. En la región más
pobre del nordeste, 16 ciudades lo aplican. Del total, el
66% de las ciudades tienen menos de 100.000 habitantes.4
Se espera que este número crezca, no sólo
por el aumento de alcaldías ganadas por el PT (187)
en las recién pasadas elecciones, sino que otros
partidos de derecha y centroderecha ya afirmaron que aplicarán
el mismo sistema, independientemente de que en algunos casos
adopte otros nombres. Así, en su programa de gobierno,
la nueva alcaldesa de la ciudad más rica del país,
San Pablo, Marta Suplicy (PT), introducirá el Presupuesto
Participativo: Espero que el Presupuesto de
2002, que será nuestro primer Presupuesto, sea elaborado
y discutido con la participación de la población
y con la Cámara (de Concejales)5 Pero que esto
no sorprenda a nadie, pues hasta en ciudades de Estados
Unidos, como Phoenix, en Arizona, se aplica la política
del llamado Presupuesto Participativo.
La
tercera es que esta política que el PT nos presenta
como novedosa, no es sino la repetición de las viejas
políticas reformistas de las primeras décadas
del siglo pasado, llevada a cabo por los socialdemócratas
de su momento. En aquel entonces esos reformistas esperaban
llenar gradualmente la democracia política
con contenido social. En esto residía la esencia
del reformismo.6 Ahora el PT persigue una política
de una mayor distribución equilibrada de la
renta (en este caso municipal y estadual) a través
de un supuesto control social de la población,
y con ello buscar una suavización de
las contradicciones de clase, y por esta vía una
reforma gradual de la sociedad capitalista. Ver la
democracia como algo mucho más participativo que
apenas llamar a los ciudadanos a ejercer el derecho de voto
y delegar, de cuatro en cuatro años o de en ocho
en ocho años, para ejecutivos, parlamentarios, el
poder de decidir. Entendemos que la democracia representativa
es insuficiente, que tenemos que marchar hacia formas que
envuelvan más a la comunidad, que auxilien al ciudadano
a tener más control sobre el sector público.7
Al decir de Lenin, estos políticos no son más
que oportunistas pequeño-burgueses que quieren
hacer creer en un desarrollo progresivo de la democracia
capitalista para una democracia cada vez más
amplia.8 De ahí la afirmación
de sus formuladores de que la Democracia Participativa
es un gran instrumento en la lucha por el socialismo:
Apostando en la cuestión democrática,
pienso que estamos apostando en uno de los eslabones más
significativos y más importantes para la lucha por
el socialismo, de forma indisociable. Si tenemos hoy un
instrumento poderoso y fuerte para mantener la lucha por
el socialismo es exactamente la cuestión de la democracia:
el control de la población sobre el Presupuesto en
el conjunto de las formas que la población construye
y que podemos estimular y estimular para que se sedimenten
estos procesos.9
Pero
de fondo la Democracia Participativa con su
Presupuesto Participativo, no es más
que una política perversa de hacerle creer al trabajador
que él decide, como veremos más adelante.
Pero la verdad es que somos gobernados por funcionarios
burgueses, parlamentarios burgueses, jueces burgueses. Esta
es una verdad simple, evidente, indiscutible, conocida por
la experiencia propia, sentida y percibida por decenas y
centenas de millones de hombres de las clases oprimidas
de todos los países burgueses, incluso los más
democráticos10, al decir de Lenin. Brasil no
escapa a esta definición. La Democracia Participativa
es un puro absurdo que no quiebra ninguna resistencia de
la burguesía ni le impone miedo, muy por el contrario,
es un mecanismo perverso de engaño, uno de los más
ingeniosos y hasta eficaces podríamos
decir. Esto se debe a que bajo esta Democracia Participativa
tanto capitalistas y obreros, terratenientes y campesinos,
sectores populares, todos son iguales en cuanto ciudadanos.
Así se crea la ilusión en los trabajadores
de un derecho ideal a influir en los destinos
de la cosa pública.
El
Presupuesto Participativo: administración
de la miseria y el engaño
Esto
es lo que explica porqué la burguesía lo acepta
tranquilamente, ya que el Presupuesto Participativo
no cuestiona ni lleva a cuestionar en absoluto su poder
político y económico. Incluso es utilizado
como manera de administrar la propia falencia de las arcas
capitalistas municipales y estaduales. En tiempos
de crisis económica y de escasez de recursos, discutir
el Presupuesto con la población se volvió
una misión espinosa para los gobernantes. Las
alcaldías están sin dinero para invertir.
Una salida es envolver a la población en la discusión
del conjunto del Presupuesto. La sociedad debe decidir lo
que es prioridad: ¿construir escuelas, puestos de
salud o asfaltar calles?11. Esto es lo que explica
que muchos partidos de la burguesía, incluso los
de derecha, apliquen tal política. Actualmente los
municipios como los estados atraviesan fuertes crisis fiscales,
y el Presupuesto Participativo ha sido planteado
como un mecanismo para ayudar a resolverlos, como siempre
en detrimento de los trabajadores. Y esta es una cuestión
que ni el propio PT niega. El actual Secretario de Hacienda
de Rio Grande do Sul, miembro de la Democracia Socialista
(Secretariado Unificado), Arno Augustín afirma que:
Las experiencias democráticas existentes en
el país, como es el caso del presupuesto participativo,
demuestran una mejora de la eficiencia y resultados fiscales
animadores. La Alcaldía de Porto Alegre, por ejemplo,
salió de un déficit de más de 35% y
de un gasto en personal de 98% para una situación
de equilibrio fiscal, alcanzada por medio del aumento de
ingresos propios. Esto por su parte, posibilitó una
reducción del gasto con el personal de más
de 30 puntos porcentuales, después de 10 años
de participación popular. Gracias a experiencias
como esa, existe un reconocimiento internacional de que
el gasto público es más eficiente cuando es
hecho en las esferas más próximas de la población.12
Sin ningún tipo de vacilación, revela abiertamente
el despido de empleados públicos y la baja real de
los salarios para la reducción del déficit.
Así tenemos que hoy el desempleo es sumamente mayor
que en los últimos ocho años, y según
las últimas estadísticas llega al 17% sólo
en la capital del Estado. Los despidos en el último
período alcanzan casi 100.000 trabajadores aunque
la industria crece en una media mayor que la nacional. Así
cualquier gobierno reduce su déficit. Durante el
mismo período en el plano estadual se dan grandes
incentivos a las multinacionales, prácticamente 5
mil millones de dólares, paga religiosamente la deuda
con los banqueros que alcanza los 800 millones al año,
permitiendo la evasión de impuestos de los capitalistas,
que alcanza según estimaciones 3 mil millones de
dólares. Mientras al trabajador se le recarga cada
vez más con impuestos, que es de donde proviene en
gran parte el aumento de los ingresos
propios.
El
reconocimiento internacional, como afirma, viene de organismos
imperialistas como las Naciones Unidas hasta órganos
financieros internacionales, pasando por gobiernos capitalistas
europeos como el francés, dan fuerte apoyo a este
tipo de políticas. Para el Banco Mundial es
una de las experiencias más positivas e innovadoras
surgidas en América Latina. La participación
de la comunidad en la discusión de las inversiones
públicas es una postura moderna de gobierno que comienza
a despertar interés en diversos países. El
Banco Mundial tradujo el libro del alcalde de Porto Alegre,
Tarso Genro, sobre el tema para el español y hubo
una gran demanda... (Es positivo) porque desmitifica el
modelo de gobernar y el manejo de los recursos públicos.
Y es una forma moderna porque transforma democracias representativas
en participativas.13 Con despido y desempleo, cómo
no van a dejar de reconocer estos órganos imperialistas
esta experiencia como una de las mejores
prácticas de gobierno.
Pero
veamos también como las propias empresas se integran
en este proyecto de Presupuesto Participativo,
demostrando que todos participan. En el Estado
de Rio Grande do Sul y su capital, Porto Alegre, la importante
empresa de Telecomunicaciones CRT (Compañía
Riograndense de Telecomunicaciones), decidió que
a partir de este año, participará en las reuniones
de las instancias de esta Democracia Participativa.
Así sus directivos afirman que la CRT entendió
que esas reuniones serían un foro más adecuado
para que los planes de expansión de la empresa sean
ajustados... Es una iniciativa simple y de bajo costo...
