Esta
edición de Estrategia Internacional aparece en momentos
en que se multiplican los signos de desestabilización
en el escenario mundial.
El incidente del avión espía entre China y Estados
Unidos en abril no fue un hecho menor: se agrega a una serie
de choques entre ambos países en torno a la cuestión
de Taiwán, las patentes y el comercio internacional,
el statu quo en Asia Oriental, o la preocupación yanqui
por la estabilidad en Pekín, donde sordas disputas
internas corroen a la cúpula gobernante.
El trasfondo lo ponen las contradicciones del proceso de restauración
capitalista en China, ya que a pesar de sus grandes avances,
el imperialismo no logró (y no podrá lograr
sin grandes convulsiones) transformar a China en una semicolonia.
En base a fricciones como las que se producen con Rusia y
China, el centro imperialista de análisis Stratfor,
llega a hablar de fin de la posguerra fría
augurando una etapa de crecientes choques entre los grandes
estados.
Una clave de la situación internacional es que, al
calor de las dificultades económicas y las diferencias
políticas, se exacerba la competencia interimperialista,
como muestran las guerras comerciales entre la Unión
Europea y Estados Unidos, competencia que se expresa también
en América Latina. En esta región, la presión
de Washington por imponer el ALCA está generando tensos
forcejeos con Brasil, mientras que el acuerdo del Mercosur
se ha sumido en una profunda crisis.
En los Balcanes, el conflicto de Macedonia ha mostrado una
vez más que la presencia directa de la OTAN está
lejos de haber asentado un equilibrio regional.
Medio Oriente es un nudo al rojo vivo donde se concentran
muchas de las tensiones internacionales. En esta edición
presentamos la nota Medio Oriente: la Intifada en la
encrucijada, en la que analizamos la dramática
situación que enfrenta la heroica resistencia de las
masas palestinas, ante los preparativos contrarrevolucionarios
del nuevo gobierno de Sharon y Peres, con la anuencia de Bush.
El
rumbo de la economía mundial
En
la base de la inestabilidad política está
la difícil situación económica internacional,
ante el fin del crecimiento en Estados Unidos. La economía
norteamericana como comprador mundial sostuvo
cierto dinamismo en la economía del mundo durante
todo el último período, a pesar de los cimbronazos
de la crisis del Sudeste Asiático, del default
ruso y de los temblores en Brasil.
La desaceleración de la economía
yanqui en los últimos meses y las violentas oscilaciones
en Wall Street parecen mostrar que han llegado al límite
las posibilidades de cumplir este rol. EE.UU. enfrenta un
enorme sobreendeudamiento interno, se estanca el consumo
nacional y está en crisis el sector informático
que venía siendo el motor de las ganancias y un gran
factor de atracción de capitales de todo el mundo
hacia la bolsa de Nueva York.
Al mismo tiempo, la situación en Japón, segunda
economía mundial, es crítica, al cabo de una
década de estancamiento y del fracaso de varios planes
de reactivación. El dinamismo de Europa, aunque viene
decayendo más lentamente, por cierto no puede reemplazar
el papel de EE.UU. como motor de la economía
mundial. Hay que señalar además los efectos
perturbadores de elementos como la crisis en Turquía
o la parálisis en Argentina.
Aunque algunos análisis optimistas esperan un repunte
en Estados Unidos en el próximo semestre, que contenga
los peligros de este campo minado que transita
la economía internacional; el nerviosismo del gran
capital lleva a la revista The Economist a prever como posible
un crecimiento negativo en el Producto Bruto mundial por
primera vez desde los años 30.
La
lucha de clases
Importantes
movilizaciones de masas están conmoviendo a América
Latina, escenario destacado a nivel internacional de la
lucha de clases en este período. El amplio ascenso
campesino e indígena recorre varios países,
desde México a Ecuador, Bolivia o Paraguay. En Argentina,
da sus primeros pasos un nuevo movimiento obrero, al calor
de contundentes paros generales y numerosas movilizaciones
de desocupados.
