Inicio
  Revista Estrategia Internacional
   
  Teoría
  Economía
  Polémicas
  Declaraciones
  Situación Internacional
  Guerra Irak
  Medio Oriente
  Latinoamérica
  Asia
  Estados Unidos
  Europa
   
   
   
   
  English
  Francais
  Portugues
   
 
   
  Archivo
  Buscar
   
   
   
  Correspondencia
  ¿Quiénes somos?
   
   
   
  Links
 
 

Estrategia Internacional N° 17
Otoño de 2001

BRASIL
Sobre la “democracia participativa” o una nueva forma ingeniosa
de engañar a los trabajadores
Basilio Abramo

En el reciente Fórum Social Mundial (FSM) realizado en Porto Alegre, Brasil, fue presentado como gran panacea contra la “exclusión” de los asuntos públicos de los trabajadores y los sectores populares, lo que se ha dado en llamar la “Democracia Participativa”, cuyo cuerpo central lo constituye el “Presupuesto Participativo”. Es lo que llaman de “participación ciudadana” en los destinos de los “recursos públicos”. Justamente la agradable ciudad de Porto Alegre de casi un millón y medio de habitantes, se ha convertido desde 1989 en el laboratorio de esa política iniciada por el ahora gobernador de Rio Grande do Sul, Olívio Dutra, en aquel año su alcalde. Ellos dicen contraponer la “Democracia Participativa” a la “democracia representativa” propia del sistema del régimen democrático burgués, incluso llegando a llamar a su “participación ciudadana” una especie de “democracia directa” donde el “elector” ejerce su función de “legislador” simultáneamente. Pero a 12 años después de su implementación, cualquier persona informada de esta política, encontrará algo extraño cuando llega a esta ciudad “vitrina”: en poco y nada se diferencia del resto de las ciudades brasileñas importantes, tanto en los niveles de vida, desempleo, salario real, etc., a no ser por los aspectos culturales y regionales (sociales y económicos también por el desarrollo desigual) típicos de un país de grandes dimensiones.

En el presente artículo desarrollaremos el contenido de la política de la “Democracia Participativa”, demostrando cómo no pasa de un proyecto político reformista de intentar ampliar la democracia burguesa limitado dentro de sus estrechos límites o de llenarla de “contenido social” como afirman sus inspiradores. Contra todo el alarde de la “Democracia Participativa” contrapondremos la Democracia Directa como expresión real de la actual necesidad de las masas para enfrentar en su combate este sistema de explotación capitalista, pero también, a través de la auto-organización, es decir, con formas sovietistas, como forma de poder político real de la clase trabajadora y las amplias masas explotadas.

LA “DEMOCRACIA PARTICIPATIVA” EN LOS POSTULADOS DE PORTO ALEGRE

Bajo la consigna de nuevas formas de “participación popular”, se inicia la política de “Democracia Participativa”1 en Porto Alegre a partir del mandato del sindicalista Olivio Dutra en su primer gobierno en 1989; según sus inspiradores, “el Frente Popular buscó revertir, radicalmente las prioridades de acciones del poder público a favor de los pobres y explotados del municipio. El principal instrumento fue el Presupuesto Participativo, forma concreta de estimular la formación de consejos populares en los barrios y villas de la ciudad para que sus ciudadanos, principalmente los trabajadores, los asalariados –de forma organizada- pudiesen decidir la aplicación del dinero público en la forma de inversiones a ser realizadas por la alcaldía en la ciudad.2
En otras publicaciones establecen que “el poder local permite esa riquísima experiencia de democracia participativa, que tiene en el Presupuesto Participativo uno de sus elementos, no el único. La democracia participativa debe de ser para nosotros, no apenas la experiencia local, que da resultado en el municipio: debe de ser traducida, desde el punto de vista teórico y programático, para el conjunto de las otras esferas de la sociedad.”3
Discutiremos entonces a continuación, cómo estas ideas no pasan de un programa cuyo objetivo es perfeccionar la democracia formal. Un programa totalmente opuesto a la democracia directa y a las legítimas aspiraciones democráticas de las masas. Y esto, justamente cuando asistimos a grandes luchas de masas en América Latina, donde se observan tendencias de los trabajadores a tomar en sus propias manos los problemas más acuciantes.

La idea de “Democracia Participativa”: ni innovadora ni novedosa

Dejando para más adelante la discusión sobre la política del “Presupuesto Participativo”, desmitifiquemos primero tres falsas visiones.
La primera es que el Partido de Trabajadores (PT) desea presentar esta idea como innovadora, pero en realidad no es novedad en Brasil. Desde 1978 las alcaldías de Lajes, en el Estado de Santa Catarina (SC), y Boa Esperança, Estado de Espíritu Santo (ES), durante la época de la dictadura militar, ambas comandadas por el burgués PMDB, aplicaron esta iniciativa aunque no bajo el mismo nombre, pero donde el contenido es exactamente el mismo. Poco después aparecieron los casos de la ciudad de Diadema, Estado de San Pablo (SP), en 1983, en manos del PT, y Vila Velha (ES), en 1986. El hecho de vincular el “Presupuesto Participativo” a la ciudad de Porto Alegre se debe a que se trata del caso de mayor longevidad en Brasil, adoptado ininterrumpidamente desde 1989 hasta el presente, llegando en 1996 a recibir un premio de las Naciones Unidas por ser “una de las mejores prácticas de gobierno.”

La segunda falsa visión es que esta política actualmente es exclusiva del PT. En los diversos gobiernos municipales que van desde 1997 hasta las recién pasadas elecciones municipales (2000), el modelo de “Presupuesto Participativo” fue adoptado por 140 municipios, de ellos, 34 comandados por los derechistas y centroderechistas PFL, PPB, PMDB y PSDB, además del PRP. Estudios recientes muestran que la mayor parte de las municipalidades se encuentran en las regiones más desarrolladas del sudeste y sur, con 60 y 56, respectivamente. En la región más pobre del nordeste, 16 ciudades lo aplican. Del total, el 66% de las ciudades tienen menos de 100.000 habitantes.4 Se espera que este número crezca, no sólo por el aumento de alcaldías ganadas por el PT (187) en las recién pasadas elecciones, sino que otros partidos de derecha y centroderecha ya afirmaron que aplicarán el mismo sistema, independientemente de que en algunos casos adopte otros nombres. Así, en su programa de gobierno, la nueva alcaldesa de la ciudad más rica del país, San Pablo, Marta Suplicy (PT), introducirá el “Presupuesto Participativo”: “Espero que el Presupuesto de 2002, que será nuestro primer Presupuesto, sea elaborado y discutido con la participación de la población y con la Cámara (de Concejales)”5 Pero que esto no sorprenda a nadie, pues hasta en ciudades de Estados Unidos, como Phoenix, en Arizona, se aplica la política del llamado “Presupuesto Participativo”.

La tercera es que esta política que el PT nos presenta como novedosa, no es sino la repetición de las viejas políticas reformistas de las primeras décadas del siglo pasado, llevada a cabo por los socialdemócratas de su momento. En aquel entonces esos reformistas esperaban “llenar gradualmente la democracia política con contenido social. En esto residía la esencia del reformismo”.6 Ahora el PT persigue una política de una “mayor distribución equilibrada de la renta” (en este caso municipal y estadual) a través de un supuesto “control social” de la población, y con ello buscar una “suavización” de las contradicciones de clase, y por esta vía una reforma gradual de la sociedad capitalista. “Ver la democracia como algo mucho más participativo que apenas llamar a los ciudadanos a ejercer el derecho de voto y delegar, de cuatro en cuatro años o de en ocho en ocho años, para ejecutivos, parlamentarios, el poder de decidir. Entendemos que la democracia representativa es insuficiente, que tenemos que marchar hacia formas que envuelvan más a la comunidad, que auxilien al ciudadano a tener más control sobre el sector público.”7 Al decir de Lenin, estos políticos no son más que “oportunistas pequeño-burgueses que quieren hacer creer en un desarrollo progresivo de la democracia capitalista ‘para una democracia cada vez más amplia’”.8 De ahí la afirmación de sus formuladores de que la “Democracia Participativa” es un “gran instrumento” en la lucha por el socialismo: “Apostando en la cuestión democrática, pienso que estamos apostando en uno de los eslabones más significativos y más importantes para la lucha por el socialismo, de forma indisociable. Si tenemos hoy un instrumento poderoso y fuerte para mantener la lucha por el socialismo es exactamente la cuestión de la democracia: el control de la población sobre el Presupuesto en el conjunto de las formas que la población construye y que podemos estimular y estimular para que se sedimenten estos procesos.”9

Pero de fondo la “Democracia Participativa” con su “Presupuesto Participativo”, no es más que una política perversa de hacerle creer al trabajador que él decide, como veremos más adelante. Pero la verdad es que “somos gobernados por funcionarios burgueses, parlamentarios burgueses, jueces burgueses. Esta es una verdad simple, evidente, indiscutible, conocida por la experiencia propia, sentida y percibida por decenas y centenas de millones de hombres de las clases oprimidas de todos los países burgueses, incluso los más democráticos”10, al decir de Lenin. Brasil no escapa a esta definición. La “Democracia Participativa” es un puro absurdo que no quiebra ninguna resistencia de la burguesía ni le impone miedo, muy por el contrario, es un mecanismo perverso de engaño, uno de los más ingeniosos y hasta “eficaces” podríamos decir. Esto se debe a que bajo esta “Democracia Participativa” tanto capitalistas y obreros, terratenientes y campesinos, sectores populares, todos son iguales en cuanto “ciudadanos”. Así se crea la ilusión en los trabajadores de un “derecho ideal” a influir en los destinos de la “cosa pública”.