Un buen ejemplo a seguir por empresas y gobiernos.14
Ellos muestran su seriedad, observando que el Presupuesto
Participativo se puede transformar en una manera eficaz
de incrementar sus ganancias, evitando con antelación
posibles conflictos frente a los nuevos aumentos en las
tarifas telefónicas.
Pero
si ya las instancias del Presupuesto Participativo,
son simples órganos de trabajo, es decir no deliberan
ni ejecutan ya que solamente sugieren, otra gran mentira
es que los sectores populares tienen el control sobre los
recursos públicos y ellos definen dónde
y en qué se invierte. Existe un presupuesto dado
de la municipalidad, sujeto a los mecanismos del FMI, del
imperialismo y del gobierno federal, miserable ya de por
sí. De éste, un pequeño porcentaje,
que oscila entre el 10 y el 15%, es usado por este mecanismo.
Pero quien define en verdad, quien legisla y ejecuta continúan
siendo los aparatos del Estado, tanto en el ámbito
estadual como municipal, tanto los ejecutivos como las Cámaras.
La crítica de que el Presupuesto Participativo
restringe el trabajo del legislativo es toda una farsa ya
que la mayoría de las veces los concejales, cuando
es en el ámbito municipal, participan de las reuniones
de sus instancias en los barrios, adelantándose a
sus discusiones y propuestas. De ahí que este mecanismo
petista sea una forma importante para el mantenimiento de
sus comités electorales, incentivando un nuevo clientelismo
político, con promesas para ganar votos. Pero las
discusiones que predominan en el Presupuesto Participativo
son sobre proyectos de pavimentación de calles y
pequeñas obras sanitarias. Conseguir la construcción
de una escuela o una ampliación de un puesto de salud
es una rareza. En las reuniones del Consejo del Presupuesto
Organizativo, los funcionarios de la Alcaldía
y el presidente de la mesa (que suele ser el coordinador
del gabinete de Planificación de la Alcaldía
y que responde directamente al alcalde), aprovechan los
pedidos para transformarlos en choques entre líderes
comunitarios.15 Pero en realidad se los trata de convencer
de que el Estado no dispone de presupuesto suficiente para
atender todas sus demandas, donde se intenta eliminar por
tanto cualquier tendencia de enfrentamiento con la burguesía.
Pero el reformismo brasileño, además de utilizar
la Democracia Participativa como política
eficaz para administrar el capitalismo, se presenta como
alternativa para aplicar los planes anti-populares intentando
evitar conflictos, porque conoce bien a la clase
obrera y las masas, impidiendo que su insatisfacción
resulte en luchas que no controlen. Este reformismo tiene
una gran escuela con los sectores populares de los años
ochenta y sabe que esos movimientos se pueden ligar a los
trabajadores y superar límites (como se observó
en la rebelión popular en el 83 -bajo gobierno de
Montoro en San Pablo) con saqueos en unidad con los desempleados.
La tal participación ciudadana tiene
todo el objetivo central de impedir que las masas aprendan
a reconocer sus fuerzas y busquen salidas independientes.
DEMOCRACIA, ¿PARA QUÉ CLASE?
Si
democracia representativa es aquel régimen
en el cual la cosa pública es administrada
por representantes elegidos por el mecanismo
electoral del voto universal y secreto, Democracia
Participativa se dice que es la participación
directa en el manejo de la cosa pública
por los ciudadanos, incluso hablando de democracia
directa: el Presupuesto Participativo es un proceso
de democracia directa, voluntaria y universal, en que la
población puede discutir y decidir sobre el presupuesto
público y las políticas públicas.16
Ya hemos expuesto la falsedad de estos postulados, y de
que las verdaderas decisiones y el poder real está
en otros lugares. En verdad, en los Consejos Populares
de la Democracia Participativa, el pueblo
ni legisla ni ejecuta, transformándose
en una nueva falacia, más perfeccionada eso sí,
de engaño de los trabajadores. Esto es lo que explica
porqué este tipo de democracia que se
dice diferente de la representativa es totalmente
aceptable por la burguesía. Si atentase contra sus
intereses, como mínimo las clases dominantes opondrían
una férrea oposición, cuestión que
muy por el contrario es aplaudida por los sectores burgueses
más lúcidos como forma de control más
perfeccionado de los sectores subalternos, como ya explicamos
más arriba.
Como
el pueblo no legisla ni ejecuta
directa o indirectamente, los organismos construidos a través
de la política de Democracia Participativa
no son más que simples cuerpos de trabajo para hacer
sugerencias. Cumpliendo, eso sí, el papel de cooptar
al movimiento obrero y popular, atándolos de esa
manera al aparato estatal. Pero la falacia radica en otra
cuestión de fondo. La sociedad moderna, es decir,
burguesa, reposa sobre el trabajo asalariado que oculta
la dominación de la burguesía propietaria,
bajo la libertad e igualdad aparente entre las personas.
Pero En las condiciones reales de la vida, en las
condiciones sociales, en las costumbres, los hombres son
cada vez más desiguales: aquí la acumulación
de riquezas inmensas, allí una miseria sin esperanzas.
Pero, en la estructura periódica del Estado, estas
terribles contradicciones desaparecían; en ella sólo
se encuentran sombras legales desprovistas de cuerpos.17
De donde adviene bajo la apariencia simétricamente
ilusoria de derechos políticos iguales: la democracia
se basa en el asalariamento y la igualdad política
en la desigualdad social. Engels enfatiza: el moderno
estado representativo es un instrumento de explotación
del trabajo asalariado por el capital. Al decir de
Marx el Estado representativo moderno, espiritualista,
democrático, (está) basado en la esclavitud
emancipada, en la sociedad burguesa.18 En las repúblicas
antiguas el trabajo productivo era función de los
esclavos, en la sociedad burguesa en los esclavos libres
asalariados. Lenin reafirma que en el más democrático
estado burgués, las masas oprimidas se deparan a
cada paso con la contradicción flagrante entre la
igualdad formal, que la democracia de los capitalistas
proclama, y los millares de limitaciones y subterfugios
reales que hacen de los proletarios esclavos asalariados.
Es precisamente esta contradicción que abre los ojos
a las masas ante lo podrido, la falsedad e la hipocresía
del capitalismo.19
Entonces,
la cuestión central es que la democracia
es una forma de Estado. Si antes los teóricos reformistas
nos hablaban de una democracia pura, ahora han
inventado el término de Democracia Participativa
en plena decadencia capitalista. Pero es que, dándole
el nombre que quieran, la democracia burguesa, siendo
un gran progreso histórico en comparación
con la Edad Media, continúa siendo siempre y no puede
dejar de seguir siendo bajo el capitalismo -estrecha, amputada,
falsa, hipócrita, paraíso de los ricos, una
trampa y un engaño para los explotados, para los
pobres.20
Es
por eso que discutimos, ¿democracia para qué
clase?, ya que no existe igualdad entre explotados y explotadores.
Así como existía una democracia esclavista
en las repúblicas antiguas, en el reinado de la burguesía
tenemos una democracia patronal. El carácter de la
democracia está asociado al carácter de clase
que controla el Estado. Por eso para sustentar esta política
se introduce el discurso de participación ciudadana,
ciudadanía o ciudadanización según
las latitudes de donde se hable, resucitado como necesidad
política a finales de la Segunda Guerra Mundial,
pero deformado en el contenido político que tenía
durante las revoluciones burguesas que barrieron el feudalismo21.
No debatiremos en este texto sobre esta cuestión,
no porque exceda al presente trabajo, sino porque es cosa
obvia en la práctica para cada trabajador: él
sabe muy bien que él mismo no es igual al patrón,
aunque desconozca el aspecto teórico de que la sociedad
no está compuesta por ciudadanos, sino por clases
sociales, su condición de asalariado lo lleva a la
comprensión práctica de este problema, fundamentalmente
en los períodos agudos de la lucha de clases, como
las huelgas políticas, y hasta en las económicas.
Esta idea resucitada por el PT con mucha fuerza, no pasa
de la política utópica de lograr
el acceso de los sectores populares a los derechos sociales
básicos que lleven a integrar a los sectores más
pobres a la sociedad capitalista. Cuestión que no
va ni un milímetro más allá de la Declaración
de los Derechos Universales del Hombre, carta máxima
de la revolución francesa, donde se respeta el derecho
a la propiedad privada y por tanto el hombre que se retrata
es el hombre egoísta de la sociedad burguesa. La
vida política, comenta Marx, se proclama
un simple medio, cuyo fin es la vida de la sociedad civil.