En Bolivia está tomando fuerza en estos momentos
una nueva erupción obrera y campesina, que amenaza
dar por tierra con el gobierno de Banzer, y que constituye
al país del Altiplano en un agudo foco de la lucha
de clases a nivel internacional.
En otras partes del globo, se destaca la persistente y heroica
lucha del pueblo palestino. Hay que señalar el gran
ejemplo de tenacidad y resistencia obrera de los trabajadores
despedidos de Daewoo en Corea del Sur, batiéndose
con la policía en masivos combates callejeros. Además,
las grandes movilizaciones y huelgas en Francia y paros
como el de la construcción en España, parecen
mostrar el retorno a Europa de la protesta social
aunque por la acción de los gobiernos de la
tercera vía no alcance los niveles de las grandes
luchas del 95.
En esta edición abordamos varios de los procesos
de masas en Latinoamérica. En Argentina: entre
la emergencia obrera y la crisis de dominio burgués
analizamos la situación donde el movimiento obrero
viene protagonizando importantes luchas en medio de la profunda
crisis nacional, que llegó al rojo vivo a mediados
de marzo. México: la insurgencia campesina
e indígena analiza el contexto de la marcha
del EZLN hacia el D.F., en medio de multitudinarias demostraciones.
Sobre Bolivia, publicamos el Manifiesto a la nación
obrera, campesina y popular de los camaradas de la
LOR-CI en respuesta a la explosiva situación actual.
En América Latina: lucha de masas y autoorganización
se reflexiona sobre algunas enseñanzas fundamentales
de los últimos procesos en Ecuador, Bolivia y Argentina.
El
movimiento internacional de protesta anticapitalista
El
movimiento de protesta anticapitalista continúa avanzando,
ante todo en los países centrales. Decenas de miles
de jóvenes y trabajadores denuncian el poder de las
corporaciones y a las instituciones del capital financiero
a través de grandes acciones que desde Seattle, han
pasado por Melbourne, Praga, Niza, y Génova.
Mientras un ala izquierda combativa cuestiona sinceramente
el poder del gran capital, y da pasos en su radicalización,
los representantes del reformismo tratan de canalizar el
movimiento detrás de su programa para humanizar
el capital, como si otro mundo fuera posible
sin matar al capitalismo.
En la nota Reformismo, anticapitalismo y extreme
gauche francesa presentamos un debate con las
posiciones de la LCR y Lutte Ouvriere, dos importantes organizaciones
que se reclaman del trotskismo en Francia, ante esta importante
cuestión, donde se plantea cómo debemos intervenir
los trotskistas en este movimiento, para combatir las trampas
e ilusiones sembradas por los viejos y nuevos reformistas,
y ayudar a avanzar a los elementos más progresivos
hacia la ligazón con la clase obrera, un nuevo internacionalismo
proletario, y la alianza con la lucha antiimperialista de
los pueblos del mundo semicolonial.
Debate
marxista
En
este número dedicamos un importante espacio al debate
teórico. Desde el punto de vista ideológico,
el marxismo revolucionario enfrenta dos grandes combates.
En primer lugar, la corriente autogestionaria
inspirada por la obra de Toni Negri, propone una concepción
que aunque reivindica un futuro comunista para la humanidad,
retoma tópicos reformistas y se opone frontalmente
a la teoría y el programa del marxismo revolucionario.
Éste es el más ambicioso intento teórico-ideológico
de suplantar al leninismo y al trostkismo como teoría
de la revolución en nuestro tiempo, desde los años
30, luego de la codificación del stalinismo en torno
a la teoría del socialismo en un solo país.
En los artículos ¿Imperio o imperialismo?
¿Comunismo sin transición? polemizamos
con aspectos fundamentales de la visión de Toni Negri,
(en particular con su reciente libro Imperio), así
como con Giovanni Arrighi y otros. Negri opone a la teoría
marxista del imperialismo la visión de un Imperio
estructuralmente homogéneo; revisando el análisis
marxista de las clases en la sociedad contemporánea,
adjudica a una multitud indiferenciada el papel
revolucionario del proletariado. En nombre del comunismo,
niega la necesidad objetiva de una transición, con
lo que rechaza la toma revolucionaria del poder político
y la expropiación de los medios de producción,
como pasos intermedios necesarios para arribar a una sociedad
comunista. Ensayamos una respuesta en estos y otros aspectos
desde el punto de vista del marxismo revolucionario y las
perspectivas del actual momento histórico. En la
nota Valor, forma y contenido de la riqueza, una diferencia
sutil... se da cuenta de un error fundamental que
está en la base del edificio teórico que monta
Negri.