El “Presupuesto Participativo”: administración de la miseria y el engaño

Esto es lo que explica porqué la burguesía lo acepta tranquilamente, ya que el “Presupuesto Participativo” no cuestiona ni lleva a cuestionar en absoluto su poder político y económico. Incluso es utilizado como manera de administrar la propia falencia de las arcas capitalistas municipales y estaduales. “En tiempos de crisis económica y de escasez de recursos, discutir el Presupuesto con la población se volvió una misión espinosa para los gobernantes. ‘Las alcaldías están sin dinero para invertir. Una salida es envolver a la población en la discusión del conjunto del Presupuesto. La sociedad debe decidir lo que es prioridad: ¿construir escuelas, puestos de salud o asfaltar calles?’”11. Esto es lo que explica que muchos partidos de la burguesía, incluso los de derecha, apliquen tal política. Actualmente los municipios como los estados atraviesan fuertes crisis fiscales, y el “Presupuesto Participativo” ha sido planteado como un mecanismo para ayudar a resolverlos, como siempre en detrimento de los trabajadores. Y esta es una cuestión que ni el propio PT niega. El actual Secretario de Hacienda de Rio Grande do Sul, miembro de la Democracia Socialista (Secretariado Unificado), Arno Augustín afirma que: “Las experiencias democráticas existentes en el país, como es el caso del presupuesto participativo, demuestran una mejora de la eficiencia y resultados fiscales animadores. La Alcaldía de Porto Alegre, por ejemplo, salió de un déficit de más de 35% y de un gasto en personal de 98% para una situación de equilibrio fiscal, alcanzada por medio del aumento de ingresos propios. Esto por su parte, posibilitó una reducción del gasto con el personal de más de 30 puntos porcentuales, después de 10 años de participación popular. Gracias a experiencias como esa, existe un reconocimiento internacional de que el gasto público es más eficiente cuando es hecho en las esferas más próximas de la población.”12 Sin ningún tipo de vacilación, revela abiertamente el despido de empleados públicos y la baja real de los salarios para la reducción del déficit. Así tenemos que hoy el desempleo es sumamente mayor que en los últimos ocho años, y según las últimas estadísticas llega al 17% sólo en la capital del Estado. Los despidos en el último período alcanzan casi 100.000 trabajadores aunque la industria crece en una media mayor que la nacional. Así cualquier gobierno reduce su déficit. Durante el mismo período en el plano estadual se dan grandes incentivos a las multinacionales, prácticamente 5 mil millones de dólares, paga religiosamente la deuda con los banqueros que alcanza los 800 millones al año, permitiendo la evasión de impuestos de los capitalistas, que alcanza según estimaciones 3 mil millones de dólares. Mientras al trabajador se le recarga cada vez más con impuestos, que es de donde proviene en gran parte el “aumento” de los “ingresos propios”.

El reconocimiento internacional, como afirma, viene de organismos imperialistas como las Naciones Unidas hasta órganos financieros internacionales, pasando por gobiernos capitalistas europeos como el francés, dan fuerte apoyo a este tipo de políticas. Para el Banco Mundial “es una de las experiencias más positivas e innovadoras surgidas en América Latina. La participación de la comunidad en la discusión de las inversiones públicas es una postura moderna de gobierno que comienza a despertar interés en diversos países. El Banco Mundial tradujo el libro del alcalde de Porto Alegre, Tarso Genro, sobre el tema para el español y hubo una gran demanda... (Es positivo) porque desmitifica el modelo de gobernar y el manejo de los recursos públicos. Y es una forma moderna porque transforma democracias representativas en participativas.”13 Con despido y desempleo, cómo no van a dejar de reconocer estos órganos imperialistas “esta experiencia” como “una de las mejores prácticas de gobierno.”

Pero veamos también como las propias empresas se integran en este proyecto de “Presupuesto Participativo”, demostrando que todos “participan”. En el Estado de Rio Grande do Sul y su capital, Porto Alegre, la importante empresa de Telecomunicaciones CRT (Compañía Riograndense de Telecomunicaciones), decidió que a partir de este año, participará en las reuniones de las instancias de esta “Democracia Participativa”. Así sus directivos afirman que “la CRT entendió que esas reuniones serían un foro más adecuado para que los planes de expansión de la empresa sean ajustados... Es una iniciativa simple y de bajo costo... Un buen ejemplo a seguir por empresas y gobiernos.”14 Ellos muestran su seriedad, observando que el “Presupuesto Participativo” se puede transformar en una manera eficaz de incrementar sus ganancias, evitando con antelación posibles conflictos frente a los nuevos aumentos en las tarifas telefónicas.

Pero si ya las instancias del “Presupuesto Participativo”, son simples órganos de trabajo, es decir no deliberan ni ejecutan ya que solamente sugieren, otra gran mentira es que los sectores populares tienen el control sobre “los recursos públicos” y ellos definen dónde y en qué se invierte. Existe un presupuesto dado de la municipalidad, sujeto a los mecanismos del FMI, del imperialismo y del gobierno federal, miserable ya de por sí. De éste, un pequeño porcentaje, que oscila entre el 10 y el 15%, es usado por este mecanismo. Pero quien define en verdad, quien legisla y ejecuta continúan siendo los aparatos del Estado, tanto en el ámbito estadual como municipal, tanto los ejecutivos como las Cámaras. La crítica de que el “Presupuesto Participativo” restringe el trabajo del legislativo es toda una farsa ya que la mayoría de las veces los concejales, cuando es en el ámbito municipal, participan de las reuniones de sus instancias en los barrios, adelantándose a sus discusiones y propuestas. De ahí que este mecanismo petista sea una forma importante para el mantenimiento de sus comités electorales, incentivando un nuevo clientelismo político, con promesas para ganar votos. Pero las discusiones que predominan en el “Presupuesto Participativo” son sobre proyectos de pavimentación de calles y pequeñas obras sanitarias. Conseguir la construcción de una escuela o una ampliación de un puesto de salud es una rareza. En las reuniones del “Consejo del Presupuesto Organizativo”, los funcionarios de la Alcaldía y el presidente de la mesa (que suele ser el coordinador del gabinete de Planificación de la Alcaldía y que responde directamente al alcalde), aprovechan los pedidos para transformarlos en choques entre líderes comunitarios.15 Pero en realidad se los trata de convencer de que el Estado no dispone de presupuesto suficiente para atender todas sus demandas, donde se intenta eliminar por tanto cualquier tendencia de enfrentamiento con la burguesía.
Pero el reformismo brasileño, además de utilizar la “Democracia Participativa” como política eficaz para administrar el capitalismo, se presenta como alternativa para aplicar los planes anti-populares intentando “evitar conflictos”, porque conoce bien a la clase obrera y las masas, impidiendo que su insatisfacción resulte en luchas que no controlen. Este reformismo tiene una gran escuela con los sectores populares de los años ochenta y sabe que esos movimientos se pueden ligar a los trabajadores y superar límites (como se observó en la rebelión popular en el 83 -bajo gobierno de Montoro en San Pablo) con saqueos en unidad con los desempleados. La tal “participación ciudadana” tiene todo el objetivo central de impedir que las masas aprendan a reconocer sus fuerzas y busquen salidas independientes.

DEMOCRACIA, ¿PARA QUÉ CLASE?

Si “democracia representativa” es aquel régimen en el cual la “cosa pública” es administrada por “representantes elegidos” por el mecanismo electoral del voto universal y secreto, “Democracia Participativa” se dice que es la participación directa en el manejo de la “cosa pública” por “los ciudadanos”, incluso hablando de democracia directa: “el Presupuesto Participativo es un proceso de democracia directa, voluntaria y universal, en que la población puede discutir y decidir sobre el presupuesto público y las políticas públicas.”16 Ya hemos expuesto la falsedad de estos postulados, y de que las verdaderas decisiones y el poder real está en otros lugares. En verdad, en los “Consejos Populares” de la “Democracia Participativa”, el “pueblo” ni “legisla” ni “ejecuta”, transformándose en una nueva falacia, más perfeccionada eso sí, de engaño de los trabajadores. Esto es lo que explica porqué este tipo de “democracia” que se dice diferente de la “representativa” es totalmente aceptable por la burguesía. Si atentase contra sus intereses, como mínimo las clases dominantes opondrían una férrea oposición, cuestión que muy por el contrario es aplaudida por los sectores burgueses más lúcidos como forma de control más perfeccionado de los sectores subalternos, como ya explicamos más arriba.