Pero es el propio PT que excluye cada vez más
con su política de administrar los negociosos
capitalistas aplicando las políticas recetadas
por el neoliberalismo, basta observar las privatizaciones
y los paquetazos en las administraciones petistas.
En
la Democracia Participativa: Los explotados
continúan pobres y los ricos continúan viviendo
de la explotación
Lo
peor de todo, es que los sectores más de izquierda
de este proyecto lo aclaran: el Frente Popular y las
fuerzas socialistas que lo componen tienen conciencia de
los límites de la democracia representativa. Saben
que la condición de ciudadanía aún
no fue alcanzada en la mayoría de los países
subdesarrollados- no elimina el carácter de clase
de la sociedad ni la insuficiencia de una democracia basada
en la mera igualdad política jurídico-formal.
Los explotados continúan pobres y los ricos continúan
viviendo de la explotación.22 ¿Tener
conciencia de los límites? Ya vimos que no es un
problema de límites, sino de clase. Pero justamente
de esto es lo que se trata, de terminar con que los explotados
continúen pobres y los ricos continúen viviendo
de la explotación, si no, para qué participan
los sectores oprimidos. Pero para sus inspiradores se trata
de luchar por la condición de ciudadanía,
entendida aquí como democracia plena
no alcanzada por los países subdesarrollados
y sí en los países desarrollados.
Pero lo que no se ve aquí, es lo que se señalaba
para las grandes metrópolis ya en los años
treinta: La burguesía de las metrópolis
ha sido capaz de asegurar una posición privilegiada
para su proletariado, especialmente para las camadas superiores,
mediante el pago de algunos súper beneficios obtenidos
de las colonias. Sin eso sería completamente imposible
cualquier tipo de régimen democrático estable.
En su manifestación más desarrollada la democracia
burguesa fue, y sigue siendo, una forma de gobierno de las
más aristocráticas y más explotadoras.
La antigua democracia se basaba en la esclavitud; la democracia
imperialista se basa en las colonias.23 Mucho se habló
del advenimiento de la democracia después de las
caídas de las dictaduras en América Latina,
y la necesidad de su estabilidad, pero después
de más de una década puede observarse una
mayor expoliación de las masas oprimidas y una sangría
masiva de inmensos recursos para los países centrales
combinándose con una restricción cada vez
mayor de las conquistas democráticas de los trabajadores
en su lucha contra las dictaduras, combinándose gobiernos
bonapartistas o semi-bonapartistas con democracias burguesas
degradadas. El régimen brasileño, con una
fuerte actuación por decreto del gobierno, se combina
con una fuerte represión a las luchas populares y
asesinatos directos tanto en la ciudad como en el campo.
Lo alcanzado en los países desarrollados
en cuanto democracia está sobre la base
de la expoliación de millones de trabajadores en
las semicolonias, con lo cual la burguesía nativa
concuerda y es parte.
Una
cosa es luchar por las grandes reivindicaciones democráticas
de las masas, como la reforma agraria radical, el derecho
a la autodeterminación para los pueblos indígenas
y negros, la defensa de las libertades democráticas
y por la extensión de estas mismas, que tienen un
papel importantísimo para el desarrollo de la movilización
revolucionaria de las masas obreras y campesinas como palancas
hacia el poder político. Pero desde el punto de vista
de los intereses del proletariado -que es el que nosotros
adoptamos- en la época de decadencia capitalista
para que las clases dominantes sean obligadas a hacer concesiones
serias es necesario quebrar su voluntad, no se puede llegar
a esto más que mediante una ofensiva revolucionaria:
La tesis marxista general: las reformas sociales no
son más que los subproductos de la lucha revolucionaria,
en la época de la declinación capitalista
tiene la importancia más candente e inmediata. Los
capitalistas no pueden ceder algo a los obreros, más
que cuando están amenazados por el peligro de perder
todo. Pero incluso las mayores concesiones de
las que es capaz el capitalismo contemporáneo (acorralado
él mismo en un callejón sin salida) seguirán
siendo absolutamente insignificantes en comparación
con la miseria de las masas y la profundidad de la crisis
social.24 Así, por ejemplo, incluso las más
elementales demandas democráticas formales, como
las actuales libertades democráticas, no fueron producto
de simples concesiones de la burguesía brasileña.
Estas fueron subproducto del terror ante el proletariado
durante el más grandioso auge proletario vivido a
finales de los setenta y principio de los ochenta, que amenazaba
transformarse en revolucionario. En ese período,
fueron las direcciones oficiales del movimiento de masas,
el naciente PT y la CUT, que se negaron a una política
hasta el final para conseguir una caída revolucionaria
de la dictadura militar negándose incluso a levantar
la consigna Abajo la dictadura, encarrilando
el movimiento y limitándolo a una transición
negociada desde afuera. Esto demuestra, por la negativa,
que sólo el proletariado, como caudillo de todos
los sectores explotados y oprimidos, puede luchar hasta
el final destronando a la burguesía y rompiendo con
el imperialismo, si lo que se quiere es terminar con la
miseria de las masas y la actual crisis social. He
aquí porqué la más inmediata de todas
las reivindicaciones debe ser reivindicar la expropiación
de los capitalistas y la nacionalización (socialización)
de los medios de producción. ¿Qué esta
reivindicación es irrealizable bajo la dominación
de la burguesía? Evidentemente. Por eso es necesario
conquistar el poder.25
Ya no se trata de limitarse a cambios en el
régimen democrático burgués como proponen
los aduladores de la Democracia Participativa,
en el cual los trabajadores se limiten a luchar por más
espacios en la democracia patronal, sino de la estrategia
revolucionaria de la conquista del poder por la clase obrera.
Pero los reformistas transforman como un fin en sí
mismo las cuestiones democráticas formales dentro
de la sociedad capitalista, utilizándolas de esta
manera como una soga al cuello de los trabajadores, sugiriendo
la idea de que un mejoramiento duradero puede ser obtenido
en los marcos del régimen actual, manteniendo así
el sistema de explotación: Los explotados continúan
pobres y los ricos continúan viviendo de la explotación.
Parafraseando a Trostky, podemos afirmar que la reciente
experiencia histórica, como el análisis teórico
lo confirma, que el desarrollo de una democracia y su estabilidad
están en proporción inversa a las tensiones
de las contradicciones de clases. Demos una simple
mirada sobre países como Ecuador, Bolivia y Argentina.
Sin embargo, lo que importa, concluyen los mentores,
es retomar el viejo dilema de cómo construir
y garantizar una democracia concientizadora y transformadora
de sí misma, recalcando que es una importante
lucha por el socialismo. ¿Pero es que la democracia
en cuanto forma de Estado se puede transformar a sí
misma? Ya hablamos de cuan falso es este postulado. Pero
cuando esta gente nos habla de socialismo es
planteándolo como una lejana nebulosa a ser alcanzada
en un futuro incierto. Es decir, usando un lenguaje popular,
no es más que un saludo a la bandera.
La ampliación de la democracia, entendida
por estos sectores como el acceso a la condición
de ciudadano de los sectores más pauperizados
(o los excluidos, como ellos suelen llamar)
no apunta ni siquiera a cambios estructurales democráticos,
mostrándose como falsarios vendedores de ilusiones.
Cuando nos hablan de ampliación de la democracia
nos están hablando de una valorización
de la actividad parlamentaria... promoviendo la ética
y restableciendo el Congreso como centro de grandes debates
nacionales y de formulación de políticas públicas26,
es decir a un fortalecimiento de la democracia patronal.
Aquí
ni siquiera se trata de la vieja utopía, también
reaccionaria, de la vía pacífica al
socialismo llevada a cabo por el estalinismo, que
se demostró repetidas veces falsa, desgraciadamente
sobre formas trágicas y con tristes consecuencias
para los sectores explotados. La experiencia chilena de
la vía pacífica está para
corroborarlo, y fue una demostración concreta de
cómo los estalinistas junto a los socialistas se
negaron a la aplicación de la acción y la
democracia directa de las masas, cuando colocaron todas
sus fuerzas y hasta físicas para desmantelar la rica
experiencia de los cordones industriales (verdaderos
órganos de poder obrero que supo construir el proletariado
chileno) en defensa de la participación popular.