En segundo lugar, ante el reformismo, que propone el perfeccionamiento
de la democracia formal (negando su carácter de clase,
burgués) para llenarla progresivamente de un nuevo
contenido social con la participación
de los ciudadanos y la sociedad civil. El lector
puede encontrar en Democracia participativa: un nuevo
engaño contra las masas, un debate contra sus
impulsores, que encontraron en el reciente Foro Social Mundial
de Porto Alegre y en la municipalidad anfitriona -vitrina
del llamado presupuesto participativo- un escenario
para propagandizar sus recetas.
La necesidad de la Cuarta Internacional
El
esfuerzo volcado en Estrategia Internacional busca aportar
a la discusión de problemas teórico-políticos
claves ante una situación mundial en la cual los
elementos de crisis, los acontecimientos de la lucha de
clases, el despertar de una nueva generación a la
vida política, los cambios en el clima ideológico;
no hacen sino reactualizar la necesidad objetiva de la internacional
obrera y revolucionaria.
Estrategia Internacional, desde su primer número,
sostiene la necesidad inmediata de la reconstrucción
de la Cuarta internacional. Sin embargo, esta tarea fundamental
enfrenta dos grandes obstáculos. Uno, de naturaleza
objetiva: el proletariado no ocupa aún el centro
de la lucha de clases con sus propios métodos, y
no hay aún procesos de radicalización avanzados.
El segundo, es de naturaleza subjetiva: el reformismo, que
como muestra la nota sobre Democracia participativa...
intenta reciclarse a nivel internacional; y en un segundo
plano, el centrismo que se reclama trotskista, y que en
países como Francia tiene un importante peso, como
mostraron en las elecciones municipales de marzo, las altas
votaciones de Lutte Ouvrierè, la LCR y el Parti des
Travailleurs. Sin embargo, estas corrientes se adaptan como
una sombra al cuerpo al reformismo de la izquierda
plural.
Por ello, consideramos que para avanzar hacia un reagrupamiento
principista de las fuerzas que se reclaman de la Cuarta
Internacional son insuficientes los acuerdos en torno a
un programa general y mucho menos las coincidencias tácticas,
coyunturales.
Creemos que el mejor método para avanzar en este
camino es el de un Comité de Enlace que, sobre la
base de las lecciones programáticas y estratégicas
de los hechos fundamentales de la lucha de clases internacional,
permita avanzar en una práctica política común
hacia la fusión de quienes se orienten revolucionariamente.
Las jóvenes y modestas fuerzas de nuestra corriente,
la Fracción Trotskista EI, que nos consideramos una
liga de propaganda marxista revolucionaria y rechazamos
la autoproclamación sectaria, intervenimos en la
realidad bajo esta perspectiva.
En México, los compañeros de la LTS y de Contracorriente
se han fusionado al calor de la gran huelga de los estudiantes
de la UNAM, logrando que una camada de destacados activistas
forjados en esta lucha, sean parte hoy del combate por poner
en pie el trotskismo mexicano. En Bolivia los camaradas
de la LOR-CI, luchan por una política obrera revolucionaria
ante el gran ascenso de masas. En Brasil, Estrategia Revolucionaria,
tras dar una batalla principista hasta su expulsión
por la dirección del PSTU, defiende la necesidad
de una política trotskista independiente. En Argentina,
el PTS interviene levantando una política independiente
de clase ante la vanguardia obrera y juvenil.
Estrategia Internacional quiere ser un instrumento para
intervenir desde un punto de vista marxista revolucionario
e internacionalista, en la vanguardia obrera y juvenil,
ante los grandes combates de la lucha de clases, pugnando
por la reconstrucción de la Cuarta Internacional.
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