Como el “pueblo” no “legisla ni ejecuta” directa o indirectamente, los organismos construidos a través de la política de “Democracia Participativa” no son más que simples cuerpos de trabajo para hacer sugerencias. Cumpliendo, eso sí, el papel de cooptar al movimiento obrero y popular, atándolos de esa manera al aparato estatal. Pero la falacia radica en otra cuestión de fondo. La sociedad moderna, es decir, burguesa, reposa sobre el trabajo asalariado que oculta la dominación de la burguesía propietaria, bajo la libertad e igualdad aparente entre las personas. Pero “En las condiciones reales de la vida, en las condiciones sociales, en las costumbres, los hombres son cada vez más desiguales: aquí la acumulación de riquezas inmensas, allí una miseria sin esperanzas. Pero, en la estructura periódica del Estado, estas terribles contradicciones desaparecían; en ella sólo se encuentran sombras legales desprovistas de cuerpos.”17 De donde adviene bajo la apariencia simétricamente ilusoria de derechos políticos iguales: la democracia se basa en el asalariamento y la igualdad política en la desigualdad social. Engels enfatiza: “el moderno estado representativo es un instrumento de explotación del trabajo asalariado por el capital.” Al decir de Marx “el Estado representativo moderno, espiritualista, democrático, (está) basado en la esclavitud emancipada, en la sociedad burguesa.”18 En las repúblicas antiguas el trabajo productivo era función de los esclavos, en la sociedad burguesa en los esclavos ‘libres’ asalariados. Lenin reafirma que “en el más democrático estado burgués, las masas oprimidas se deparan a cada paso con la contradicción flagrante entre la igualdad formal, que la “democracia” de los capitalistas proclama, y los millares de limitaciones y subterfugios reales que hacen de los proletarios esclavos asalariados. Es precisamente esta contradicción que abre los ojos a las masas ante lo podrido, la falsedad e la hipocresía del capitalismo.”19

Entonces, la cuestión central es que la “democracia” es una forma de Estado. Si antes los teóricos reformistas nos hablaban de una “democracia pura”, ahora han inventado el término de “Democracia Participativa” en plena decadencia capitalista. Pero es que, dándole el nombre que quieran, “la democracia burguesa, siendo un gran progreso histórico en comparación con la Edad Media, continúa siendo siempre y no puede dejar de seguir siendo bajo el capitalismo -estrecha, amputada, falsa, hipócrita, paraíso de los ricos, una trampa y un engaño para los explotados, para los pobres.”20

Es por eso que discutimos, ¿democracia para qué clase?, ya que no existe igualdad entre explotados y explotadores. Así como existía una democracia esclavista en las repúblicas antiguas, en el reinado de la burguesía tenemos una democracia patronal. El carácter de la democracia está asociado al carácter de clase que controla el Estado. Por eso para sustentar esta política se introduce el discurso de “participación ciudadana”, ciudadanía o ciudadanización según las latitudes de donde se hable, resucitado como necesidad política a finales de la Segunda Guerra Mundial, pero deformado en el contenido político que tenía durante las revoluciones burguesas que barrieron el feudalismo21. No debatiremos en este texto sobre esta cuestión, no porque exceda al presente trabajo, sino porque es cosa obvia en la práctica para cada trabajador: él sabe muy bien que él mismo no es igual al patrón, aunque desconozca el aspecto teórico de que la sociedad no está compuesta por ciudadanos, sino por clases sociales, su condición de asalariado lo lleva a la comprensión práctica de este problema, fundamentalmente en los períodos agudos de la lucha de clases, como las huelgas políticas, y hasta en las económicas. Esta idea resucitada por el PT con mucha fuerza, no pasa de la política utópica de “lograr” el acceso de los sectores populares a los derechos sociales básicos que lleven a integrar a los sectores más pobres a la sociedad capitalista. Cuestión que no va ni un milímetro más allá de la “Declaración de los Derechos Universales del Hombre”, carta máxima de la revolución francesa, donde se respeta el derecho a la propiedad privada y por tanto el hombre que se retrata es el hombre egoísta de la sociedad burguesa. “La vida política”, comenta Marx, “se proclama un simple medio, cuyo fin es la vida de la sociedad civil”. Pero es el propio PT que “excluye” cada vez más con su política de “administrar los negociosos capitalistas” aplicando las políticas recetadas por el neoliberalismo, basta observar las privatizaciones y los paquetazos en las administraciones petistas.

En la “Democracia Participativa”: Los explotados continúan pobres y los ricos continúan viviendo de la explotación

Lo peor de todo, es que los sectores más de izquierda de este proyecto lo aclaran: “el Frente Popular y las fuerzas socialistas que lo componen tienen conciencia de los límites de la democracia representativa. Saben que la condición de ciudadanía –aún no fue alcanzada en la mayoría de los países subdesarrollados- no elimina el carácter de clase de la sociedad ni la insuficiencia de una democracia basada en la mera igualdad política jurídico-formal. Los explotados continúan pobres y los ricos continúan viviendo de la explotación”.22 ¿Tener conciencia de los límites? Ya vimos que no es un problema de límites, sino de clase. Pero justamente de esto es lo que se trata, de terminar con que los “explotados continúen pobres y los ricos continúen viviendo de la explotación”, si no, para qué “participan” los sectores oprimidos. Pero para sus inspiradores se trata de luchar por la condición de “ciudadanía”, entendida aquí como “democracia plena” no alcanzada por los “países subdesarrollados” y sí “en los países desarrollados”. Pero lo que no se ve aquí, es lo que se señalaba para las grandes metrópolis ya en los años treinta: “La burguesía de las metrópolis ha sido capaz de asegurar una posición privilegiada para su proletariado, especialmente para las camadas superiores, mediante el pago de algunos súper beneficios obtenidos de las colonias. Sin eso sería completamente imposible cualquier tipo de régimen democrático estable. En su manifestación más desarrollada la democracia burguesa fue, y sigue siendo, una forma de gobierno de las más aristocráticas y más explotadoras. La antigua democracia se basaba en la esclavitud; la democracia imperialista se basa en las colonias.”23 Mucho se habló del advenimiento de la democracia después de las caídas de las dictaduras en América Latina, y la “necesidad” de su estabilidad, pero después de más de una década puede observarse una mayor expoliación de las masas oprimidas y una sangría masiva de inmensos recursos para los países centrales combinándose con una restricción cada vez mayor de las conquistas democráticas de los trabajadores en su lucha contra las dictaduras, combinándose gobiernos bonapartistas o semi-bonapartistas con democracias burguesas degradadas. El régimen brasileño, con una fuerte actuación por decreto del gobierno, se combina con una fuerte represión a las luchas populares y asesinatos directos tanto en la ciudad como en el campo. Lo “alcanzado” en los países desarrollados en cuanto “democracia” está sobre la base de la expoliación de millones de trabajadores en las semicolonias, con lo cual la burguesía nativa concuerda y es parte.