Pero ahora nos hablan de Democracia Participativa,
donde la palabra socialismo aparece como un
lejano deseo. Sería mejor alcanzar ese objetivo
de una manera pacífica, gradual, democrática.
Pero el orden social que ha sobrevivido a sí mismo
no cede nunca su puesto a su sucesor sin resistencia. Si
en su época la democracia joven y fuerte demostró
ser capaz de impedir que la plutocracia se apoderase de
la riqueza y del poder, ¿es posible que una democracia
senil y devastada se muestre capaz de transformar un orden
social basado en el dominio ilimitado de sesenta familias?
La teoría y la historia enseñan que la sustitución
de un régimen social por otro presupone la forma
más alta de la lucha de clases, es decir, la revolución.
Ni siquiera la esclavitud pudo ser abolida en los Estados
Unidos sin una guerra civil. La fuerza es la partera
de toda sociedad vieja y preñada de una nueva.
Nada ha sido capaz, hasta ahora, de refutar este principio
básico de Marx en la sociología de la sociedad
de clases. Solamente una revolución socialista puede
abrir el camino al socialismo.27, sostenía
Trostky.
De
aquí lo perverso de esta política cuando proviene
de sectores que hasta se reivindican trotskistas, como la
Democracia Socialista (DS) del Secretariado Unificado
de la IV Internacional. Trostky señalaba que
la democracia, como régimen político,
es tanto más inquebrantable, más acabada,
mas firme cuanto más la masa pequeño-burguesa
de las ciudades y de los campos, insuficientemente diferenciada
del punto de vista de clase, ocupa mayor espacio en la vida
social.28 Justamente de esto trata la política
de Democracia Participativa, donde se intentan
conciliar intereses antagónicos, un engaño
vil que por tanto no lleva más que a fortalecer el
régimen de dominación burguesa con los nuevos
mecanismos de control de los sectores explotados. Pero la
verdad es que la democracia y sus ámbitos son lugares
donde apenas se habla con la finalidad especial de
engañar a la gente simple, mientras
el verdadero trabajo de Estado se hace
en los bastidores, es ejecutado por los departamentos, por
las cancillerías, por los estados mayores29.
LAS
MASAS EXPLOTADAS Y OPRIMIDAS PRECISAN DE VERDADEROS ORGANOS
DE PODER: MATERIALIZANDO LA DEMOCRACIA DIRECTA
En
contraposición a la “Democracia Participativa, la democracia
directa, es la expresión real de la democracia de los trabajadores
y las masas explotadas. Ya hemos visto cómo la “Democracia
Participativa” con su “Presupuesto Participativo” no significa
ningún poder real de los trabajadores y los campesinos pobres.
Para los marxistas revolucionarios se trata de que las masas
ejerzan el control estatal directo, imponiendo una democracia
directa. El ejemplo de la revolución rusa es superador en
este sentido donde las masas explotadas ejercieron el poder
político administrándolo directamente, como veremos más
adelante. Los soviets o consejos en esa revolución se mostraron
como “la organización directa de las propias masas trabajadoras
y explotadas, a las cuales facilita la posibilidad de organizar
ellas mismas el Estado y de administrarlo de todas las maneras
posibles... El viejo aparato burgués -el funcionariado,
los privilegios de la riqueza, de la instrucción burguesa,
de las relaciones, etc.- todo eso desaparece con la organización
soviética”.30 Aquí radica la cuestión central, si es que
se pretende acabar con esta sociedad de clases. De la necesidad
de transformarse en órganos de Estado. Por eso cuando hablamos
de democracia, no “asexuada”, sino democracia obrera, directa,
se trata, para los marxistas revolucionarios de pensar cómo
pueden las amplias masas trabajadoras ejercer el poder político.
Veamos este desarrollo, desde los primeros combates de la
clase obrera, desde su necesidad de organismos de frente
único, es decir, desde “organizaciones de combate independientes
que se adaptan más estrechamente a las tareas de la lucha
de masas contra la sociedad burguesa” (al decir del Programa
de Transición); su posterior desarrollo y maduración como
órganos de poder dual, armados de un programa político y
una dirección revolucionaria, y por fin enfrentándose exitosamente
a la burguesía y sus fuerzas represivas para reemplazar
al aparato del estado burgués. La Democracia Directa en
contraposición a la “Democracia Participativa”: De la necesidad
de organizaciones de combate independientes Una de las primeras
grandes experiencias la observamos en la revolución rusa
de 1905, en ese entonces, Trostky señalaba que: “Mediante
la huelga de octubre (la revolución) demostró que podía
desorganizar al enemigo, paralizar su voluntad y reducirlo
a la más completa humillación. Por último organizando Soviets
de trabajadores en todo el país, la revolución demostró
que era capaz de crear órganos de poder. El poder revolucionario
solo puede descansar sobre la potencia revolucionaria activa.
Cualesquiera que sean los puntos de vista personales en
el desarrollo posterior de la revolución rusa, el hecho
es que ninguna clase social, salvo el proletariado, se ha
mostrado ahora capaz y dispuesta a apoyar el poder revolucionario...
Finalmente el cuerpo representativo del proletariado asumió
la función aún no desarrollada del poder revolucionario.
Con el Soviet vemos por primera vez la aparición de poder
democrático en la historia rusa moderna. El Soviet es el
poder organizado de la masa misma sobre sus partes separadas.
Constituye la democracia auténtica, sin una cámara alta
y una cámara baja, sin una burocracia profesional, sino
con el derecho de los votantes a cambiar sus diputados en
cualquier momento a través de sus miembros –diputados elegidos
directamente por los trabajadores- el Soviet ejercita el
liderazgo directo de todas las manifestaciones sociales
del proletariado como totalidad y de sus grupos individuales,
organiza sus acciones y les proporciona un lema y una bandera.”31
(destacado nuestro). De esta manera el revolucionario ruso
saca sus conclusiones sobre los Consejos como órganos de
ejercicio de la democracia directa de la clase obrera y
de las masas explotadas del proceso revolucionario de 1905.
Aquí son los trabajadores y los campesinos pobres los que
se dan los instrumentos para expresar su propio poder. Las
formas sovietistas (o Consejos) son las que se corresponden
con las necesidades del ejercicio del poder por parte de
la clase trabajadora. “La tarea del Soviet no consistía
en transformarse en una parodia de parlamento ni en organizar
la igual representación de los intereses de los distintos
grupos sociales, sino en dotar de unidad a la lucha revolucionaria
del proletariado.”32 El surgimiento del “soviet” fue la
repuesta que la historia dio a la incógnita de cómo podría
la clase obrera ejercer su dominio sobre la base de la democracia
directa. El triunfo revolucionario de octubre de 1917 confirmaría
en la práctica lo justo de estas premisas. Este pensamiento
no tiene la más mínima comparación con la “Democracia Participativa”
y sus instancias, los “Consejos Populares”, como se le quiere
presentar, como “uno de los elementos sociales de un nuevo
proyecto para la sociedad es la consolidación de la auto-organización
de los movimientos sociales, con autonomía”33. Ya vimos
que en los “Consejos” de la “Democracia Participativa” todos
“participan” en cuanto “ciudadanos”: ciudadanos explotados
y ciudadanos explotadores. Sobre la presencia de burgueses
en los consejos de 1905 Trostky remarcaba que “los diputados
burgueses hubiesen vuelto más numeroso el Soviet pero hubiesen
sido absolutamente incapaces de hacerlo más fuerte.”34 Que
conste que está hablando aquí de un sector que aún no asumía
directamente el poder político, en ese entonces, en poder
de la autocracia zarista. La experiencia sovietista (de
los consejos) como se expresó en Rusia demuestra justamente
la manera de ejercer el poder político real, no limitado,
no cortado, sino directo. Y a lo largo del siglo XX vimos
que esta experiencia real se repitió o se planteaba permanentemente
como tendencia general en toda lucha (desde etapas embrionarias
en muchos casos, a verdaderos órganos de poder) de los sectores
oprimidos, y no por casualidad las direcciones políticas
intentaron permanentemente limitarlas, cuando no podían
desmantelarlas directamente. La democracia directa se expresa
en una necesidad política en los grandes conflictos agudos
de la lucha de clases. La “Democracia Participativa”, como
vimos más arriba, va a contramano de esto, ya que no resuelve
el problema, ni se lo plantea, de dónde está el poder político.