Una cosa es luchar por las grandes reivindicaciones democráticas de las masas, como la reforma agraria radical, el derecho a la autodeterminación para los pueblos indígenas y negros, la defensa de las libertades democráticas y por la extensión de estas mismas, que tienen un papel importantísimo para el desarrollo de la movilización revolucionaria de las masas obreras y campesinas como palancas hacia el poder político. Pero desde el punto de vista de los intereses del proletariado -que es el que nosotros adoptamos- en la época de decadencia capitalista para que las clases dominantes sean obligadas a hacer concesiones serias es necesario quebrar su voluntad, no se puede llegar a esto más que mediante una ofensiva revolucionaria: “La tesis marxista general: las reformas sociales no son más que los subproductos de la lucha revolucionaria, en la época de la declinación capitalista tiene la importancia más candente e inmediata. Los capitalistas no pueden ceder algo a los obreros, más que cuando están amenazados por el peligro de perder todo. Pero incluso las mayores ‘concesiones’ de las que es capaz el capitalismo contemporáneo (acorralado él mismo en un callejón sin salida) seguirán siendo absolutamente insignificantes en comparación con la miseria de las masas y la profundidad de la crisis social.”24 Así, por ejemplo, incluso las más elementales demandas democráticas formales, como las actuales libertades democráticas, no fueron producto de simples concesiones de la burguesía brasileña. Estas fueron subproducto del terror ante el proletariado durante el más grandioso auge proletario vivido a finales de los setenta y principio de los ochenta, que amenazaba transformarse en revolucionario. En ese período, fueron las direcciones oficiales del movimiento de masas, el naciente PT y la CUT, que se negaron a una política hasta el final para conseguir una caída revolucionaria de la dictadura militar negándose incluso a levantar la consigna “Abajo la dictadura”, encarrilando el movimiento y limitándolo a una transición negociada desde afuera. Esto demuestra, por la negativa, que sólo el proletariado, como caudillo de todos los sectores explotados y oprimidos, puede luchar hasta el final destronando a la burguesía y rompiendo con el imperialismo, si lo que se quiere es terminar con la miseria de las masas y la actual crisis social. “He aquí porqué la más inmediata de todas las reivindicaciones debe ser reivindicar la expropiación de los capitalistas y la nacionalización (socialización) de los medios de producción. ¿Qué esta reivindicación es irrealizable bajo la dominación de la burguesía? Evidentemente. Por eso es necesario conquistar el poder.”25
Ya no se trata de limitarse a “cambios” en el régimen democrático burgués como proponen los aduladores de la “Democracia Participativa”, en el cual los trabajadores se limiten a luchar por más espacios en la democracia patronal, sino de la estrategia revolucionaria de la conquista del poder por la clase obrera.
Pero los reformistas transforman como un fin en sí mismo las cuestiones democráticas formales dentro de la sociedad capitalista, utilizándolas de esta manera como una soga al cuello de los trabajadores, sugiriendo la idea de que un mejoramiento duradero puede ser obtenido en los marcos del régimen actual, manteniendo así el sistema de explotación: “Los explotados continúan pobres y los ricos continúan viviendo de la explotación”. Parafraseando a Trostky, podemos afirmar que la reciente experiencia histórica, como el análisis teórico lo confirma, que el desarrollo de una democracia y su estabilidad están “en proporción inversa a las tensiones de las contradicciones de clases”. Demos una simple mirada sobre países como Ecuador, Bolivia y Argentina.
Sin embargo, “lo que importa”, concluyen los mentores, “es retomar el viejo dilema de cómo construir y garantizar una democracia concientizadora y transformadora de sí misma”, recalcando que “es una importante lucha por el socialismo”. ¿Pero es que la “democracia” en cuanto forma de Estado se puede transformar a sí misma? Ya hablamos de cuan falso es este postulado. Pero cuando esta gente nos habla de “socialismo” es planteándolo como una lejana nebulosa a ser alcanzada en un futuro incierto. Es decir, usando un lenguaje popular, no es más que un “saludo a la bandera”. La “ampliación de la democracia”, entendida por estos sectores como “el acceso a la condición de ciudadano” de los sectores más pauperizados (o los “excluidos”, como ellos suelen llamar) no apunta ni siquiera a cambios estructurales democráticos, mostrándose como falsarios vendedores de ilusiones. Cuando nos hablan de “ampliación de la democracia” nos están hablando de una “valorización de la actividad parlamentaria... promoviendo la ética y restableciendo el Congreso como centro de grandes debates nacionales y de formulación de políticas públicas”26, es decir a un fortalecimiento de la democracia patronal.

Aquí ni siquiera se trata de la vieja utopía, también reaccionaria, de la “vía pacífica al socialismo” llevada a cabo por el estalinismo, que se demostró repetidas veces falsa, desgraciadamente sobre formas trágicas y con tristes consecuencias para los sectores explotados. La experiencia chilena de la “vía pacífica” está para corroborarlo, y fue una demostración concreta de cómo los estalinistas junto a los socialistas se negaron a la aplicación de la acción y la democracia directa de las masas, cuando colocaron todas sus fuerzas y hasta físicas para desmantelar la rica experiencia de los “cordones industriales” (verdaderos órganos de poder obrero que supo construir el proletariado chileno) en defensa de la “participación popular”. Pero ahora nos hablan de “Democracia Participativa”, donde la palabra “socialismo” aparece como un lejano deseo. “Sería mejor alcanzar ese objetivo de una manera pacífica, gradual, democrática. Pero el orden social que ha sobrevivido a sí mismo no cede nunca su puesto a su sucesor sin resistencia. Si en su época la democracia joven y fuerte demostró ser capaz de impedir que la plutocracia se apoderase de la riqueza y del poder, ¿es posible que una democracia senil y devastada se muestre capaz de transformar un orden social basado en el dominio ilimitado de sesenta familias? La teoría y la historia enseñan que la sustitución de un régimen social por otro presupone la forma más alta de la lucha de clases, es decir, la revolución. Ni siquiera la esclavitud pudo ser abolida en los Estados Unidos sin una guerra civil. ‘La fuerza es la partera de toda sociedad vieja y preñada de una nueva’. Nada ha sido capaz, hasta ahora, de refutar este principio básico de Marx en la sociología de la sociedad de clases. Solamente una revolución socialista puede abrir el camino al socialismo.”27, sostenía Trostky.

De aquí lo perverso de esta política cuando proviene de sectores que hasta se reivindican trotskistas, como la Democracia Socialista (DS) del “Secretariado Unificado de la IV Internacional”. Trostky señalaba que “la democracia, como régimen político, es tanto más inquebrantable, más acabada, mas firme cuanto más la masa pequeño-burguesa de las ciudades y de los campos, insuficientemente diferenciada del punto de vista de clase, ocupa mayor espacio en la vida social.”28 Justamente de esto trata la política de “Democracia Participativa”, donde se intentan conciliar intereses antagónicos, un engaño vil que por tanto no lleva más que a fortalecer el régimen de dominación burguesa con los nuevos mecanismos de control de los sectores explotados. Pero la verdad es que la democracia y sus ámbitos son lugares donde “apenas se habla con la finalidad especial de engañar a la ‘gente simple’”, mientras “el verdadero trabajo ‘de Estado’ se hace en los bastidores, es ejecutado por los departamentos, por las cancillerías, por los estados mayores”29.

LAS MASAS EXPLOTADAS Y OPRIMIDAS PRECISAN DE VERDADEROS ORGANOS DE PODER: MATERIALIZANDO LA DEMOCRACIA DIRECTA

En contraposición a la “Democracia Participativa, la democracia directa, es la expresión real de la democracia de los trabajadores y las masas explotadas. Ya hemos visto cómo la “Democracia Participativa” con su “Presupuesto Participativo” no significa ningún poder real de los trabajadores y los campesinos pobres. Para los marxistas revolucionarios se trata de que las masas ejerzan el control estatal directo, imponiendo una democracia directa. El ejemplo de la revolución rusa es superador en este sentido donde las masas explotadas ejercieron el poder político administrándolo directamente, como veremos más adelante. Los soviets o consejos en esa revolución se mostraron como “la organización directa de las propias masas trabajadoras y explotadas, a las cuales facilita la posibilidad de organizar ellas mismas el Estado y de administrarlo de todas las maneras posibles... El viejo aparato burgués -el funcionariado, los privilegios de la riqueza, de la instrucción burguesa, de las relaciones, etc.- todo eso desaparece con la organización soviética”.30 Aquí radica la cuestión central, si es que se pretende acabar con esta sociedad de clases. De la necesidad de transformarse en órganos de Estado. Por eso cuando hablamos de democracia, no “asexuada”, sino democracia obrera, directa, se trata, para los marxistas revolucionarios de pensar cómo pueden las amplias masas trabajadoras ejercer el poder político. Veamos este desarrollo, desde los primeros combates de la clase obrera, desde su necesidad de organismos de frente único, es decir, desde “organizaciones de combate independientes que se adaptan más estrechamente a las tareas de la lucha de masas contra la sociedad burguesa” (al decir del Programa de Transición); su posterior desarrollo y maduración como órganos de poder dual, armados de un programa político y una dirección revolucionaria, y por fin enfrentándose exitosamente a la burguesía y sus fuerzas represivas para reemplazar al aparato del estado burgués. La Democracia Directa en contraposición a la “Democracia Participativa”: De la necesidad de organizaciones de combate independientes Una de las primeras grandes experiencias la observamos en la revolución rusa de 1905, en ese entonces, Trostky señalaba que: “Mediante la huelga de octubre (la revolución) demostró que podía desorganizar al enemigo, paralizar su voluntad y reducirlo a la más completa humillación. Por último organizando Soviets de trabajadores en todo el país, la revolución demostró que era capaz de crear órganos de poder. El poder revolucionario solo puede descansar sobre la potencia revolucionaria activa. Cualesquiera que sean los puntos de vista personales en el desarrollo posterior de la revolución rusa, el hecho es que ninguna clase social, salvo el proletariado, se ha mostrado ahora capaz y dispuesta a apoyar el poder revolucionario... Finalmente el cuerpo representativo del proletariado asumió la función aún no desarrollada del poder revolucionario. Con el Soviet vemos por primera vez la aparición de poder democrático en la historia rusa moderna. El Soviet es el poder organizado de la masa misma sobre sus partes separadas. Constituye la democracia auténtica, sin una cámara alta y una cámara baja, sin una burocracia profesional, sino con el derecho de los votantes a cambiar sus diputados en cualquier momento a través de sus miembros –diputados elegidos directamente por los trabajadores- el Soviet ejercita el liderazgo directo de todas las manifestaciones sociales del proletariado como totalidad y de sus grupos individuales, organiza sus acciones y les proporciona un lema y una bandera.”31 (destacado nuestro). De esta manera el revolucionario ruso saca sus conclusiones sobre los Consejos como órganos de ejercicio de la democracia directa de la clase obrera y de las masas explotadas del proceso revolucionario de 1905. Aquí son los trabajadores y los campesinos pobres los que se dan los instrumentos para expresar su propio poder. Las formas sovietistas (o Consejos) son las que se corresponden con las necesidades del ejercicio del poder por parte de la clase trabajadora. “La tarea del Soviet no consistía en transformarse en una parodia de parlamento ni en organizar la igual representación de los intereses de los distintos grupos sociales, sino en dotar de unidad a la lucha revolucionaria del proletariado.”32 El surgimiento del “soviet” fue la repuesta que la historia dio a la incógnita de cómo podría la clase obrera ejercer su dominio sobre la base de la democracia directa. El triunfo revolucionario de octubre de 1917 confirmaría en la práctica lo justo de estas premisas. Este pensamiento no tiene la más mínima comparación con la “Democracia Participativa” y sus instancias, los “Consejos Populares”, como se le quiere presentar, como “uno de los elementos sociales de un nuevo proyecto para la sociedad es la consolidación de la auto-organización de los movimientos sociales, con autonomía”33. Ya vimos que en los “Consejos” de la “Democracia Participativa” todos “participan” en cuanto “ciudadanos”: ciudadanos explotados y ciudadanos explotadores. Sobre la presencia de burgueses en los consejos de 1905 Trostky remarcaba que “los diputados burgueses hubiesen vuelto más numeroso el Soviet pero hubiesen sido absolutamente incapaces de hacerlo más fuerte.”34 Que conste que está hablando aquí de un sector que aún no asumía directamente el poder político, en ese entonces, en poder de la autocracia zarista. La experiencia sovietista (de los consejos) como se expresó en Rusia demuestra justamente la manera de ejercer el poder político real, no limitado, no cortado, sino directo. Y a lo largo del siglo XX vimos que esta experiencia real se repitió o se planteaba permanentemente como tendencia general en toda lucha (desde etapas embrionarias en muchos casos, a verdaderos órganos de poder) de los sectores oprimidos, y no por casualidad las direcciones políticas intentaron permanentemente limitarlas, cuando no podían desmantelarlas directamente. La democracia directa se expresa en una necesidad política en los grandes conflictos agudos de la lucha de clases. La “Democracia Participativa”, como vimos más arriba, va a contramano de esto, ya que no resuelve el problema, ni se lo plantea, de dónde está el poder político. Esta “democracia” muestra, entonces, su verdadero rostro. La satisfacción de las reales necesidades de las amplias masas oprimidas, no pasa por la discusión sobre la pavimentación de una pequeña calle en un barrio pobre o sobre las mejoras en una escuela, que dicho sea de paso esto ya se hacía en las viejas comunidades barriales en las sociedades de fomento y en las sociedades de padres de familia en las escuelas públicas, desde donde se elevaban las peticiones al gobierno municipal. Ni en esto último, ni en lo primero, se cuestiona el poder real, que no deja de estar concentrado en los órganos burgueses municipales o del estado. Pero los defensores de la “Democracia Participativa” como envoltura disfrazada de “izquierda”, son los mismos que se oponen a la democracia directa de las masas en los momentos más agudos de la lucha de clases, y esto no es nuevo. Durante el mayor ascenso huelguístico de Brasil desde la post-guerra, a finales de los 70 y principios de los ochenta, se dio una fuerte tendencia al surgimiento de comisiones de fábrica, expresando de una manera clara desde el terreno de la fábrica formas embrionarias de democracia directa que de coordinarse se hubieran transformado en grandes formas de auto-organización obrera, o consejos. Pero hubo una política fuerte para paralizar esta tendencia, rápidamente abortada. Lula afirmaba: “En esas huelgas, por ejemplo, si usted pidiese para identificar comisiones nosotros no tendríamos como hacerlo. Fuimos buscados por varios grupos de trabajadores aquí en el sindicato para tomar una orientación de cómo debíamos actuar. A partir de ahí nosotros incluso, fuimos contra la creación de comisiones y en algunas empresas en que ellas surgieron nosotros buscamos acabar con ellas.”35 Y esto viene observándose en todo conflicto obrero o procesos fuertes de la lucha de clases, como durante la última ola huelguística de profesores y empleados públicos, negándose directamente a la auto-organización y que sean los propios trabajadores los que definan los rumbos de su lucha. Fueron los defensores de la “Democracia Participativa” los que reprimieron las huelgas en ciudades como Porto Alegre.

La democracia directa en las últimas acciones de las masas

La auto-organización de las masas, el desarrollo de consejos obreros, es una de las formas de conquistar la democracia directa de las masas, fundamentalmente en las grandes situaciones convulsivas de la lucha de clases. En las últimas acciones del movimiento de masas latinoamericanas se expresan fuertes tendencias hacia la auto-organización y a la democracia directa de las masas. Pero muchos sectores reformistas, maravillados con la “Democracia Participativa” y de cómo sectores barriales discuten alrededor de los pedidos a la municipalidad sobre la pavimentación de una calle haciéndoles creer que ellos deciden, no se maravillan de la misma manera con estas nuevas acciones que comienzan a manifestarse en las luchas directas de los trabajadores. No existen grandes artículos, tratados, ni tesis de doctorado abordando el tema comparado con los que se refieren a la “Democracia Participativa”. De ello no se habló ni comentó, por ejemplo, durante los eventos del Foro Social Mundial en Porto Alegre.

Pero en países como Ecuador y Bolivia (los dos países más convulsionados del continente, a los que ahora se suma Argentina), las acciones que se desarrollan tienden a cuestionar el orden burgués imperante, mostrando que en sus luchas se desenvuelve una dinámica que abre condiciones más favorables para impulsar la más amplia auto-organización de las masas, lo que lleva a superar los límites de sus actuales organizaciones, tomando los problemas en sus propias manos.

En el último levantamiento de Ecuador, la subjetividad de las masas dio señales, aunque iniciales, de importantes avances, realizando acciones más radicalizadas que plantearon la necesidad de la superación de los límites de las instituciones del régimen de la “democracia de los ricos”. La democracia directa se expresó en sus luchas, así por ejemplo, en una importante acción unitaria resolvieron votar la destitución de un gobernador (provincia de Cotopaxi) eligiendo en forma directa como tal al presidente de la federación universitaria local, lo que causó temor en la burguesía. En el mismo proceso, en otra provincia, las masas ocuparon todos los medios de comunicación y los pusieron bajo su poder.

En el mismo sentido se tienden a expresar las masas bolivianas. Durante las jornadas de abril del año pasado, el desarrollo de la “Coordinadora de Cochabamba”, expresó al calor de la movilización, el frente único de las masas en lucha, desarrollando un marco de auto-organización democrática. En otros países, como en las luchas estudiantiles de México, donde se creó el Consejo General de Huelga, se pueden ver ejemplos de auto-organización y de democracia directa. Los piquetes en Argentina son expresiones políticas del mismo fenómeno. Y así podríamos continuar enumerando más casos.
Como planteaban Marx y Engels, son estas las acciones que quiebran las acciones de la burguesía, que le inspira miedo a los reaccionarios, que ni por motivo alguno la burguesía le abre la más mínima oportunidad poniéndole una férrea resistencia, como sí lo hace con la “Democracia Participativa”, incluso llegándola a copiar como modelo de una forma “muy ingeniosa y eficaz”.

LOS CONSEJOS DE OBREROS Y CAMPESINOS DE RUSIA: Un ejemplo concreto de gobierno y de democracia directa en función de las masas explotadas y oprimidas.

Después de casi 12 años de aplicación de la “Democracia Participativa” y la actuación de los “Consejos” del “Presupuesto Participativo”, en momento alguno se ha gobernado en función de los sectores explotados. Esto demuestra las falacias de sus afirmaciones: “nuestras propuestas, nuestras prácticas de gobierno deben ser coherentes con una estrategia transformadora y revolucionaria y tener elementos constitutivos que la refuercen, que creen condiciones para su efectivización... La democracia participativa debe ser el elemento central de nuestro gobierno. Fundamento del método de gobernar... Defensa de los intereses materiales comunes de los trabajadores.”36 Palabras y más palabras con el simple objetivo de engañar a la “persona común”. En dichos “Consejos”, no se delibera sobre la política en su conjunto, sobre las deudas del municipio y el estado, sobre la exención o no de impuestos a los capitalistas, sobre la cuestión salarial de los trabajadores de la ciudad, sobre un plan de obras públicas como medida para combatir el desempleo junto a una escala móvil de horas de trabajo, sobre el control de los trabajadores de toda fábrica que cierre o quiebre, sobre la necesidad de imponer fuertes impuestos progresivos a las grandes fortunas y la suspensión del pago de las deudas externas e internas como manera de obtener recursos para la educación y la salud, sobre la expropiación de los terratenientes y el reparto de las tierras a los campesinos, sobre la apertura de los libros de contabilidad y la confiscación inmediata a todo capitalista que intente boicotear el plan, etc. No, ninguna medida política para la satisfacción de las necesidades de las amplias masas.