Esta “democracia” muestra, entonces, su verdadero rostro.
La satisfacción de las reales necesidades de las amplias
masas oprimidas, no pasa por la discusión sobre la pavimentación
de una pequeña calle en un barrio pobre o sobre las mejoras
en una escuela, que dicho sea de paso esto ya se hacía en
las viejas comunidades barriales en las sociedades de fomento
y en las sociedades de padres de familia en las escuelas
públicas, desde donde se elevaban las peticiones al gobierno
municipal. Ni en esto último, ni en lo primero, se cuestiona
el poder real, que no deja de estar concentrado en los órganos
burgueses municipales o del estado. Pero los defensores
de la “Democracia Participativa” como envoltura disfrazada
de “izquierda”, son los mismos que se oponen a la democracia
directa de las masas en los momentos más agudos de la lucha
de clases, y esto no es nuevo. Durante el mayor ascenso
huelguístico de Brasil desde la post-guerra, a finales de
los 70 y principios de los ochenta, se dio una fuerte tendencia
al surgimiento de comisiones de fábrica, expresando de una
manera clara desde el terreno de la fábrica formas embrionarias
de democracia directa que de coordinarse se hubieran transformado
en grandes formas de auto-organización obrera, o consejos.
Pero hubo una política fuerte para paralizar esta tendencia,
rápidamente abortada. Lula afirmaba: “En esas huelgas, por
ejemplo, si usted pidiese para identificar comisiones nosotros
no tendríamos como hacerlo. Fuimos buscados por varios grupos
de trabajadores aquí en el sindicato para tomar una orientación
de cómo debíamos actuar. A partir de ahí nosotros incluso,
fuimos contra la creación de comisiones y en algunas empresas
en que ellas surgieron nosotros buscamos acabar con ellas.”35
Y esto viene observándose en todo conflicto obrero o procesos
fuertes de la lucha de clases, como durante la última ola
huelguística de profesores y empleados públicos, negándose
directamente a la auto-organización y que sean los propios
trabajadores los que definan los rumbos de su lucha. Fueron
los defensores de la “Democracia Participativa” los que
reprimieron las huelgas en ciudades como Porto Alegre.
La
democracia directa en las últimas acciones de las
masas
La
auto-organización de las masas, el desarrollo de
consejos obreros, es una de las formas de conquistar la
democracia directa de las masas, fundamentalmente en las
grandes situaciones convulsivas de la lucha de clases. En
las últimas acciones del movimiento de masas latinoamericanas
se expresan fuertes tendencias hacia la auto-organización
y a la democracia directa de las masas. Pero muchos sectores
reformistas, maravillados con la Democracia Participativa
y de cómo sectores barriales discuten alrededor de
los pedidos a la municipalidad sobre la pavimentación
de una calle haciéndoles creer que ellos deciden,
no se maravillan de la misma manera con estas nuevas acciones
que comienzan a manifestarse en las luchas directas de los
trabajadores. No existen grandes artículos, tratados,
ni tesis de doctorado abordando el tema comparado con los
que se refieren a la Democracia Participativa.
De ello no se habló ni comentó, por ejemplo,
durante los eventos del Foro Social Mundial en Porto Alegre.
Pero
en países como Ecuador y Bolivia (los dos países
más convulsionados del continente, a los que ahora
se suma Argentina), las acciones que se desarrollan tienden
a cuestionar el orden burgués imperante, mostrando
que en sus luchas se desenvuelve una dinámica que
abre condiciones más favorables para impulsar la
más amplia auto-organización de las masas,
lo que lleva a superar los límites de sus actuales
organizaciones, tomando los problemas en sus propias manos.
En
el último levantamiento de Ecuador, la subjetividad
de las masas dio señales, aunque iniciales, de importantes
avances, realizando acciones más radicalizadas que
plantearon la necesidad de la superación de los límites
de las instituciones del régimen de la democracia
de los ricos. La democracia directa se expresó
en sus luchas, así por ejemplo, en una importante
acción unitaria resolvieron votar la destitución
de un gobernador (provincia de Cotopaxi) eligiendo en forma
directa como tal al presidente de la federación universitaria
local, lo que causó temor en la burguesía.
En el mismo proceso, en otra provincia, las masas ocuparon
todos los medios de comunicación y los pusieron bajo
su poder.
En
el mismo sentido se tienden a expresar las masas bolivianas.
Durante las jornadas de abril del año pasado, el
desarrollo de la Coordinadora de Cochabamba,
expresó al calor de la movilización, el frente
único de las masas en lucha, desarrollando un marco
de auto-organización democrática. En otros
países, como en las luchas estudiantiles de México,
donde se creó el Consejo General de Huelga, se pueden
ver ejemplos de auto-organización y de democracia
directa. Los piquetes en Argentina son expresiones políticas
del mismo fenómeno. Y así podríamos
continuar enumerando más casos.
Como planteaban Marx y Engels, son estas las acciones que
quiebran las acciones de la burguesía, que le inspira
miedo a los reaccionarios, que ni por motivo alguno la burguesía
le abre la más mínima oportunidad poniéndole
una férrea resistencia, como sí lo hace con
la Democracia Participativa, incluso llegándola
a copiar como modelo de una forma muy ingeniosa y
eficaz.
LOS
CONSEJOS DE OBREROS Y CAMPESINOS DE RUSIA: Un ejemplo concreto
de gobierno y de democracia directa en función de
las masas explotadas y oprimidas.
Después
de casi 12 años de aplicación de la Democracia
Participativa y la actuación de los Consejos
del Presupuesto Participativo, en momento alguno
se ha gobernado en función de los sectores explotados.
Esto demuestra las falacias de sus afirmaciones: nuestras
propuestas, nuestras prácticas de gobierno deben
ser coherentes con una estrategia transformadora y revolucionaria
y tener elementos constitutivos que la refuercen, que creen
condiciones para su efectivización... La democracia
participativa debe ser el elemento central de nuestro gobierno.
Fundamento del método de gobernar... Defensa de los
intereses materiales comunes de los trabajadores.36
Palabras y más palabras con el simple objetivo de
engañar a la persona común. En
dichos Consejos, no se delibera sobre la política
en su conjunto, sobre las deudas del municipio y el estado,
sobre la exención o no de impuestos a los capitalistas,
sobre la cuestión salarial de los trabajadores de
la ciudad, sobre un plan de obras públicas como medida
para combatir el desempleo junto a una escala móvil
de horas de trabajo, sobre el control de los trabajadores
de toda fábrica que cierre o quiebre, sobre la necesidad
de imponer fuertes impuestos progresivos a las grandes fortunas
y la suspensión del pago de las deudas externas e
internas como manera de obtener recursos para la educación
y la salud, sobre la expropiación de los terratenientes
y el reparto de las tierras a los campesinos, sobre la apertura
de los libros de contabilidad y la confiscación inmediata
a todo capitalista que intente boicotear el plan, etc. No,
ninguna medida política para la satisfacción
de las necesidades de las amplias masas.
Aún
así tienen el descaro de decir que sus Consejos
son también una forma de democracia directa, llegando
incluso a compararlos indirectamente con los Consejos de
obreros y campesinos rusos cuando afirman: En aquel
momento, el programa de gobierno del Partido de Trabajadores
proponía democratizar las decisiones de una nueva
gestión, a partir de los Consejos Populares... La
Propuesta se basaba mucho más en principios generales,
originarios de la Comuna de París y de los Soviets,
que propiamente en experiencias recogidas de la realidad
local.37 Pero veamos cuan diferentes y qué
tan lejos se encuentra la experiencia rusa de la farsa de
que nos presentan. En el período previo al gobierno
de los Consejos de obreros y campesinos en Rusia, las masas
planteaban tres grandes demandas: por el pan, por la libertad
y por la paz.38 Veamos las primeras medidas políticas
tomadas por los trabajadores y campesinos auto-organizados.