Aún así tienen el descaro de decir que sus “Consejos” son también una forma de democracia directa, llegando incluso a compararlos indirectamente con los Consejos de obreros y campesinos rusos cuando afirman: “En aquel momento, el programa de gobierno del Partido de Trabajadores proponía democratizar las decisiones de una nueva gestión, a partir de los Consejos Populares... La Propuesta se basaba mucho más en principios generales, originarios de la Comuna de París y de los Soviets, que propiamente en experiencias recogidas de la realidad local.”37 Pero veamos cuan diferentes y qué tan lejos se encuentra la experiencia rusa de la farsa de que nos presentan. En el período previo al gobierno de los Consejos de obreros y campesinos en Rusia, las masas planteaban tres grandes demandas: por el pan, por la libertad y por la paz.38 Veamos las primeras medidas políticas tomadas por los trabajadores y campesinos auto-organizados.
Las demandas de los campesinos pobres fueron rápidamente resueltas. El gobierno de la revolución obrera y campesina resolvió en primer lugar esta cuestión, siendo una de sus medidas la expropiación de tierras: “1) La propiedad latifundiaria de la tierra es abolida inmediatamente sin cualquier indemnización. 2) Las propiedades de los terratenientes, así como todas las tierras de... los monasterios y la Iglesia... pasan a disposición de los comités agrarios...”.39 En Rio Grande do Sul, en cambio, el problema agrario continúa sin ser resuelto y no se ha tomado ninguna medida a favor de los campesinos que siguen con sus protestas y ocupaciones en una de las regiones más ricas del país.
Mientras los “Consejos” del Presupuesto Participativo ni siquiera deliberan sobre las deudas del Estado y de los municipios, sobre el problema bancario, los soviets no sólo deliberaban sino que ejecutaban: “Son anulados los préstamos del Estado, externos e internos... Todas las empresas por acciones son declaradas propiedad del Estado...”40, se declaraba en sesiones de las masas auto-organizadas.
En la “Democracia Participativa” se le oculta a los trabajadores las cuestiones de “Estado”, los tratados bilaterales o multilaterales incluso en el ámbito estadual con otros países, las reales negociaciones con las empresas capitalistas extranjeras y nacionales, etc., todos regidos por acuerdos y la diplomacia secreta. En cambio, los trabajadores y campesinos en el ejercicio del poder político dieron por terminadas estas prácticas de los capitalistas. Así el secreto comercial fue inmediatamente abolido, y la diplomacia secreta fue tirada por tierra; esto fue claro por ejemplo con relación a los tratados de la Rusia, tanto de los zares como de los mencheviques, con las naciones imperialistas, en función de la Gran Guerra: “El gobierno da por abolida la diplomacia secreta, expresando por su parte la firme intención de conducir todas las negociaciones de modo completamente abierto, frente a todo el pueblo, procediendo inmediatamente a la publicación integral de los tratados secretos, ratificados o establecidos por el gobierno de los terratenientes y de los capitalistas... El gobierno declara incondicional e inmediatamente anulado todo contenido de esos tratados secretos...”41
En el “Prepuesto Participativo” los trabajadores tampoco deliberan sobre el conjunto de la economía del estado, sobre el control de las empresas que despiden trabajadores con el argumento de la caída de la producción o por “quiebra”. Es decir no tienen ninguna participación activa en los destinos del estado o municipio. A diferencia de esto, la democracia directa de los consejos de obreros en la experiencia de los soviets, ejercían sus funciones y controlaban directamente la producción. Pero para lograrlo, una de sus primeras medidas fue el control obrero de la producción: “Es introducido el control obrero sobre la producción, conservación y compra-venta de todos los productos y materias primas, en todas las empresas industriales, comerciales, bancarias, agrícolas y otras con un número de obreros y empleados (en conjunto) no inferior a cinco personas... Ejercerán el control obrero todos los obreros y empleados de la empresa... Todos los libros y documentos sin excepción, así como todos los almacenes y reservas de materiales, herramientas y productos sin cualquier excepción, deben ser abiertos a estos representantes electos.”42
Esta experiencia concreta de gobierno de los trabajadores, de la democracia directa, donde se legisla y se ejecutan las leyes al mismo tiempo, es inigualable hasta hoy en la medida en que se gobierna para las amplias masas explotadas a la cual la burguesía ofrece una seria resistencia, y para imponer tales medidas hasta el fin es necesario quebrar dicha resistencia.43 Podríamos enumerar toda una serie de medidas que iban en el sentido de satisfacción de las necesidades de las amplias masas, pero bastan estos ejemplos donde se demuestra que los trabajadores no sólo participan sino que tienen el poder real en sus manos. Así Lenin afirmaba, incluso en el período antes de la toma del poder, que “para ser verdaderamente revolucionaria la democracia de la Rusia actual debe encaminarse en estrecha unión con el proletariado, apoyando su lucha como única clase revolucionaria hasta el fin.”44

A MODO DE CONCLUSION :

a) Sobre la “miseria” del reformismo
de la “Democracia Participativa”
Porto Alegre fue presentada como la nueva “Meca” de la izquierda en el FSM como afirmamos al inicio del presente trabajo, por eso se hablaba de la “articulación” con la “izquierda” en Caracas –Venezuela; el Frente Amplio en Montevideo –Uruguay; el FMLN gobernando la ciudad de San Salvador –El Salvador; el FrePaSo administrando la ciudad de Buenos Aires –Argentina; “caminos” queriendo ser imitados en ciudades como Asunción, La Paz, etc. “Estuvimos en Caracas, Venezuela, participando del Seminario Internacional ‘Sistemas de Integridad Municipal en América Latina’. Con la presencia de cerca de 20 ciudades de México, Colombia, Bolivia, Ecuador, Paraguay, Chile, El Salvador y de la propia Venezuela, nos cupo a nosotros el honor de hablar sobre la experiencia de Porto Alegre con relación a la democracia participativa. En la ocasión, representantes de las ciudades de San Salvador, Asunción y La Paz afirmaron que tienen como referencia la experiencia de nuestro Presupuesto Participativo, caracterizando la influencia ejercida hoy por la capital gaúcha en el contexto de la América Latina contemporánea.” 45

A los aduladores latinoamericanos de la “Democracia Participativa” se suman también otros sectores como la izquierda plural francesa, llevando la voz cantante en ese país el periódico Le Monde Diplomatique, entre otros sectores europeos. Pero hemos visto cómo el “modelo” que se opone como “alternativa” al neoliberalismo no es más que remedos de viejas políticas reformistas de manos vacías. Los llamados “logros” de esta política no son más que miserables subterfugios de engaño que para nada se han manifestado como una mejora material en la vida desgraciada de las masas explotadas. Nuevas investigaciones vienen mostrando por ejemplo cómo Porto Alegre viene cayendo en cuanto a condiciones de vida, desigualdad de la renta, aumento del desempleo y las mayores dificultades para acceder al trabajo, aunque manteniendo una posición mejor con relación a muchas capitales brasileñas, cuestión que casi siempre fue así, incluso antes de los gobiernos petistas (lo que tiene que ver con el desarrollo desigual del país).46 Si Porto Alegre ejerce alguna “influencia” como modelo para el resto de las ciudades latinoamericanas, poco y nada pueden esperar los trabajadores de lo que el reformismo del continente les está prometiendo como futuro... Un modelo al que ni a los propios trabajadores y campesinos pobres de Rio Grande do Sul entusiasma. Muchos de ellos protestando, por ejemplo, porque no hay dinero para la educación y para el aumento de salarios de profesores, mientras ven que el propio Olívio Dutra sí asume sus compromisos con los banqueros. Este reformismo de manos vacías, ni se compara con viejos reformistas que por lo menos conseguían arrancar migajas de las mesas de los capitalistas para “repartir”, y por esa vía mejor controlar a los trabajadores. El de la “Democracia Participativa” no es más que un reformismo de bajo vuelo.
b) La política del centrismo con relación
al “Presupuesto Participativo”

Lo que no puede sorprender es cómo se ubica el centrismo frente a la “Democracia Participativa” con su “Presupuesto Participativo”. El PSTU, por ejemplo, luego de criticar los límites de esta política, siempre encuentra explicaciones de cobertura de izquierda para cederle, afirma: “nosotros defendemos la participación de las instancias del Presupuesto Participativo, donde funcione con apoyo de las masas.”47
De nada sirve entonces que el PSTU48 critique esta política afirmando hasta que es una forma de atar al aparato estatal a las organizaciones sindicales y populares, si siempre con el pretexto del “apoyo de las masas”, termina entrando en la política petista, participando con consejeros propios en los “Consejos del Presupuesto”.