Las demandas de los campesinos pobres fueron rápidamente
resueltas. El gobierno de la revolución obrera y
campesina resolvió en primer lugar esta cuestión,
siendo una de sus medidas la expropiación de tierras:
1) La propiedad latifundiaria de la tierra es abolida
inmediatamente sin cualquier indemnización. 2) Las
propiedades de los terratenientes, así como todas
las tierras de... los monasterios y la Iglesia... pasan
a disposición de los comités agrarios....39
En Rio Grande do Sul, en cambio, el problema agrario continúa
sin ser resuelto y no se ha tomado ninguna medida a favor
de los campesinos que siguen con sus protestas y ocupaciones
en una de las regiones más ricas del país.
Mientras los Consejos del Presupuesto Participativo
ni siquiera deliberan sobre las deudas del Estado y de los
municipios, sobre el problema bancario, los soviets no sólo
deliberaban sino que ejecutaban: Son anulados los
préstamos del Estado, externos e internos... Todas
las empresas por acciones son declaradas propiedad del Estado...40,
se declaraba en sesiones de las masas auto-organizadas.
En la Democracia Participativa se le oculta
a los trabajadores las cuestiones de Estado,
los tratados bilaterales o multilaterales incluso en el
ámbito estadual con otros países, las reales
negociaciones con las empresas capitalistas extranjeras
y nacionales, etc., todos regidos por acuerdos y la diplomacia
secreta. En cambio, los trabajadores y campesinos en el
ejercicio del poder político dieron por terminadas
estas prácticas de los capitalistas. Así el
secreto comercial fue inmediatamente abolido, y la diplomacia
secreta fue tirada por tierra; esto fue claro por ejemplo
con relación a los tratados de la Rusia, tanto de
los zares como de los mencheviques, con las naciones imperialistas,
en función de la Gran Guerra: El gobierno da
por abolida la diplomacia secreta, expresando por su parte
la firme intención de conducir todas las negociaciones
de modo completamente abierto, frente a todo el pueblo,
procediendo inmediatamente a la publicación integral
de los tratados secretos, ratificados o establecidos por
el gobierno de los terratenientes y de los capitalistas...
El gobierno declara incondicional e inmediatamente anulado
todo contenido de esos tratados secretos...41
En el Prepuesto Participativo los trabajadores
tampoco deliberan sobre el conjunto de la economía
del estado, sobre el control de las empresas que despiden
trabajadores con el argumento de la caída de la producción
o por quiebra. Es decir no tienen ninguna participación
activa en los destinos del estado o municipio. A diferencia
de esto, la democracia directa de los consejos de obreros
en la experiencia de los soviets, ejercían sus funciones
y controlaban directamente la producción. Pero para
lograrlo, una de sus primeras medidas fue el control obrero
de la producción: Es introducido el control
obrero sobre la producción, conservación y
compra-venta de todos los productos y materias primas, en
todas las empresas industriales, comerciales, bancarias,
agrícolas y otras con un número de obreros
y empleados (en conjunto) no inferior a cinco personas...
Ejercerán el control obrero todos los obreros y empleados
de la empresa... Todos los libros y documentos sin excepción,
así como todos los almacenes y reservas de materiales,
herramientas y productos sin cualquier excepción,
deben ser abiertos a estos representantes electos.42
Esta experiencia concreta de gobierno de los trabajadores,
de la democracia directa, donde se legisla y se ejecutan
las leyes al mismo tiempo, es inigualable hasta hoy en la
medida en que se gobierna para las amplias masas explotadas
a la cual la burguesía ofrece una seria resistencia,
y para imponer tales medidas hasta el fin es necesario quebrar
dicha resistencia.43 Podríamos enumerar toda una
serie de medidas que iban en el sentido de satisfacción
de las necesidades de las amplias masas, pero bastan estos
ejemplos donde se demuestra que los trabajadores no sólo
participan sino que tienen el poder real en sus manos. Así
Lenin afirmaba, incluso en el período antes de la
toma del poder, que para ser verdaderamente revolucionaria
la democracia de la Rusia actual debe encaminarse en estrecha
unión con el proletariado, apoyando su lucha como
única clase revolucionaria hasta el fin.44
A
MODO DE CONCLUSION :
a)
Sobre la miseria del reformismo
de la Democracia Participativa
Porto Alegre fue presentada como la nueva Meca
de la izquierda en el FSM como afirmamos al inicio del presente
trabajo, por eso se hablaba de la articulación
con la izquierda en Caracas Venezuela;
el Frente Amplio en Montevideo Uruguay; el FMLN gobernando
la ciudad de San Salvador El Salvador; el FrePaSo
administrando la ciudad de Buenos Aires Argentina;
caminos queriendo ser imitados en ciudades como
Asunción, La Paz, etc. Estuvimos en Caracas,
Venezuela, participando del Seminario Internacional Sistemas
de Integridad Municipal en América Latina.
Con la presencia de cerca de 20 ciudades de México,
Colombia, Bolivia, Ecuador, Paraguay, Chile, El Salvador
y de la propia Venezuela, nos cupo a nosotros el honor de
hablar sobre la experiencia de Porto Alegre con relación
a la democracia participativa. En la ocasión, representantes
de las ciudades de San Salvador, Asunción y La Paz
afirmaron que tienen como referencia la experiencia de nuestro
Presupuesto Participativo, caracterizando la influencia
ejercida hoy por la capital gaúcha en el contexto
de la América Latina contemporánea.
45
A
los aduladores latinoamericanos de la Democracia Participativa
se suman también otros sectores como la izquierda
plural francesa, llevando la voz cantante en ese país
el periódico Le Monde Diplomatique, entre otros sectores
europeos. Pero hemos visto cómo el modelo
que se opone como alternativa al neoliberalismo
no es más que remedos de viejas políticas
reformistas de manos vacías. Los llamados logros
de esta política no son más que miserables
subterfugios de engaño que para nada se han manifestado
como una mejora material en la vida desgraciada de las masas
explotadas. Nuevas investigaciones vienen mostrando por
ejemplo cómo Porto Alegre viene cayendo en cuanto
a condiciones de vida, desigualdad de la renta, aumento
del desempleo y las mayores dificultades para acceder al
trabajo, aunque manteniendo una posición mejor con
relación a muchas capitales brasileñas, cuestión
que casi siempre fue así, incluso antes de los gobiernos
petistas (lo que tiene que ver con el desarrollo desigual
del país).46 Si Porto Alegre ejerce alguna influencia
como modelo para el resto de las ciudades latinoamericanas,
poco y nada pueden esperar los trabajadores de lo que el
reformismo del continente les está prometiendo como
futuro... Un modelo al que ni a los propios trabajadores
y campesinos pobres de Rio Grande do Sul entusiasma. Muchos
de ellos protestando, por ejemplo, porque no hay dinero
para la educación y para el aumento de salarios de
profesores, mientras ven que el propio Olívio Dutra
sí asume sus compromisos con los banqueros. Este
reformismo de manos vacías, ni se compara con viejos
reformistas que por lo menos conseguían arrancar
migajas de las mesas de los capitalistas para repartir,
y por esa vía mejor controlar a los trabajadores.
El de la Democracia Participativa no es más
que un reformismo de bajo vuelo.
b) La política del centrismo con relación
al Presupuesto Participativo
Lo
que no puede sorprender es cómo se ubica el centrismo
frente a la Democracia Participativa con su
Presupuesto Participativo. El PSTU, por ejemplo,
luego de criticar los límites de esta política,
siempre encuentra explicaciones de cobertura de izquierda
para cederle, afirma: nosotros defendemos la participación
de las instancias del Presupuesto Participativo, donde funcione
con apoyo de las masas.47
De nada sirve entonces que el PSTU48 critique esta política
afirmando hasta que es una forma de atar al aparato estatal
a las organizaciones sindicales y populares, si siempre
con el pretexto del apoyo de las masas, termina
entrando en la política petista, participando con
consejeros propios en los Consejos del Presupuesto.
Por
su parte la CST49, actuando como corriente interna del PT,
va un poco más lejos cuando afirma a través
de uno de sus principales portavoces, Luciana Genro: es
necesario profundizar el avance que significa el Prepuesto
Participativo. Además de ser una forma de participación
democrática de los trabajadores y de la población
sobre los recursos del Estado, el Presupuesto Participativo
debe, fundamentalmente, ser un mecanismo de movilización
contra FHC y el FMI50 ¿De qué avance
nos hablan? Esta gente embellece lo que los propios ideólogos
del Presupuesto Participativo niegan. Ya vimos
cómo es utilizado incluso para sanear las cuentas
públicas y descargar sobre los trabajadores la crisis
de los déficit fiscales. Ya hemos explicado en qué
forma y para qué son llamados los trabajadores a
participar en esta política, lo que significa que
ya de entrada no es un instrumento para la lucha por la
independencia política de los trabajadores y mucho
menos para una política consecuente contra el gobierno
de FHC y el FMI, que tendría que ser también
contra la política de los gobernadores del PT, que
también aplican los planes anti-populares.
Lejos de presentarse como una alternativa independiente
de la clase obrera, se suman a esta política siempre
buscando el aspecto progresivo o porque las
masas lo apoyan. Lo que no quiere ver el centrismo
es que esta política busca institucionalizar todo
aspecto de lucha de los trabajadores, negándose a
denunciar esta maniobra que arma el PT y a levantar un programa
de acción revolucionaria que se encamine hacia el
desarrollo de los organismos de las masas en lucha. Ellos
prefieren aliarse con los propios sectores de la izquierda
petista y evitar que surja cualquier lucha en el camino
de la independencia de clase, adaptándose a los impulsores
del Presupuesto Participativo. Las tibias críticas
del PSTU son sólo palabras en el aire al participar
en forma plena con sus consejeros las instancias de esta
política, demostrando que sus declaraciones sólo
sirven de cobertura de izquierda para construir bloques
reaccionarios. Las exigencias que le hacen estos
sectores al reformismo de que gobierne para los trabajadores,
no hacen más que sembrar ilusiones en que los gobiernos
petistas puedan romper con el capitalismo.
Al sustituir cualquier política principista por la
diplomacia, por ejemplo con la izquierda del PT, niegan
el principio revolucionario de decir las cosas como son.
Fue así, por ejemplo en Porto Alegre, durante el
Forum Social Mundial, cuando se negó a combatir en
concreto a la política del PT y desenmascarar el
Presupuesto Participativo. Ahí demostraron
cuán cómodo se sienten debatiendo en los foros
como en el elegante centro de eventos de las Universidad
de Porto Alegre o en su Cámara de Concejales, mostrando
su preferencia por el parlamentarismo que tanto envidia
de los reformistas. Como decía Trotsky: es
errado creer que para el cretinismo parlamentario se necesita
de un parlamento; basta una tribuna oculta, un foro distante
de la lucha donde se pronuncian falsos discursos, se levantan
fórmulas estériles y se concretizan alianzas
de un día.51 Negándose de esta manera
a la lucha por la democracia directa y por la independencia
política de los trabajadores, y a pelear por construir
un fuerte partido revolucionario cuarta-internacionalista
y de combate, como parte de la construcción del Partido
Mundial de la Revolución Socialista, la Cuarta Internacional.
c)
Un método para ayudar a las masas a agotar la experiencia
con la democracia burguesa
Somos
firmes partidarios de la república obrera, que será
mil veces más democrática que la más
democrática y participativa de las repúblicas
burguesas. Sólo el gobierno de la clase obrera, apoyado
en los campesinos y el pueblo pobre, puede brindar una democracia
real a las decenas de millones de explotados. Que será
real y no un engaño porque se basará en la
propiedad social de los medios de producción y en
una profunda revolución agraria; en la democracia
directa de las masas obreras, campesinas y populares a través
de sus propias organizaciones, y en la incorporación
de las mismas a la administración efectiva del Estado.
Sin embargo, los trotskistas no somos indiferentes a las
profundas aspiraciones democráticas de las masas
populares. El andamiaje de las instituciones de la República
Federal, está consagrado a la defensa de la gran
propiedad y a ejecutor la voluntad de la burguesía,
los latifundistas y el imperialismo. Sus mecanismos restringen
los derechos democráticos de las masas, las libertades
formales que consagra la Constitución,
desde la libertad de prensa a la de reunión, son
negadas por la desigualdad real entre explotadores y explotados.
En consecuencia, estamos por enfrentar con la movilización
las permanentes tendencias autoritarias del Estado burgués:
todo intento de la burguesía de recortar aún
más las libertas políticas y de organización
de las masas, de reforzar el autoritarismo y la represión,
o de avanzar hacia un régimen bonapartista.
Levantamos las consignas democrático-radicales que,
haciéndose eco de las aspiraciones profundas de las
masas, permitan acelerar la experiencia con el régimen
democrático burgués y el parlamentarismo,
y ayuden a la clase obrera a ganarse a las capas medias
empobrecidas y a las masas trabajadoras más atrasadas
que guarden ilusiones en una democracia más
amplia.
Nos apoyamos en el método que Trotsky aconsejaba
en el Programa de Acción para Francia cuando escribía:
pedimos a nuestros hermanos de clase que adhieren
al socialismo democrático que sean fieles
a sus ideas: no se inspiren en las ideas y los métodos
de la tercera república sino en los de la Convención
de 1793.52 Levantando consignas para luchar contra
las instituciones más reaccionarias, como el Senado
y la Presidencia de la República, con medidas radicales
como la elección de los diputados sobre la
base de asambleas locales, constantemente revocables por
sus constituyentes y recibiendo el salario de un obrero
especializado.53
Medidas como ésta, en el marco de un programa transicional,
ayudan a educar políticamente a las masas y acercarlas
a la necesidad de autoorganización obrera y la democracia
directa, facilitando el camino hacia la revolución.
En el Brasil de hoy, esto significa levantar, como parte
del programa obrero, las medidas democrático-radicales
dirigidas contra las instituciones reaccionarias de la República
Federal, a los gobiernos estaduales con su Policía
Militar, a los poderes de la Presidencia y al Congreso,
a la Constitución en que se basa el régimen
que defienden desde FHC hasta Lula.
La falsa democracia concientizadora y transformadora
de sí misma que se propagandiza desde Porto
Alegre no conduce a la ampliación de la democracia
para las masas pobres sino a embellecer a la democracia
patronal y desarmar a los trabajadores para una lucha independiente
contra el régimen reaccionario.
El método propuesto por Trotsky, y al que el PSTU
renuncia al adaptarse al presupuesto participativo,
es el único método progresivo para plantear
los problemas democráticos en torno a medidas capaces
de llevar a las masas hacia delante en vez de hacerlas retroceder.
De esta forma la lucha por una democracia amplia facilitaría
la lucha por un gobierno obrero 54 |
1
. En forma sintética señalemos que la llamada
Democracia Participativa tiene como sus instancias
el Presupuesto Participativo, los Consejos
Municipales, los Consejos Escolares y
otros variados foros incluyendo plebiscitos y referendos.
Pero su aspecto nodal es el Presupuesto Participativo,
que según sus inspiradores es una forma de democratizar
las decisiones sobre cómo aplicar los recursos públicos,
en donde se darían diversos canales de participación
directa de la población, en donde se supone
que las personas tienen derecho de establecer
las prioridades y jerarquías de servicios y
obras que entienden más importantes.
En el caso de Porto Alegre, la ciudad se divide en 16 regiones
que a su vez se subdividen en decenas de micro-regiones
y cinco reuniones plenarias por grandes temas del Presupuesto.
El proceso comienza en marzo con la prestación
de cuentas de las obras del año anterior y
con la entrega del Plan de inversiones del año en
curso. En la primera fase se dan ya las elecciones
de delegados que se responsabilizan junto
a la Alcaldía en abrir el proceso de reuniones en
villas, barrios, micro-regiones, hasta una segunda ronda
de reuniones en junio y julio, donde se articulan
las propuestas aprobadas en cada área o región.
En estas nuevas reuniones son elegidos los consejeros
dos por cada región temática- que componen
el Consejo Popular de 42 miembros y 42 suplentes.
El Consejo junto con el gobierno ordena y sistematiza
las decisiones que salieron de la base en la
elaboración de la Ley del Presupuesto que es
enviada a la Cámara Municipal al final del
año.
2. Pont, Raul. Construyendo la Democracia Participativa
en Brasil. Barcelona, Revista Viento Sur, 1994.
3. Pont, Raul. Democracia, participação e
cidadania: uma visão de esquerda. Porto Alegre: Livraria
Palmarinca, p. 19-20, 2000.
4. Estado de São Paulo: Orçamento participativo
atrai do PT ao PFL, 05/03/2001.
5. Folha de São Paulo: Plebiscito pode orientar questão
polêmica, 02/01/2001.