Por su parte la CST49, actuando como corriente interna del PT, va un poco más lejos cuando afirma a través de uno de sus principales portavoces, Luciana Genro: “es necesario profundizar el avance que significa el Prepuesto Participativo. Además de ser una forma de participación democrática de los trabajadores y de la población sobre los recursos del Estado, el Presupuesto Participativo debe, fundamentalmente, ser un mecanismo de movilización contra FHC y el FMI”50 ¿De qué avance nos hablan? Esta gente embellece lo que los propios ideólogos del “Presupuesto Participativo” niegan. Ya vimos cómo es utilizado incluso para sanear las cuentas públicas y descargar sobre los trabajadores la crisis de los déficit fiscales. Ya hemos explicado en qué forma y para qué son llamados los trabajadores a participar en esta política, lo que significa que ya de entrada no es un instrumento para la lucha por la independencia política de los trabajadores y mucho menos para una política consecuente contra el gobierno de FHC y el FMI, que tendría que ser también contra la política de los gobernadores del PT, que también aplican los planes anti-populares.
Lejos de presentarse como una alternativa independiente de la clase obrera, se suman a esta política siempre buscando el aspecto “progresivo” o porque las masas “lo apoyan”. Lo que no quiere ver el centrismo es que esta política busca institucionalizar todo aspecto de lucha de los trabajadores, negándose a denunciar esta maniobra que arma el PT y a levantar un programa de acción revolucionaria que se encamine hacia el desarrollo de los organismos de las masas en lucha. Ellos prefieren aliarse con los propios sectores de la izquierda petista y evitar que surja cualquier lucha en el camino de la independencia de clase, adaptándose a los impulsores del “Presupuesto Participativo”. Las tibias críticas del PSTU son sólo palabras en el aire al participar en forma plena con sus consejeros las instancias de esta política, demostrando que sus declaraciones sólo sirven de cobertura de izquierda para construir bloques reaccionarios. Las “exigencias” que le hacen estos sectores al reformismo de que gobierne “para los trabajadores”, no hacen más que sembrar ilusiones en que los gobiernos petistas puedan romper con el capitalismo.
Al sustituir cualquier política principista por la diplomacia, por ejemplo con la izquierda del PT, niegan el principio revolucionario de decir las cosas como son. Fue así, por ejemplo en Porto Alegre, durante el Forum Social Mundial, cuando se negó a combatir en concreto a la política del PT y desenmascarar el “Presupuesto Participativo”. Ahí demostraron cuán cómodo se sienten debatiendo en los foros como en el elegante centro de eventos de las Universidad de Porto Alegre o en su Cámara de Concejales, mostrando su preferencia por el parlamentarismo que tanto envidia de los reformistas. Como decía Trotsky: “es errado creer que para el cretinismo parlamentario se necesita de un parlamento; basta una tribuna oculta, un foro distante de la lucha donde se pronuncian falsos discursos, se levantan fórmulas estériles y se concretizan ‘alianzas’ de un día”.51 Negándose de esta manera a la lucha por la democracia directa y por la independencia política de los trabajadores, y a pelear por construir un fuerte partido revolucionario cuarta-internacionalista y de combate, como parte de la construcción del Partido Mundial de la Revolución Socialista, la Cuarta Internacional.

c) Un método para ayudar a las masas a agotar la experiencia con la democracia burguesa

Somos firmes partidarios de la república obrera, que será mil veces más democrática que la más democrática y “participativa” de las repúblicas burguesas. Sólo el gobierno de la clase obrera, apoyado en los campesinos y el pueblo pobre, puede brindar una democracia real a las decenas de millones de explotados. Que será real y no un engaño porque se basará en la propiedad social de los medios de producción y en una profunda revolución agraria; en la democracia directa de las masas obreras, campesinas y populares a través de sus propias organizaciones, y en la incorporación de las mismas a la administración efectiva del Estado.
Sin embargo, los trotskistas no somos indiferentes a las profundas aspiraciones democráticas de las masas populares. El andamiaje de las instituciones de la República Federal, está consagrado a la defensa de la gran propiedad y a ejecutor la voluntad de la burguesía, los latifundistas y el imperialismo. Sus mecanismos restringen los derechos democráticos de las masas, las libertades formales que “consagra” la Constitución, desde la libertad de prensa a la de reunión, son negadas por la desigualdad real entre explotadores y explotados.
En consecuencia, estamos por enfrentar con la movilización las permanentes tendencias autoritarias del Estado burgués: todo intento de la burguesía de recortar aún más las libertas políticas y de organización de las masas, de reforzar el autoritarismo y la represión, o de avanzar hacia un régimen bonapartista.
Levantamos las consignas democrático-radicales que, haciéndose eco de las aspiraciones profundas de las masas, permitan acelerar la experiencia con el régimen democrático burgués y el parlamentarismo, y ayuden a la clase obrera a ganarse a las capas medias empobrecidas y a las masas trabajadoras más atrasadas que guarden ilusiones en una “democracia más amplia”.
Nos apoyamos en el método que Trotsky aconsejaba en el Programa de Acción para Francia cuando escribía: “pedimos a nuestros hermanos de clase que adhieren al socialismo “democrático” que sean fieles a sus ideas: no se inspiren en las ideas y los métodos de la tercera república sino en los de la Convención de 1793.”52 Levantando consignas para luchar contra las instituciones más reaccionarias, como el Senado y la Presidencia de la República, con medidas radicales como la elección de los diputados “sobre la base de asambleas locales, constantemente revocables por sus constituyentes y recibiendo el salario de un obrero especializado.”53
Medidas como ésta, en el marco de un programa transicional, ayudan a educar políticamente a las masas y acercarlas a la necesidad de autoorganización obrera y la democracia directa, facilitando el camino hacia la revolución.
En el Brasil de hoy, esto significa levantar, como parte del programa obrero, las medidas democrático-radicales dirigidas contra las instituciones reaccionarias de la República Federal, a los gobiernos estaduales con su Policía Militar, a los poderes de la Presidencia y al Congreso, a la Constitución en que se basa el régimen que defienden desde FHC hasta Lula.
La falsa “democracia concientizadora y transformadora de sí misma” que se propagandiza desde Porto Alegre no conduce a la “ampliación de la democracia” para las masas pobres sino a embellecer a la democracia patronal y desarmar a los trabajadores para una lucha independiente contra el régimen reaccionario.
El método propuesto por Trotsky, y al que el PSTU renuncia al adaptarse al “presupuesto participativo”, es el único método progresivo para plantear los problemas democráticos en torno a medidas “capaces de llevar a las masas hacia delante en vez de hacerlas retroceder”. De esta forma la lucha por una “democracia amplia facilitaría la lucha por un gobierno obrero” 54

 

1 . En forma sintética señalemos que la llamada “Democracia Participativa” tiene como sus instancias el “Presupuesto Participativo”, los “Consejos Municipales”, los “Consejos Escolares” y otros variados foros incluyendo plebiscitos y referendos. Pero su aspecto nodal es el “Presupuesto Participativo”, que según sus inspiradores es una forma de “democratizar” las decisiones sobre cómo aplicar los recursos públicos, en donde se darían diversos “canales de participación directa de la población”, en donde se supone que las personas tienen “derecho” de establecer las “prioridades y jerarquías de servicios y obras que “entienden más importantes”. En el caso de Porto Alegre, la ciudad se divide en 16 regiones que a su vez se subdividen en “decenas” de micro-regiones y cinco reuniones plenarias por grandes temas del Presupuesto. El proceso comienza en marzo con “la prestación de cuentas” de las obras del año anterior y con la entrega del Plan de inversiones del año en curso. En la primera fase se dan ya las “elecciones de delegados” que se “responsabilizan” junto a la Alcaldía en abrir el proceso de reuniones en villas, barrios, micro-regiones, hasta una segunda ronda de reuniones en junio y julio, donde se “articulan” las “propuestas aprobadas en cada área o región”. En estas nuevas reuniones son “elegidos” los consejeros –dos por cada región temática- que componen el “Consejo Popular” de 42 miembros y 42 suplentes. “El Consejo junto con el gobierno” ordena y sistematiza las “decisiones” que salieron de la base en la elaboración de la Ley del Presupuesto que “es enviada” a la Cámara Municipal al final del año.
2. Pont, Raul. Construyendo la Democracia Participativa en Brasil. Barcelona, Revista Viento Sur, 1994.
3. Pont, Raul. Democracia, participação e cidadania: uma visão de esquerda. Porto Alegre: Livraria Palmarinca, p. 19-20, 2000.
4. Estado de São Paulo: Orçamento participativo atrai do PT ao PFL, 05/03/2001.
5. Folha de São Paulo: Plebiscito pode orientar questão polêmica, 02/01/2001.
6. Trotsky, León. El marxismo de nuestra época, en Naturaleza y dinámica del Capitalismo y la Economía de Transición. Buenos Aires: C.E.I.P. “León Trotsky” Ed. p. 183, 1999.
7. Pont, Raul. Democracia, participação e cidadania: uma visão de esquerda. Porto Alegre: Livraría Palmarinca, p. 84, 2000.
8. Lenin, Vladimir, O Estado e a Revolução, en Obras Escolhidas. Lisboa/Moscú: Ed. Avante, v. 2, p. 303, 1981.
9. Pont, Raul. Democracia, participação e cidadania: uma visão de esquerda. Porto Alegre: Livraría Palmarinca, p. 19-20, 2000.
10 . Lenin, Vladimir, A Revolução Proletária e o Renegado Kautsky, en Obras Escolhidas. Lisboa/Moscú: Ed. Avante, v. 3, p. 19, 1981.
11. Folha de São Paulo: A saída é envolver a população, 01/03/1999.
12. Folha de São Paulo: A reforma tributária deve incluir a rediscussão do pacto federativo?, 26/06/1999
13. Vergara, Victor. É uma postura moderna de governo. Instituto do Banco Mundial, en Estado de São Paulo, 05/03/2001.
14. Folha de São Paulo: Teleparticipação, 23/12/2000.
15 . No es extraño que desde la “mesa”, desde donde se conducen las votaciones, en muchos casos, se baje y se vaya al fondo de la sala para insistir para que algunos consejeros cambien su voto.
16 . Tarso Genro y outro. Orçamento Participativo, A experiência de Porto Alegre. São Paulo: Ed. Fundação Perseu Abramo, p. 105, 1997.
17 . Trotsky, León. Terrorismo e Comunismo: o Anti Kautsky, Rio de Janeiro: Ed. Saga, p. 40, 1969.
18. Marx, Karl, La Sagrada Família.
19 .Lenin, Vladimir, A Revolução Proletária e o Renegado Kautsky, en Obras Escolhidas. Lisboa/Moscú: Ed. Avante, v. 3, p. 17, 1981.
20. Lenin, Vladimir, A Revolução Proletária e o Renegado Kautsky, en Obras Escolhidas. Lisboa/Moscú: Ed. Avante, v. 3, p. 15, 1981.
21. Léase por ejemplo el trabajo Ciudadanía, Clase Social y Status de T. H. Marshall. Rio de Janeiro: Ed. Zahar, 1967.
22 . Pont, Raul. Construyendo la Democracia Participativa en Brasil. Barcelona, Revista Viento Sur, 1994.
23 . Leon Trotsky. Discusiones sobre el programa de transición, en “El programa de transición para la revolución socialista”. La Paz: Ed. Cruz, p. 86-87.
24. Trotsky, León. ¿Adónde va Francia? México, D.F.: Ed. Juan Pablo Editor, p. 64, 1975.
25. Idem.
26. Declaraciones del diputado federal por el PT, Aloizio Mercadante, durante la crisis en el Congreso producto de las corrupciones, verano de 2001.
27. Trotsky, León. El Marxismo y nuestra época, en Naturaleza y dinámica del Capitalismo y la Economía de Transición. Buenos Aires: C.E.I.P. ‘León Trotsky’ Ed., p. 191, 1999.
28 . Trotsky, León. Terrorismo e Comunismo: o Anti Kautsky, Rio de Janeiro: Ed. Saga, p. 33, 1969.
29 . Lenin, Vladimir. O Estado e a Revolução, en Obras Escolhidas. Lisboa/Moscú: Ed. Avante, v. 2, p. 253, 1981.
30 . Lenin, Vladimir, A Revolução Proletária e o Renegado Kautsky, en Obras Escolhidas. Lisboa/Moscú: Ed. Avante, v. 3, p. 18, 1981.
31. Trotsky, León. La Revolución de 1905. Barcelona: Ed. Planeta, p. 187-188, 1975.
32. Trotsky, León. La Revolución de 1905. Barcelona: Ed. Planeta, p. 191, 1975.
33. Pont, Raul. Sobre o modo petista de governar. Porto Alegre: Em Tempo, marzo de 1997.
34. Trotsky, León. La Revolución de 1905. Barcelona: Ed. Planeta, p. 192, 1975.
35 . Lula, Luis Inácio da Silva. São Bernardo: Uma experiência de Sindicalismo ‘Auténtico’: Entrevista. São Paulo: Revista “Cara a Cara”, Año 1, No. 2 Julio/Diciembre de 1978.
36 . Pont, Raul. Sobre o modo petista de governar. Porto Alegre: Jornal Em Tempo, marzo de 1997.
37 . Genro, Tarso y otro. Orçamento Participativo, A experiência de Porto Alegre. São Paulo: Ed. Fundação Perseu Abramo, p. 23, 1997.
38 . El propio Trotsky nos señala el significado de esta lucha: la lucha por el pan significaba la expropiación de la tierra y las reservas de alimentos y el monopolio del comercio bajo las manos de los trabajadores y campesinos; por la libertad, se entendía la toma del poder por los soviets, la expropiación de los terratenientes, el control obrero de la producción; por la paz (en esos momentos Rusia participaba en la guerra imperialista desde el 14) la confraternización en el frente y la movilización revolucionaria contra el mando, la publicación de todos los tratados secretos y la lucha contra los partidos patrióticos desde los monárquicos hasta los mencheviques.
39 . Decreto sobre la tierra, del 26 de octubre (8 de noviembre) de los Soviets de 1917.
40 . Proyecto de decreto sobre la aplicación de la nacionalización de los bancos e sobre las medidas necesarias en vinculación con esto, 14 (27) de diciembre de 1917.
41 . Decreto sobre la paz, Informe sobre la paz del 26 de octubre (8 de noviembre) de 1917.
42 . Extractos del proyecto de regulación sobre el control obrero, 26 ó 27 de octubre (8 ó 9 de noviembre) de 1917.
43 . Obviamente, estamos hablando aquí del período de la revolución de 1917 al 1923 bajo la conducción de Lenin y Trostky. La política estalinista que expropia el poder político de los trabajadores posteriormente, significará el fin de la democracia directa imponiéndose la dictadura monolítica de la casta burcrática estalinista, con sus consecuencias desastrosas.
44 . Lênin, Vladimir. A catástrofe que nos ameaça e como combate-la, in Obras Escolhidas. Lisboa/Moscú: Ed. Avante, v 2, p. 199, 1981.
45 . Pont, Raul. A Emergência das novas Democracias. Porto Alegre: Jornal do Comércio, 30/07/1998.49 CST: Corrente Socialista de Trabalhadores, sección de la UIT y organización hermana del MST argentino.
46 . Folha de São Paulo: Social melhora, mas desigualdade cresce, 24/03/2001.48 PSTU: Partido Socialista de Trabalhadores Unificado, la sección más importante de la LIT.
47 . Almeida, Eduardo Neto. Reforma ou Revolução. São Paulo, folleto del PSTU.
48. PSTU: Partido Socialista dos Trabalhadores Unificado, la sección más importante de la LIT.
49. CST: Corrente Socialista dos Trabalhadores, sección de la UIT y organización hermana del MST argentino.
50 . Boletín de la Bancada del PT en A Assambléia Legislativa de Rio Grande do Sul, Orçamento 2000, de octubre de 1999.
51 . Trotsky, Leon. El cretinismo diplomático y parlamentario. La Lucha contra el fascismo en Austria y el congreso del teatro Pleyel de París, en Escritos de León Trotsky 1929-1940 – Versión digitalizada. Buenos Aires: C.E.I.P. ‘León Trotsky’, libro 3, 2000.
52 La Tercera República era el régimen vigente en Francia entre 1870 y 1940. La Convención de 1793 se realiza en el momento cumbre de la Revolución Francesa.
53 León Trotsky, Un Programa de Acción para Francia, “Aonde vai a França?” São Paulo: Ed. Desafío, pag. 171, 1994.
54 L.T., ídem. En otras traducciones, como la versión castellana de Ed. Pluma, aparece la palabra “generosa” como equivalente de “amplia”.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

   

 

   
  La Fracción Trotskista está conformada por el PTS (Partido de Trabajadores por el Socialismo) de Argentina, la LTS (Liga de Trabajadores por el Socialismo) de México, la LOR-CI (Liga Obrera Revolucionaria por la Cuarta Internacional) de Bolivia, ER (Estrategia Revolucionaria) de Brasil, Clase contra Clase de Chile y FT Europa. Para contactarse con nosotros, hágalo al siguiente e-mail: ft@ft.org.ar