6. Trotsky, León. El marxismo de nuestra época,
en Naturaleza y dinámica del Capitalismo y la Economía
de Transición. Buenos Aires: C.E.I.P. León
Trotsky Ed. p. 183, 1999.
7. Pont, Raul. Democracia, participação e
cidadania: uma visão de esquerda. Porto Alegre: Livraría
Palmarinca, p. 84, 2000.
8. Lenin, Vladimir, O Estado e a Revolução,
en Obras Escolhidas. Lisboa/Moscú: Ed. Avante, v.
2, p. 303, 1981.
9. Pont, Raul. Democracia, participação e
cidadania: uma visão de esquerda. Porto Alegre: Livraría
Palmarinca, p. 19-20, 2000.
10 . Lenin, Vladimir, A Revolução Proletária
e o Renegado Kautsky, en Obras Escolhidas. Lisboa/Moscú:
Ed. Avante, v. 3, p. 19, 1981.
11. Folha de São Paulo: A saída é envolver
a população, 01/03/1999.
12. Folha de São Paulo: A reforma tributária
deve incluir a rediscussão do pacto federativo?,
26/06/1999
13. Vergara, Victor. É uma postura moderna de governo.
Instituto do Banco Mundial, en Estado de São Paulo,
05/03/2001.
14. Folha de São Paulo: Teleparticipação,
23/12/2000.
15 . No es extraño que desde la mesa,
desde donde se conducen las votaciones, en muchos casos,
se baje y se vaya al fondo de la sala para insistir para
que algunos consejeros cambien su voto.
16 . Tarso Genro y outro. Orçamento Participativo,
A experiência de Porto Alegre. São Paulo: Ed.
Fundação Perseu Abramo, p. 105, 1997.
17 . Trotsky, León. Terrorismo e Comunismo: o Anti
Kautsky, Rio de Janeiro: Ed. Saga, p. 40, 1969.
18. Marx, Karl, La Sagrada Família.
19 .Lenin, Vladimir, A Revolução Proletária
e o Renegado Kautsky, en Obras Escolhidas. Lisboa/Moscú:
Ed. Avante, v. 3, p. 17, 1981.
20. Lenin, Vladimir, A Revolução Proletária
e o Renegado Kautsky, en Obras Escolhidas. Lisboa/Moscú:
Ed. Avante, v. 3, p. 15, 1981.
21. Léase por ejemplo el trabajo Ciudadanía,
Clase Social y Status de T. H. Marshall. Rio de Janeiro:
Ed. Zahar, 1967.
22 . Pont, Raul. Construyendo la Democracia Participativa
en Brasil. Barcelona, Revista Viento Sur, 1994.
23 . Leon Trotsky. Discusiones sobre el programa de transición,
en El programa de transición para la revolución
socialista. La Paz: Ed. Cruz, p. 86-87.
24. Trotsky, León. ¿Adónde va Francia?
México, D.F.: Ed. Juan Pablo Editor, p. 64, 1975.
25. Idem.
26. Declaraciones del diputado federal por el PT, Aloizio
Mercadante, durante la crisis en el Congreso producto de
las corrupciones, verano de 2001.
27. Trotsky, León. El Marxismo y nuestra época,
en Naturaleza y dinámica del Capitalismo y la Economía
de Transición. Buenos Aires: C.E.I.P. León
Trotsky Ed., p. 191, 1999.
28 . Trotsky, León. Terrorismo e Comunismo: o Anti
Kautsky, Rio de Janeiro: Ed. Saga, p. 33, 1969.
29 . Lenin, Vladimir. O Estado e a Revolução,
en Obras Escolhidas. Lisboa/Moscú: Ed. Avante, v.
2, p. 253, 1981.
30 . Lenin, Vladimir, A Revolução Proletária
e o Renegado Kautsky, en Obras Escolhidas. Lisboa/Moscú:
Ed. Avante, v. 3, p. 18, 1981.
31. Trotsky, León. La Revolución de 1905.
Barcelona: Ed. Planeta, p. 187-188, 1975.
32. Trotsky, León. La Revolución de 1905.
Barcelona: Ed. Planeta, p. 191, 1975.
33. Pont, Raul. Sobre o modo petista de governar. Porto
Alegre: Em Tempo, marzo de 1997.
34. Trotsky, León. La Revolución de 1905.
Barcelona: Ed. Planeta, p. 192, 1975.
35 . Lula, Luis Inácio da Silva. São Bernardo:
Uma experiência de Sindicalismo Auténtico:
Entrevista. São Paulo: Revista Cara a Cara,
Año 1, No. 2 Julio/Diciembre de 1978.
36 . Pont, Raul. Sobre o modo petista de governar. Porto
Alegre: Jornal Em Tempo, marzo de 1997.
37 . Genro, Tarso y otro. Orçamento Participativo,
A experiência de Porto Alegre. São Paulo: Ed.
Fundação Perseu Abramo, p. 23, 1997.
38 . El propio Trotsky nos señala el significado
de esta lucha: la lucha por el pan significaba la expropiación
de la tierra y las reservas de alimentos y el monopolio
del comercio bajo las manos de los trabajadores y campesinos;
por la libertad, se entendía la toma del poder por
los soviets, la expropiación de los terratenientes,
el control obrero de la producción; por la paz (en
esos momentos Rusia participaba en la guerra imperialista
desde el 14) la confraternización en el frente y
la movilización revolucionaria contra el mando, la
publicación de todos los tratados secretos y la lucha
contra los partidos patrióticos desde los monárquicos
hasta los mencheviques.
39 . Decreto sobre la tierra, del 26 de octubre (8 de noviembre)
de los Soviets de 1917.
40 . Proyecto de decreto sobre la aplicación de la
nacionalización de los bancos e sobre las medidas
necesarias en vinculación con esto, 14 (27) de diciembre
de 1917.
41 . Decreto sobre la paz, Informe sobre la paz del 26 de
octubre (8 de noviembre) de 1917.
42 . Extractos del proyecto de regulación sobre el
control obrero, 26 ó 27 de octubre (8 ó 9
de noviembre) de 1917.
43 . Obviamente, estamos hablando aquí del período
de la revolución de 1917 al 1923 bajo la conducción
de Lenin y Trostky. La política estalinista que expropia
el poder político de los trabajadores posteriormente,
significará el fin de la democracia directa imponiéndose
la dictadura monolítica de la casta burcrática
estalinista, con sus consecuencias desastrosas.
44 . Lênin, Vladimir. A catástrofe que nos
ameaça e como combate-la, in Obras Escolhidas. Lisboa/Moscú:
Ed. Avante, v 2, p. 199, 1981.
45 . Pont, Raul. A Emergência das novas Democracias.
Porto Alegre: Jornal do Comércio, 30/07/1998.49 CST:
Corrente Socialista de Trabalhadores, sección de
la UIT y organización hermana del MST argentino.
46 . Folha de São Paulo: Social melhora, mas desigualdade
cresce, 24/03/2001.48 PSTU: Partido Socialista de Trabalhadores
Unificado, la sección más importante de la
LIT.
47 . Almeida, Eduardo Neto. Reforma ou Revolução.
São Paulo, folleto del PSTU.
48. PSTU: Partido Socialista dos Trabalhadores Unificado,
la sección más importante de la LIT.
49. CST: Corrente Socialista dos Trabalhadores, sección
de la UIT y organización hermana del MST argentino.
50 . Boletín de la Bancada del PT en A Assambléia
Legislativa de Rio Grande do Sul, Orçamento 2000,
de octubre de 1999.
51 . Trotsky, Leon. El cretinismo diplomático y parlamentario.
La Lucha contra el fascismo en Austria y el congreso del
teatro Pleyel de París, en Escritos de León
Trotsky 1929-1940 Versión digitalizada. Buenos
Aires: C.E.I.P. León Trotsky, libro 3,
2000.
52 La Tercera República era el régimen vigente
en Francia entre 1870 y 1940. La Convención de 1793
se realiza en el momento cumbre de la Revolución
Francesa.
53 León Trotsky, Un Programa de Acción para
Francia, Aonde vai a França? São
Paulo: Ed. Desafío, pag. 171, 1994.
54 L.T., ídem. En otras traducciones, como la versión
castellana de Ed. Pluma, aparece la palabra generosa
como equivalente de amplia. |